Till Dawn (HS) ➡️Español

Bởi harrysfic

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"Tenerla en su cama, en sus brazos, con su respiración en su cuello y su cabello cosquilleando sus labios-fin... Xem Thêm

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Bởi harrysfic

Nota: HARRY SE CORTÓ EL CABELLO JSHSGAGVDJHASBHGjJSHHH. He estado esperando este momento desde que la vaina esa le llegaba al pezón. Sé que sólo se lo rebajo, pero eso era justo lo que quería. Quedó beiiiooooooo okokok. Ya :)

Lavar los platos terminó siendo tan aburrido como se lo había imaginado. Una semana había pasado y Clara tuvo que inventar maneras de entretenerse mientras limpiaba la grasa con la esponja, quedando con la piel de sus manos arrugada. A veces contaba las grandes cantidades de espuma, otras veces veía al reloj contando cuanto tiempo duraba lavando un plato, tratando de romper el record con el siguiente. Otra cosa que hacía, sin poder evitarlo, era encerrarse en las fantasías que tenía con el extraño a quien había atropellado con su auto.

Esas la mantenían bastante entretenida.

Era jueves por la noche, su turno duraba hasta las ocho de la noche, y el día había pasado inusualmente lento. Llegó a punto en que deseaba que hubieran platos que lavar, pero desafortunadamente tuvo que quedarse parada contra la encimera, viendo cómo Janice le daba órdenes a otros cocineros. Clara suspiró – Un suspiro que demostraba tristeza y derrota – Era doloroso ver a los demás hacer lo que ella siempre había amado desde que era pequeña. Era injusto, saber que si la estúpida de Janice no hubiese sido tan perra, uno de ellos fuese ella ahora mismo batiendo las cremas o friendo papas. Pero por supuesto, la vida no era muy justa y Clara pasó la mayor parte del tiempo de pie, ahí, mirando a la pared, e intentando no dejar que sus pensamientos se fueran a ese par de labios que lucían deliciosos.

Él estaba en su mente bastante seguido. Pensaba en su profunda voz y en la manera en que parecería hacerla vibrar cada vez que hablaba, a pesar de que sólo lo ha escuchado decir un par de palabras. Pensó en cómo había sido tan necio sobre caminar hasta su casa en la congelada noche con su maldito tobillo torcido.

Clara se preguntó si se habría encargado de ello cuando llegó a casa. ¿Habrá dejado que se empeorara? ¿Aún le dolerá, después de una semana? Todo por su culpa...

Cuando el reloj marcó más de las ocho, Clara se quitó el delantal de su cintura y corrió hasta su auto con sus brazos alrededor de su cuerpo tratando de mantenerse cálida. Entró al auto, al caliente aire de adentro. Mientras manejaba, llegó a la intersección donde normalmente cruzaría a la derecha, el mismo camino que siempre cogía para ir a casa. Sin embargo, pensó por un momento en coger el otro camino para así verse obligada a ir a la calle Melhive, sabiendo qué pasaba en esa calle por las noches...

+

Las noches de los jueves eran las noches donde alguien raramente pediría pelear con Harry.

Las noches de los jueves eran las noches donde sus ojos estaban más oscuros de lo normal, su mandíbula se tensaba un poco más y sus puños se apretaban tanto que llegaba un punto en que sus cortas uñas se marcaban en la piel de su palma. Las noches de los jueves eran las únicas donde se le hacía demasiado difícil mantener su cara neutra; su rabia llegando hasta un punto donde no podía esconderla bajo su blanca expresión.

Se acercó hasta el 'Jefe', un hombre de estatura baja con barriga redonda y poco vello en su mentón. Las manos de Harry se hallaban enterradas en los bolsillos de su sudadera negra donde sus yemas acariciaban sin importancia sus nudillos infectados por las heridas.

"¿No hay nadie?" Dijo con su voz ronca hacia el hombre quien lo había cogido desde hace años. La relación formada entre ellos era mutua; Harry peleaba, y Ray se llevaba el ochenta porciento de la paga. Harry igual se aparecía a pesar de que no se llevara nada del dinero ya que el minuto de vacío que sentía cuando peleaba tenía mucho más valor para él que cualquier otra cosa.

Con cada segundo que pasaba se volvía más agitado, sabiendo que esa noche no habría pelea, como usualmente pasaba. Aún así fue, sólo en caso de que llegase una oportunidad. Harry necesitaba descargar su rabia en algo o sino lo comería por dentro. Su mayor miedo era que, llegase un día en que ni siquiera pelear lo sacara de su asquerosa realidad.

"No," Ray negó con la cabeza. El cigarrillo de sus labios se balanceó cuando habló con su voz rasposa. "No creo que alguien venga. A menos que ese niño idiota aparezca." Se echó a reír y luego cogió el cigarrillo entre sus dedos, quitándolo de sus labios para soplar el humo blanco que desapareció en el frío aire. Habían pasado dos semanas desde que Harry noqueó al pobre y arrogante adolescente, pero la escena aún deambulaba en su mente.

Las fosas nasales de Harry se expandieron y un acumulado bocado de aire urgió su salida. Los recuerdos de las pasadas horas volvieron a su mente, haciendo a sus ojos cerrarse, mientras que pensaba que mientras más tiempo los mantuviera así, más rápido se irían sus recuerdos.

"¿Por qué todos ustedes son un montón de maricas?" Harry gruñó, fulminando con su mirada a todos quienes vinieron en espera de una pelea. Todos quedaron en silencio. "¿Jum? ¿Nadie quiere si quiere intentar?"

Caminó alrededor del círculo que ellos formaban, rechinando los dientes y viendo a cada miedoso rostro. Todos eran unos cobardes. Cobardes borrachos sin vida ni aspiraciones, aunque en realidad no eran muy diferentes que él. Pero al menos Harry no le tenía miedo a casi nada. No le tenía miedo a pelear con cualquiera, sin importar cuan alto fuese o cuanta experiencia pudiese tener; no tenía miedo a morir, de hecho estaba casi ansioso por lucir muerto en sus ojos, queriendo pelear consigo mismo más que nadie.

Después de caminar, ignorando el pequeño dolor en su pierna izquierda mientras retaba con sus ojos a todos los que estaban presentes, Harry supo que no tenía que hacer nada en ese lugar. Con un gruñido de frustración, uno que vibró desde lo más profundo de su garganta, se agachó y tomó su bolso, colgándolo en su hombro. Caminó hacia la calle, sin mirar atrás. Necesitaba algo con que aliviarse la emoción que carcomía por sus frías venas, y lo necesitaba rápido.

Diciembre en las calles de Londres eran fastidiosas. El frió parecía quemar la expuesta piel de Harry, traspasando la tela de su sudadera mientras caminaba por la acera. El friolento viento golpeaba sus rulos color chocolate, con algunos mechones pegados a sus labios y mandíbula, pero no podía molestarse por una cosa tan trivial cuando tenía un hogar vació al que ir.

El sonido de su propio corazón bombeando y el de sus pulmones expulsando aire eran tan altos que Harry no pudo oír el suave taconeo de un par de zapatos detrás de él. No la había notado hasta que ella corrió hasta llegar a su lado.

"No deberías estar caminando con tu maldito tobillo torcido," El sonido familiar de su voz hizo girar su cabeza y mirarla con sus ojos verdes. A su lado, trotando para poder mantener el paso de sus largas piernas, estaba la chica de cabello negro con quien se había encontrado dos veces; una cuando su hermano había sido su saco de práctica y una cuando su auto casi lo atropella como a un insecto. Sus labios estaban presionados entre sí para evitar que sus dientes titiritaban del frío, y su nariz y mejillas tenían un color rojizo. Harry notó, luego de un momento viéndola, que era un poco sexy, con su curveado cuerpo escondido bajo su abrigo. No le había dado tanta importancia como para notarlo hasta ahora, pero su cuerpo lleno de energía necesitaba aliviarse de alguna manera, y sus hormonas no dejaban a sus ojos escapar del escote que mostraba sus pechos que se podían ver desde su abrigo.

"¿Me estás espiando?" Murmuró, con su cabeza aún viéndola. A ella le estaba costando mantener el paso, tenía a su pecho apretado mientras inhalaba y exhalaba con sus mejillas rojas.

"Sí—" Admitió con su voz sin aliento. "Sí, algo así. Acabo salir del trabajo y quería asegurarme de que tu tobillo estuviese mejor porque si, ni que Dios quiera, te pasaba algo—"

Harry dejo de escucharla. Su voz era estresante, principalmente porque hablaba rápido y tartamudeaba mucho. La única manera de que su voz no le pareciese molesta era si susurrase su nombre mientras él liberaba toda su energía follandola.

Había pasado demasiado tiempo desde que Harry había hecho eso. Descubrió que era algo muy desastroso dormir con cualquier chica ya que siempre terminaban queriendo algo más de él. No valía la pena pasar por esa molestia cuando podía sentir la mitad del placer golpeando personas, y esas personas definitivamente no trataban de ir más allá con él después de la coñiza.

"¿Qué quieres de mí?" Dijo seco. La chica continuo tartamudeando, tratando de explicar el por qué estaba allí con él, pero Harry apenas la escuchó.

"No lo sé," Admitió suspirando. "Sigo pensando en ti y yo—"

"¿Por qué?" La cayó de nuevo con una expresión de frustración entre sus cejas. Los pasos de Harry se detuvieron, tomando a la chica por sorpresa pero aliviándola del esfuerzo de mantenerse a su paso. Él se preguntó por cuánto tiempo lo habrá estado siguiendo. ¿Cuántas ganas tenía ella de hablar con alguien como Harry? Alguien a quien no podría importarle una mierda sobre ella o cualquiera... Esa chica obviamente era tan ignorante como su hermano.

"¿Por qué qué?" Jadeó, cruzando sus brazos contra su pecho para lucir más intimidante (No funcionó en lo absoluto) y para mantenerse cálida.

"¿Por qué has estado pensando en mí?"

La chica se sonrojo y fue ahí cuando Harry vio el reflejo de algo pasar por sus pupilas. Una expresión de realización se formó en su rostro. "Me deseas." Espetó, no de una manera arrogante o cruda, simplemente diciendo lo que observó.

"Qué, no—" Tartamudeó inútilmente, pero su negación fue sólo una confirmación. Con ese conocimiento, Harry continuó caminando con ella murmurando a su lado.

"No te deseo. ¡Apenas te conozco! No tiene nada de malo que venga a ver cómo estás porque soy un buen ser humano. Me siento mal por haberte atropellado, ya sabes, con mi auto y eso. Dios, de verdad lo siento. En realidad soy una muy buena conductora. Nunca me he metido en un accidente antes de—Bueno, hubo uno el año pasado donde—"

"Eres una mala conductora," La interrumpió, con sus ojos mirando hacia sus pies. Oyó su jadeo de ofensa saliendo de sus labios.

"¡Claro que no! No sabes nada sobre mis técnicas de manejo."

Harry la miró con mala cara, enarcando las cejas con incredulidad. "He sido víctima de tus pobres técnicas de manejo, así que sí, sí sé."

No pudo evitar notar la manera en que sus labios hicieron puchero, haciendo que sus mejillas se pronunciaran aún más.

Ahora estaban en el pequeño jardín de la casa de Harry, el mismo en el que lo había dejado la noche en que lo atropelló. La calle estaba muerta, justo como siempre lo era en invierno, y las luces de la casa estaban apagadas. Harry se giró hacia ella, sus botas golpeando la grama congelada, y su cuerpo cerca de doblar el tamaño del de ella ya que estaban cara a cara.

"Escucha— Quiero follarte," Dijo de manera casual. Se detuvo de usar la palabra necesito. Realmente la necesitaba, no en una manera romántica o lujuriosa, sino en una manera de 'Necesito meter mi polla en ti y así poder olvidarme de todo antes de que explote' "Puedo ver que tu también quieres. Puedes entrar y dejarme follarte o puedes irte y dejarme malditamente tranquilo."

El rostro de Clara se puso pálido. ¿Lo había escuchado correctamente o estaba en medio de una de sus fantasías? Nadie jamás le había hablado de esa manera tan clara y desvergonzada. Había dicho esas palabras de la manera más natural, como si no le estuviese preguntando a la chica que apenas conocía que tuviese sexo con él, pero de alguna manera, para su pesar, sus palabras la habían excitado inmensamente. Clara quería arrancarse a mechones su cabello ante cuan caliente y palpitante sus paredes vaginales se estaban volviendo bajo la mirada de esos ojos verdes.

Quiero follarte.

El sentimiento era mutuo, pero Clara no podía encontrar palabras para responder, sintiéndose conflictiva entre la opción que ella sabía que era la más inteligente o la que sabía que era lo que había estado esperando por toda una semana. La Clara que ella conocía lo hubiese cacheteado después de haberle dicho semejante cosa. La Clara que ocupada su lugar en ese momento, de alguna manera asintió su cabeza estúpidamente.

Harry envolvió sus dedos en su cintura, de una manera tan apretada como para sentirlo como un gentil gesto, y entró. Ella lo siguió mientras los guiaba hacia la puerta de la oscura casa, sacando las llaves. El único sonido que se escuchaba era el de las llaves mientras él encontraba la cerradura correcta (Sólo habían dos) Luego, abrió la puerta, frunciendo los labios. El pecho de Clara palpitaba por su decisión. Los nervios la atraparon mientras entraba y el extraño tatuado encendía las luces, iluminando la pequeña pero sorpresivamente hogareña casa. ¿En qué estaba pensando? ¿Entrando a una casa extraña con ese monstruo?

No tuvo nada de tiempo para adaptarse al sitio ya que su cuerpo fue pegado contra la puerta luego de haber sido cerrada detrás de ellos. Un jadeo salió de sus labios mientras una fría boca encontró la suya con desesperación, besándola de tal manera que hizo a su estomago retorcerse con necesidad. Todo el asunto estaba mal, pero eso era lo que lo hacía caliente, sensual. Clara abrió su boca y le permitió insertar su lengua dentro; no hubo gentiles caricias ni cuidado, en vez de eso, su lengua forzó su camino hacia el final de su garganta de la manera más dominante, haciéndola ahogar sus propios gemidos.

"Me llamo Harry," murmuró roncamente cuando dejo a sus labios alejarse por un corto momento antes de besarla una vez más. Sus bruscas manos bajaron por sus caderas, tomando el material de su abrigo y prácticamente arrancándolo de sus hombros. Sus dientes jalaron su labio inferior, lo cual lo hizo recordar la última vez que había hecho todo esto, un recuerdo que apenas llegaba a su mente. Ciertamente había pasado bastante tiempo desde aquella vez, y él necesitaba esto, incluso si era con ella.

"Clara," Dijo ella cuando dejo salir entre sus labios, tragándose los jadeos que expulsaban sus pulmones. Sentía que la habitación giraba alrededor de ella, todo se sentía nublado a excepción de sus manos debajo de su camiseta y subiéndola, más, más y más hasta que sus manos tomaron sus pechos contra su brasier de lencería. A pesar de que sus manos eran grandes, no era capaz de cubrir todo su gran pecho. Eso pareció frustrarlo, haciendo que dejara salir un gruñido con fastidio.

"Demasiado grandes," murmuró, pero no le dio tanta importancia. Clara sintió un pinchazo de dolor, sintiendo como si él estuviese decepcionado de su cuerpo y cómo lucía, pero pronto se recuperó cuando notó la oscuridad en sus ojos mientras miraba a sus muslos y caderas, luciendo satisfecho. Sus movimientos eran fríos pero calculados, como cuando practicaba la técnica de golpes que siempre usaba; Harry le sacó su camiseta por su cabeza, tomándola por sus caderas y empujándola hacia su habitación. No había nada tierno o humano en la forma que él la trataba y eso hacía sentir a Clara como una muñeca inflable, siendo empujada y manoseada y usada. Pero...bueno, de alguna manera le encantaba.

Maldita puta, su mente la regañó en un tono fastidioso mientras él cerraba la puerta de la habitación tras de ellos. Tú no eres así.

Los pensamientos fueron eliminados cuando sus manos bajaron la cremallera de sus pantalones para luego tocar sus bragas húmedas. Oh. Los ojos de Clara se cerraron ante la sensación, el calor del momento y lo sucio de toda la situación, todo junto la mantenía en un coma de placer. Quizás ella también necesitaba esto. Quizás se merecía un justo escape de lavar los platos, de preocuparse por su hermano y de no tener a nadie en casa además de de gata naranja, Maggie. Quizás necesitaba hacer algo peligroso y espontaneo en su vida.

Necesitaba tener sus manos en ella, marcando su piel satinada de la manera más dolorosa y placentera.

"Follame," Clara murmuró respirando pesadamente. Ahora sólo tenía puesto su brasier y bragas (Estaba agradecida de haberse puesto un conjunto en la mañana) en cambio Harry seguía completamente vestido. Sus ojos la miraron completa, observando su cuerpo y poniéndose duro ante el pensamiento de todas las cosas que podría hacer con ese cuerpo. En vez de imaginarse a su oponente tirado en el suelo debajo de su laguna de sangre, se imaginaba a ella—sus ojos en blanco y sus labios partidos mientras él entraba en ella, dentro y fuera, dentro y fuera.

"Dilo otra vez," Demandó. Su voz era oscura y profunda justo como ella se lo imaginó. Clara estaba segura de que estaba soñando.

"Follame," Repitió, aún sin aliento pero su voz sonó más estable.

Harry no perdió el tiempo. Su cuerpo embriagado con el mismo vació que sentía cuando veía la sangre salir de la nariz de su oponente. No se molestó en quitarse la camiseta, sólo se bajo los shorts lo suficiente para tomar su polla en su mano y sacarla, toda cálida y rígida y lista para ella. Harry estaba agradecido de que ya estuviese mojada cuando insertó su dedo en la tira de sus bragas, bajándolas por sus apetitosos muslos. Significaba que no tenía que esperar más tiempo.

Su cuerpo, gigante a comparación del de ella, se presionó contra su figura—Piel suave contra piel fuerte y marcada— creando entre los dos una sensación de calidez. Los ojos de ambos estaban cerrados—Clara no quería verlo porque temía que si lo hacía se arrepentiría de todo, y Harry no quería verla para que así ella no pensara que todo esto era algo más allá de lo que era.

Un callado umpf salió de los labios de Clara cuando lo sintió empujar dentro de ella. Su erección la estiró al máximo, tanto que pensó que la partiría en dos.

Fue rápido y fuerte. La cama crujía bajo los forzosos movimientos. Las caderas de Harry chocaban contra las de ella, piel chocando contra piel, sus huesos púbicos presionándose contra su sensible clítoris forzando la formación de gemidos en sus labios. Harry sintió un calor crearse en su estomago mientras embestía de adentro hacia fuera, sus paredes mojadas lo envolvían de una manera que sacaban las sensaciones de rabia y dolor fuera de su mente y las remplazaba con puro placer.

Clara nunca había sentido o hecho algo como esto, pero eso no la detuvo de disfrutar cada segundo del momento. Sus uñas se enterraron en el material de su camiseta, la cual ahora estaba pegada a su espalda por el sudor que llenaba su cuerpo.

Su brazo la cogió por la cintura, levantándola un poco para así poder embestirla desde un nuevo ángulo. Sus caderas aumentaron de velocidad, como si estuviese en una carrera, llegando a la meta final que parecía no tener fin. Sus fosas nasales se expandieron mientras respiraba, Harry agachó su cabeza para posicionarla en el hueco de su cuello, presionando su nariz contra la almohada debajo de su cabeza.

De alguna manera, la sensación era mucho mejor de lo que recordaba. Hasta un punto en que le costaba mantenerse callado, su mandíbula se encontraba tensada fuertemente así ningún gemido trataría de escaparse, los mantenía escondidos en el fondo de su garganta. Harry posó su mano libre, la que no sostenía el cuerpo de ella contra su pecho, contra el colchón para darle más estabilidad. Sus caderas se movían con movimientos rígidos, sin compasión alguna, haciendo a Clara ahogarse en medio de las embestidas de su palpitante erección la cual entraba profundamente en ella—tan profundo que ella sentía cómo golpeaba su maldito útero.

En una manera no tan elegante, Harry giró sus cuerpos para que ella quedase sentada sobre su polla.

"Yo no—" Clara estaba a punto de decirle que no creía que su cuerpo aguantaría estar encima, pero sus palabras fueron calladas por las caderas de él siendo elevadas del colchón, llenándola. Su cuerpo prácticamente colapso sobre el suyo, su cabeza enterrada en su camiseta con aroma a almizcle, mientras él continuaba llevando a ambos a la cima, embistiéndola tan rápido que Clara no podía siquiera encontrar un momento para gritar de placer.

"Estás tan apretada." Fue la primera cosa que dijo desde que había entrado en ella, pero Clara no tuvo la habilidad de escucharlo gracias a su mente nublada de la sensación de él dentro de ella. Estaba tan, tan cerca— podía sentir la calidez familiar en su estomago que urgía por explotar en todo su cuerpo.

Harry podía notar que ella estaba cerca, al igual que él. Hizo pequeños círculos con sus caderas mientras las elevaba, embistiéndola. Haciendo que su hueso púbico chocara contra su clítoris, lo suficiente para hacerla llegar.

Un agudo gemido dejo sus labios. Su visión se volvió blanca, sintió que estaba teniendo un pedazo del cielo, pero el diablo la trajo de vuelta. Su estomago quemaba del climax y su coño dolía. No notó que él había salido de ella gracias a que su mente aún rondaba en su orgasmo.

La sensación de líquido caliente cayendo en la piel de sus muslos la trajeron de vuelta a la realidad. Había vuelto a la habitación iluminada por la luz de la luna. Donde estaba acostada encima del pelador tatuado a quien apenas conocía, y quien se acababa de correr en sus muslos luego de haberla follado sin compasión. Clara deseó poder haberse quedado en la nube de placer por siempre, pero no, ahí estaba ella, poco a poco bajándose de ella.

Su cuerpo se sentía usado y adolorido ahora que podía sentirlo de nuevo. Sus ojos no pudieron mantenerse abiertos por mucho tiempo, teniendo que pestañear lentamente, sólo estaba el sonido de la respiración de alguien inhalando en su oído que la mantenía despierta. Se sentía increíblemente cansada ahora, pero de la mejor manera.

Harry notó la pesadez en sus parpados minutos después de recuperar su respiración. Con cuidado empujó su cuerpo fuera del suyo y luego giró, sentándose en la orilla de la cama para subirse sus bóxers y sus shorts. Su espalda daba hacia ella, Clara ahora acostada sobre su estomago con su cabeza plasmada contra la almohada.

"Puedes dormir," Fue lo que él dijo. Ella esperaba que él le dijera que se fuera, que ya había terminado con ella y que ya no era bienvenida, pero estaba agradecida de que no lo hiciera. Clara no tuvo la oportunidad de responderle ya que él se levantó de la cama y salió de la habitación, cerrando la puerta tras él y dejándola cerrar sus ojos y cayendo en un profundo sueño.

"Tonight we'll dance, I'll be yours and you'll be mine. We won't look back, take my hand and we will shine."

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