Estaba hundida, papá me volvería a llevar al psicólogo de nuevo, pero en realidad no me importaba, el había roto su promesa, estaba olvidando a mamá.
Me di cuenta tarde, no quería dejarlo solo pero ya había actuado antes de tiempo.
Lo único que pude hacer fue llamar a mi mejor amiga, la única amiga que tenía.
Ash: Leiny?
-Ash, necesito que vengas rápido, ¡acabo de hacer una tontería!.-exclamaba asustada detrás del teléfono.
Ash: tranquila, ya voy.-Fue lo último que escuche de su parte.
(...)
Me había recostado en la cama, habían pasado minutos o segundos, perdí la noción del tiempo, poco a poco mi visión se hacía nublosa.
Hasta el punto de ver todo oscuro.