SEGUNDO ACTO • CAPÍTULO DIEZ:
¿POR QUÉ NO INTENTAS NO SER UN MUTANTE?
Bobby abrió la puerta, Johnny y Rogue parados a su lado mientras que Logan y Vanessa miraban alrededor, manteniéndose alertas por cualquier indicio inusual.
— ¿Mamá? ¿Papá?—, gritó Bobby, avanzando mientras todos le seguían —. ¿Ronny? ¿Hay alguien en casa?—, Vanessa intentó escuchar algo, pero sólo escuchaba cómo Johnny abría y cerraba una y otra vez el encendedor en su mano. Logan cerró la puerta tras de sí e intercambió una mirada con la velocista —. Voy a buscarte ropa—, avisó a su novia y, luego, miró un momento a Johnny antes de encaminarse dentro de su hogar —. No quemes nada.
Johnny le miró ofendido y Vanessa rió levemente antes de posar una mano sobre su hombro, atrayendo su atención mientras Rogue seguía a su novio escaleras arriba —. Ya le escuchaste, Pyro—, se burló.
— ¿Hola?—, Vanessa se giró para ver a Logan intentar hablar por el aparato —. ¿Hola?—, repitió antes de volver a guardarlo en el bolsillo.
La velocista se acercó a él, observando cómo abría el refrigerador y tomaba una helada cerveza. Logan le dio un largo trago mientras Vanessa observaba con una sonrisa el peludo gato subir al mueble detrás del mutante. De repente, Logan se giró y apuntó con sus garras al gato.
—Diablos que odias los gatos, ¿eh?—, bromeó Vanessa antes de posarse sobre el mismo mueble que se encontraba el gato. Logan le dedicó una mirada y, antes que tomara otro trago de cerveza, la castaña le robó la botella y tomó un trago —. Gracias—, sonrió, devolviéndole la botella.
Logan le miró a los ojos y tomó la botella, sin desviar la mirada de sus ojos. Cuando tomó la botella, sus manos se rozaron y él se acercó a ella. Vanessa le observó, parándose de puntas cuando escuchó la puerta abrirse.
El mutante miró en esa dirección, donde un chico de cabello rubio y ropa tres talles más grandes del suyo entraba caminando tranquilamente. Vanessa se giró y, cuando reconoció a la familia de Bobby por las fotos que había visto colgadas en las paredes, se bajó del mueble y les dedicó una dulce sonrisa.
El hombre se colocó frente a su familia, adoptando una actitud defensiva al mirarlos amenazadoramente, especialmente a Logan —. ¿Quién demonios son ustedes?—, preguntó exigente y Vanessa abrió la boca levemente cuando Bobby bajó casi corriendo las escaleras. Logan señaló al rubio y la castaña sonrió nerviosa.
—Cariño, ¿no deberías estar en la escuela?—, preguntó la mujer en cuanto vio a su hijo mayor.
—Bobby, ¿quiénes son ellos?—, preguntó el hombre, mirando a su hijo unos segundos antes de volver a mirar a Logan. Rogue bajó en silencio, cautelosa y nerviosa por conocer a la familia de su novio.
—Uhm.., él es el profesor Logan y ella la profesora Vanessa—, presentó Bobby y la velocista volvió a sonreír cuando cruzó miradas con la mujer. La mujer desvió la mirada hacia el refrigerador abierto de par en par y la botella de cerveza que sostenía Logan. La velocista cerró la puerta antes de quitarle la botella de las manos al inmortal y posarla sobre el lugar donde ella antes se encontraba sentada —. Tengo que contarles algo.
Vanessa se apoyó contra la pared, concentrándose lo suficiente para no moverse rápido mientras Bobby estaba sentado frente a su familia y su novia a su lado.
El constante sonido del abrir y cerrar del encendedor de Johnny le molestaba a la velocista, pero no le dijo nada ya que el clima estaba lo suficiente tenso. Logan miró un momento por detrás de sus hombros antes de volver a darse la vuelta, de brazos cruzados, y mirar unos segundos a Vanessa. Ambos intercambiaron una mirada, pero dejaron de mirarse el uno al otro cuando la madre de Bobby comenzó a hablar.
—Entonces, ¿cuándo te diste cuenta de que eras un.., uhm––?
— ¿Un mutante?—, terminó Johnny por la mujer, mirándole de forma arrogante, mientras la mujer le miraba mal.
— ¿Podrías dejar de hacer eso?—, pidió la mujer, refiriéndose al movimiento que ejercía Johnny con su encendedor, dejando sus modales de lado con él. El rubio le observó en silencio antes de cerrar finalmente el aparato y dejar de hacerlo.
—Creíamos que Bobby iba a una escuela para superdotados—, habló el padre.
—Bobby es superdotado—, interrumpió Rogue, sonando tan segura que impresionó a Vanessa.
—Lo sabemos, pero no sabíamos––.
—Igual te queremos, Bobby. Es que este problema mutante es un poco––.
— ¿Qué problema mutante?—, interfirió Logan, remarcando la palabra problema mientras que Vanessa se erguía, mirando a la mujer. La mujer observó a ambos, soltando un suspiro.
—Complicado—, terminó de hablar.
— ¿De qué exactamente es usted profesor, señor Logan?—, preguntó el padre de Bobby y los tres adolescentes se giraron a Logan, sin saber qué decir.
—Arte—, respondió Logan y Vanessa se llevó la mano a la boca para cubrir la sonrisa que se formó en su rostro.
— ¿Y usted.., uhm, señorita Vanessa?—, preguntó está vez la madre de Bobby y la mencionada le observó con los brazos cruzados. Se balanceó en las puntas de sus pies mientras pensaba en una respuesta válida y coherente, algo creíble.
—Soy la consejera de la escuela—, mintió fácilmente, su cerebro siendo rápido para crear una mentira.
La mujer le miró unos segundos antes de asentir levemente y Vanessa volvió a dedicarle una sonrisa, aunque sólo lo hacía porque no sabía muy bien qué hacer cuando la mujer la miraba fijamente.
Entonces, Logan colocó una mano sobre su cadera y la castaña se giró, levantando las cejas ante su accionar. El inmortal notó su error y soltó lentamente su cintura, apretando los labios antes de volver a cruzarse de brazos.
—Cálmate e intenta no moverte tanto—, sugirió en un susurro y Vanessa rodó los ojos antes de tomar el brazo de Logan y hacerle que tomara su cintura.
Los padres de Bobby observaron eso, pero prefirieron actuar como si nada hubiera pasado y volvieron a prestar atención a su hijo cuando Rogue volvió a hablar.
—Deberían ver lo que es capaz de hacer Bobby—, volvió a hablar segura la pelinegra mientras observaba a los dos adultos frente a ella.
Mientras, Logan se encontraba algo incómodo, posando la mano de forma insegura sobre la cintura de la velocista mientras ella observaba el escenario.
—Cálmate, garritas. Si alguien me tiene, me ayuda a quedarme quieta—, volvió a murmurar Vanessa, apenas girando la cabeza para hablarle. Cuando volvió a mirar al resto, se encontró con el gato lamiendo lo que parecía ser un té congelado y el hermano de Bobby subía las escaleras.
—Ronny—, intentó llamar la mujer a su hijo, pero éste no le hizo caso alguno —. La culpa es toda mía.
—En realidad, se descubrió que los hombres son los únicos que llevan el gen mutante y lo pasan, así que es culpa de él—, señaló Johnny al padre de Bobby y Vanessa ahogó una carcajada ante el rostro del hombre.
—Johnny, cállate—, ordenó la castaña y el mutante le hizo una mueca de burla antes que ella rodara los ojos y posara la cabeza sobre el hombro de Logan, volviendo a mirar a los demás.
El silencio gobernó por un momento la habitación, la madre de Bobby tomó una bocanada de aire antes de volver a mirar a su hijo. La mujer estaba lista para hablar cuando algo comenzó a sonar.
Todos giraron hacia Logan y Vanessa. La castaña miró al hombre a su lado y está le miró con el ceño levemente fruncido, sin entender porqué le miraban. Los ojos de la velocista bajaron rápidamente hacia su bolsillo y el hombre comprendió finalmente.
—Oh, es para mí. Lo siento—, se disculpó rápidamente antes de sacar el aparato que encontraron en el vehículo de Scott. Logan se alejó y salió fuera, Vanessa le observó unos segundos antes de acercarse a la mesa donde Johnny se apoyaba y le sonrió levemente al colocarse a su lado.
—Bobby—, suspiró la mujer, captando la atención de todos —. ¿Has tratado el.., no ser un mutante?—, preguntó con un tono suave y una sonrisa dulce. Vanessa puso los ojos en blanco antes de alejarse de allí, siguiendo los pasos de Logan.
—No voy a quedarme a escuchar esta mierda—, advirtió mientras caminaba rápidamente hacia las puertas de vidrio.
—Algunos se escaparon. Los otros, no sé—, hablaba Logan —. En Boston, con la familia de Bobby Drake. Y Tormenta, hazlo rápido—, suspiró antes de darse la vuelta y toparse con Vanessa.
— ¿Están bien? ¿Sucedió algo?—, preguntó al instante Vanessa.
—Jean y Ororo están bien, pero no pueden contactarse con el Profesor y Scott—, explicó Logan y Vanessa suspiró mientras apretaba los labios.
—Le dije a Scott que debería de haber ido—, habló para sí misma la velocista —. Debería de haber insistido más, habría logrado convercerlos––.
— ¿Y crees que habrían distintos resultados? No digo que seas débil, ni nada por el estilo, pero si lograron atraparlos––.
— ¿Qué diablos está sucediendo?—, murmuró Vanessa, entendiendo lo que quería decir Logan.
—No lo sé—, negó el mutante y ambos se dieron la vuelta, con la intención de volver a entrar, cuando Logan paró en su lugar.
— ¿Qué pasa?—, preguntó Vanessa, volviendo a darse la vuelta cuando notó que él paró. Logan la obligó a avanzar y cerró la puerta detrás de él.
—Tenemos que irnos ya mismo—, anunció Logan, cortando cualquier conversación que estuvieran teniendo.
— ¿Por qué? Logan, ¿qué pasa?—, preguntó Rogue, siendo la que tenía más confianza de los tres con él.
Logan tomó a Vanessa por la muñeca y el quinteto de mutantes se dirigió a la puerta pero, cuando salieron, se encontraron con un par de vehículos policiales y los mismos policías apuntándoles.
—Suelte esos cuchillos y ponga las manos en alto—, gritó un oficial a Logan, ya que éste había desplegado sus garras antes de abrir la puerta.
El oficial de policías se encontraba a menos de un metro del grupo y Vanessa se puso nerviosa. El hombre apuntaba directamente a Logan con el arma, mientras que el trío de adolescentes miraban alrededor, aterrados y sin saber qué hacer.
— ¿Qué pasa aquí?
—Ronny—, contestó Bobby, sacando conclusiones.
—Le dije que suelte los cuchillos—, volvió a gritar el mismo hombre y se escuchó cómo rompían un vidrio dentro de la casa.
—Esto debe ser un malentendido—, intentó razonar Logan, sabiendo que era una situación demasiado tensa.
—Baje esos cuchillos—, volvió a pedir el hombre.
—No puedo—, contestó, mirando al hombre, pero no parecía querer razonar —. Mire—, comenzó a subir su mano, para demostrarle que estos eran parte de sí mismo.
Vanessa observó con atención al hombre, para ella todo sucedía mucho más lento. La velocista observó la duda del hombre de cabello rubio y cómo éste se preparaba para tirar del gatillo.
—No—, balbuceó la castaña antes de colocarse a alta velocidad entre el oficial y Logan, recibiendo el tiro en el pecho. El mutante le atrapó por detrás y, cuando miró al oficial con ira, el hombre volvió a disparar y le pegó en la frente.
Entonces, los dos mutantes cayeron al suelo. Rogue gritando cuando los tiros fueron ejercidos mientras los tres mutantes tenían cada vez más miedo.
—El resto de ustedes, al suelo. Ahora—, ordenó el mismo oficial. Bobby y Rogue obedecieron, demasiado atemorizados cómo para negarse, mientras que Johnny comenzaba a respirar irregularmente, observando a sus amigos —. Dije al suelo.
—No queremos lastimarte, muchacho—, habló una mujer con un poco más de amabilidad, esperando convencer al chico.
Johnny observó un momento a Logan y Vanessa en el suelo, estos no se movían en lo absoluto, y entonces decidió qué era lo que debía hacer —. ¿Vieron todos esos mutantes peligrosos de los que hablan en las noticias?—, elevó el encendedor en su mano derecha —. Yo soy el peor—, miró fijamente al oficial rubio antes de atacarle y, luego, atacar a la mujer que se encontraba del lado contrario.
Johnny atacó a los dos oficiales que se encontraban por detrás, y a continuación atacó a los que se encontraban adelante y provocó que sus vehículos explotaran. Rogue y Bobby observaban con temor a su amigo atacar a las personas mientras Johnny disfrutaba del poder que sentía, disfrutaba de la adrenalina.
Cuando Johnny apuntó hacia un automóvil, con la intención de quemar vivos a las personas que se encontraban dentro, Rogue decidió interferir. La chica se sacó uno de sus guantes antes de tomar por el tobillo a Johnny y, así, acabar con todo lo que una vez había comenzado su amigo.
Fue en ese momento que, finalmente, Logan y Vanessa se curaron y se levantaron como si nada hubiera ocurrido. El castaño observó con el ceño fruncido el escenario mientras la velocista tenía los ojos abiertos.
— ¿Qué diablos, Johnny?—, se giró Vanessa, observando al chico a los ojos. Él le miró, ligeramente arrepentido y algo impresionado, antes de desviar la mirada.
El jet que ocupaban Jean y Ororo llegó y los mutantes corrieron hacia él, sabiendo que en cualquier momento llegarían más policías y sólo empeoraría la situación.
—Guten tag!—, saludó un hombre con piel callosa y azul, una sonrisa amable en su rostro al encontrarse con el resto de los mutantes. El grupo le miró extrañado antes de sentarse, menos por Vanessa.
—Hola—, sonrió abiertamente la castaña y la sonrisa del chico creció —. Soy Vanessa—, se presentó antes de estrechar las manos con él.
—Yo soy Kurt Wagner—, sonrió abiertamente y Vanessa le miró unos segundos, aún con una sonrisa, antes de ocupar su lugar —. En el circo me hacían llamar "El Increíble Nightcrawler".
—Ahórratelo—, le cortó Logan y Vanessa observó como la sonrisa de Kurt se esfumaba —. Tormenta.
—Nos vamos—, anunció ella.
—Oye, Kurt—, le llamó Vanessa —. Ignora a éste de aquí—, señaló a Logan, quien se encontraba en el asiento delante del de ella —. Sólo es un gruñón sin causa—, se encogió de hombros y sonrió cuando Kurt volvió a sonreír —. Además, ya le gustaría tener un nombre tan genial como el tuyo.
Logan rodó los ojos al escuchar la conversación que Vanessa mantenía con el mutante que no conocía en lo absoluto. El hombre se dio la vuelta, para mirar a la velocista, quien le devolvió la mirada —. ¿Qué tiene de malo Wolverine?—, preguntó y una sonrisa se dibujo en el rostro de la castaña.
—Para empezar, es muy de los setenta—, opinó Vanessa y Logan le hizo una mueca.
— ¿Cuál es el tuyo, entonces?
—No tengo uno—, le sacó la lengua Vanessa y Logan rió ante su actitud infantil.
— ¿Qué te parece "La Perra Rápida"?—, interfirió Johnny, una arrogante sonrisa en su rostro.
—Oh, ¿se te ocurrió a ti o te lo dijo la última chica que te rechazó?—, contestó Vanessa y Johnny se dio la vuelta en silencio mientras Bobby se burlaba en el fondo —. Eso pensé, perra.