The Opposite Of Nothing |HS|...

Por _Harrybae_

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Callie Evans prefiere esconderse en su cabina de DJ que enfrentarse al hecho de que esta enamorada de su mejo... Mais

Detalles
SINOPSIS
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Por _Harrybae_


Sasha: Quiero tu boca.

Sin saludo. Ella no tenía la paciencia para eso después de leer su correo electrónico.

Hazz: Dime.

Sasha: Tu cara entre mis piernas

Hazz: Mmm sabes tan bien

Casi pudo sentir el zumbido de ese mmm, justo donde lo necesitaba. Se retorció contra la costura de sus jeans y soltó el botón.

Sasha: Tu lengua dentro de mí

Hazz: Te estoy follando con mi lengua

No podía dejar de imaginarlo con una perforación, una bola de acero acariciándola con cada embestida. Ella sabía que no estaba perforado, pero por Dios, podía imaginarlo.

Hazz: Abriéndote con mis dedos

Sasha:

Hazz: deslizándome hacia arriba para llegar a tu clítoris, lamer y chupar, lamer y chupar.

Apenas había llegado a su ropa interior, y ya se iba a venir. Unos pocos golpes de su pulgar sobre la parte superior de su monte, y se acabó. Rápido y duro. Todo lo que quedó fue dolor. No podía seguir haciendo esto.

Hazz: Mis dedos bombeando

Sasha: Tengo que irme

Ella lo dejó colgado.

Eso la emocionó demasiado. Tenía que salir de ese apartamento y lejos de su computadora portátil. Si se quedaba, hablaría de nuevo con él. Al menos, la caminata al bar le daría la oportunidad de enfriarse.

* * *

Golpes bajos salieron de The Brick cuando una multitud de personas se arremolinaron cerca de la entrada.

---Oye, Calista. ¡Tomaste mi consejo!

Jessa agitó sus brazos como una gaviota desquiciada, y Callie trató de imaginar cómo ella y Harry se habían enganchado el año pasado. No estaba siendo justa. Jessa era preciosa y divertida... única. Su exuberancia era parte de su encanto. Ella había arrastrado a Callie a la estación de radio el año pasado y la inscribió en su propio programa de radio. Había hecho ese tonto cartel CJ!JC para la puerta de su dormitorio. La primera reacción de Callie había sido temer que se tratara de una elaborada broma cruel. El programa de adopta-a-un-perdedor, o la semana de trae-un idiota, o alguna otra cosa pública y horrible. Pero Jessa no parecía jugar esos juegos. Su juego era más como atrapar y soltar, versión estudiantes de campus.

---¿Buena banda esta noche?

---Nah. Multitud decente sin embargo. ¿Quieres algunos tragos?

Los ojos de Jessa estaban un poco vidriosos, y su lápiz de labios manchado. Callie empezó a decir que no, pero mierda. Si iba a su casa, sólo haría el ridículo de nuevo.- ¿Por qué no?

---Brillante. Tragos primero, y luego a bailar. ---Jessa la agarró por el cinturón y la arrastró hasta la barra.

---Necesitamos Cuervo, cariño ---gritó Jessa a su novio. ¿Trip, Ted, Tim? Tim, por supuesto. Tim oídos de madera. No parecía importarle el apodo. Solían ir acompañados de gritos y puños levantados. Y Jessa disfrutaba absolutamente la atención. (Cuervo : marca de tequila)

Tim apareció con tragos, limones y sal.

---Tragos corporales, damas.

Movió dos vasos de chupito en su dirección y sacudió sus caderas un poco para dar énfasis. Sugirió eso lo suficientemente fuerte como para que las personas cercanas lo oyeran.

---Diablos, no. Tal vez cuando hables latín. ---Callie trató de poner suficiente desprecio en su voz para callarlo por la noche.

Sus espectadores abuchearon. Jessa tomó los tragos y le pasó uno a Callie. Ella agarró el frente de la camisa de Tim, lo atrajo hacia sí y le mordió la nariz. Obviamente no fuerte, o tal vez no tan fuerte, porque Tim sólo sonrió mientras Jessa lo amonestaba.

---Ya basta de eso, animal. No estamos aquí para tu entretenimiento.

Lamer, tragar, chupar. Ambas se estremecieron. Tim los puso de nuevo y repitieron el ritual. ¿Chupar, tragar, lamer? ¿Lamer, tragar, chupar? En algún momento perdió la cuenta y el orden se volvió irrelevante. Con el tiempo, tal vez inevitablemente, lamió la sal del cuello de Jessa y chupó el limón de su boca. Tim cantó al lado de ellas---: Veni, vidi, vici. (En español: Vine, Vi, Venci)

Probablemente el único latín que sabía.

Ella no tuvo la gracia de desmayarse. En cambio, se tambaleó hacia la pista de baile como si estuviera audicionando para las locas vacaciones de primavera. Levantó los brazos, giró sus caderas, y apenas notó el cuerpo presionándose detrás de ella. Cuando una gran mano agarró su cadera, se quedó sin aliento. Pero no se alejó. Jessa estaba delante de ella, sonriendo. Sus labios se movieron, pero Callie no pudo oírla sobre el golpeteo de su pulso en sus oídos. Sólo sintió el pesado brazo alrededor de su cintura. En su cabeza, era Harry acercándola, moviendo la pelvis en su culo.

Ella apoyó la cabeza en su hombro y dejó que la música la moviera. La nube del aerosol del cuerpo de Tim deshizo el hechizo. Curtida y penetrante, nada como los limpios cítricos ardiendo en su memoria. Se apartó, pero sus reflejos eran demasiado lentos. La inmovilizó contra él, apretó la cara sudorosa contra su pelo, y le susurró al oído:

---Ustedes dos son tan jodidamente calientes juntas.

Jessa seguía sonriendo y bailando, ajena a la rutina zalamera que su novio estaba mostrando. Tenía sus dedos en el cinturón de Callie de nuevo.

---¿Están burlándose de mí? ---Callie sacudió la cabeza y trató de apartarse. Su atención tenía que ser una broma cruel. Su pulso era frenético. Ya no impulsado por la lujuria, se preparaba para darle un codazo en las costillas. Tenía que centrarse.

Antes de que pudiera empujarlo, Tim desapareció. Fuera de equilibrio, cayó, sus extremidades agitándose, la sonrisa de Jessa desapareció de la vista y cayó sobre su culo.

Había pensado que caer extendida en el suelo de un bar de mala muerte era tan malo y la noche no podría empeorar hasta que vio a Harry, su rostro contraído por la ira, cerniéndose sobre ella. Uh oh.

---¿Cuándo llegaste aquí?

Él no contestó, sólo la levantó en brazos y la llevó como si fuera basura. La multitud los despidió con silbidos. Mi noche se está poniendo totalmente peor.

Él la metió en el asiento del pasajero y cerró la puerta.

---No puedes conducir. ---Trató de sonar severa, pero todo salió como Tú puedes manjar. Sin embargo, podía babear. Se limpió la boca.

---Estás borracha, yo no. Me presento a jugar billar y te encuentro siendo maltratada. ¿Sabes lo que iba a pasar allí?

El disgusto en su voz penetró su embriaguez. Ella asintió. Su cerebro se removió en su cráneo, un segundo después del movimiento. Sí, iba a mutilar a Tim oídos de madera. En algún lugar, bajo una capa de Cuervo, sabía que podría haber sido un poco peor que eso. ¿Y qué si lo era?

---¿Querías eso? ---Sus ojos color esmeralda se oscurecieron a un gris tormentoso. Si él preguntaba por cometer lesiones corporales, seguro. Pero probablemente se refería a las aventuras sexuales que habían comenzado en la pista de baile. Observó su mandíbula levantarse y caer mientras la apretaba. ¿Qué había visto? No bebía a menudo, pero había presenciado las consecuencias de una noche de fiesta suficientes veces como para saber que no era bueno. Su cola de caballo se había caído. Su delineador probablemente se encontrara en su frente. Teniendo en cuenta su vientre retorciéndose, su piel podría estar muy ligeramente verde.

---¿Importa lo que quiera? ---Por supuesto, eso salió con claridad. Y en voz alta. Vaya. Apretó un dedo en sus labios y se hizo callar a sí misma.

Él golpeó las manos sobre el volante, meciendo el Taurus. Ella vomitó.

---Mierda, no vomites en el auto.

Entonces ella estaba afuera, con Harry arrodillado a su lado, sosteniendo su cabello, acariciando su espalda mientras vomitaba.

---Lo siento. Lo siento. Lo siento. ---Se disculpó, una y otra vez, entre arcadas.

---No lo entiendo, Callie. Esta tarde tenías novio. Esta noche estás coqueteando con esos gilipollas. Nada tiene sentido. ¿Qué diablos pasó?

---Yo no... --- Yo no... ¿tengo novio? ¿Tampoco entiendo lo que pasó? ¿Ligar? No pudo terminar antes de que otra oleada de náuseas la obligara a apartarse.

---Ahora no. Cuando estés sobria. ---Él le acarició la espalda de nuevo, y ella ni siquiera podía disfrutar de su toque. Nunca voy a beber de nuevo.

* * *

---Me voy a morir. ---Ella abrió un ojo y una rendija de luz aguijoneó su cerebro. ¿Era posible ser lobotomizada por el sol?

Harry arrojó una botella de agua. Aterrizó, fría y húmeda, al lado de ella.

---Nunca te he visto tan borracha. Apenas te reconocí.

Se estremeció al oír su voz atronadora y tiró una almohada sobre su cabeza. Si sólo pesara tanto como su vergüenza. Entonces podría asfixiarse para salir de esta situación. Tomó una respiración profunda para controlar su estómago. Todo olía a él. Se acurrucó en su oscuro cobijo y consideró quedarse en la cama por siempre. Sólo que no era su cama. Deslizó la almohada para poder mirarlo.

---¿Por qué estoy en tu cuarto?

---No fuiste exactamente cooperativa. No sabía si podría entrar en tu apartamento sin despertar a todos tus vecinos.

---No, ya sabes, intenté algo estúpido, ¿verdad? ---Los jeans de ella eran una maraña en el suelo, y él se puso de pie junto a la cama sin camisa. Sus pantalones de chándal colgaban en sus caderas, exponiendo una extensión plana de musculoso abdomen tan distractora que, incluso con resaca, quería arrastrarse a través de la habitación y sólo lamerlo. Jesús. Miró la cama muy estrecha y trató recordar algo de lo ocurrido después de salir del bar. Sabría si había hecho eso, pero había alrededor de un centenar de otras cosas que dos personas podían hacer.

---Tenía que evitar que salieras de la ventanilla del auto para dar una serenata a la seguridad del campus, y allí fue el karaoke a capela en el vestíbulo de la planta baja.

Ella había pensado más como en ataques corporales lascivos o confesiones de amor eterno. En comparación, sus sugerencias no eran nada del otro mundo. Habría cantado country en una mesa en el comedor en lugar de arrojarse a él. Mejor eso a que la mirara como algo que había encontrado arrugado en el fondo de su bolso de gimnasio. Así cómo la miraba ahora. Y ella se había transferido de escuela antes de bailar en la mesa del comedor.

Deslizó una mano hacia abajo para agarrar sus pantalones. Fijando la colcha en su lugar con la barbilla, resopló y tiró y levantó las caderas de la cama. Los resortes chirriaron cuando aterrizó duro, su cara ardiendo ante la conciencia repentina de sus giros lascivos. No había manera digna de retorcerse en jeans ajustados horizontalmente. Harry arqueó una ceja en su dirección. Sus labios se levantaron muy ligeramente en las esquinas. El idiota evitaba reírse. Y perdió.

---¿Quién crees que los quitó? Nunca hubiera adivinado que ese caliente encaje rosa estaba bajo tus jeans.

Si un rayo podría golpear el interior de una habitación de bloques de hormigón de la residencia, habría celebrado su destrucción. ---¿Era día de lavandería?

Doblado de la risa, dio una palmada en el borde de la cama. Su estómago se retorció, recomenzando la resaca del infierno. No vas a vomitar. Repitió ese mantra hasta que las náuseas se disiparon y con cuidado se sentó. Espalda rígida. Barbilla levantada.

---Por. Favor. Deja. De. Reír

---Lo siento, pero toda mi imagen de ti se ha hecho añicos. Anoche te saqué de un trío inminente en la pista de baile, sostuve tu cabello mientras vomitabas en un callejón como una promesa de hermandad, entonces... ---Su risa adquirió un tono áspero. Él se pasó una mano por la cara y alisó un mechón de cabello, gruñó --- Cuando tuve que ayudarte a salir de tus jeans porque estabas tan borracha que casi reventaste tu cabeza en mi estantería decidida a hacerlo tú misma, te encontré en ropa interior de color rosa --- Escupió la palabra rosa como una semilla amarga. Como si no hubiera nada más obsceno que Callie Evans tratando de ser un poco femenina. Dios no lo quiera. Ese hijo de...

---Si esta eres tú con novio, no sé si me gusta.

No estaba exactamente equivocado, pero ¿quién demonios era él para juzgar? Agarró una almohada, deseando que fuera un ladrillo y se la tiró a la cabeza.

---¿Cuántas veces te has enredado con una chica al azar en el bar? ¿Por qué es aceptable para ti, pero no para mí? No soy algún, algún, ser asexual cuya única razón de ser es que te ayude con estadísticas y almuerce contigo cuando quieres escapar.

Cada palabra desencadenó un nuevo palpitar detrás de sus ojos. Y todo era verdad. Esa parte dolió, también.

Él se quedó allí, sosteniendo la almohada bajo el brazo, su mandíbula floja, el humor se drenó de sus ojos hasta que fueron de un verde oscuro y simple. Herido.

---Lamento que te sientas así.

Lo había matado. El sistema de navegación en el auto de sus padres entregaba instrucciones con más emoción. Nunca quería oír esa voz androide de él nuevamente, pero no iba a retractarse. ---Sin embargo, no lo lamentas, ¿verdad?

---¿Qué tengo que lamentar? ¿Rescatarte de la ruina inminente?

---Despierta, Harry. No hubo ninguna fatalidad. No soy una niña y, a pesar de lo que puedas pensar, no soy una virgen necesitada de protección. Agradezco que me trajeras a salvo, pero Jessa probablemente se hubiera asegurado de que llegara a casa bien.

---Lamento haber estropeado su diversión. Voy a tomar el desayuno. Asegúrate de cerrar la puerta detrás de ti, ¿de acuerdo? ---Dejó caer la almohada, agarró las llaves de la cómoda, y la dejó a solas en su habitación.

¿Qué demonios fue eso? Tenía que arreglar esto. No estaba enojada con Harry por lo que había hecho. Estaba enojada con él por lo que no había hecho. No la había visto, pero realmente no lo había dejado. Había puesto todo de la que ella quería que él viera en Sasha. Se dejó caer boca abajo en la cama durante un largo momento. Entonces, recogió sus zapatillas y corrió por el pasillo, finalmente encontrándolo en el comedor casi vacío.

Tenía un plato de cereales de arco iris y una pila de panqueques flotando en miel.

---Necesitas más azúcar para equilibrar toda esa salud. ---Ella golpeó su bandeja con la suya, pero él ni siquiera movió sus ojos en su dirección. Intentó otro golpe---No conozco a nadie de más de siete que beba leche con chocolate.

Su silencio era un peso en su pecho. Él extendió su ID en la caja, pero sonó en lugar de parpadear.

La cajera de cabello enredado levantó la vista de su libro de bolsillo. -Fondos insuficientes. ¿Tienes dinero?

Harry buscó en sus bolsillos, pero no encontró nada. Se pasó las manos en su cabello y esbozó una sonrisa forzada. ---Puedes dejarme pasar esta mañana. -Bajó los ojos a la etiqueta con su nombre---¿Carolyn? ---Pero su corazón, obviamente, no creía el encantador numerito porque ella no los despidió con un gesto de la mano.

---Visita el economato.

---Lo tengo. ---Callie sacó su identificación tan rápido que los bordes deberían haberse derretido.

---No, gracias.

---Demasiado tarde.

Él la miró mientras se acercaba delante de él para deslizar su tarjeta por ambas comidas, pero la siguió hasta una mesa vacía cercana a las grandes ventanas en el fondo de la sala. Se sentó, dejando descansar la cabeza contra el frío cristal y observándolo en el reflejo.

---Te lo voy a devolver. ---Él deslizó su bandeja sobre la mesa y sacó una silla.

---No es un gran problema. Tengo créditos que nunca uso.

---Mis créditos siempre se han ido antes de que finalice el primer trimestre. ¿Cómo todavía tienes los tuyos?

---¿No es obvio?

---No.

Ella tragó saliva, duro, tratando de encontrar una respuesta que no resaltase la escarlata marca en L de LOSER en su frente desde la escuela secundaria. Él se había perdido hasta ahora. ---Yo no tengo muchos amigos. No tenía muchos amigos en casa, tampoco.

---Mentira.

Su incredulidad le dio una bofetada como un desafío. La empujo hacia ese viejo dolor que ella cuidó, el que la mantuvo como rehén en su dormitorio durante la mitad de la orientación de primer año, el que le impedía hacer contacto visual con extraños amistosos en el patio, y se sentía bien y mal. Pero sobre todo bien. Ella se preguntó hasta dónde podía retroceder.

---Ninguno. Yo no tengo amigos.

---No te creo. ---El golpeó su pulgar contra el borde de la bandeja y sonrió. Estaba esperando un remate. Bien.

---Yo era un paria. Intocable. Un agujero negro que succionaba todo lo genial de cualquiera que se me acercara. Cada escuela tiene uno. Deberías de salvarte a ti mismo y sentarte en otra mesa ahora. ---El sarcasmo era tan denso, tan agrio, que podría haberse extendió sobre su tostada.

---Puede que no tenga un centavo en mi plan de comidas, pero tengo lo genial de sobra. ---Él se echó hacia atrás en su silla y pasó una mano por la camiseta. Bastardo presumido.

---No estoy bromeando. Si nos hubiéramos conocido en la secundaria... ---Ella se dio la vuelta, con miedo de romperse antes de que pudiera morder las palabras.

---¿Qué?

---Hubieras dejado caer tu basura en mi mesa en vez de sentarte conmigo. Es por eso que elegí Copeland. No conocía a nadie de casa que vendría aquí.

Su silla golpeó contra el azulejo mientras él se echaba hacia atrás en posición vertical.

---¿Alguien realmente te hizo eso?

Su voz era más suave, la fusión de borde y engreído así como la constatación de que ella no estaba bromeando nubló sus ojos de piedad. Su corazón tronó contra sus costillas, un animal enjaulado desesperado por liberarse. Escapar. Ella tocó su frente con la ventana de nuevo y dejó escapar el aliento para que empañase el cristal mientras hablaba.

---Sí. Basura en mi mesa, en mí a veces. Siempre por accidente, por supuesto. Casi siempre estaba siendo ignorada, despreciada. No me invitan a nada después de la secundaria. En todo ese tiempo la gente, toda la clase, dejó de invitarme a sus fiestas, ¿sabes? Si me presentaba en algún lugar, habría susurros. Había un par de chicas que realmente me odiaban y fue como si un día me desperté en un universo paralelo. Yo no encajaba más. ---Ella trazó un círculo en la condensación.

Él movió sus bandejas hasta el final de la mesa y le alcanzo a través del espacio abierto. Su mano estaba caliente contra la suya. Un peso sólido presionando la palma de su mano contra el vidrio. Tranquilizante. Él cerró sus dedos alrededor de los de ella y retiró la mano, la hizo enfocarse de nuevo en él.

---¿Crees que habría sido parte de algo así? ¿Alguna vez has visto que yo sea cruel?

---No abiertamente. Pero... ---Ella no podía detenerse.

---¿Secretamente?

Sacó su mano de debajo de la de él y se apartó de la mesa. Se suponía que él debía marcharse ahora que sabía lo que era. Ella sabía que le haría daño si decía lo que realmente pensaba, pero lo hizo de todos modos. Su voz apenas era un susurro, que apenas podía estar de pie para hablar de esta verdad.

---Toda la cosa de 'tómala y déjala‟ es bastante cruel.

---Jesucristo, Callie. Nunca he dicho esas palabras en mi vida.

Estudió una piscina en forma de Italia de coagulante jarabe en la superficie de la mesa y dio un suspiro tembloroso. Ella había empezado por este camino. Tendría que terminarlo. Calma, sin importar el hecho.

---No tienes que decirlas. Es lo que haces.

Su labio se curvó con disgusto y pasó los dedos por su cabello hirsuto. ---Estamos de vuelta a eso. Como si fuera una especie de hombre-puta. Me alegro de que pienses tan bien de mí.

Era como si estuviera viendo como todo esto se desplegaba desde el exterior de su cuerpo. Ella siguió hiriéndolo, cada púa diseñada para la máxima destrucción. ---No has salido con nadie desde que te conozco.

---Nadie sale en citas.

---Tú simplemente conectas. Y nunca con la misma chica dos veces.

Él se estremeció. Golpe directo. La ira y el dolor le torcieron la boca en una sonrisa oscura. ---¿Estás haciendo muescas en mi poste de la cama para mí ahora? ---dijo él.

---El patrón es difícil pasar por alto. ---La tristeza en su voz la sorprendió. Vacío, excavada por su propia crueldad. Ella había servido todo su veneno en él hasta que burbujea encima en una oleada de indignación.

---Con quién conecto, y con qué frecuencia, es mi problema. Pero respóndeme esto, señorita Observación, ¿ves un montón de chicas llorando sobre mí? Porque he visto niñas llorando por basuras, todo eso de '¿por qué no me llama?‟ y „él me dijo que teníamos algo especial.‟ Nunca has oído a alguien decir mierda sobre mí. ¿O sí?

Ella no. De todas las chicas con que lo había visto, ella ni siquiera había oído del susurro de un rumor de que había roto el corazón de cualquiera. Excepto ella misma. Ella sólo pudo sacudir la cabeza y lo dejó continuar.

---Yo no miento. Yo no hago promesas. Cuando me follo a alguien es porque los dos queremos lo mismo.

No preguntes. No preguntes. El corazón le dio un vuelco en su garganta, pero no lo suficientemente rápido para bloquear la pregunta de la que ella no quería que respuesta. ---¿Qué es eso?

---Nada. Cuando los dos queremos nada.

Y se le desplomó la boca del estómago, como un ascensor, con su cable cortado. ¿Nada? Eso era peor que cualquier cosa que ella había imaginado. ---Entonces estás mintiéndote. Todo el mundo quiere algo, y todo el mundo miente. Ya no tengo hambre. Gracias por ayudarme anoche. Disfruta de tu desayuno.

Ella lo dejó sentado en la mesa pegajosa y se obligó a no mirar hacia atrás.

* * *

¿Por qué estaba siempre huyendo de él? Zapateando sin cesar bajo la mesa, se erizó con fastidio. Él fue la parte insultada aquí, ¿no? Observó a su paso a la distancia y fue golpeado por la imagen de ella en su cama, luchando en esos jeans ajustados. Callie. En su cama. Él dejo quieto el pie. Y él se había reído de ella. Una sacudida de adrenalina se disparó en su cerebro. Mierda. Después de lo que ella acababa de decirle, no podía pensar en una peor respuesta.

---Espera. -Él se apartó de la mesa y la persiguió por las puertas dobles. Se golpeó el hombro en el de ella, caminando mientras iba en la dirección de la biblioteca--- Lo siento, me reí.

Ella se congeló.

---Más temprano. No me estaba riendo de ti. Me estaba riendo de la situación, pero no estaba siendo justo. Con quién conectes es tu problema. Yo no tengo ningún derecho a juzgar.

Se quedó allí con los labios entreabiertos como si estuviera a punto de hablar, sólo que ella no lo hizo. Él se metió los puños en los bolsillos de su sudadera y se deshizo en más disculpas. No estaba seguro de lo que iba a decir. Sólo sabía que tenía que hacer esto bien.

---Tu amistad significa mucho para mí. No quiero que se valla a la mierda, pero me parece que no puedo evitarlo.

Buscando en el rostro de ella cualquier señal de que había tenido éxito, o que cavó su agujero más profundo, contuvo el aliento.

Ella frunció los labios en un capricho de una sonrisa, y sus ojos azules se cerraron. ---Bueno, está bien entonces.

Él soltó el aliento con un silbido. ---Eso es genial, realmente genial. Ven aquí.

Él la tomó bajo su brazo, apretándola en un medio abrazo y la condujo hasta un banco. Ella se sentía sólida contra él, y viva, zumbando. ¿Estaba temblando? Él era inestable a sí mismo, el pico de adrenalina disparándose de momento.

Ella se agachó y se lanzó detrás del banco mientras él extendía contra el reposa-abrazos, el otro brazo puesto a través de la parte posterior para hacer un espacio para ella que, obviamente, ella no va a usar. Se apoyó en el respaldo del banco en el extremo opuesto, el culo apoyado en el listón de madera en la parte superior, con los nudillos blancos mientras agarraba por el apoyo. Estaban tan lejos otra vez, pero sólo había un susurro de distancia entre sus manos. El paso un dedo sobre la parte superior de su nudillo, queriendo calmar cualquier tensión que pudiera tener. Ella bajó la cabeza, puso los hombros hacia adelante. Sólo podía verla en el perfil, la punta de la nariz que sobresaliendo desde detrás de una cortina de cabello. ---Yo también lo siento.

---Me hablaste de mi mierda y me compraste el desayuno. Estamos bien.

---Harry, ¿por qué no tienes dinero en tu cuenta?

Eso no era un camino que quisiera seguir con ella. Tocó la parte superior de los nudillos de ella, una vez más, tal vez para calmarse a sí mismo, y se inclinó hacia delante, con los codos apoyados en las rodillas. Se frotó la parte posterior de la cabeza y se alisó el cabello en su lugar otra vez. Tenía que darle algo.

---He estado priorizando mis gastos. Puedo ir sin algunas comidas. Nada que no haya hecho antes. Pero no puedo seguir sin un depósito de la vivienda.

---Te has quedado sin...

Él la cerró antes de que ella se desviara hacia la piedad, tan contento de que ella no podía verlo mientras hablaba. No su cara, de todos modos. Él no quería verla, tampoco. Una sonrisa de simpatía, un asentimiento todo jodidamente conocimiento. Ellos no tenían que hacerse eso el uno al otro. ---No es una gran cosa.

---Yo podría...

---Oye, ¿tienes algo de tiempo para trabajar tu magia de matemáticas en mí pronto? No voy a necesitar preocuparme por una sesión de verano si suspendo a cabo de este semestre. ---Él contuvo el aliento, esperando que no le llevara de regreso a su círculo de auto-privación. Él no podía soportarlo si pensara menos de él de lo que ya hizo.

---Siempre. Mañana por la noche, las siete en punto.

* * *

Callie se centró en la montaña de platos que había transferido a una toalla en el mostrador laminado pelado al lado de su fregadero. El agua caliente, jabón, el desplazamiento de la mezcla de la esponja entre sus dedos. Las cosas pequeñas. Las cosas que podía controlar. Ya había sacado el polvo, ordenado la lavandería, y apilado sus papeles en pilas ordenadas. Cualquier cosa para mantener su mente lejos del enorme agujero en su corazón. El que Harry estalló en ella con su „nada‟.

Ella nunca querría nada de él.

Con el último de los platos limpios, todo lo que quedaba era dormir. Dobló hacia atrás su edredón, alisó su almohada...

La computadora portátil sonó.

Sus pezones se apretaron en una respuesta pavloviana. Necesitaba un programa de doce pasos. Su incapacidad para dejar de fingir era una enfermedad. Ella había intentado ir pavo frío, juró que no volvería a suceder y, luego terminó sangrando mentiras sobre el teclado a la una de la mañana de todos modos. Ella corrió a su escritorio.

Hazz: No me dejaste terminar la última vez. ¿Recibiste mi correo electrónico?

Sasha:

Hazz: Debo fingir que nunca lo envié.

Sasha: Ese correo electrónico, Dios. No sé qué hacer con él, pero me alegro de tenerlo.

Hazz: Podrías contestar el teléfono.

Sasha: Nunca voy a vivir a la altura de tus expectativas.

Hazz: Todo lo que espero es un poco de respiración pesada. O podríamos hablar.

Sasha: ¿Necesitas hablar?

Hazz: Los hombres no 'hablan'

Sasha: ¿Qué estamos haciendo ahora?

Hazz: ¿Por qué las niñas están locas?

Oh, no. Por favor, no me hables de mí.

Se lo imaginó tirando de su labio, tratando de descifrar su locura, su propia locura, como una ecuación diferencial. No podía ayudarle a resolver este cálculo.

Sasha: ¿Por qué son chicos?

Hazz: Suenas como Callie.

Y su corazón saltó dos veces. Su más profunda, fantasía oscura gorgoteó a la superficie. Que él sabía que ella estaba fingiendo ser Sasha y no sabía cómo decírselo. Que lo había descubierto desde el principio, porque la conocía tan bien. Se reían como idiotas y empezaban a tomarse de las manos en público. Estúpido. Ella debería haber dado una excusa y terminarlo de inmediato, pero no lo hizo. Sus manos temblaban mientras tecleaba. No hay vuelta atrás ahora.

Sasha: ¿Callie?

Hazz: Una amiga.

Hazz: No la entiendo a ella.

Sólo un amigo la ubicó ligeramente más alto que "esta chica que conozco." Ella se mordió un mechón de su cabello y elimina tres respuestas diferentes antes de decidir la pregunta que ella quería que él contestara.

Sasha: ¿Estás enojado con ella?

Hazz: ¿Por qué lo preguntas?

Sasha: No sé. Has dicho que está loca y que no la entiendes.

Hazz: no enojado. Confundido.

Sasha: Tal vez ella está pasando a través de algunas cosas.

Hazz: Ella me lo diría.

Sasha: ¿Tal vez tú no lo entenderías?

Hazz: Ella está mintiendo sobre algo.

Sasha: Todo el mundo miente.

Hazz: Callie dijo eso también. ¿Estas mintiéndome?

Mierda. Ella aplastó el botón de encendido en su computadora portátil, apagando su conexión.



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