Desperté exactamente a las cuatro de la madrugada, no había nadie, excepto por algunos borrachos que se quedaron dormidos en el suelo o en uno de los sofás.
Entre en pánico ya que no estaba en mi casa y no veía a mi amiga por ninguna parte ¿Se habría ido? ¿Se atrevió a dejarme sola? O algo peor ¿La secuestraron? Recé porque no fuera así, me levante rápidamente del sillón, que me había dejado con un horrible dolor de espalda, debido a la incomodidad con la que dormí.
Pase dando pequeños saltos, ya que había personas tiradas en el suelo durmiendo, llegue hasta la que era la pista de baile y no encontré a nadie. Mi pánico aumento un poco. Luego entre a la cocina y tampoco estaba nadie, subí por las escaleras, en donde se encontraban las habitaciones, que en total eran cuatro, supuse que una era para la abuela de West, otra para su hermano menor, otra para él y de la ultima habitación no tenia idea, supongo que es la de huéspedes. Intente entrar a alguna de las habitaciones pero todas se encontraban cerradas con llave, y mi pánico aumento al cien por ciento. Intente llamar a June a su celular, pero este se encontraba apagado.
Baje las escaleras con prisa, sin importarme las personas que estaban durmiendo, y mire hacia la puerta de vidrio deslizable que daba al patio trasero, esa era mi única esperanza, camine hasta la puerta trasera, y pude escuchar risas, fruncí el ceño, y abrí la puerta silenciosamente, divise a dos personas sentadas en el pasto, riendo y riendo.
Eran June y West, sentados demasiado juntos.
En ese momento me quede paralizada y no podía respirar, fue como uno de esos instantes que no olvidaras nunca mas, se que estoy siendo dramática, pero parecía un momento tan fuerte, que sus carcajadas inundaban mi cabeza. Me quede allí por unos segundos, hasta que me digne a carraspear.
-Eh, June, al fin te encontré -Hable al fin.
Esto era incomodo, ya que ambos se giraron a mirarme, y sentí que mis mejillas ardían al pensar en lo desastre que estaba yo en ese momento, ni quería pensar en mi cabello.
-April ¡Ya estas despierta! No te quise despertar, te veías muy cómoda durmiendo -Dijo June.
Sí claro, estaba muy cómoda durmiendo con el pie de alguien más rozándome la cara.
Vi como West al mirarme soltaba una risa mal disimulada -o tal vez ni siquiera se esforzó en disimularla-, y la cara desconcertada de June al mirarme el rostro, ella miró fugazmente a West y él trató de no reír más, obviamente yo lo noté y no entendía el por qué de su comportamiento.
June se levantó del lugar en el que estaba sentada y caminó hacia mi con sus tacones en la mano izquierda, yo solo la miraba expectante, esperando que me explicara lo que estaba pasando y por qué el chico se había burlado de mí.
Pero lo único que hizo ella fue darme una mirada de consuelo, lo cual no entendía, ni me servía de nada en este momento, yo solo quería saber qué es lo que estaba pasando, esto ya me estaba poniendo los nervios de punta.
-June ¿Qué pasa? -susurré impaciente de saber la respuesta.
La miraba preocupada y miedosa de que sea algo que pudiera hacerme sentir estúpida, porque lo último que me faltaba era ser humillada frente a mi vecino.
-Te pintaron la cara, April-dijo ella apenada.
Y ahí va, un golpe más a mi ya baja autoestima.
Abrí mis ojos como platos e inconscientemente llevé mi mano derecha a mi rostro, tocándolo suavemente.
-Lo siento, West, ya tengo que irme -dijo June, dirigiéndose a West, que en todo momento permaneció en el mismo lugar con una sonrisa burlona dirigida hacia mí.
Bajo mi cabeza, sintiendo un nudo en mi pecho al recordar que él estaba ahí, burlándose de mi estupidez.
Traté de disimular mi humillación, pero me era casi imposible. La verdad es que no estoy segura de qué es lo que estoy sintiendo en este momento, no sé si es sólo mal humor por estar despierta a las cuatro de la madrugada en un lugar que ni siquiera es mi casa, por el dolor de espalda que tengo en este momento, por no encontrar a mi mejor amiga y luego verla muy a gusto con el chico del que estoy enamorada, o porque alguien me ha puesto maquillaje en los lugares incorrectos.
Tomo una bocanada de aire y vuelvo a entrar en la casa y lo suelto, miro a June, esperando encontrarla tras de mi, pero se había quedado a hablar con West.
- ¿Te veo luego? -pregunta él.
-Tal vez -contesta ella.
Mi vista se ve borrosa a causa del líquido que en mis lagrimales se juntaba, pero no lloraría, sería muy estúpido y poco orgulloso de mi parte, no lo permitiría, al menos no en este momento, no estoy exactamente en mis cinco sentidos.
Escucho los pasos de June acercándose y paso mi brazo por mis ojos antes de que llegara y le ofrezco la mejor sonrisa que puedo fabricar en el instante.
-Vamos a tu casa, te limpiaré la cara -ofrece June, yo solo me limito a asentir y caminar junto a ella.
Con suerte esto solo es una pesadilla, de seguro esa bebida que me había tomado era más que solo jugo y yo solo estoy teniendo un mal sueño.
llegamos a mi casa y subimos por las escaleras hasta llegar al cuarto de baño, que compartíamos con mi familia. Me mire en el espejo y me dieron terribles ganas de llorar de vuelta, pero no podía llorar, me vería mas ridícula de lo normal.
June estaba fuera del baño esperando, yo cerré la puerta del baño con llave así que nadie podía entrar, puse mis manos alrededor del lavamanos, sujetándome. Miré mi reflejo en el espejo y mis ojos estaban rojos.
Respire hondo y luego exhale. Me dispuse a la lavarme la cara -a pesar de que me costo mucho lavarla y mi cara se volvió mas roja que un tomate -, lo conseguí.
Salí del baño, y vi a June durmiendo en mi cama, lucia tan tranquila, yo a diferencia de ella, no tenia tanto sueño y aunque intentara con todas mis fuerzas dormir no lo lograba, y muchas preguntas inundaron mi mente ¿Cómo es que lo conseguía? ¿Como conseguía ser tan buena y bonita a la vez? A pesar de que ella podía haber sido cruel conmigo, siempre se comporto amable, buena y dulce, en realidad no le tenia envidia, le tenia un extraño sentimiento de admiración, nunca la vi siendo descortés o mala con alguna persona, y eso era realmente admirable en una persona.
.....
Desperté y al mirar mi celular, me sorprendí al ver que ya eran las doce y treinta de la mañana, mire a June, que seguía durmiendo debajo de las sábanas y estiré mis brazos bostezando.
Escuché mucho ruido proveniente de la planta baja de mi casa, y sabía que era solo mi tía cocinando, le encantaba cocinar con música, según ella era la combinación perfecta.
Me levanté de la cama y me dirigí a la puerta, pasando frente al espejo que tenía cerca de ella, vi el desastroso reflejo de mi cabello, pero no me preocuparía por ello ahora.
Baje y observé a mi tía tarareando la canción que salía de la radio.
-Buenos días -Saludé.
Ella se giro a mirarme y su sonrisa se ensanchó.
-Buenos días -dijo una voz adormilada en la puerta de la cocina.
- ¿June, tu también? No sabía que estabas aquí -la saludo mi tía.
Se veía graciosa, tenía el maquillaje un poco corrido y los ojos achinados, pero al contrario que yo, su cabello no estaba mal, al menos no como el mío.
-Sí, pero ya debo irme, mi madre me estará esperando -le dijo ella.
En el fondo agradecía que ya se tuviera que ir, porque si se quedara, no podría evitar hacerle preguntas, preguntas de las cuales no estaba preparada para oír sus respuestas.
En cuanto June se fue, mi tía me atacó con preguntas. Realmente no tenia mucho que decir -exceptuando el momento en el que vi a June y a West muy juntos riendo- Pero eso era algo que no le quería comentar a mi tía, mucho menos preocuparle porque el chico que me gusta no se fija en mi. Suena tan ridículo preocuparse por eso.
- ¿Así que te divertiste mucho? -me pregunto mi tía.
-Ajá, me divertí mucho -mi voz tembló, no era muy buena mintiendo.
Pero al parecer la tía Katie no lo había notado ni por asomo, así que un extraño alivio me inundó, quería que estuviera feliz por mi.
Estaba claro que su humor no podía estar mejor, y sé porqué, ella cree que al fin tendré una vida propia de una adolescente.
Para que yo no logre arruinar todo, fui a mi habitación a pensar en todo lo que había sucedido.
Sólo había dormido en la fiesta, todo estaría normal si June no se hubiera visto tan feliz con West, y yo tenia miedo, porque realmente me gustaba él, y si antes no tenia oportunidad, ahora menos.
West ya había conocido a June.
De todas esas chicas hermosas que coquetean a West ¿por qué June? ¿por qué mi mejor amiga?
Aún tengo la esperanza de que todo esto sea olvidado, que West no vea a June de nuevo y que June no piense en él.
Esto no sería un problema si yo le hubiese contado a ella sobre mi enamoramiento hacia mi vecino, no sé por qué nunca se lo conté, llevo años manteniendolo en secreto, solo Wash sabe de esto.
Y ahora no puedo decirle nada a June, no quiero ¿y si a ella le gusta? ¿y si West gusta de ella? ¿De qué estaban hablando y riendo esa noche? ¿desde cuando se llevan tan bien?
Un sinfín de preguntas vinieron a mi mente, todas sobre aquella fiesta, tal vez sólo sea eso, una noche y ya, o quizá esto sea el comienzo de algo que yo no podré evitar.
Debería hablar con June, debería preguntarle acerca de lo que pasó, pero no sé cómo hacerlo sin que descubra que me gusta él.
¿La habrá besado?
No, no hay que sacar conclusiones, con suerte solo estaban hablando de tarea. Sí, West Morries hablando de tarea con una chica en una fiesta a comienzos del verano, no suena tan disparatado ¿no?
- ¡April, ven aquí en este instante! -gritó mi tío desde la cocina.
Yo solo me levanté de la cama y fui a donde me llamaba, al llegar, lo ví parado frente a la puerta que conectaba la sala a la cocina.
- ¿A qué hora llegaste anoche? -interrogó.
Lo miré y fruncí el ceño, esto es nuevo.
-A las cuatro de la madrugada -respondí, más bien en un ligero tono de pregunta.
- ¿Esas son horas de llegar para una niña de dieciséis años? -volvió a cuestionar.
Me limité a mirar directamente a sus obscuros y azulados ojos, que me observaban con enfado y una casi imperseptible pizca de humor.
-No, no lo son, por suerte yo ya casi tengo diesisiete -dije sonriendo.
El tío George arrugó la cara, en una especie de gesto de disgusto, yo reí, siempre es así, a él siempre le toca la parte de la reprimenda.
Cuando era niña, siempre que hacía alguna travesura, mi tía era la que me consolaba si salía lastimada y tío George me decía que ya no lo hiciera, si no quería que me castigara, lo cual nunca pasaba, jamás me castigaron en serio.
Despues de todo soy una buena chica.
-April... No lo vuelvas a hacer, tu toque de queda para las fiestas será a las tres, máximo, ni más, ni menos -sentenció.
- ¿Ni menos? -cuestioné.
-Debes divertirte más, niñita -y dicho eso se adentro a la cocina.
¿Qué debo divertirme más dice? Yo si me divierto, y mucho.
No, en realidad no. No tengo ni la más mínima idea de qué hacer con mi vida para que sea divertida.
Pero supongo que dormir en fiestas no es un paso para lograrlo.
Leccion número uno: April, no duermas en las fiestas.
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Segundo capitulo, esperamos que les haya gustado.
¡Gracias en serio por sus votos y comentarios, no podemos creer que solo tengamos dos capítulos y ya hayan cuarenta votos!
L@s queremos mucho, en verdad, son nuestra inspiración.
¡Ciao! 😛
Sandia_Rosa y MisMous
Bai 😎