Mi despertador suena. Son alrededor de las 11 de la mañana. Tomo un baño rápido y me visto; después de mucho tiempo, me pongo un traje.
Bajo al primer piso y tomo un ramo de flores que había conseguido, agarro un pequeño regalo que había comprado días antes y un suzuki-san de mi colección.
Salí de mi casa casi corriendo. Me subo a mi deportivo y recorro el mismo trayecto que ya me se de memoria.
Mientras voy manejando, empiezo a recordar el día en que me dieron una de las peores noticias de mi vida.
Recuerdo perfectamente cuando el doctor salio de tú cirugía; por cierto fueron muchas horas y varios médicos y enfermeras asistieron, pero bueno, eso es lo de menos. Estaba sentado junto con Takahiro. Los nervios nos consumían por completo.
-¿Familiares de Takahashi Misaki? -pregunta el doctor mientras se acerca al centro de la sala.
No lo dudamos ni un poco y nos levantamos lo mas rápido posible.
-¡Aqui! -dijimos al unisono mi amigo y yo.
-Hemos acabado con la cirugía del paciente. La bala, perforo el hígado y tuvimos que darle varias puntadas. Perdió mucha sangre, pero, por suerte, lo trajeron a tiempo y pudimos evitar cualquier otra tragedia.
Eso, de alguna manera me tranquilizó, y no fui el único, Takahiro, cambio su semblante a uno más sereno. Lamentablemente no todo fue alegría.
-Pero -hizo una pausa el médico y se nos quedo viendo fijamente. -El joven entro en coma.
Takahiro y yo no dijimos nada, solo nos limitamos a lanzarnos unas cuantas miradas.
Sentí como una punzada invadía mi pecho. El solo oír la palabra "coma" me hacia pensar lo peor. El doctor siguió hablando pero ya no puse atención. La verdad es que pensé lo peor.
-Quiero verlo. -interrumpi la explicación del medico. -Quiero ver a Misaki.
-Por ahora no creo que este bien. Vera, acaba de salir de una cirugía y...
-No me importa. Quiero verlo. -no deje que terminara su discurso. La verdad no me interesa.
-Usagi... -intervino Takahiro. -Mañana quizá lo puedas...
-¡No! ¡Quiero verlo ahora!
-P-pero Usagi...
-¡No Takahiro! ¿Es qué no puedes comprenderme? La persona más importante para mi esta sufriendo.
En ese momento sentí que iba a derrumbarme. Me sentía pésimo.
-Usagi ¡No me vengas con eso! ¡Yo también estoy sufriendo! -levanto su voz que parecía entrecortarse. -Yo... también estoy asustado, estoy triste, también quiero verlo.
¡Es mi hermano! pero nada gano con ponerme histerico.
Las palabras de Takahiro hicieron que reaccionara. Me sentí mal porque quede como un egoísta.
Porque sí, soy un egoísta cuando se trata de Misaki.
Pero, aún quedaba ese sentimiento de inquietud. Me dio un abrazo de consolación, mismo que le correspondí.
-¿Y si ya no despierta? -las lágrimas amenazaban con salir, pero aun así no quería llorar. Le prometí a Misaki que él seria el único en verme así.
-No pienses en eso, Misaki es más fuerte de lo que crees.
No puedo permitirme ser pesimista. Este no soy yo.
-Cierto. -me tranquilice un poco. -¿Sabes? Mi Misaki, aunque se las dé de muy valiente, es muy miedoso. Quiero estar ahí para cuando él despierte. Seguro estará asustado, por eso, quiero verlo.
-Solo, espera un día más ¿Si?
-Esta bien.
La noche paso lenta y desesperante. Quería que ya fuera el día siguiente.
Ese día, Takahiro y yo nos quedamos ahí. Difícilmente dormimos por ratos, sentados en unas incomodas sillas.
Cuando menos lo esperé, llego la mañana. Abrí mis ojos y lo primero que vi fue a Takahiro hablando por teléfono.
-Si, claro. Te llamare más tarde. -fue lo único que alcance a escuchar. Takahiro regreso hacia donde estaba.
-¡Oh! Usagi, despertaste.
-¿Qué horas son? -bostece
-Cerca de las nueve de la mañana
-¿El doctor aún no dice nada de Misaki?
-No... Pero definitivamente lo veremos hoy.
-Si. -quisiera o no el medico, vería a Misaki. -Por cierto, Takahiro ¿Con quien hablabas? -no me importaba mucho que digamos. Solo estaba haciendo tiempo para ver a Misaki y distraer de alguna forma mis nervios.
-Con Manami.
Cierto... Me había olvidado de la existencia de esa mujer. Bueno, no es como si fuera importante para mi.
-Le explique la situación de Misaki y le dije que podía volver.
-¿Volver? -pregunte extrañado.
-Si. Después de lo que paso con... ese mangaka y que me contara todo -Takahiro desvío la mirada. -le dije a Manami que se fuera con Mahiro a la casa de sus padres o a cualquier lado. Ese hombre era capaz de todo y quizás los usaba a ellos para chantajearme, más...
-Ya veo.
-Iré a preguntar para ver si podemos entrar a ver a Misaki.
Takahiro se fue a la recepción y en menos de un minuto volvió.
-Dicen que ya podemos entrar. Ve tu primero, Usagi.
-Entra tu primero, Takahiro.
-N-no...
-Entra, que se acabará la hora de visitas o algo así. -lo interrumpí. -Perdona mi comportamiento de ayer, actúe como un patán. La verdad es que también tengo miedo, como tú. Si algo le llega a pasar, no se que haría. Él es todo para mi.
Pero bueno, tú también quieres verlo. ¿No? Además será más cómodo que entres solo.
Él sonrió y susurro algo.
-Esta bien, iré primero.
Podría jurar que sus palabras fueron: "¿Tanto así lo quieres?"
Si supieras cuanto lo quiero...
El semáforo cambio a rojo, haciendo que me quedara parado. Las calles no estaban tan transidas como de costumbre, de hecho se veian tranquilas.
Aproveche aquel momento y saque un cigarro, lo lleve a mi boca y posteriormente le prendí fuego.
-Ese día Takahiro se llevo más de media hora en tú habitación. Pareciera que lo hizo a propósito para que tardara más en verte. -solte una pequeña sonrisa y le di una calada más a mi cigarro.
Después del buen rato que paso ahí dentro tú hermano. Seguía mi turno. Sus ojos se veían rojos y había rastros de lágrimas en sus mejillas y él todavía intentaba disimular, no soy estúpido es obvio que lloró.
-Eh... Y-ya puedes pasar Usagi -su voz sonaba ronca e intentaba esconder su tono.
No quería que se sintiera tan incómodo Takahiro así que no dije nada.
Asentí con la cabeza y me dirigí a tu habitación.
Al llegar a la puerta, una sensación extraña me invadió. Pero la abrí.
La habitación era completamente blanca y había una enorme ventana, la cual tenia una gran cortina pero eso no evitaba que los rayos matutinos se filtraran en ella. Y al lado de esa gran ventana, a unos centímetros de distancia se encontraba tu cama.
Cerré la puerta con cuidado y a paso lento me acerque a un lado de ti. Había una pequeña silla, creo que ahí se había sentado Takahiro. Posteriormente yo la ocupe.
El solo verte conectado a varias maquinas me partía el corazón.
-Misaki... -acaricie tu cabello castaño. -Tan solo llevas una noche así y me siento pésimo. Siento como si yo fuera el que esta ahí. Es... Un sentimiento indescriptible. Por eso... Despierta rápido. -la bata de hospital que usabas, te hacia ver más delgado y frágil. Lo que daría por ser yo el que estuviera ahí. No tú.
-La vez que, le dijiste a Haruhiko que tenias la necesidad de cuidarme ¿Sabes? yo también tengo necesidad de que me cuides. Soy un desastre sin ti, tan solo mirame. -sin duda ese día me veía espantoso. -A pesar de que soy escritor, no encuentro las palabras adecuadas para demostrarte mis emociones, mis sentimientos, en este momento. Pero, si puedo decirte algo con seguridad... te amo, y que eso nunca cambiara.
Cuando despiertes, te llevare a Inglaterra como te lo prometi, te enseñaré todo el lugar, si quieres, te enseñare inglés, además te servirá para tus estudios...
Y ahí estaba yo haciendo planes para ti con la condición de que despertaras pronto.
Mientras me perdía entre mis recuerdos de aquel día llegue al lugar deseado, donde tú estas. Estacione el auto y baje con todos los regalos. Mientras caminaba por el pasillo, la gente de me quedaba viendo extraño.
¿Es por el traje o por los regalos?
Entre de inmediato a la habitación de hospital.
En ella había globos atados alrededor de tu cama y varios regalos en la mesita cerca de tu cama.
Creo que se me adelantaron.
Bueno no importa.
-Misaki, ya llegue. -dije mientras cerraba la puerta.
¿Al menos podrás a oírme?
Esa pregunta siempre ronda por mi cabeza.
Me senté en la silla de siempre y deje que los regalos descansaran en mis piernas y me puse a analizar los demás.
-Hay muchos regalos aqui, Misaki. ¿Sabes? Aikawa te dejo chocolates con alcohol ¿No puedo escoger un mejor regalo? Y también Isaka-san... Aunque dudo que unas orejas y cola de gato te vayan a agradar. ¿Qué tienen en la cabeza? -rei un poco.
¿Qué les pasaba a estos sujetos?
-También hay muchas flores de Haruhiko... -frunci el ceño, aún no me acostumbraba que él viniera a verte. Como sea, hice un ademán con la mano restándole importancia. -Pero mis flores son mejores.
-¿Otro reloj por parte de Mizuki? -lo tome entre mis manos para analizarlo bien.
Es de buena marca. -lo deje en su sitio. -Kaoruko te mando un pastel. No creo que éste ultimo sobreviva mucho.
¡Ah! Tu hermano te trajo muchos globos. Y tu sobrino hizo un dibujo para ti. -tome la hoja de papel y la vi mejor. -Hasta eso no dibuja tan mal. Además tu amigo también vino, hay una carta suya para ti y un pequeño regalo de su parte. -suspire. -Hoy te fue bien Misaki. -revolvi tus cabellos.
A pasado tiempo pero tu cabello sigue igual de hermoso, igual que tú.
-Misaki... Se suponía que despertarías pronto. Ya llevas más de 6 meses así. ¿Qué no quieres ver tus regalos?
Se suponía que tu próximo cumpleaños seria feliz. Pero, estas dormido.
Silencio, silencio otra vez.
-Aun así. Feliz cumpleaños, Misaki. Te traje un ramo de rosas, son como las que me regalaste el día de mi premiacion. No fue fácil conseguirlas, pero Lord Usami tiene contactos. Por eso te dije que eran mejores que las de Haruhiko. ¡Ah! Te traje otro suzuki-san para que te haga compañía. Se lo que me dirás, que deje de infestar la habitación con osos pero simplemente no puedo. Ellos te cuidaran en mi ausencia.
Y también te traje un pequeño presente, pero no te diré que es. Tienes que averiguarlo por ti mismo.
Misaki. Quiero volver a oírte, a verte sonreír, incluso verte enojado. Pero quiero verte vivo.
-Tambien tengo un regalo extra. Es exclusivo para ti. Nunca había hecho algo como esto así que no te rías -sonrei.
Me acerque a su oído para que me pudiera escuchar mejor. Y empecé a cantarle, pero no cualquier canción.
-Feliz cumpleaños, a ti. Feliz cumpleaños, a ti. Feliz cumpleaños Mi-sa-ki. Feliz cumpleaños, a ti. -le di un beso en la frente y me aleje de ahí.
En este momento, tengo... Muchas ganas de llorar.
-Seguro te han cantado la canción de cumpleaños tantas veces que ya te la sabes de memoria. Yo, la tuve que ensayar antes de venir acá. ¿Gracioso verdad? La tuve que aprender yo solo, me hubiera gustado que tú me ayudaras a memorizarla. Cuando despiertes, te la cantaré todas las veces que pueda, incluso si no es tú cumpleaños, no importa. No me molestaría. Si eso te hace feliz, a mi también me hará.
Recoste mi cabeza en una orilla de la cama, cuidando no invadir el espacio de Misaki.
-Solo... Apurate a despertar. Te extraño mucho. -cerre los ojos un momento, estaba tan cansado. El día anterior no había dormido tanto. Bueno, desde que Misaki esta en una cama atado a muchos tubos y cables, ya no duermo bien.
¿Como podría dormir bien si él esta tan lejos de mi? Sufriendo...
Empecé a soñar con los primeros días en el hospital.
Me quedaba a tú lado, esperando a que volvieras. Primero no dormía, me quedaba cuidandote toda la noche esperando a que despertaras.
Fueron pasando los días y nada. Me empezaba a desesperar. Habia dias en que medio dormia o incluso no dormía, pero aun seguía ahí.
Tu hermano se la pasaba regañandome, diciendo que saliera de tu cuarto, que me fuera a mi casa, que estaba descuidando mi apariencia, mi trabajo y mi vida. Yo solo lo ignoraba. No quería irme de ahí.
Un día, me empezó a hablar fuerte, decía que si no me hacia cargo de mi, no iba a poder hacerme cargo de ti. Me dijo que si no me tomaba mi vida enserio y no me cuidaba, iba a decir que ya no me dejaran pasar. En ese momento me enoje con él. ¿Como me hacia eso? Él, más que nadie sabia lo que sentía por ti. No tuve mas remedio que salir de ahí. Dure días sin hablarle hasta que hicimos las pases, una semana después. Él se disculpo conmigo y yo con él. Es por eso que pude seguir aquí. Pero con la condición de dormir en mi casa.
Me sentía tan frustrado y solo. Mi casa, ya no era mi casa. Era nuestra, pero sin ti, no era nada.
Maldita la hora en que ese mangaka se puso en nuestro camino. Si pudiera, lo mataría yo mismo, que pagara por todo el sufrimiento que te hizo pasar. Él se debería estar debatiendo la vida en una cama de hospital ¡No, tú!
De repente, en mi sueño, tuve una sensación de melancolía, tristeza y demás. Creo que por la fecha que es hoy, tú cumpleaños, quizá es eso.
Recordé todos esos momentos hermosos que pase a tú lado.
Hey Misaki, ¿Recuerdas el día que te conocí? La peor primera impresión del mundo.
Me encantó la vez que te pusiste celoso, inconscientemente de Isaka-san y de igual manera de Aikawa.
La vez que me dijiste "te quiero" en la noria, fue el día más feliz de mi vida.
¡Ah! Como olvidar la vez que rechazaste a Haruhiko por mi.
Todos los momentos lindos que pasamos, los atesoro, son lo más importante.
No me importan mis millones, mi casa, mis libros, ni nada de eso. Tú, eres mi tesoro más valioso. Recuerdalo siempre.
Desperté y lágrimas corrían por mis mejillas. Un ruido extraño me distrajo, no reaccione al principio. No sabia de donde venia.
Hasta que mis ojos se toparon con el monitor que marcaba los latidos de tu corazón.
¿E-estoy soñando?
Mis ojos no podían creer lo que veía. De pronto, médicos, enfermeras y demás entraron a tu habitación, intentando varias técnicas, hablando en su lenguaje de doctor. Me pidieron salir de la habitación, en pocas palabras me sacaron a la fuerza, no quería irme de ahí.
-¡Misaki! -mi llanto había incrementado más. ¿Qué pasara con todas esas promesas que te había hecho minutos antes?
¿Qué le digo a tu hermano? Le prometí protegerte.
¿Qué hago sin ti?
¿Por qué la vida se empeña en hacerte daño? ¿Qué se supone que has hecho para que te castiguen asi?
No es justo, no es justo, no es justo.
Escuchaba ruidos extraños en tu habitación. Intente entrar una vez mas pero la puerta estaba cerrada, la manija no abría, es como si le hubiera puesto seguro.
De repente, la escena se fue desvaneciendo ante mis ojos y yo no podía hacer nada. La habitación se fue alejando, por más que corrí para alcanzarla no podía, se alejaba de mis manos y todo y se volvía oscuro pensé que me estaba volviendo loco.
-U-Usa...gi-sa...n -tu voz en medio de la oscuridad. ¡Escuche tu voz!
-¡Misaki! -grite con todas mis fuerzas. -¿Donde...? -no pude terminar mi pregunta.
Y desperté.
Me encontraba en la misma habitación, en la misma posición. Apenas podía levantarme y rastros de lágrimas se encontraban en mis mejillas. El lugar donde reposaba mi cabeza estaba mojado, mi cuello se había entumecido y me dolía con solo moverme un poco. Esa no era la mejor posición para dormir.
Sentí una cálida sensación en mi cabello, una sensación agradable. Levante la cabeza. Y te vi.
Tú mano se encontraba en mi cabello plateado, dando movimientos leves, tus ojos, estaban abiertos y una sonrisa salia de tu boca, ésta ultima parecía moverse, como si quisieras hablar.
-U-Usa...gi-san. -repetiste por segunda vez con dificultad y tus ojos se volvían cristalinos. Parecía que en cualquier momento quebrarías en llanto.
-Misaki... -y las lágrimas que lloré en mi sueño, las lloré ahí mismo.
Nuestras miradas se encontraron después de mucho. No podía creerlo. Acerque mi mano a tu mejilla y sentí tus lágrimas tibias correr sobre ella. Y como te lo prometí hace años. Solo lloraría contigo y si que estaba cumpliendo mi promesa.
-M-Misaki, bienvenido, de nuevo.
(￣(エ)￣)(￣(エ)￣)(￣(エ)￣)
Aún no acabo. Dividí el final el dos... Quería subir las dos partes juntas pero si no la subía ahora, se retrasaría más :u
Ahí tienen una probadita del final.
No me maten x.x