Un hilo para los rivales (Kur...

By FullbusterFic

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Una tradición del instituto cuenta que si dos personas se atan con un hilo azul estarán unidas para siempre... More

Capítulo 1: El hilo azul
Capítulo 2: Juego del destino
Capítulo 3: Primer partido
Capítulo 4: Hogar de Tetsu
Capítulo 5: Mi mejor amigo, mi amante
Capítulo 6: Confianza
Capítulo 8: Seirin
Capítulo 9: ¿Qué somos?
Capítulo 10: Becas
Capítulo 11: Duras decisiones
Capítulo 12: Sospechas
Capítulo 13: Renunciar a un sueño.
Capítulo 14: Destrucción.
Capítulo 15: Sueños rotos
Capítulo 16: Accidentes
Capítulo 17: Tristeza
Capítulo 18: Regreso
Capítulo 19: No te abandonaré
Capítulo 20: Amistad

Capítulo 7: Compañeros

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El despertador sonó con una lenta y suave melodía. Tetsu jamás había tenido un sueño profundo y aquel mínimo ruido ya conseguía despertarle sin sobresalto alguno. Apagó la alarma de su teléfono y miró la hora, las siete.

Se levantó enseguida, nunca había tenido problemas para ello. Al ir hacia el baño a darse una ducha, se encontró con la puerta cerrada de la habitación de su madre. Seguramente había estado toda la noche trabajando y había vuelto hace unos minutos o una hora como mucho. Apenas podía ver a su madre y no es que se llevasen mal, para nada, se llevaban muy bien y siempre le decía que él era lo más importante en su vida, pero el trabajo y la necesidad económica la obligaban a hacer esos extensos turnos que le alejaban lentamente de su hijo.

Aunque había llevado su mano hacia la manivela, decidió finalmente ni tocarla y marcharse a la ducha. Su madre estaría cansada y necesitaba descansar. Encendió el agua de la ducha y se desvistió sonrojándose al momento al verse frente al espejo una leve marca en su abdomen, seguramente prueba de lo que había hecho ayer con Aomine.

Tetsu se duchó y se terminó de arreglar con rapidez bajando con su bolsa para la universidad y saliendo de casa. Se sorprendió al ver allí a Aomine esperándole con su uniforme oscuro en la puerta.

- ¿Qué haces aquí, Daiki? – preguntó Tetsu sorprendido.

- Sabía que saldrías sin desayunar. Deberías cuidarte un poco más – le dijo dándole un zumo con unas pastas que acababa de comprar – Vamos, te acompaño al metro.

- Gracias – le dijo sonriendo cogiendo las cosas.

Caminaron juntos calle abajo hacia el metro mientras Tetsu se tomaba el zumo que le había traído Aomine y comía el bollo. Aomine sacó de su mochila otro bollo para desayunar con él y eso le hizo sonreír. Siempre desayunaba solo si es que lo hacía. Su madre llegaba cansada, a veces ni siquiera habían podido ir a hacer la compra así que a veces desayunaba solo y otras cuando no había nada, se iba a la Universidad y se compraba algo en el bar.

- Gracias, Daiki – le dijo mirando el bollo sonrojado.

- Ya me lo has agradecido, Tetsu – le dijo Aomine sin darle mucha importancia.

- Te he agradecido el desayuno, ahora te agradezco que me hagas compañía.

Aomine se detuvo en seco mirándole y sonrojándose. Sabía que Tetsu era muy dulce y realmente no había hecho todo esto porque se sintiera obligado o le diera lástima el chico, lo había hecho porque quería desayunar con él, estar a su lado todo el tiempo posible pese a saber que si les pillaban juntos estarían ambos metidos en grandes problemas, sobre todo Tetsu.

- Quizá no debería haber venido, no quiero causarte problemas.

- No coincido nunca con nadie hasta la universidad – dijo Tetsu – me alegra que hayas venido, me apetecía mucho desayunar contigo y volver a verte.

- Yo también deseaba verte de nuevo – comentó Aomine - ¿Has dormido bien?

- Sí – le sonrió.

Ambos chicos siguieron caminando hasta llegar a la estación. Por lo menos Tetsu empezaba a sonreír hablando con el que había sido siempre su mejor amigo. Cuando el metro iba a entrar en la estación, es cuando Tetsu se dio cuenta que en la salida podían pillarles juntos.

- Tu universidad está más lejos que la mía, ¿verdad? – preguntó Tetsu.

- Sí, a tres paradas más después de donde bajes.

- ¿Qué diré si nos ven juntos?

- Que hemos coincidido, nada más.

- No se lo creerán, nunca coges la línea dos. Tu casa está al lado de la línea cuatro y va directa a tu facultad.

- Entonces haz lo que sea para que no nos vean juntos – le dijo sonriendo Aomine y Tetsu sonrió.

El metro entró en la estación deteniendo la puerta de entrada frente a ellos. Aomine pulsó el botón para abrir la puerta y le cedió el paso a Tetsu con caballerosidad. Se sentaron en aquel vagón vacío y no se atrevieron a hablar hasta que Tetsu rompió el silencio preguntándole por el partido que tenía Aomine esa misma tarde.

- Ganaremos – dijo Aomine – lo único que echaré de menos es no verte por allí.

- Sabes que no puedo ir a menos que fuera para analizar tus jugadas.

- Sabes que no funcionaría aunque me analizases.

- Lo sé. Eres increíble jugando, me encanta verte, me hace sentir como si todo fuera posible.

- Quizá por la noche vaya con el equipo a celebrar la victoria.

- ¿No entrenamos hoy entonces?

- Sacaré hueco para ti, Tetsu. Esta noche prometo que te buscaré y entrenaré contigo.

Notaron cómo el metro desaceleraba y Tetsu se levantó para ir hacia la puerta, llegaba a su parada. Cuando el tren se detuvo por completo, abrió la puerta pulsando el interruptor y Aomine se levantó enseguida dispuesto a besarle, dispuesto a decirle que todo era posible, que él le quería pero cuando llegó hacia la puerta sus ojos se cruzaron con Kagami que salía de uno de los vagones de al lado y Tetsu nervioso al verlo y que les viera juntos, empujó a Aomine de nuevo hacia dentro del vagón justo cuando la puerta se cerraba.

El tren se puso en marcha y Aomine se quedó camuflado tras una de las paredes hasta que el tren estuvo suficientemente alejado de ellos, entonces miró por la ventanilla viendo cómo Tetsu hablaba con su compañero de equipo. Se maldijo internamente y es que Tetsu le había empujado hacia dentro del vagón. Luego sonrió al recordar lo nervioso que estaba la persona a quien amaba, se jugaba aquella beca y no tenían más remedio. Algún día estarían juntos, ahora no podía ser, nadie podía enterarse de que estaban viéndose a escondidas.

Tetsu se quedó allí mirando cómo el metro se marchaba de la estación volviendo a coger velocidad y respiró aliviado al ver que pese a que Kagami se acercaba hacia él sorprendido de verle, no había visto a Aomine. Intentó caminar hacia delante para marcharse pero Kagami que venía desde un lateral le llamó varias veces hasta que no tuvo más remedio Tetsu que detenerse a ver qué quería aquel chico pelirrojo.

- Ey, Tetsu – dijo Kagami acercándose a él.

- ¿Qué pasa, Kagami? – preguntó.

- Yo... no te he visto en el metro.

- Estaba en unos vagones más atrás.

- Ya veo. Oye, Tetsu... lo de ayer, iba en serio. Siento haber empezado con mal pie contigo. Dame otra oportunidad, por favor. No te fallaré.

- No me has fallado, Kagami. Sé que eres competitivo y me gustaría poder ayudarte a ganar, pero no puedo darte puntos débiles de alguien que no los tiene – comentó Tetsu.

- Por favor... perdóname por mi comportamiento. Me habían dicho que Aomine y tú erais muy amigos y...

Tetsu se tensó al escuchar el nombre de Aomine de sus labios y no se sonrojó de milagro al recordar que sí había sido su mejor amigo, pero ahora mismo era algo más que simplemente amigos. Ni siquiera habían hablado de lo que eran... quizá sólo amigos con derecho a roce, nada serio aunque Tetsu lo deseara tanto.

- Ahora sólo somos rivales – dijo Tetsu camuflando su relación con Aomine y caminando hacia la salida del metro seguido por Kagami.

- Yo... he invitado a los chicos a comer a un local no muy lejos de aquí esta noche. Me gustaría que vinieras.

- ¿Esta noche? No puedo – dijo Tetsu empezando a subir las escaleras pensando en Aomine, había quedado con él para entrenar.

- Por favor, Tetsu, no quiero malos rollos en el equipo y tú eres el capitán. Me gustaría que vinieras y saber así que me has perdonado.

- Te he perdonado, no hace falta que vaya a la cena.

Tetsu se giró hacia Kagami que se había quedado estático mirando al suelo algo deprimido y le entró remordimientos. Quizá podía ser muy inexpresivo pero en el fondo tenía un corazón demasiado grande y blando como para no intentar ayudar al que parecía necesitar ayuda.

- Está bien, si es tan importante para ti puedo pasarme un rato.

- Gracias – dijo Kagami sonriendo – es importante para mi. ¿Amigos? – preguntó tendiéndole la mano hacia Tetsu y él la estrechó por no ser descortés.

- Claro – dijo inexpresivo como siempre volviendo a subir las escaleras.

Kagami le siguió de cerca y le acompañó en silencio hasta clase. A primera hora les tocaba la optativa y ambos habían elegido la misma, laboratorio. Tetsu no conocía a nadie, así que cuando Kagami le propuso ser compañeros en los proyectos tampoco le pareció mala idea, al menos conocía a alguien en la clase.

Por la tarde se fue a casa y por mucho que miraba las entradas de los vagones del metro, no veía a Aomine ni lo vería, debía estar en el partido y aún sabiéndolo, su cabeza sólo pensaba en la remota posibilidad de encontrarle. Aún le sabía mal cómo le había empujado hacia dentro del vagón para que Kagami no les descubriera juntos. Quizá Aomine se había enfadado con él y eso era algo que le inquietaba.

En casa se cambió viendo en la mesa de la cocina la nota de su madre de que hoy tenía turno de noche y llegaría tarde. Tetsu resopló y es que ya no eran los turnos lo que le preocupaba, sino que su madre cayera enferma por trabajar tanto agobiada con el tema económico. Quizá él debería buscar algún trabajo y ayudar pero su madre siempre se había negado a ello. Decía que era cosa de los padres mantener a los hijos y que él debía preocuparse de estudiar y sacarse una buena carrera, no podía distraerse de sus estudios.

Tras arreglarse, salió de su casa para ir al local donde había quedado con el resto del equipo y con Kagami. Pensó mucho durante el camino si realmente debía confiar en Kagami o no. Aomine ya le había avisado que no le daba buena espina y a él tampoco se la daba, sin embargo, una mala relación en el equipo haría que perdieran partidos y no podía permitirse ese lujo o lo echarían del puesto de capitán, de la universidad y le quitarían la beca. Quizá debía darle una oportunidad a Kagami y esperar a ver cómo se comportaría en el siguiente partido que iban a tener.

Cuando llegó al local, todos estaban ya sentados y es que él se había retrasado un poco. Se quitó los guantes al entrar dejando exhalar la última bocanada ante el frío viendo el humillo que salía. Se quitó la chaqueta también y la bufanda para sentarse en una de las sillas cuando Kagami se adelantó ayudándole a quitarse la bufanda.

- Creí que ya no vendrías – le dijo.

- Prometí que lo haría. Yo nunca fallo en las promesas – le comentó Tetsu – además, esto lo hago por el equipo. No quiero problemas en él.

- Te agradezco que confíes en mí.

- Eso tendrás que demostrármelo en el siguiente partido. Una cosa es perdonar tu comportamiento en el pasado y otra... es confiar en ti. Necesito más tiempo para saber que realmente hablas en serio.

- Claro – dijo Kagami – lo entiendo.

Todos se sentaron a cenar y pasaron una velada amena entre risas y bromas. Tetsu sonrió alguna vez al ver las bromas de su equipo pero no dejaba de mirar su teléfono esperando que Aomine le llamase. Quería verle, se moría de ganas por estar con él de nuevo y es que a cada segundo que pasaba lo echaba de menos. Miró por la ventana viendo cómo empezaba a nevar para su sorpresa y entonces, vio el reflejo de Kagami en su ventana mirándole y a Aomine tras ellos entrando con su equipo por la puerta principal.

- Vaya, no esperaba encontrarme con los perdedores por aquí – comentó Aomine y Tetsu se giró hacia él con rapidez.

Sabía que fingía, sus equipos siempre se habían llevado mal y se metían el uno con el otro, así que para no levantar sospechas Aomine seguía actuando tan idiota como solía ser con sus contrincantes a los que siempre trataba de jugadores mediocres.

- ¿A quién llamas perdedores? – preguntó Kagami enfadado.

- Pasa de él, Kagami – le dijo Tetsu – sólo nos tiene miedo porque le venceremos en el siguiente partido.

Aomine se giró sonriendo hacia Tetsu bajo la atenta mirada de su equipo.

- Vaya, el chiquitín también sabe bromear – sonrió – jamás nos ganaréis. Tenéis partido mañana, ¿verdad? Me gustaría ir a ver cómo os machacan, pero casi prefiero no hacerlo, me aburriría demasiado. Me quedaré durmiendo, no me perderé nada interesante.

- Llegaremos a la final y os venceremos – dijo Kagami cabreado.

- Sigue soñando, chico – le dijo Aomine sonriendo antes de coger a Tetsu por el cuello de la camiseta y acercarle hacia él cogiéndole de la muñeca – Ponle un bozal a ese impertinente chico – susurró y Kagami se tensó aún más al saber que hablaba de él.

Aomine se alejó de Tetsu resbalando su mano por su muñeca hasta dejar un papel en su mano. Tetsu sintiendo el papel entre sus dedos cuando la mano de Aomine se alejaba de la suya, cerró con fuerza evitando perder el papel.

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