HAUNTED ▸ SUPERNATURAL #FANDO...

By Eliathe92

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❝Tenías algo, teníamos algo, y no dudaste ni un segundo en mandarlo a la mierda.❞ [ SUPERNATUR... More

HAUNTED:
EPÍGRAFE:
CAPÍTULO UNO
CAPÍTULO DOS
CAPÍTULO TRES
CAPÍTULO CINCO
CAPÍTULO SEIS
CAPÍTULO SIETE
CAPÍTULO OCHO
CAPÍTULO NUEVE
CAPÍTULO DIEZ
CAPÍTULO ONCE
CAPÍTULO DOCE
CAPÍTULO TRECE
CAPÍTULO CATORCE
CAPÍTULO QUINCE
CAPÍTULO DIECISÉIS
CAPÍTULO DIECISIETE
CAPÍTULO DIECIOCHO
CAPÍTULO DIECINUEVE
CAPÍTULO VEINTE
CAPÍTULO VEINTIUNO
CAPÍTULO VEINTIDÓS
CAPÍTULO VEINTITRÉS
CAPÍTULO VEINTICUATRO
CAPÍTULO VEINTICINCO
CAPÍTULO VEINTISÉIS
CAPÍTULO VEINTISIETE
CAPÍTULO VEINTIOCHO
CAPÍTULO VEINTINUEVE
CAPÍTULO TREINTA
CAPÍTULO TREINTA Y UNO
CAPÍTULO TREINTA Y DOS
CAPÍTULO TREINTA Y TRES
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO
CAPÍTULO TREINTA Y CINCO
CAPÍTULO TREINTA Y SEIS
CAPÍTULO TREINTA Y SIETE
CAPÍTULO TREINTA Y OCHO
CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE
CAPÍTULO CUARENTA
CAPÍTULO CUARENTA Y UNO
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO
CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS
CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO
CAPÍTULO CUARENTA Y NUEVE
CAPÍTULO CINCUENTA
CAPÍTULO CINCUENTA Y UNO
ESTOY EN ELLO
CAPÍTULO CINCUENTA Y DOS

CAPÍTULO CUATRO

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By Eliathe92

●◇●◇●◇●◇●◇●◇●

HAUNTED CAPÍTULO DOS ; PARTE UNO

En su cabeza comenzaron a confundirse imágenes de un hombre moreno, llevaba una especie de gabardina en color crudo y estaba colgado de un gancho a través de unas cadenas desde el techo, obligándolo a permanecer de pie.

Las imágenes relampaguearon en su mente mientras uno de los dos hombres trajeados que había plantados delante de él comenzaban a hacerle cortes con una daga por diferentes partes del cuerpo.

Y entonces, el hombre que estaba siendo torturado abrió los ojos de par en par mientras un grito salía de su boca. Eran de un azul profundo, y Savannah estaba segura de que, si no hubiese sido por la cantidad de venas hinchadas y remarcando el rojo de la sangre, habían sido preciosos.

Se despertó con un grito ahogado y miró a su alrededor. Estaba en un coche. Por un momento pensó que podía seguir en el coche de Jenna y que todo lo que había ocurrido hasta aquel momento había sido sólo un sueño. Pero se convenció de lo contrario al ver al mayor de los Winchester conduciendo y a la oficial sentada a su lado aún con Amara en sus brazos.

—Hey, ya estas despierta— la saludó Jenna mientras Dean le dirigía un vistazo rápido a través del retrovisor.

—¿Dónde estamos?

—De camino a casa de mi abuela, en Nebraska— volvió a hablar Jenna.

—Oh, mierda—murmuró la chica.

¿Cuánto tiempo había dormido? Por lo que podía ver a su alrededor, se había hecho de día, así que mínimo podían llevar en la carretera un par de horas. Pensaba haber decidido su camino una vez estuviesen a salvo, y todo lo que había hecho en aquel tiempo era dormir.

No tenía ningún sitio al que ir, ni un coche ni ropa. Nada, todo se había quedado en su coche al lado de la casa de su hermana y no creía que fuese una buena idea volver hasta allí.

—¿Qué te ha pasado?—le preguntó Jenna recolocándose en el asiento para observarla. Savannah la miró confusa sin comprender a qué se refería—. Bueno, te has desmayado en el hospital y has comenzado a gritar.

—Migrañas— explicó la cazadora—. No me ocurre mucho, de hecho llevaba bastante tiempo si pasarme. Pero de vez en cuando vienen y tan pronto como lo hacen se van—evitó explicarles las imágenes que pasaban por su mente cada vez que el dolor de cabeza la sacudía, siempre eran diferentes.

El único elemento en común que tenían era aquel hombre de gabardina que aparecía en todas ellas.

Volvió a encontrarse con la mirada de Dean en el espejo retrovisor que tenía el ceño fruncido. Su instinto de cazador se había activado y estaba tratando de controlarse para no detenerse en mitad de la carretera y sacar a Savannah del coche a empujones hasta que le explicase qué había ocurrido. Porque que el supiera las jaquecas no solían cursar con gritos como los que la chica había dado en la entrada del hospital.

Savannah trató de acomodarse en el asiento trasero del Impala mientras intentaba pensar en qué hacer a continuación. Podría buscar un motel, pero no tenía ni tarjetas ni carnet falso de identidad ni nada con lo que poder pagarlo. Y necesitaba descansar. No sabía cuánto había dormido, pero estaba segura que las pocas horas de sueño que pudiese haber echado en el coche no cubrían la noche que se había pasado en vela en aquel hospital. Entonces una idea se le cruzó por la cabeza.

—Jenna—llamó a la chica que había vuelto a posar su vista hacia el fondo de la carretera por la que iban. Un "Hmm" por parte de la oficial le sirvió como señal para continuar hablando0—. ¿Podría quedarme unos días en casa de tu abuela? — la morena se giró ligeramente en su asiento mientas pensaba la respuesta—. Es que, perdí todo cuando... ya sabes. Y sinceramente no creo que sea buena idea que vuelva allí.

—Sí, claro, no creo que haya ningún problema— Savannah suspiró y después le agradeció a la chica aquel gesto antes de volver a quedarse en silencio.

—¿Cómo os encontrasteis, de todas formas?—curioseó el rubio decidiéndose a intervenir.

Aquella cazadora no le daba buena espina. Desde que había aparecido no habían intercambiado palabras nada más que para que ella les echase cosas en cara a él y a Sam. Habían tenido problemas con otros cazadores en el pasado, obviamente, pero juraba no haber visto la cara de Savannah nunca.

Esta vez la que miró a la castaña por el retrovisor fue Jenna, sin saber si ella querría que contase todo lo que había ocurrido hasta que se habían encontrado con ellos. Savannah pensó que aquel era un buen momento para hacer al rubio entrar en shock al igual que había hecho con su hermano en el hospital.

—Una nube de humo negro llegó hasta la casa en la que vivían mi hermana con su sobrina y su marido —comenzó a explicar mientras veía como los gestos de Dean comenzaban a cambiar en el espejo.

La cazadora era consciente de que Jenna no había llegado a ver la nube y que simplemente había salido del garaje y se había encontrado con todo aquel lío montado a su alrededor. Por eso habló de la nube, no quería darle pistas a Savannah de que habían sido ellos los culpables de lo que les taba pasando tanto a la gente del hospital como a su familia. Al contrario que la oficial, ella sí que había prestado atención a todos los detalles de la conversación entre los hermanos hasta que estos habían confesado delante de ella que eran los verdaderos culpables.

—James estaba fuera de casa, por negocios, pero Mia y Charlotte estaban conmigo. Así que cuando me desperté me encontré a mi hermana muerta en el sótano de la casa y a mi sobrina convertida en un monstruo similar a los que hemos encontrado en el hospital. Jenna tuvo que matarla—dijo observando a la morena que ahora tenía una mirada de culpabilidad en sus ojos.

Quería decirla que ella no tenía la culpa, después de lo que habían visto estaba claro que de momento no había ningún tipo de cura disponible para lo que fuera que le pasase a toda esa gente. Y si Jenna no hubiese matado a Charlotte, esta habría acabado muriendo de cualquier forma.

—Lo siento— las palabras salieron de la boca de Dean igual que lo habían hecho de la de su hermano.

Ahora entendía por qué Sam había insistido en darle explicaciones a la castaña y también entendía por qué estaba tan furiosa con ellos. Dentro de lo que cabía no es que ellos no hubiesen hecho nada para labrarse una fama dentro del mundo de los cazadores, y no precisamente de buenas maneras.

—Ya, yo también—dijo la chica tratando que el rubio entendiese su ironía.

Si lo que Sam decía era cierto y ellos no habían abierto las puertas del infierno como tal, aquello no les excusaba de lo que habían causado en el período de dos días.

Apenas hablaron el resto del camino. Según contaba Jenna, la casa de su abuela estaba en Cedar Rapids, Iowa, así que como Savannah había supuesto tampoco había podido dormir demasiado tiempo en el coche de camino a aquel lugar, aunque según contaban, habían hecho una parada mientras ella estaba inconsciente. Savannah no había podido evitar sonreír al ver la emoción en el rostro de la oficial al contar que había cambiado sus primeros pañales.

Dean aparcó el Impala en la entrada de una casa de campo de un vecindario bastante grande. Todo era césped y árboles alrededor, y ambos se sintieron extraños porque el ambiente se notase tan diferente desde la zona de Iowa en la que estaba el hospital y aquella. Según había explicado Dean en una de las pocas veces que había hablado en el coche, parecía que el brote estaba aislado solamente en aquella zona y la periferia de Nebraska.

—Bonito vecindario—comentó Savannah saliendo del coche junto a los otros dos. El sol calentaba sus músculos mientras observaban a Jenna con la niña completamente arropada.

—Sí, prácticamente me he criado aquí—explicó la oficial mientras Dean y Savannah se ponían cada uno a un lado de ella—. Aprendí a montar en bici por esa carretera— continuó señalando el asfalto—. Tuve mi primer beso en esa casa azul de ahí. Perdí mi virginidad ahí arriba.

—Apostaría a que la casa azul se enfadó—bromeó Dean.

—Lo estaba— añadió la morena mientras Savannah sonreía—. ¿Te importa?—pidió Jenna al rubio pasándole a la niña.

—Claro—aceptó él.

Savannah no pudo evitar soltar el aire en una carcajada observándole. Era verdad que todo el mundo de los cazadores hablaba de los Winchester. Pero lo que se olvidaban mencionar era su tamaño y volumen de armario empotrado. La cazadora estaba segura de que si salía corriendo hacia alguno de ellos rebotaría como si se tratase del guardia de una mala discoteca. Por eso era tan divertido ver a Dean coger a Amara, y parecía que él también se sentía incómodo.

El rubio tenía la sensación de que si hacía un mal movimiento aquel bebé podría romperse en pedazos.

—Hola, preciosa—la saludó, comenzando a acunarla una vez que la tuvo bien colocada entre sus brazos mientras Jenna abria de nuevo la puerta del coche para coger su bolsa de la parte trasera.

—De todas formas, por eso os pedí que nos trajeseis aquí— omenzó a hablar Jenna de nuevo mientras los tres comenzaban a andar. Savannah se sentía completamente extraña andando junta a ellos que parecían ir tan cargados mientras ella solo iba con la ropa que llevaba puesta, sin bebé, sin bolsa, sin nada—. Después de todo lo que ha pasado, me siento segura.

—Bien, lo seguro es bueno—contestó la cazadora mientras Dean comenzaba a hacer ruidos con la boca tratando de calmar a la niña que estaba empezando a hacer pucheros.

—Calma, calma— pidió mirándola mientras la niña movía sus pequeñas manos fuera del ropaje.

—Eres tan genial con ella— comentó Jenna sonriendo. Savannah se sorprendió al tener el mismo gesto que ella en la cara y Dean levantó una ceja observándola.

Esa expresión era algo que había visto muy poco en la cara de la cazadora en los dos días que la conocía.

—Bueno ¿qué puedo decir? Las chicas me adoran—bromeó el cazador—. Creo que debería...—dijo parándose tras los setos de la entrada y girándose para pasarle la niña de vuelta a Jenna.

—Claro, sí—contestó la morena recibiéndola.

—Vais a estar bien— aseguró acomodando el gorrito en la cabeza de la niña—. Las tres — afirmó mirando otra vez a Savannah.

Después de lo que se había enterado lo mínimo que podía hacer era disculparse y mostrar algo de arrepentimiento y apoyo.

—Lo sé— contestó la morena.

—¿Qué hay de Sam y de ti?—preguntó Savannah sabiendo que aquello era la despedida.

No había perdonado a los Winchester, ni mucho menos. Pero si algo le habían enseñado en su familia desde que era pequeña era a no odiar. Y Dios podía jurar que estaba tratando de no odiarles con toda su fuerza, sin estar segura de que lo estuviese consiguiendo. Aún así no podía desearles ningún mal, por lo poco que había visto al menos estaban intentando solucionarlo.

—¿Vais a estar bien?

Dean se sorprendió ante la preocupación de la chica y lo real que parecía, asestándose otro golpe mental, después de cómo la había tratado las pocas veces que habían intercambiado palabras, no se merecía un trato como aquel.

—Bueno, sabes que somos de bajas expectativas— le contestó con una pequeña sonrisa que Savannah se vio devolviendo—. Bueno, nos vemos.

Savannah y Jenna comenzaron a andar, pero después de un par de pasos la morena se detuvo y se dio la vuelta.

—Dean— lo llamó—. Gracias... por todo— dijo volviendo hacia él y dándole un pequeño abrazo.

El cazador pareció asombrado por aquel gesto. No estaban acostumbrados a ese tipo de cosas en su vida.

Savannah se dio la vuelta al oír la voz de una mujer llamando a Jenna. Una señora de mediana edad, pelirroja y algo redondita estaba en la puerta de la casa saludando con la mano a su nieta. Jenna la saludó de vuelta mientras la castaña comenzaba a seguirla.

—Savannah— ahora era Dean el que la llamaba a ella, y la aludida se giró sobre sí misma sin saber qué era lo que querría decirla.

El cazador dio un par de pasos acercándose a ella y se plantó durante un par de segundos sin saber muy bien cómo empezar con la mirada puesta a sus pies. Cuando volvió a levantar la cabeza Savannah le observaba con una ceja alzada y los brazos cruzados sobre su pecho. Recordaba que alguien le había dicho una vez que aquel era un gesto que indicaba que la persona no estaba receptiva. Sacudió la cabeza tratando de aclararse y comenzó a hablar.

—No sabía...— Savannah supo lo que venía a continuación. ¿Cómo se suponía que iba a pasar página si no paraban de recordarle lo que había ocurrido?—. Lo que he dicho antes en el coche, era cierto. Lo siento, lo siento muchísimo. Siento cualquier daño que te hayamos podido causar.

—¿Sabes qué, Dean? No te estoy diciendo que no lo hagas, es más estoy segura de que estas arrepentido, al igual que tu hermano. Pero eso no implica que para que os hayáis dado cuenta haya tenido que morir mi familia. Y eso no creo que haya nadie que lo pueda perdonar— sentenció la chica dejando claras las cosas.

Dean simplemente asintió y la vio darse la vuelta en dirección a la entrada de la casa en la que la abuela de Jenna parecía sumamente interesada en ver la cara de la pequeña Amara.

●◇●◇●◇●◇●◇●◇●

Hola caracolas! Perdonad la tardanza, pero es que he tenido un fin de semana liadísimo. Sin deciros más, el domingo me rompí un diente (gracias a Dios he conseguido que hoy me lo arreglaran y vuelvo a parecer una persona)

Os dejo con la primera parte del segundo capítulo. 

Por algún comentario que he visto, creo que hay gente que no se ha visto la última temporada, y creo que estoy haciendo spoiler, porque repito, y esto es importante: SIGO LA TRAMA DE LA TEMPORADA 11, tal cual, el único cambio que hay es el personaje de Savannah.

Espero que lo disfrutéis! Un besazo!

Lara


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