One last time.
Me levanté de la silla y me dispuse a salir de ahí tratando de no llamar la atención pero me fue imposible, me había chocado con la silla del señor que estaba delante mio y caí al suelo. Traté de levantarme rápido y entonces nuestras miradas se cruzaron y todo volvió a mí.
Él no estaba sólo, no. Estaba con ella, claro que lo estaba, ¿por qué iba a creerme y a quedarse conmigo?
Le había mentido.
. . .
—te necesito para que sigas al jugador de San Lorenzo, confirmame los rumores y el ascenso a directora es tuyo. —escuché atentamente a mi odioso jefe. Ser periodista no era nada fácil.
Aquella misma noche había seguido a Emmanuel Más y su grupo de amigos a un boliche y al verlo salir del mismo fue que conseguí las fotos y era un hecho, el jugador tenía serios problemas con el alcohol.
Baje del auto al ver que comenzaba a caminar hacia un grupo de chicos y eso no era buena idea.
— ¡amor! ¡acá te encontré! ¿por qué saliste? —dije y comencé a tirarlo para que caminara al auto, alejándolo de ahí. Él sólo me miraba confundido.
— ¡hola! ¿quién...? ¿quién sos?
—la que acaba de salvarte. Vení, vamos a bajarte un poco esa borrachera.
Lo había llevado hacia un café y lo senté mientras pedía. No deje que hable hasta que el vaso con el café esté totalmente vacío. Después de un rato había comenzado a recuperarse.
—y, ¿por qué tus amigos te dejaron salir solo?
—no se, la verdad no recuerdo y tengo entrenamiento hoy a la tarde y me quiero matar, mira donde estoy. —dijo y apoyó su cabeza en la mesa.
—bueno, se que no soy una buena compañía, pero... —traté de bromear.
—no, no, no. No quise decir eso, sólo... Perdoname, ¿podemos empezar de vuelta? Ni siquiera me presente y no te agredeci, soy Emmanuel Más y te agradezco porque si no fuese por vos no sé dónde estaría.
—es un gusto, Emma. Podes decirme Nina, y no fue nada, en serio. —tomé su mano y sonreí.
...
Ese había sido el comienzo de todo. Seguimos hablando ya que había insistido en que acepte una cena con él en forma de agradecimiento. Cena que se convirtió en desayunos, luego en meriendas, luego en más cenas, en noches de insomnios y charlas hasta la madrugada.
Cinco meses exactos pasaron cuando estaba terminando algunas cosas. Había convencido a mi jefe de que necesitaba tiempo y lo que tenía era realmente bueno, sólo así aceptó.
. . .
Había escuchado el timbre y al abrir la puerta en el medio de la noche lo vi, respiraba rápido, cansado, al parecer había corrido.
—vine porque no podía dormir debido a la larga charla que tuve con Tito hoy. Me hizo ver que no podía dejarte pasar porque nunca más encontraría una persona tan buena como vos.
Sos vos misma y estar con vos es lo mejor que me pasa.
«no, no lo soy y no te merezco.»
—y me gusta que puedo ser yo mismo cuando estoy con vos. No necesito salir si estás conmigo porque sé que nada es mejor que estar tirado en el sillón a tu lado mientras miramos una película, hablamos o tan sólo disfrutas de tu café mientras te observo y me preguntas si es difícil esto del fútbol y me contas que no entendes nada sobre el mismo. No conocí nunca a nadie como vos. Sos así como se te ve, y estoy feliz de haber salido sólo de aquel boliche porque nada de esto hubiese pasado si no lo hacía. ¿qué decís, Nina? ¿te arriesgas a que podamos construir algo? —preguntó y no pude evitar pensar en que no soy para nada una persona transparente, ni soy como se me ve. Soy una periodista que vino y se aprovechó de todo.
Sólo estaba segura de una cosa y era de que lo quería.
Yo había caído enamorada de Emmanuel Más, y no lo merecía para nada.
—aprendí a quererte, Emma. Y sos tan importante. —confesé mientras acariciaba su mejilla.
—decime que aceptas. Decime que también sentís lo mismo y que vamos a ser felices porque te quiero tanto y quiero disfrutar de vos, que me acompañes en todo y poder llevarte de la mano y que todos sepan que estas conmigo, decime que aceptas, preciosa.
—yo... —suspire. —yo acepto, si.
Dije y sonrió. Me besó con amor y sentí una corriente recorrer mi cuerpo. Me sentí bien.
Nunca me había sentido mejor en aquel momento.
Me sentía bien en sus brazos, pasar ratos con él, acompañarlo a las prácticas.
Pero, no todo es color de rosa. El tiempo se estaba acabando y lo sabía.
. . .
Estaba por acostarme cuando el timbre sonó.
Caminé con una sonrisa en la cara, pero no era quien esperaba.
—señor...
—buenas noches, Nina, espero no estés ocupada. —saludo y pasó. —vengo por lo que es mío.
—pero necesito más...
—no, no. El tiempo es dinero y perdí bastante por esto. Te había encargado algo y ya pasó mucho tiempo, ni siquiera sabía si tenía sentido esperar por esta información pero confié en mi mejor periodista. Se que lo que tenes es bueno y lo necesito mañana a primera hora en mi escritorio. Hoy comencé nuevos rumores y verdaderamente es necesario. En cuanto a lo que hablamos, los papeles están hechos, sólo nos falta la información, tu firma y el puesto es tuyo ¿no es eso lo que querías?
—yo sólo...
—contesta, dale. También estoy ansioso por escuchar la respuesta. —escuche y lo mire. Decepción es lo que veía en sus ojos.
—Emma, no...
—wow, Nina. No sabía que lo seguías tan... De cerca. En fin, te espero mañana. —dijo mi jefe y acto seguido salió del departamento.
—Emma, dejame explicar, yo...
— ¡¿qué carajos me vas a explicar?! ¡no puedo creer! ¡sos como todos los demás! ¡te acercaste a mí por un poquito de éxito, de fama! Y yo te creí.—rió dolido.
—no lo puedo creer soy un boludo.
—no, no lo sos. Escuchame, ¡si, me habían mandado a seguirte y confirmar algunos rumores pero nada más! ¡por favor creeme! ¡sólo tenía que sacarte algunas fotos pero...! Te conocí mejor Emma, lo hice y te hiciste importante en mi vida. Vos... Te juro que te quiero y todo lo que siento por vos es verdad, no juego con eso, por favor.
— ¿cómo creer en vos después de todo este tiempo? —me miró e hice lo mismo.
—voy a salir de acá y no quiero saber nunca más nada de vos. —dijo y entonces caí en la cuenta de que lo estaba perdiendo, es como si tirasen de repente un balde de agua fría en todo mi cuerpo.
—por favor, Emma. —dije con un hilo de voz comenzando a llorar.
Entonces me dio esa mirada que nunca nadie quiere ver. Lo había lastimado. Así salió y solo me acerqué a la puerta apoyándome mientras las palabras no quiero saber nunca mas nada de vos resonaban en mi cabeza.
Nuestras miradas seguían conectadas. Él estaba con ella ahora y sólo rogaba porque lo trate cómo lo merecía. Yo luchaba por olvidarlo y ya no necesitar sus abrazos de noche, sus besos. Pero sabía que era imposible por ahora.
Triste corrí la mirada y camine hacia la salida queriendo volver el tiempo atrás y comenzar todo de nuevo pero era imposible, él estaba bien.
Y yo tenía que estarlo.
Todo lo que realmente me importa es que te despiertes en mis brazos.
Una última vez , necesito ser la que te lleve a casa.
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Cómo va?
Espero les guste mil y gracias princesaxamanecida
por comentar y proponer a Más!
Tengo pensado hacer una segunda parte, pero no lo sé, tengo que analizarlo (?
ah
Si leen esto ----->sigan bien!
Mila<3