¡Casados!

By LiliaSolisRamirez

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¡Casados! ¡¿Qué cosa?! Lo que oyeron, están casados bajo las leyes del País del Fuego. Con eso aprenderán qu... More

¿Introducción?
.Dos.
.Tres.
.Cuatro.
.Cinco.
.Seis.
.Siete. El número de la suerte.
.Ocho.
.Nueve.
.Diez.
.Once.
.Doce.
Trece
Catorce
Capitulo 15.
Mi respuesta

.Uno.

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By LiliaSolisRamirez


Sakura se sentó en medio de los dos y le quitó la hoja a Naruto. Sasuke también estaba curioso revisando aquel cartoncito y perforadora que les habían entregado junto con aquellas hojas.

-Esto es el colmo...

-¿Qué dice Sakura?

-¡cállate! Lo estoy leyendo...

-¿No que las mujeres se podían concentrar en varias cosas? –farfulló el Uchiha.

-Ahm... si, por supuesto. –se puso nerviosa.

-Re... glas de convivencia... -alcanzó a leer el rubio asomándose.

-Si. Reglas. –Sakura suspiró antes de continuar. –Rol de esposo. El esposo deberá proveer de hogar, ropa, comida y sustento monetario a la esposa...

-¿ah?

-Que tu vas a pagar todo.

-¡¿Qué?!

-Silencio, hay mas... El esposo será quien porte la voz en pareja, protegerá a la esposa y dará su apellido.

Sasuke ocultó su rostro con su cabello.

-¿Todo eso, ttebayo?

-Mmm... No deberá ofender ni lastimar a la esposa.

-¡Argh! ¡Pero a veces el teme se lo merece! –se cruzó de brazos.

-Rol de la esposa... -todos miraron la hoja con más atención. –La esposa proveerá una alimentación sana al esposo. Mantendrá el hogar en perfecto estado y procurara que el dinero sea distribuido de forma adecuada. Nada que Sasuke no pueda hacer...

-Ay, si.

-A ver... La esposa dejara que sea su esposo quien hable por ella en las reuniones formales. ¡¿Ah?! ¡¿De dónde sacan esta tontería?!

-Es tradicional... de épocas pasadas... -comentó Sasuke leyendo su hoja.

-Ya veo.

-Por eso solo la siguen los viejitos como ellos, ttebayo.

-Ya, guarda silencio o nos vas a meter en más problemas.

-¡¿Yo?!

-¡Te recuerdo que fue tu idea!

-Tu le seguiste, Sakura. –se defendió.

-Pero tu empezaste, solo te protegí, pobrecito Sasuke, teniendo que aguantarte asi...

-¿eh? –Sasuke se giró por pura suerte y alcanzó a percibir como su mirada azulina se oscurecía ante el comentario.

-Aquí dice, la esposa deberá satisfacer los... -sus mejillas se colorearon deprisa haciendo que el mismo Sasuke mirara con más atención. –los... deseos carnales de su esposo... -se atrevió a decir.

-¿Deseos carnales? ¿Qué es eso, ttebayo?

-¡Nada! –gritaron al unísono con las mejillas coloreadas de rojo.

-¡Díganme! –siempre tan curioso.

-Nada, usuratonkachi, son cosas de adultos.

-Tu no eres un adulto.

-Tu tampoco, asi que te callas. –lo volvió a sentar la chica. –Nota... El joven Uzumaki deberá aprender que las "buenas ideas" deben ser bien pensadas...

-¿Eso dice?

-Si, aquí ¿ves? –le apuntó las líneas. –Por lo que deberá comprar un anillo de matrimonio para el joven Uchiha quien cumple el rol de esposa.

-¡¿Yo qué?! –sin quererlo, sus ojos se fugaron hasta la mano de Sasuke quien sostenía el papel. Tan delgadita y blanca... ya estaba imaginándose uno pero no quiso ponerle atención a ese aspecto y siguió escuchando a la niña.

-Y no podrá ser cualquier anillo, dice que... deberá informar en un escrito cual fue la razón de elegir dicho anillo, háblese sobre el diseño o costo.

-Te compraré el más barato que me encuentre, ttebayo...

-Nadie te está pidiendo nada. –le contestó para luego darle la espalda y seguir jugando con el par de perforadoras de mano.

-La esposa, en este caso, Uchiha Sasuke, acatara cada una de las ordenes hechas por su nuevo esposo.

-Joder... -murmuró escondiendo su cara.

-Jijijiji... -Naruto sonrió de manera perversa imaginando todo lo que podría obligarle a hacer.

-¡Pícate la nariz ttebayo! ¡Di que soy mejor que tú! ¡Cocíname todo el ramen del mundo!

-Si, Naruto.

-Naruto, deja de sonreír como un idiota... -le saco de sus pensamientos el Uchiha tratando de ignorar su cara de pervertido total.

-Esto debe ser obra de aquel hombre... -reflexionó Sakura. -¿Lo conoces Sasuke?

-No.

-¿En serio? Parecía que si...

-¡No lo conozco! Ya...

-De acuerdo. –Naruto se le quedó mirando confundido. –Por último, para corroborar que se sigan estas órdenes... se les ah anexado un tarjetón y una perforadora a cada uno. –Naruto se miró las manos. –Los tiene Sasuke, idiota.

-¡Dame el mío, ttebayo!

-¡Toma!

-¡Genial! ¿Para qué sirven?

-Dice que cada recuadro representa una acción. Cada vez que uno de ustedes no cumpla con algún aspecto de su rol, podrá perforarlo el contrario.

-No entiendo, ttebayo.

--Pues... es como... mira... imagina que Sasuke no... no mantenga la casa limpia un día...

-Aja...

-Entonces tu perforaras un recuadro.

-¡Ah! ¡¿Y gana el que tenga menos hoyitos?!

-¡Esto no es un concurso! –lo sacó de su ilusión. –Es tu culpa todo esto. –siguió leyendo la hoja. –Oh, vaya...

-¿Qué?

-Dice que... quien mantenga su rol de la mejor manera, ganara las merecidas vacaciones que estaba buscando junto con su equipo...

-Entonces si es un concurso... -se quejó Sasuke.

-¡Si! ¡Voy a ir a la playa con Sakura!

-¡¿Quién te dijo que tu vas a ganar?! –le gritó ofendida. –Es obvio que Sasuke se sabe comportar mejor que tu...

-Pero yo...

-¡Ya! ¿Sasuke, entendiste todo?

-Si. Ya me voy. –se puso de pie mientras escondía sus manos en los bolsillos como de costumbre.

-Ah, espera...

-No tengo tiempo, Sakura. –ni siquiera la miró.

-Sasuke, no te vayas, ttebayo. –quiso ayudarla.

Sasuke solo chasqueó la lengua mientras avanzaba a paso lento... pero se detuvo en seco al escucharlo...

"¡Click!"

-¡¿Por qué hiciste eso?! –le gritó Sakura viendo como el pequeño pedazo de papel quedaba agujereado.

-¿Qué hiciste? –se giró Sasuke para ver la hoja perforada. Ambos se retaron con la mirada.

-¡Naruto!

-No obedeciste, ttebayo. –alzó sus brazos para restarle importancia.

-¿Eh?

-La esposa deberá obedecer todo lo que diga el esposo. –le recordó con una sonrisa de lado. –Te dije que no te fueras, ttebayo... teme...

-¡Al diablo con eso, Naruto!

-Si, idiota, ambos pudieron ganara si fingían que se calificaban.

-Pero... ah... si ¿verdad? –se rascó la cabeza avergonzado. –Ups...

"¡Click!"

El circulito de cartón descendió zigzagueante hasta el suelo.

Naruto lo miró con molestia.

-¡¿Y eso porque ttebayo?!

-El esposo no debe ofender a la esposa. Me dijiste teme, dobe. -su ceja se alzo burlesca.

"¡Click!"

-¡Tu tampoco me puedes ofender a mí! –le apuntó con el dedo.

-¡Jodete! –se quiso dar la vuelta para seguir con su camino.

-Cállate y ven. –obviamente fue ignorado.

"¡Click!"

Sasuke solo se giró la mitad.

-No entiendes que debes obedecer, te dije que te callaras y vinieras, ttebayo.

-Usuratonkachi...

"¡Click!"

-Y eso es por volverme a ofender. –se cruzo de brazos sintiéndose el campeón.

"¡Click!"

-El esposo debe de respetar a la esposa y tu solo andas ofendiéndome.

-¡No es cierto!

-Me estas gritando, eso ya es violencia.

-¡Pero asi hablo yo!

-Pues yo también hablo asi, dobe.

-¡No me digas dobe, teme!

"¡Click!"

"¡Click!"

"¡Click!"

"¡Click!"

"¡Click!"

"¡Click!"

-¡Ya! ¡Ya basta! Los dos... -Sakura les arrebató el cartoncito para salvarlos de una completa desgracia. –Diablos... de todo deben pelear ¿no es cierto? –miró a ambos y estos se giraron mostrando su total desprecio por el otro. –Escuchen... esto es cosa seria ¿de acuerdo? Yo me encargaré de los cartoncitos, cuando vea que alguno no cumple su función yo perforare la hoja. –sonrió mostrando el par de cartoncitos.

-¡¿Qué chiste tiene entonces?! Vas a defender al teme... -se quejó el rubio haciendo un puchero.

-¡Claro que no! Yo... mmm... le diré a Ino que me ayude... asi seremos imparciales ¿va?

Ambos se miraron por unos segundos antes de suspirar derrotados.

-De acuerdo.

-¡Bien, ttebayo!

-De acuerdo, vamos con Ino para que se vaya enterando... -los tomó de la mano y se los llevó casi a cuestas.

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Sasuke se sentó cuando notó que aquello iba para largo, Naruto ya no podía inflar mas sus mejillas y Sakura estaba fingiendo seriedad. Ino no dejaba de carcajearse golpeando la mesa de vez en cuando.

-Dios... no... no me puedo creer... -prácticamente se estaba orinando de la risa. –Casados... la pareja mas dispareja del mundo...

-Es suficiente, me voy. –se levantó Sasuke ofendido.

-No, Sasuke, no te vayas... ya... ya me calmé, lo siento. –sus mejillas estaban tan coloreadas por la emoción. -¿Y dices que yo te ayudaré vigilarlos?

-Exacto. Toma el cartoncito de Naruto para Sasuke. Cada vez que Sasuke no cumpla una de estas funciones, deberás perforar un recuadro.

-Vaya, ya han ensayado ¡eh? –comentó al ver los agujeritos.

-El par de niños se puso a pelear. –le aclaró cerrando los ojos con molestia. -¿Nos ayudarás?

-Bien.

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-Es la casa más asquerosa que eh visitado en mi vida.

-Sí, bueno, no tengo mucho tiempo para arreglarla. –se justificó un poco ofendido. –ya sabes, yo debo entrenar y... comer ramen...

Sasuke entró cuidando sus pasos para no pisar ninguna de esas cosas viscosas que estaban por doquier. Su mochila y bolsas llevaban todas las cosas personales que ocuparía en esos días, además de ropa y armas. Naruto entró detrás de él con las manos en la nuca.

-¿Y el baño?

-Es ese... -su dedo apuntó a un cuartito tan estrecho que Sasuke creyó le daría claustrofobia al entrar.

-Lindo... -dijo con sarcasmo mientras dejaba caer su mochila en el colchón. El colchón... -¡Demonios!

-¿Qué? –se acercó con curiosidad.

-¿Tienes cobijas o cobertores? Quizá una cama inflable, colchón de viaje...

-¡Por que tendría esas cosas, ttebayo?

-¡¿Dónde voy a dormir, idiota?! Mira el tamaño del colchón... apenas si cabes tú...

-¡Lo siento! Debí planear que un día estaría casado con un estreñido que ocupaba una camota.

-No juegues con eso...

-¿Con que?

-Con lo de estar casado. –le explicó mientras acomodaba las sábanas revueltas. –Esto es estúpido...

-Si, mejor quita la mochila primero.

-Hablo de casarnos... ¿Qué intención tenían con eso?

-¿Molestarnos? –se dejó caer en el colchón usando la mochila como almohada.

-No, debe ser otra cosa. –se sentó en el puro filo dándole la espalda al rubio. Su dedo pulgar se dirigió a su boca, estaba un poco preocupado.

-No te estreses, ttebayo...

-Para ti todo es fácil ¿no? –se giró para verle.

-Bueno, no es el fin del mundo... -le sonrió dulcemente.

-¡Habla por ti! –le dio la espalda de nuevo.

-Si... supongo... -su voz era grave, Sasuke cerró los ojos captando que había vuelto a herir sus sentimientos. –Para mí no es malo ¿sabes? es bueno que haya alguien más en casa... -le confesó a media voz... ¿Tu no te sientes solito en esa mansión, ttebayo?

Sasuke suspiró dejando caer sus hombros cansados por el estrés. No es que estuviera molesto por esto, estaba aterrado. Era un nuevo campo, algo que desconocía por completo y no le gustaba sentirse amenazado... aunque... Naruto no era una amenaza ¿o sí?

-Ya me dio hambre, ttebayo. –se sentó en posición de loto.

-Si, a mi también... pero está claro que no tienes nada ¿verdad?

-Hay ramen...

-Traeré algo de comer. –se puso de pie sin mirarlo. –Acomoda por lo menos la habitación para poder comer aquí.

-¡Ya está acomodada!

-... Ash... -ya no quería pelear, solo siguió arrastrando los pies hasta la puerta.

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Pasando por las calles, ignorando los cuchicheos, Sasuke se dio cuenta de una cosa: Sakura e Ino no sabían guardar secretos. Par de cotorras... ¿Qué más daba? Igual se iban a enterar.

Al principio pensó en llevar verduras y carne pero no recordaba haber visto una estufa asi que mejor optó por comida preparada y se fue directo a su restaurante favorito para pedir toda una orden.

Maldita su suerte, ahí estaba Kakashi.

-Sasuke...

-¿Qué quiere? –se acomodó el cabello fingiendo prisa.

-¿Cómo va tu vida sexual?

-¡¿Pero qué pregunta es esa?! –sus ojos se abrieron por la sorpresa y las mejillas se colorearon con fuerza.

-Solo era una broma. –se burló con descaro. –No es obligatorio que me cuentes tus pasiones con Naruto.

-¡¿Qué...?! ¡Naruto y yo no...! ¡El jamás...! –estaba recordando aquel segmento de la hoja de reglas. Que estupidez ¿a quién se le había ocurrido semejante cosa? ¡Bendito Dios que Naruto no sabía que significaba todo aquello! Estaría burlándose como ese hombre que se hacía llamar sensei.

-¡Ah! ¿Pero tú si...?

-¡Claro que no! ¡Y menos con el dobe! –se giró dándole la espalda sin respeto alguno.

-Oh, bueno... -su mentón quedó apoyado en la mano. –Solo recuerda que del odio al amor...

-Hay una enorme diferencia.

-Eh... no... es... del odio al amor solo hay un paso...

-Un abismo. –recibió su pedido en una bolsa de plástico y tomó camino sin siquiera despedirse.

-Adiós, Sasuke... recuerda que debes darle muchos cariñitos y mimos...

¡Qué tipo de maestro se suponía que era!

Camino a casa del rubio, Sasuke solo mandaba miradas llenas de rencor y odio a cualquiera que se atreviera a verlo por más de dos segundos.

-Pobrecito ¿no crees?

-Sí, que manera de castigarlo...

¡Como odiaba a las señoras chismosas! Ni siquiera se molestó en ver de quienes se trataba, él siguió caminando.

-Mira que ponerlo con ese mocoso...

-Nada mas trayendo problemas. ¿Por qué no se morirá?

-No lo sé, pero le haría un gran favor a toda la aldea. Por no reprenderlo como se debe genera muchos problemas; a cualquiera que conozca, le arruina la vida.

Sasuke activó el sharingan de puro coraje mientras las encaraba, no faltó más para que se fueran corriendo con el rabo entre las patas.

-Estúpidas... -se giró relajando sus facciones pero empezando a reflexionar.

Demonios... Sakura lo había hecho como tres veces hoy y él ya llevaba una, creyó. ¡¿Por qué no se defendía?! ¡¿Por qué el idiota debía tener el corazón tan frágil?!

"-Es bueno que haya alguien más en casa"

Sasuke cerró los ojos un tanto avergonzado.

"-¿Tú no te sientes solito en esa mansión, ttebayo?"

¡Por supuesto que sí! ¡Odiaba dormir ahí! ¡Odiaba la lluvia, los días soleados, las hojas cayendo en su jardín! Todo le recordaba a sus padres, a su hermano... pero Sasuke se sentía fuerte cuando fingía no tener corazón. Sin embargo...

-Quizá Naruto sea aun más fuerte que yo... -miró el cielo gris. Siguió con su camino pensando que aquel niño tonto, ruidoso y llorón, era aun más fuerte que todos en la villa... Naruto no solo cargaba con su soledad, sino que debía recibir día a día, el odio de la aldea.

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-Estoy en casa.

-¡Comida!

Mírenlo, sonriendo emocionado por tantas simplezas. Sasuke sonrió de lado y dejó que le arrebatara la bolsa y se la llevara directo a la habitación. A paso lento, llegó después y se asomó asombrado, el suelo estaba despejado y la cama ya estaba tendida. Miró su mochila y bolsas en una silla sin una pata. Entendió entonces que Naruto no necesitaba nada más que compañía.

-Vaya milagro...

-¿Perdón?

-El cuarto, está limpio. –se sentó cómodamente en el colchón.

-Si, bueno... -sacó los botecitos con comida. –Pensé que... esto ya es demasiado horrible para ti, ttebayo, asi que... pensé que no sufrirías tanto si limpiaba el cuarto. –probó con el dedo una especie de sopa. –No es ramen...

-Por supuesto que no. –le quitó todo para empezar a servir. Le daba porciones de cada platillo que compró, uno a uno los servía en el plato desechable. -¿Qué pasa? ¿Por qué sonríes asi?

-Nada, nada... -miró para otro lado pero la sonrisa no dejo de estar ahí. –Serias un excelente esposa, ttebayo...

"¡Pum-pum!" el corazón de Sasuke reaccionó sin previo aviso.

-Ya, deja de decir tonterías y ponte a comer. –le acercó el plato ocultando sus mejillas.

-¡Gracias por la comida! –gritó emocionado juntando sus manos. –Y también por Sasuke, quien la trajo. –empezó a engullirla con ansias hasta que se atoró con un pedazo de carne.

-...Dobe...

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Todo estaba bien hasta que llegó el momento de dormir.

-¡Es mi cama, teme! –le arrebató la almohada.

-Me viene valiendo, soy visita y me dejas la cama. –se la quitó de nuevo.

-Hace unas horas estabas pidiendo una cobija o un colchón.

-¿Los tienes?

-No...

-Entonces duérmete tú en el suelo. –se subió al colchón para acomodar las sabanas.

-¡¿Cómo que en el suelo?! –se subió también. Sasuke lo empujó de los hombros pero Naruto puso un pie en el suelo como apoyo.

-¡Bájate!

-¡bájate tu!

-Dobe, te lo advierto.

-Le diré a Ino que perfore otro cuadrito, ttebayo.

-Yo le diré a Sakura que perfore dos.

-Entonces serán tres ttebayo.

-Cuatro.

-Cinco.

-¡No voy a dormir en el suelo, usuratonkachi! –le declaró.

-¡Pues yo tampoco, teme! –contraatacó. Ambos se jaloneaban y golpeaban con la almohada hasta que cayeron ambos al suelo.

-Ya, ya basta... no seas un mocoso berrinchudo... -se encimó en él.

-Tienes razón ttebayo. –se rindió. –Te daré otra almohada para que no sientas tan duro el suelo.

-¡¿Perdón?!

-¡Oh, vamos, Sasuke! ¿No que un ninja puede dormir donde sea...?

-entonces duérmete tu.

-Es mi cama, me costó comprarla. –se dio la vuelta invirtiendo posiciones. –Te dejaré mi peluche de Kakashi sensei ¿va?

-¿Tienes un... peluche de Kakashi? –lo miró horrorizado. –No me toques, rarito... -lo empujó con fuerza.

-¡Hey! –cayó de espaldas. -¡Oye! ¡¿Cómo que rarito?! También tengo uno tuyo...

-¡¿Qué?!

-A los dos me los jodo todas las noches... -presumió cruzándose de brazos.

-¿Qué has... dicho?! –su cara enrojeció al imaginarse otras maneras de "joder"

-Sí, lo que oíste... -lo miró. -¿Por qué estas rojo, ttebayo?

-¿Cómo que por qué? Además de rarito, sínico. –se subió al colchón.

-Sasuke, ya te dije que es mi cama.

-No voy a dormir en el suelo. –se metió bajo las sabanas con la almohada ya en su lugar.

-¡Pues yo tampoco!

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-Hazte para allá, no me dejas estirar, ttebayo...

-Tú acaparas todo el espacio.

-No me empujes.

Ambos suspiraron ya cansados y decidieron que no era tan malo que sus pies se tocaran, que sus piernas se rozaran levemente y que sus manos se encontraran con las otras de vez en cuando. Cerraron los ojos solo para no seguirse viendo a las caras.

Pero al cabo de unos minutos de silencio donde Sasuke sentía la controlada respiración del rubio frente a si, abrió sus ojos para mirarle.

-Dobe...

-Teme... -estaba cansado.

-Dobe...

-¿Qué?

-¿Tu compraste la cama?

-Sí, hace ya un tiempo...

-¿Dónde dormías antes?

-En otro colchón que me dieron pero estaba hueco de en medio, dolía la espalda... -se acomodó mejor para no perder el arrullo, aunque debía admitir que el hecho de que Sasuke le hablara lo relajaba bastante.

-¿Y con qué lo compraste?

-Ahorré por mucho, mucho tiempo. –bostezó. –buenas noches, teme.

¡¿Quién, con tan poco corazón, le había dado un colchón asi?!

-Descansa... Naruto... -cerró los ojos de nuevo. 

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