Conquistando al Imperio Kou...

بواسطة Sherylin19

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Ren Kouha y Yuuki (Magi the Labyrinth of Magic) Yuuki una guerrera entrenada desde pequeña por su padre para... المزيد

Aviso importante
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4 Lemon
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12 (Especial 1K)
Capítulo 13
Comunicado
Capitulo 14 (Corregido)
Capitulo 15 (Corregido)
Capitulo 16 (Corregido)
Capitulo 17 (Corregido)
Nueva portada
Capitulo 18 (Corregido)
Capitulo 19 (Corregido)

Capítulo 7

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بواسطة Sherylin19

- ¿Qué la habéis hecho? -el hombre miraba a la chica que estaba en la cama. Su piel estaba muy pálida y el sudor perlaba la mayoría de su cuerpo, pero lo peor era la gran herida abierta que tenía en el estómago, la cual la atravesaba desde la cadera izquierda hasta debajo del pecho derecho-. Os pedí que la trajerais no que la mutilaseis. ¿Para que la quiero ahora si se le queda una cicatriz enorme en el cuerpo?

-Eso si sobrevive-susurró uno de los secuestradores.

-La misión fallo y además aparecieron los príncipes...

- ¡No quiero excusas! - sus ojos destilaban odio.

- ¿Por qué estáis tan enfadado? -el mismo hombre con el que había negociado apareció por la puerta-. Esa herida parece grave.

-Estos inútiles se la hicieron.

-Mi señor, ella sabe luchar muy bien y no podíamos reducirla. Acabo con todos los hombres que llevamos.

- Vuestra misión solo era secuestrarla a ella. Si no hubieseis intentado llevaros a las princesas esto no habría pasado. -los dos brujos le miraron asombrados. ¿Cómo podía saber que intentaron llevarse a las demás chicas-? ¿Os pensáis que soy estúpido? La noticia ya está por todas partes. "Bandidos intentan secuestrar a las princesas del Imperio Kou, solo consiguen llevarse a la recién esposa de tercer príncipe Ren Kouha"-dijo con retintín-. Todo el Imperio está buscándola y por vuestra culpa no se puede mover. Debería cortaros en pedazos y daros de comer a los perros.

-Mi señor si me permitís-el hombre enmascarado se acercó a la chica para analizar la herida-. No debéis preocuparos por el Imperio Kou, nosotros nos encargamos de ellos. Lo mejor que podéis hacer es curarla bien y en poco tiempo podréis disfrutar de su compañía tanto como deseéis.

-Si me lo aseguras tendré que confiar en vosotros, aunque tal y como va a quedar con esa cicatriz no creo que la disfrute mucho.


2 años después

Aquel calor era insufrible y conseguía que la ropa se le pegase al cuerpo, incluso después de tomar un baño con agua fría. Llevaba en aquel lugar dos meses y no conseguía acostumbrase, aunque cuando atravesó el desierto lo pasó mucho peor que en aquel momento al quedarse sin comida ni agua.

Echaba de menos su hogar, y echaba muchísimo de menos a Kouha. La última vez que hablaron habían vuelto a discutir por algo que ahora le parecía una estupidez.

Unos leves golpes en la puerta la sobresaltaron. Todavía no se había acostumbrado a estar rodeada de gente, después de estar tanto tiempo escondiéndose. Al abrir vio a un chico de cabello rubio y ojos color miel.

-Alibaba me has asustado.

-Lo siento, pero tenía que avisarte que en un rato saldremos-Alibaba parecía más serio de lo normal esa noche, aunque desde que le había conocido solo se expresaba como realmente era cuando podían hablar a solas sin que nadie más los viese-. Si no estás segura de estar en la Tropa de la Niebla puedes dejarlo cuando quieras.

-No, ya sabes que te debo mi vida-las imágenes pasaron por su mente recordándole aquel día-. Si no fuese por ti habría muerto nada más llegar a Balbadd.

-Ya te he dicho muchas veces que no hace falta que me lo agradezcas-una tímida sonrisa apareció en su rostro-. En esta ciudad nos cuidamos unos a otros, o por lo menos lo intentamos.

-Gracias Alibaba-la chica le dio un beso en la mejilla antes de salir de la habitación-. Espero poder quedarme aquí mucho tiempo-susurró para que el rubio no le oyese.


La aparición del rey de Sindria junto a los amigos de Alibaba había hecho que la situación se complicara, sobre todo si Sinbad descubría quien era ella. Y lo peor es que ya había localizado a varios de sus perseguidores en la ciudad. Pronto tendría que abandonar aquel lugar y no quería dejar a Alibaba solo con todo lo que estaba pasando en Balbadd, pues le debía la vida al chico y también, le había cogido mucho cariño al ayudarla tanto.


-Tú debes de ser Yuuki-un niño de cabellos azules y ojos del mismo color la miraba con una adorable sonrisa-. Alibaba me dijo que le habías ayudado mucho y tenía curiosidad.

-Creo que más bien es al revés-el niño la miró confundido-. Alibaba es quien me ayudó a mí salvándome la vida.

- ¿Puedo hacerte una pregunta? -Yuuki asintió-. Tú no eres de Balbadd, ¿de dónde eres? - su rostro se tornó pálido. ¿Por qué le estaba preguntando eso? ¿Había descubierto quién era? ¿Sería parte de sus perseguidores? Pero era imposible que un niño tan joven y con una expresión tan dulce en la cara fuese parte del Imperio de Parthevia-. ¿Estás bien? Estas muy pálida.

-Estoy bien-el niño le miraba muy preocupado-. Yo...tengo que irme.

-Pero...-Yuuki salió del lugar sin dejarle terminar la frase.

Al correr por el estrecho pasillo acabó por chocar con una persona sin darse cuenta, provocando que cayese al suelo estrepitosamente.

- ¿Te encuentras bien? -Yuuki se quedó congelada al escuchar aquella voz-. Deberías mirar por donde vas si no quieres ir chocando con la gente-el rey de Sindria le ofrecía su mano para que se pudiese incorporar, tras él estaban sus dos ayudantes.

-Estoy bien-casi susurró la chica-. Lo siento, prestaré más atención la próxima vez.

-Yuuki-se oyó la voz de Alibaba que se aproximaba-. ¿Qué te ha pasado?

-Nada, estoy bien-la chica había notado la sorpresa del rey al escuchar su nombre-. Tengo que irme- siguió su camino dejando a los presentes observando cómo se alejaba.

-Alibaba, ¿de qué conoces a esa chica? -el rubio le miró confundido-. Por su aspecto sé que no es de Balbadd.

-La encontré en la entrada de la ciudad. Estaba muy débil cuando llegó, así que decidí traerla conmigo.

- ¿Sabes de dónde es?

-Solo sé que me dijo que llevaba lejos de casa mucho tiempo. ¿Ocurre algo?

-Nada, no hace falta que te preocupes-el rey dejó allí al chico confuso.


- ¿Estás seguro? -pregunto Ja'far.

-No puedo estar completamente seguro, pero por la descripción que se dio en su momento y el nombre... es lo más probable.

-Se supone que fue secuestrada hace dos años por alguien del Imperio de Parthevia, ¿qué hace aquí?

-Seguramente consiguió escapar. ¿Por qué no volvió al Imperio Kou? -Sinbad miraba pensativo la mesa-. Puede que volviese y que ahora la estén usando como chivo expiatorio. Si es así, tendríamos un gran problema.

-Tal vez deberíamos intentar hablar con ella-Sinbad asintió ante la propuesta de su visir

- Masrur ve por ella.

Quince minutos tardó el guerrero Fanalis en volver con la chica que pataleaba sobre su hombro.

-No hacía falta que la trajeras así-se rio Sinbad. Con cuidado el pelirrojo dejó a la chica en el suelo-. Lamento que Masrur te trajera de esa forma.

- ¿Qué quieres? -su mirada se paseó por la habitación en busca de una ruta de huida.

-No hace falta que busques una forma de huir de la habitación, Masrur nunca dejaría que escapases.

- ¿Por qué me has arrastrado hasta aquí? ¿Qué quieres de mí? -instintivamente se cubrió el cuerpo dejando a los tres hombres desconcertados.

-Solo quiero hablar-el hombre veía como aquella chica mostraba miedo al verse atrapada-. Yuuki sé quién eres-su rostro se puso pálido-. Lo que no sé es porque estás aquí, y eso me inquieta dada la situación actual de Balbadd.

-No tengo nada que ver con lo que está pasando-dijo a la defensiva-. Ni siquiera sabía nada de Balbadd cuando llegué. Si te preocupa que pueda llevarle información al Imperio Kou estás muy equivocado, porque ellos no saben que estoy aquí-terminó la frase casi en un susurro-. Ellos no saben dónde estoy-la tristeza se vio reflejada en sus ojos.

-Si conseguiste escapar, ¿por qué no volviste al Imperio Kou?

-Todavía no puedo volver-aquella frase sorprendió a los tres hombres-. Sé que no me creerás, pero le debo mi vida a Alibaba y nunca haría nada que le perjudicase a él o a su reino-sus ojos transmitían la verdad de sus palabras-. Pretendía quedarme para ayudar a Alibaba, pero...ellos me han vuelto a localizar.

- ¿Ellos? -preguntó Ja'far confuso

-Los hombres que contrato la persona que me secuestro hace dos años-como si fuese un reflejo se llevó la mano a su vientre, allí donde la hirieron aquel día-. No puedo quedarme nunca mucho tiempo en ningún sitio. Siempre me encuentran.

-En el Imperio Kou podrían protegerte-una amarga risa salió de la chica-. Tienen conquistadores de calabozos...

-"Ellos" nunca me dejarían volver. Por lo visto soy un gran obstáculo.

- ¿Ellos? -Yuuki esquivó su mirada.

-Ya le he contado demasiado al que es sin duda el mayor enemigo del Imperio. Si me disculpas me gustaría despedirme de Alibaba antes de volver a desaparecer.

-No tienes por qué irte-Yuuki y Ja'far miraron sorprendidos al rey de Sindria-. Por tus palabras veo que no traicionarías a alguien que salvó tu vida, y eso demuestra que podemos fiarnos de ti. Además, que podemos ayudarte a esconderte de quien te persigue.

-Nadie puede ayudarme-suspiró sonoramente-. Todos los que en algún momento me intentaron ayudar acabaron muertos. Muchos de ellos eran gente inocente de buen corazón.

-Te ayudaremos-le ofreció la mano a la chica que le miraba con gran desconfianza-. Nadie te hará daño mientras yo esté cerca-sabía que al estrechar aquella mano le estaba vendiendo su alma al gran enemigo de su Imperio, pero en esos momentos le necesitaba.


- ¿¡Judal!?-miró horrorizada al Magi del Imperio Kou que hablaba con Sinbad-. No puede ser-susurró alejándose hasta quedar oculta tras una columna.

Todo se había terminado de torcer aquel día. Por la mañana mientras Alibaba negociaba con su hermano en el palacio, ella había tenido que escapar por los pelos y, con ayuda de Masrur, de los hombres del Imperio de Parthevia y, ahora aparecía Judal. Aunque por suerte parecía que no la había visto y estaba muy entretenido buscando pelea con Sinbad.

-Tengo que irme de aquí-el Magi atacó al pequeño amigo de Alibaba -. Maldita sea, ¿no puede largarse sin arma tanto escándalo? -el Magi miró alrededor buscando al candidato a rey del pequeño Magi.

- ¿Quién está escondido detrás de la columna? Su magoi es fuerte...-Yuuki cubrió su rostro y cabello antes de que el Magi oscuro apareciera-. ¿Quién eres? tu magoi me resulta familiar... ¿Eres un mago?-Yuuki esquivó su mirada y se movió intentando alejarse del pelinegro-.¿Dónde te crees que vas?-le sujetó el brazo antes de que pudiese alejarse más de él-.Te he hecho una pregunta ¿Quién eres?- su mano tiró de la capucha que le cubría el rostro-.¿Yu...Yuuki? ¿¡Qué narices significa esto!? ¿¡Qué haces aquí!?-la chica le miraba desafiante-. Kouha va a enloquecer si se entera de que estas libre y no has vuelto con él-la mención del principe hizo que sintiese como se oprimía su corazón.

-Judal si no tienes nada que hacer lárgate-el Magi la miraba sorprendido por aquellas palabras. La poca relación que había tenido con la chica había sido cuando llevó a Kouha a una celda y cuando le pidió que le enseñara magia o se veían por el palacio.

-Ya hablaremos después de que me divierta un poco con el enano.

Yuuki nunca se imaginó que vería como derrotaban al Gran Magi del Imperio Kou, aunque aquella lucha se había salido de control junto con el Djinn de Aladdin, que pretendía matar a Judal. Por muy irritante que fuese Judal nunca le había caído mal y no quería que le hicieran daño. Algunas veces se había entretenido en enseñarla a dominar la magia y habían fastidiado más de una vez a los empleados del palacio, llevándose luego ella todas las reprimendas y castigos. Pero verle tan indefenso frente al Djinn la sorprendió y la asustó mucho más cuando vio que el Magi no se levantaba del suelo

- ¡Judal! -corrió hacia donde estaba el chico. Sus heridas eran muy graves y aun así el Djinn quería seguir luchando, ignorando las órdenes de su amo-. ¡Aladdin detén a tu Djinn. Judal ya no puede seguir! -el pequeño Magi lo intentaba, pero de nada servía.

-Yuuki sal de ahí-le gritó Sinbad-. ¡Masrur! -Yuuki sintió como la alejaban del lugar en el momento en el que el Djinn aplastaba al Magi.

- ¿Qué es ese monstruo que ha hecho daño a mi querido Judal? -Yuuki se sorprendió al escuchar aquella voz. Como hizo cuando vio al Magi se cubrió el rostro antes de que la princesa Kougyoku se percatasen también de su presencia en aquel lugar.

¿Qué más podía salir mal esa noche?

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