Impact. {Stiles Stilinski} [C...

By orianaarias1

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Bianca McCall es la reina del instituto de Beacon Hills. Es inteligente, sumamente hermosa, tierna, buena y... More

PrΓ³logo.
1. Perfecto imbΓ©cil.
2. Allison Argent.
3. Veterinaria.
4. Casa de Stiles.
5. Fiesta de Lydia.
6. La venganza.
7. Perdiendo el control.
8. DiscusiΓ³n.
9. Error y confrontaciΓ³n.
11. Ataque en el autobΓΊs.
12. ΒΏStiles es gay?
13. Pensamientos.
14. Abdominales.
15. LeΓ³n de MontaΓ±a.
16. Un muy mal dΓ­a.
17. Noche en el Instituto.
18. Ocultar.

10. El juego.

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By orianaarias1

POV Bianca. 


La tarde del día siguiente busqué a mi hermano por todas partes luego de mi siesta, pero él no se encontraba en ningún lado. Le llamé inmediatamente.

- ¿Bianca...?

- ¿Dónde rayos estás? Tienes el partido hoy, ¿recuerdas? ¿No se supone que deberías estar en casa practicando o preparándote y esas mierdas...? Eso es lo que hacías antes, incluso aunque no jugaras. - Escuché un gruñido al otro lado, rápidamente me di cuenta de mi falta de tacto. - Lo siento.   

- Lo sé, lo sé... no te preocupes, está todo bien. Yo... eh... solo tuve que irme a un lugar con un amigo y-... 

- ¿Un amigo? ¿Hablas de Derek? - Interrumpí esperanzada. 

Había intentado buscar al amigo de mi hermano, pero no encontraba ningún rastro de él en la guía telefónica de Beacon Hills. Nada del hombre que tiene mi mente embriagada. 

- ¿Derek Hale? ¡Bianca, ya te hemos dicho que no te intereses en él! 

- Sí, claro, como si me fuera a alejar de él porque tú y tu amigo me lo prohíben. - Bufé. - Además no entiendo porqué me tendría que alejar de él, Scott. No es como si lo buscara para una relación y-... 

- ¿Y entonces para qué lo buscas? - Preguntó con sospecha y algo de celos.

Oh, no. La he cagado. 

- Yo.. eh... ¿para conocerlo mejor? ¡Sí, sí! ¡Definitivamente solo para eso! - Contesté rápidamente con nerviosismo. 

Pude escuchar el gruñido de enojo de mi hermano al otro lado de la línea. 

Hablar de chicos con Scott... no, definitivamente no era bueno. Especialmente porque Scott no aprobaba a ningún chico de la escuela para salir conmigo. ¿Qué puedo decir? Mi hermanito era algo sobre protector con ese tema, por eso siempre intentaba ocultar los detalles de mi vida amorosa-sexual. 

- ¿Estas segura que es solo por eso? Bianca, será mejor que no tenga nada que ver con lo que me estoy imaginando. Y nada, es nada. En especial con Derek Hale, nunca con él.

- ¿Por qué en especial él? Es tu amigo y-... 

- Derek Hale es todo menos mi amigo, ya te lo había dicho. Y por si no lo sabías, es un asesino. 

- Espera, ¿qué? ¿Qué acabas de decir? - Pregunté con extrañeza y algo de miedo. 

- Estoy, literalmente, viendo como se lo llevan en una patrulla esposado. Él asesinó a la chica en el bosque, ¿la que se encontró solo la mitad del cuerpo? Bueno, pues él tenía la otra mitad enterrada en su jardín. Así que Bianca, mantente alejada de él. Ni siquiera pienses en él, nunca.

Estuve unos segundos sin responder mientras intentaba imaginarme a ese chico como un asesino.

Bueno ciertamente, él tenía la pinta de ser un chico malo pero... ¿asesino? ¿Derek Hale es un asesino? No puede ser verdad. Por favor, que no sea verdad... 

- Eso... es... no, debe haber algún error... yo no... - Balbuceé con confusión. 

- ¿Error? Bianca, él es un asesino. - Murmuró con enojo. - Deja de pensar en Derek de esa forma y-... oh no... 

- ¿Qué? ¿Scott? - Pregunté rápidamente al escuchar como maldecía por lo bajo. - ¿Scott, te encuentras bien, qué sucede-...? 

- ¡Stiles! ¡Stiles, no te atrevas-...! ¡Ven aquí, no...! - Se escuchó como mi hermano gritaba/susurraba a lo lejos, no había alejado el celular lo suficiente como para no llegar a escucharlo. - Lo siento Bianca, tengo que irme. 

Y sin esperar contestación, cortó la llamada. 

Miré la pantalla de mi celular con confusión y algo de miedo. No era normal que mi hermano cuelgue así de repente una llamada. Pero decidí quedarme con la duda de qué le sucedió cuando mi madre ingresó por la puerta, cargando con unas bolsas de comida. 

Me acerqué a ayudarle. 

- Hola cielo. 

- Hola mamá, déjame esto. - Sostuve tres de sus cuatro bolsas y ambas nos dirigimos a la cocina. 

- Gracias, ¿sabes algo de tu hermano? 

- ¿Sinceramente? Hace mucho no sé que le sucede... - Susurré intentando que no me escuche. - No, pero seguramente le veremos en el juego. ¿Vendrás, verdad?

- ¿ Y perderme el primer juego de mi hijo cuando es titular? Ni hablar. 

- Genial, iremos juntas entonces, ¿quieres que te ayude a producirte? - Murmuré distraída, colocando todos los víveres en su sitio correspondiente. Me detuve al sentir una mirada en mi. - No me mires así, puedo hacer que te veas más linda de lo que eres y-... 

- Muy bien, ¿y por qué querría lucir ''linda''? - Me miró con las manos en sus caderas. 

- Ya sabes... seguramente habrá padres en el juego, viendo a sus hijos, apoyándoles... padres atractivos y solteros... - Aclaré con sonora.

- Bianca... 

- Escucha mamá, él ya se fue hace un tiempo y creo que deberías intentar salir a algún lado con alguien. Eres atractiva, puedo maquillarte, prestarte mi ropa y tacones, no es que esté diciendo que tu ropa es fea, claro, pero la mía te hará resaltar y-... - Corregí con rapidez nerviosa. 

- Bianca. 

Suspiré con cansancio ante su mirada de seriedad. 

- Mamá, solo... piénsalo ¿ok? Vamos... no te matará intentar empezar a divertirte. 

- ¿Divertirme? ¿De qué estamos hablando exactamente aquí? 

- Mamá, solo piénsalo. ¿Acaso no quieres salir con un hombre atractivo a cenar? - La mirada de mi madre se dirigió a otro lado, nerviosa e incómoda. Oh... - Sí, lo quieres. Lo puedo ver en tu mirada, no mientas. 

- Bianca, no te preocupes por eso. Además, tu ropa no me quedaría. 

- ¡Claro que te quedaría-...! 

- No, eres más pequeña que yo. 

- Bueno... eso se puede arreglar , ¿verdad? - Murmuré esperanzada. 

- Bianca, hija, deja de intentarlo. Te prometo que cuando conozca a alguien que me interese y tenga planes con él, te lo haré saber-...

- ¿Y me dejarás producirte? Puedo conseguirte ropa preciosa, sabes que no tengo problema con el dinero. El maquillaje y los accesorios también. - Le pedí esperanzada. 

Ella me envió una mirada peligrosa antes de hablar, sabía lo que pensaba sobre derrochar el dinero, pero no me importaba. Era una ocasión importante y lo utilizaría para ver a una de las personas que amo feliz y muy bonita. 

Y era que el dinero, de verdad no me importaba en absoluto. Tenía de sobra. 

Cortesía de mis verdaderos padres que me abandonaron... lo único bueno que hicieron por mi... pensé con amargura. 

El tema era el siguiente, cuando mi padre me encontró abandonada en un contenedor de basura, malditos, no solamente se encontraron un bebé allí... 

Según el relato de mi padre, tenía un papel conmigo. Un papel con una contraseña y datos de una cuenta en el banco. Mi cuenta en el banco. Sumas de un dinero considerable se encontraba bajo mi nombre, más nadie pudo darle información a mi padre del creador y depositador de la cuenta. Por años ha intentado encontrarlos, pero de alguna manera nadie sabía nada de ellos. Extraño.

Al ser menor de edad, mi padre era el encargado de sacar el dinero y enviarme una cantidad cada mes. Por eso tenía cosas bonitas y... bueno, algo caras. 

Cuando llegué a una edad, consiente de la suma de dinero que poseía, intenté hacer que mis padres tomen control del dinero. Pero ambos coincidieron que el dinero era pura y solamente mío y de nadie más. Por eso se niegan a utilizarlo para sus necesidades personales, solo se encargan de pasármelo a mi y retenerlo hasta que sea mayor de edad, para que pueda acceder a ella libremente. 

También intenté decirle a Scott que lo utilice, pero nuestros padres le criaron diciendo que era mi dinero particular, así que nunca aceptó nada mas que regalos en fechas especiales. Eran las únicas fechas que me permitían utilizar mi dinero a mi antojo. 

Definitivamente tuve mucha suerte con pertenecer a esta familia, incluso aunque sean tan obstinados para no utilizar mi dinero. 

- Bianca, sabes de lo que pienso respecto a eso. 

- Ya lo sé mamá, pero no te mataría utilizar una pequeña parte solo una vez. Sabes que no me molesta, es más, te lo daría como un regalo. - Intenté excusarme.

- No es una fecha importante como para un regalo. - Quise quejarme, pero ella habló antes de que yo pudiera abrir la boca. - Es tú dinero, hija, lo utilizarás para la universidad, una casa, transporte y... tu futuro. 

- Mamá-... 

- Nada. Ahora ve a prepararte, dentro de una hora nos vamos al partido de tu hermano. 

Bufé y me dirigí a mi habitación con molestia, en verdad un día iba a hacer entrar en razón a esa mujer. Aunque sea lo último que haga. 




Mi madre y yo saludamos a mi hermano a la distancia mientras nos acomodábamos en las gradas. Los jugadores comenzaron a calentar antes del juego y pude ver a la distancia como Jace era uno de ellos. 

Desvié la mirada rápidamente cuando él miró en mi dirección. 

- ¡Bianca! 

Mi madre y yo nos dimos vuelta para ver a Lydia Martin sonriéndonos. 

- Lydia-...

- Hola señora McCall, ¿cómo le va? - Saludó con una pequeña sonrisa a mi madre, interrumpiéndome. Rodeé los ojos ante su felicidad explosiva. 

- Hola Lydia.

- ¿Le importa si me la llevo? Es que Allison, su hija y yo tenemos que animar al equipo. - Habló mostrando el reverso de un cartel que tenía en su mano. ¿Cuándo acepté yo ser animadora? 

- No hay problema, vayan a divertirse chicas. 

- Genial, gracias señora McCall. - Sin esperar respuesta, Lydia tomó mi brazo y me tironeó hacia un lugar en las gradas. 

- Lydia, ¿cuándo expresé la idea de ser animadora? 

- Oh, vamos Bianca. Es tu mejor amigo, Allison también apoyará con nosotras. No estuve media hora haciendo este cartel para nada. 

- ¿Estuviste media hora en un solo cartel? - Me burlé. 

Lydia me envió una mirada molesta y borré mi sonrisa rápidamente ante eso. Ambas llegamos al lado de Allison, que se encontraba con un hombre mayor hablando y viendo al campo. 

- Hola chicas, él es mi padre. - Presentó Allison. - Papá, ellas son Lydia y Bianca, mi amigas de la escuela-...

- Mejores amigas, tonta. - Rodó los ojos y codeé a Lydia por esa interrupción. Me senté al lado de la pelinegra. 

- Disculpe la efusividad de Lydia, señor Argent. Un gusto conocerlo. - Saludé estrechando su mano.

- No hay problema, un gusto conocerlas, chicas. 

Luego de esa presentación algo incómoda, el juego comenzó. 



Hice una mueca de dolor al ver a mi hermano caer con brusquedad al suelo y maldije al  ver quién fue que le golpeó. Jackson. 

Idiota. 

El partido era un desastre, pero no porque íbamos perdiendo, si no porque mi hermano estaba siendo ignorado por el resto del equipo. Varias veces capté a Scott pidiendo la pelota pero nadie se la daba. Y ahora Jackson empujaba a mi hermano sin vergüenza alguna. ¿¡Qué rayos le sucedía?! ¡Jugaban para el mismo equipo! 

Examiné los jugadores con una mirada de rabia, parecía como si todos estuvieran de acuerdo en hacer sufrir a mi hermano. Malditos, iba a matarlos, a todos. Finalmente, Jackson marcó un punto y todos saltaron a festejar con gritos y aplausos. Todos, menos yo. 

- ¿Qué diablos haces? ¡Ven a apoyar al equipo! - Me gritó Lydia con una sonrisa emocionada.

A regañadientes, me levanté y aplaudí a mi mejor amigo, aunque siga molesta con él. Sabía que algo había tramado, y ese algo iba en contra de mi hermano. 

Iba a matarlo cuando termine el juego. 

Lydia sacó su cartel y nos hizo una señal a Allison y a mi para ayudarla a sostenerlo. Nuevamente, a regañadientes, acepté a ayudarle al recibir una mirada de súplica de la pelinegra. Sin mirar el cartel, las tres lo sostuvimos a lo alto. 

Mi hermanó captó nuestra imagen, y cuando lo hizo, pareció... molesto. Mierda.

- ¿Cuál es Scott de nuevo? - Escuché como murmuraba el sr. Argent a su hija. 

- El número once. - Le aclaré al hombre rápidamente, distraída. 

- También conocido como el único que no a conseguido ni una sola pelota en todo el partido. - Murmuró Lydia. 

Envié una mirada molesta a mi mejor amiga, mirada que ignoró completamente. Allison habló con la misma preocupación que sentía en mi interior.

- Espero que esté bien... 

- Espero que estemos bien. Necesitamos ganar este partido. Venga, ayúdenme con esto.  -Murmuró Lydia molesta mientras levantaba el cartel. 

Bufé con molestia y desvié la mirada para encontrarme al mejor amigo de mi hermano haciendo muecas y mordiendo su guante de Lacrosse. Decidí acercarme a él para ver si tenía información sobre lo que estaba sucediendo en la cancha. Ignoré los gritos de Lydia de fondo, llamándome. 

Me senté a su lado en el banco de los suplentes, pero él no dio por advertida mi presencia hasta que hablé. 

- Hola. 

El chico saltó con un pequeño grito, muy parecido a los de Lydia cuando se asusta, y me miró incrédulo mientras tomaba su pecho y respiraba con agitación. 

- ¡Jesús! ¡¿Quieres darme un infarto?! 

Comencé a reír de su mueca y, al parecer, el pobre chico no sabía a quién le estaba gritando que ya lo estaba haciendo. Así que cuando captó una buena vista de mi, se sonrojó violentamente, abrió y cerró la boca como un pez y sus ojos se agrandaron. 

- Bi-Bianca... 

- Siento haberte dado este susto. No era mi intensión. Solo quería saber si me podrías responder algo. 

- ¿Yo? ¿En serio? Ah... claro, sí, obvio, lo que quieras, lo que sea te lo doy. - Murmuró rápidamente.

Sonreí enternecida nuevamente ante su actitud, el chico en sí era raro, pero también tierno.

- Quería saber si sabes algo sobre lo que está sucediendo allí con mi hermano y el equipo. - Hice una señal con la cabeza señalando el campo. 

Eso, al parecer, le devolvió a la realidad, ya que desvió su vista embobada de mi y miró con atención el juego. La misma tensión anterior se reposó en sus hombros mientras mantenía una atenta mirada en mi hermano. 

- ¿Suceder algo? No, no está pasando absolutamente nada... - Murmuró con algo de sarcasmo.

Intenté hablarle de nuevo pero mi frase se quedó atascada cuando miré el show que estaba dando mi hermano en la cancha. Y qué show... 

Scott acababa de saltar sobre el hombro de un jugador. ¿¡Qué rayos...?! 

Scott comenzó a zigzaguear entre los jugadores del equipo contrario con rapidez extrema. Y finalmente, se plantó frente a la portería antes de anotar un punto. 

Un momento, ¿mi hermano acaba de hacer un punto...? 

El mejor amigo de mi hermano y yo saltamos de nuestros asientos, como todo el mundo, gritando y celebrando. 

- ¡Sí! ¡De eso estaba hablando yo-...! 

El chico no pudo continuar hablando que me lancé a sus brazos. 

Sí... era algo efusiva cuando estaba contenta. Así que no pude evitar encerrar su cuello en mis brazos, mis piernas en su cadera para darle un abrazo muy fuerte. Creo que incluso le lastimé el oído por mi grito de alegría. 

El pobre se tambaleó cuando salté encima suyo, pero rápidamente me tomó de la cintura y del muslo derecho para que no nos caigamos. 

Me bajé rápidamente al notar que se quedó paralizado. 

- Oh, dios, lo siento mucho... en verdad no quería... quiero decir, solo me emocioné y.. lo lamento. Te prometo que no saltaré encima tuyo nunca más, no te preocupes. Perdóname. - Murmuré con nervios hacia el chico.

Pero al parecer, no podía responder ya que probablemente no me haya escuchado. 

Stilinski se encontraba tieso, boca y ojos más abiertos que nunca. Creo que palideció un poco... 

- Uh... ¿estas bien? ¿eh? ¿Stiles? - Murmuré confusa y algo preocupada. 

Al parecer, dejó de soñar despierto para luego mirarme sorprendido y algo incrédulo. 

- ¿Sabes mi nombre? 

- Uh... ¿si? - Sonreí divertida por su mueca de incredulidad y emoción. 

Este chico me agradaba, era explosivo y eso me gusta. 

Stiles comenzó a murmurar cosas que me eran imposible escuchar, por su tono de voz extremadamente bajo. Pero también porque el silbato acababa de sonar. Mi mirada se dirigió al partido nuevamente. 

En un momento, uno de los jugadores contrarios... un momento, ¿acaban de hacer lo que acabo de ver? 

- ¿El equipo contrario nos acaba de pasar la pelota deliberadamente? - Murmuró el entrenador posicionándose entre Stiles y yo. 

El hombre al parecer se dirigía más a Stiles que a mi, pero como el chico estaba ocupado mirándome incrédulo tuve que contestarle yo. 

- Eso parece, entrenador. 

- Interesante... un momento, McCall, ¿qué hace usted aquí? - Preguntó el hombre dándose cuenta de mi presencia, ya que antes estaba distraído viendo el show del equipo contrario.

- Yo... solo... intento... ¿obtener mejor vista de este gran deporte, de estos chicos manejados por el gran entrenador que tienen? 

El entrenador me envió una mirada de sospecha antes de sonreír torcidamente con altanería.

- Bueno, hago lo que puedo... - Murmuró con falsa humildad. - Quédate todo lo que quieras.

El hombre se fue con un aire de orgullo y Stiles y yo compartimos una mirada de diversión antes de volver nuestra atención al juego. Aunque de vez en cuando, podía notar ciertas miradas de reojo que me dirigía el chico. Sonreí. 



El marcador se encontraba empatado y mi hermano tenía la pelota. Era ahora o nunca, faltaba muy poco para que termine el partido. Pero Scott... tenía otros planes. 

Mi hermano se detuvo a unos metros del arco del equipo contrario y se quedó allí, mirando a su alrededor. ¡Todos estamos mirando expectantes, esperando el tiro vencedor, y él se quedaba plantado allí mirando a todos lados con la pelota en la red! 

- Oh, no, no, no, no Scott... 

Miré confusa a Stiles por sus murmullos desesperados. 

- ¿Qué sucede? ¿Sabes lo que le ocurre? - Pregunté tomando su brazo. 

El chico apenas me prestó atención, ya que vigilaba a mi hermano y murmuraba por lo bajo.

- Vamos, Scott... vamos, no lo hagas... 

Miré al chico en el campo preocupada ¿le sucedía algo? Pero mis preocupaciones se fueron volando cuando mi hermano estiró su brazo hacia atrás y marcó un punto. El punto ganador. 

Ganamos, pero... ¿qué acababa de suceder? Quiero decir... Stiles solo le estaba apoyando... ¿verdad? No, por alguna razón lo que murmuró el chico... me hizo sospechar que no se trata de apoyo en el juego. Era algo más. 

- ¡Sí! ¡Oh por dios, sí! 

Stiles saltó con los brazos en alto, gritando con alegría, hasta que se inclinó levemente y me tomó de la cintura para levantarme y dar vueltas conmigo en brazos. Grité sorprendida antes de comenzar a reír. 

Pero otra vez, el chico se paralizó bruscamente. Levantó la mirada para dar de lleno con mis pechos, a la altura de su rostro, me miró a través de ellos. Arqueé una ceja divertida. 

Me bajó con rapidez y delicadeza. 

- Oh, di-dios... lo siento mucho, en verdad no quería... bueno sí quería, ¡pero no de esa forma! Quiero decir... no, no, quiero decir... - Balbuceó con nerviosismo mientras se sonrojaba violentamente y comenzó a temblar. 

Me reí con ternura ante su actitud, ¡este chico era una dulzura! 

- No te preocupes, Stiles, no importa. 

Me acerqué a él, sus ojos se agrandaban mientras más me acercaba a su rostro, y le di un pequeño beso en la mejilla antes de irme a buscar a mi madre.

La encontré celebrando con el padre de Stiles y me acerqué a ellos para atraparlos en un abrazo. 

Obviamente, intenté poner el brazo del hombre sobre mi madre. Quiero encontrarle una pareja a mi mamá, para que tenga diversión, no esté tan sola y deje de pensar solo en el trabajo y sus hijos. 

¿Y quién mejor que el sheriff Stilinski para eso? ¡Adoro a ese hombre! ¡Definitivamente lo quiero como padrastro, si es posible! 

Mi madre me envió una mirada enojada mientras que el sheriff se ponía rojo e incómodo. Hacía las mismas expresiones que su hijo... 

Reí con felicidad e inocencia antes de salir corriendo de allí. 

Visualicé la espalda de Danny, con su equipo de Lacrosse y su apellido allí, antes de correr hacia él y tirarme en su espalda. Ambos caímos al suelo, él maldiciendo y yo riendo. 

- ¡Bianca! - Gruñó.

- ¡Felicidades! 

Sin esperar contestación, repartí besos por todo su rostro con felicidad. Danny rió con diversión y algo de cosquillas, seguramente. 

- ¡Ya, ya, ya! Todos pensarán que dejé de ser gay y estoy saliendo contigo, déjame ya. Necesito mantener mi reputación de soltero deseable. - Murmuró mientras me apartaba. 

Reí. Últimamente estoy riendo mucho, genial

- Muy bien, soltero gay y deseable, ¿sabes dónde está mi hermano? 

- Lo vi yendo a la escuela. Allison le perseguía y luego fue su pulga detrás de ellos. 

- ¿Se pulga? - Pregunté confusa, él bufó con una sonrisa divertida. 

- Stilinski. 

- ¡Danny! - Le reproché por el apodo al chico que me caía bien. 

- Oh vamos, ¡es su pulga! ¡Siempre están juntos y-...! Bien, no le diré así nunca más. - Murmuró al ver mi mirada amenazadora. 

Sonreí y le volvía a dar un beso en la mejilla antes de dirigirme a la escuela. 

Mientras hacía mi camino, me encontré con alguien con quién debía hablar después... me acerqué a Jackson y Lydia, abracé al chico rápidamente para luego murmurar en su oído e interrumpir su charla de pareja. 

- Felicidades por ganar el partido y... luego hablaremos de lo que le hiciste a mi hermano. Estoy segura que tuviste algo que ver, Whittemore. 

Sin esperar respuestas, me alejé de ellos con una sonrisa maliciosa. Jackson se va a enterar...

Encontré a Allison saliendo de los vestidores con una sonrisa embobada.

- Hey cenicienta, ¿todo bien? - Pregunté mientras me acercaba y enrollaba mi brazo en el suyo.

Allison sonrió aún más si era posible y habló con doble sentido. Le miré confusa, a lo que yo recibí una mirada divertida y tierna.

- Todo está más que bien... 



RECORDATORIO: Outfit de Bianca en el Vinculo Externo :)

*****

[¿No sabes o no te acuerdas de dónde se encuentra el vínculo externo?]

Al final de cada capítulo hay un cuadro dónde pone varias opciones, solo tienes que darle click al último que estará señalado entre dos paréntesis a continuación. Este link abrirá una nueva ventana con el outfit.

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Puede que el dispositivo en el que te encuentras no permite ver esta opción, en un ordenador sí te deja verlo. 

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