Diana.
El dolor en mi cabeza seguía siendo tan intenso que sentía cómo me punzaba todo el cuerpo, palpitaba a la vez que mi corazón y podía jurar que en cualquier momento explotaría como cualquier bomba. Pero con dolor o no; no pude ignorar las voces que se escuchaban a lo lejos y que no podía diferenciar, hasta que la dulce voz de Ana llegó.
-¿Aún no despierta? - alguien preguntó cerca mío.
Las demás voces se podían escuchar discutiendo, otras diciendo "Ya casi" o "Falta poco", pero ninguna se había percatado de que ya los escuchaba.
Me moví incomoda en ¿La cama? Esto es cómodo, y dudo que sea el suelo frío al que ya estoy acostumbrada. Es tan extraño, no recuerdo haber conseguido alguna cama para Ana y para mí, tampoco recuerdo a más personas. ¿A caso fui secuestrada? ¿Ahora en qué problema nos metimos?
-Mhhh ¿Ana? - murmuré mientras empezaba acomodarme lentamente en la cama - ¿dónde estás?
Empecé a buscar inútilmente a Ana con mis manos: palpando levemente el lugar en el que me encontraba.
-¡Por fin despiertas! - la escuché hablar.
-¿Dónde estamos? - volví a preguntar por lo bajo, pues aún sentía que en cualquier momento me desvanecería por el dolor.
-No sé, pero Rick dice que estamos en un lugar seguro.
¿Rick? ¿Quién es Rick?
Me tallé los ojos cuidadosamente mientras bostezaba. Como seguía entre dormida-adolorida mi cuerpo y mente no reaccionaban ante la situación, es como si se me hubieran desconectado los cables de la cabeza.
-¿Te sientes bien?
Me quedé quieta al escuchar aquella voz de mujer que hacía tanto no escuchaba, la misma voz con la que soñaba y añoraba. En ese momento recordé el porqué de mi desmayo. Fue como si hubiera una bombilla encima de mi cabeza que repentinamente decidió encenderse.
Me paré rápidamente y abrí de golpe los ojos viéndolo todo y a todos. En el cuarto estaban Carl, Rick, Carol, Josh, mi papá y Ana. Todos ellos se encontraban ahí, vivos y observándome de una forma tan intensa que hasta llegaba a ser incómoda.
Esperé durante tanto tiempo para poder volver a verlos, para poder tenerlos cerca y sentir su calidez. Todo esto es tan irreal, siento como si fuera un sueño: eran ellos, estaban iguales pero a la vez tan diferentes. Habían crecido pero no físicamente, si no en el sentido de que todos se veían más maduros y seguros de sí.
Y ciertamente no creo que me merezca éste especie de milagro divino.
-Sí.... - no sentía que había hablado, pero al parecer me escucharon. Es asombros que después de todo estén aquí, enfrente mío y yo sólo pueda hablar como estúpida retrasada.
-¿Cómo sobreviviste todo este tiempo?
Miré a Rick por unos momentos pensando si decir la verdad o no. No sabía si podía confiar ciegamente en ellos o huir a la primera como ya tenía acostumbrado.
Sé que es estúpido pensar eso, pero después de todo lo vivido ya no me fío de nadie que no sea Ana.
-Se quedó conmigo en mi campamento.
Miré aliviada a mi amiga que, gracias a Dios, estuvo ahí para contestar por mí y me ahorró la pena.
-Pero..
-Será mejor dejarlos solos. -interrumpió Rick antes de que Carl terminara la oración.
Carol se fue junto a Rick, Ana y Carl, el último me miró por un minuto antes de irse por la puerta de metal.
-Pensamos que estabas muerta. -sentí como si Josh me estuviera regañando, así que me enojé como nunca. ¿Cómo se atreve a reclamarme cuando fueron ellos los que se fueron sin percatarse de si estaba o no?
Cualquier felicidad que había sentido al verlos se fue a la mierda.
-No me buscaron.
Observé mis pies como si fueran lo más interesante del mundo entero mientras jugaba funcía el ceño enojada. No es normal ver a tu padre, el cual creías muerto al igual que a tu hermano mayor después de dos años en los cuales cambiaron y empiezan a criticarte en vez de abrazarte y decirte que te aman.
-Creímos haber visto tu cuerpo, Diana. En cuanto vimos que no estabas Josh, Carl y yo salimos corriendo en busca tuya, pero nunca te hallamos, al menos no completa, o lo que creíamos que eras tú. -pude sentir la tristeza y culpa de mi papá, pero no era suficiente para disipar mi enojo.
-Debieron de buscar más.
Estaba molesta, irritada y triste. Es malo para mí estar lejos de Ana; después de años protegiéndonos y aislándome de los demás me he acostumbrado tanto a su presencia que ahora es la única que me calma.
-¡Tú tampoco nos buscaste! - salté del susto en cuanto Josh gritó y golpeó la mesa con su puño cerrado.
Quería llorar, llorar y romperlo todo, porque no podía ver la forma en la que me estaba lastimando y lo difícil que es esto para todos nosotros.
-Los creí muertos...
Susurré y cerré con todas mis fuerzas mis ojos reteniendo las lágrimas que querían salir.
-¡Pero si nosotros no te buscamos está mal! ¿¡No?!
No contesté, ni siquiera lo miré. Decidí ignorarlos hasta que se escuchó el portazo que dio Josh al salir de la habitación. Después me abracé a mis piernas sintiendo los brazos de mi papá al rededor mío, pero en vez de sentirme a salvo me sentía incómoda.
-Sólo está enojado. Se le pasará .
-Supongo. - me limité a responder.
No puedo fingir que todo está bien, que las cosas volverán a estar como antes y que nada sucedió.
-Ven, vamos a que saludes a todos, sólo te advierto que ya no están Bob ni Ty.
Asentí mientras me paraba para seguir a mi papá. Salimos del cuarto y empezamos a caminar por algunos pasillos que tenían unas cuantas puertas cerradas. Así seguimos hasta llegar a una especie de comedor donde todos estaban reunidos.
Al llegar me saludaron con normalidad a excepción de Josh, que en cuanto me vio se fue a otra parte. Le sonreí tristemente a Carl mientras metía mis manos a mis bolsillos fingiendo estar despreocupada.
-Te extrañé. -le susurré.
Lo abracé mientras me limpiaba las pequeñas lágrimas que habían salido sin mi permiso.
-También te extrañé.
Nos quedamos un rato abrazados hasta que llegó Maggie y destruyó todo en cuanto se me tiró encima con su enorme sonrisa.
-¡Hermosa de mi corazón, te extrañé tanto! Tu hermano es un idiota, iré a darle una lección.
Reí mientras negaba levemente y veía cómo Maggie salia corriendo por donde se había ido Josh hace unos momentos. Después de que se fue, pude ver a mi coreano favorito acercase a paso lento pero con una hermosa sonrisa.
-Ven aquí. -Extendió sus brazos a los lados invitándome a estar ente ellos.
Abracé a Glenn y le robé un poco de su ¿Ardilla? Cocinada al mismo tiempo que reía al ver su rostro de disgusto fingido.
-¡Diana! ¡Diana!
Ana se acercaba con dos pájaros siendo arrastrados detrás de ella con una gran, gran sonrisa.
-¿Tú los atrapaste?- me agaché para estar de su altura mientras ponía mis brazos sobre mis rodillas.
-Nop. - fuencí el ceño.
-¿Entonces?
-Fue Josh.
Hice una mueca y me pare pero dolió, dolió y mucho. Soy una anciana en medio del fin del mundo.
-¿Estás bien?
-Sí, iré a estirarme por ahí.
Salí del comedor llegando al que se veía como un patio rodeado por una reja de metal, parecía una cárcel pero es un campamento militar.
Empecé con lo calentamiento de pies, brazos, cuello, entre otros. Al final terminé corriendo por la pista de entrenamiento y me di cuenta que corría mucho más lento que hace... ¿Cuánto tiempo me desmayé?
-Se supone que no tienes que estar corriendo.
Carl sonaba entrecortado y cansado mientras me seguía el paso. Pero sabía que fingía porque estaba perfectamente bien.
-Está bien, no me haré daño.
Dejé de correr al igual que él, la diferencia es que yo estaba respirando entrecortadamente con mis manos en mi cadera, mientras que él estaba como si no hubiera corrido ni un metro.
Sé que le quiero, en poco tiempo se hizo una persona importante para mí, pero es imposible recuperar todo lo perdido de una sola.