Pasión Griega

By tynarubia

7.7M 447K 28.2K

Una llamada, un billete de avión y una cita con un abogado. Eso era lo único que Caliope esperaba encontrar... More

Pasión Griega
Capitulo 2; Rencor y odio
Capitulo 3; Acciones y confusiones
Capitulo 4; Lagrimas y soledad
Capitulo 5; No quiero nada de ti
Capitulo 6; Gente del pasado
Capitulo 7; Un apellido, una reputación
Capitulo 8; El sabor de un beso robado
Capitulo 9; Satisfacción, preocupación y celos
Capitulo 10; Una dulce agonía
Capitulo 11; Un gran corazón
Capitulo 12; Familia
Capitulo 13; Un paseo a caballo
Capitulo 14; Emociones descontroladas
Capitulo 15; Planes
Capitulo 16; Un orfanato
Capitulo 17; Furia, confusión y satisfacción
Capitulo 18; Nunca
Capitulo 19; Una fiera
Capitulo 20; Que te den
Capitulo 21; Que gane el mejor
Capitulo 22; ¡¿Que le pasa a los hombres?!
Capitulo 23; Manipulada
Capitulo 24; Una melodia
Capitulo 25; Cartas del pasado
Capitulo 26; Te arrepentiras
Capitulo 27; Manos ocupadas
Capitulo 28; No lo se
Capitulo 29; Un error
Capitulo 30; Un caballero andante
Capitulo 31; Sentimientos del corazón
Capitulo 32; Cinco meses mas tarde
Epilogo

Capitulo 1; Bienvenida a casa

329K 14.8K 2K
By tynarubia

Desembarco del avión con un nudo en el estomago, era la primera vez en siete años que ponía un pie en Grecia.  En todo este tiempo ni siquiera había podido visitar la tumba de su madre y tampoco la de Marcus, su padre.

Recogió su maleta y camino despacio por el aeropuerto  ¿Y ahora que? ¿Dónde iba? ¿Qué hacia?

-Señorita Caliope –Un hombre mayor, con el pelo canoso la observaba atento –Soy  el abogado del señor Durtzed.

-Hola –Caliope asintió con la cabeza -¿Podemos resolver el asunto cuanto antes?

-Las prisas no son buenas consejeras –El hombre le sonrió –Vayamos a mi despacho.

-Como quiera –Caliope suspiro y siguió al abogado por todo el aeropuerto hasta la salida, allí les esperaba un taxi. 

En el trayecto en taxi Caliope observaba el que había sido su hogar desde pequeña, ¿Cómo había podido cambiar tanto? Y el estar ahí le traía tantos recuerdos, pero los malos superaban a los buenos.

-Hemos llegado señorita –El abogado había bajado del taxi y mantenía la puerta abierta para ella, una vez bajo el le señalo el portal de un edificio –Sígame por favor

-De acuerdo –asintió y camino tras el de nuevo.  No podía evitar sentirse intimidada.

Una vez dentro pasaron a un despacho a solas, el le pidió que tomara asiento frente a la mesa y salio de allí.   Regreso al cabo de unos minutos con un sobre entre sus manos.

-Bien señorita Caliope –El hombre se sentó frente a ella, tras la mesa y comenzó a abrir el sobre –En estos documentos encontramos la ultima voluntad de su abuelo.

-Dámaso Durtzed no es mi abuelo –La respuesta de ella fue tan cortante que el hombre la miro sorprendido -¿Qué quiere decir con la ultima voluntad?

-El señor Durtzed murió hace ya seis meses –el abogado la observaba a la espera de alguna lagrima, un reflejo de tristeza, pero nada apareció por el rostro de ella –Hace tres meses se leyó su testamento y usted esta incluida en una de su cláusulas.

-Yo no quiero nada que tenga que ver con esa familia –Caliope se levanto de su asiento dispuesta a marcharse.

-No es tan sencillo –El abogado negó con la cabeza –Al menos permítame informarla de la situación.

-Esta bien –Resignada volvió a tomar asiento frente a el

-Su abuelo, quiero decir el señor Durtzed –el leyó tranquilamente los documentos –dejo estipulada una cláusula en su testamento.  Su casa principal, queda dividida para sus dos nietos, usted y su hermanastro. El apartamento  queda en mismos porcentajes para su  sobrino Damian Loxeltif y su nieta, usted.  Las acciones de su cadena hotelera queda dividida en porcentajes iguales para sus dos nietos y su sobrino. El resto podremos revisarlo mas adelante.

-¿Y la cláusula? –Caliope suspiro, no le importaba nada de eso.  No quería nada.

-Debe usted recibir el apellido Durtzed y convivir con la que es su familia en la casa principal hasta casarse –El abogado la miro con precaución.

-¿Se ha vuelto loco? –Caliope salto de su lugar -¿Apellido? ¿Convivir? Yo no pienso quedarme aquí   Renuncio a todo, ya le dije que no quiero nada

-Antes debe saber algo –le entrego un contrato –En la cláusula se especifica que si usted se niega a vivir en la casa, esta le será arrebatada al resto de familiares.  Así como otras propiedades y bienes de la familia.

-¿Arrebatada? -¿de que estaba hablando? ¿dejaría en la calle a toda esa gente? -¿Por qué?

-Voy a serle sincero Caliope –se levanto del sillón y se paro frente a ello –Conocía a su abuelo, era un buen amigo mío.  Puede que no fuera un hombre muy cariñoso, pero si había algo que respetaba era la familia.  Usted es su nieta y por ello tiene el derecho sobre lo que era de el.

-Pero no lo quiero –Ella se levanto de su lugar inspirando profundamente –Yo no quiero nada de el

-Pero es suyo por derecho –sonrió –Además el sabia que no aceptaría nada, que no querría nada de su familia.  Pero tambien que al igual que su madre tendría un corazón lo suficientemente grande como para aceptar para evitar el mal a otras personas.

-¿Mi madre? El odiaba a mi madre –Ella cerro los ojos

-Pudiera ser –el abogado se encogió de hombros –pero tu eres su nieta, llevas su sangre Lo quieras o no

-¿Si rechazo todo se quedaran en la calle? –Caliope se sentó en el asiento abatida ¿Qué podía hacer?

-Así es –el se agacho para quedar a su altura –Su sobrino, su hermana y su nieto, tu hermano.

-¿Lo saben? –Caliope le miro a los ojos

-No, conocen su testamento y que tus derechos son reconocidos –el le tomo la mano –Pero la cláusula es algo que solo conocemos tu y yo, a menos que quieras decírselo

-No –contesto rápidamente –Es humillante para una persona que deba depender de alguien que ni siquiera conoce.

-Entonces ¿aceptas? –El abogado tomo el contrato y se lo entrego –Tienes que firmar

-Esta bien –Ella asintió –Pero ¿Hasta que me case? ¿Y si no quiero casarme?

-Es lo estipulado –El se encogió de hombros –Si no quieres casarte simplemente tendrás que quedarte viviendo ahí.

-Pero ¿y mi trabajo? ¿y mi vida? –las lagrimas comenzaron a inundar sus ojos

-Aquí puedes trabajar, la cadena hotelera tambien te pertenece –le sonrió cariñosamente –Si alguna vez necesitas algo puedes acudir a mi

-¿Por qué? –Ella le miro desconcertada -¿Por qué es tan amable?

-Conocí a tu padre –se sentó de nuevo frente a ella –Quería a tu madre, pero ya estaba prometido con otra mujer.  Cuando regreso a Grecia, tu ya habías nacido, tu madre ya estaba casada y el tambien  Como tu madre le pidió, jamás se acerco a ti.  Cada uno siguió con su vida.

-El sabia que yo era su hija –Ella frunció el ceño

-Así es –el abogado suspiro –Puede que las cosas no sean fáciles en un principio, pero estoy seguro de que te ganaras el corazón de tu nueva familia.

-Mi familia esta en Londres –Ella se levanto de su lugar decidida y cogio el contrato para firmarlo.

En el camino a la casa de los Durtzed, Caliope no dejaba de dar vueltas a todo lo que estaba pasando ¿Qué acababa de hacer? Se había condenado, tendría que vivir ahí hasta casarse ¿Casarse? ¿Con quien? Ella no quería casarse y ningún griego querría a una mujer que era hija ilegitima. 

El taxi se paro frente a la entrada de la casa, una verja que rápidamente se abrió para dejarles pasar.   Grandes jardines rodeaban una hermosa mansión blanca de dos plantas, de estilo claramente griego.  El abogado que estaba sentado junto a ella en el taxi, le tomo la mano y la apretó.   Una vez el taxi paro, ambos bajaron y el se dispuso a bajar la maleta de ella. 

Caliope miro de nuevo la casa con resignación, su cárcel, eso era lo que era  A partir de ahora su vida seria una cárcel.  Las puertas de la mansión se abrió y un hombre salio de ella, se paro en lo alto del porche mirándola.   Tenia una mirada intensa, unos ojos de color azul que penetraban en lo mas profundo de su alma ¿Quién era?  Estaba parado allí observándola, parecía fascinado, pero después su rostro cambio.  Frunció el ceño y la miro como si la despreciara, bajo los escalones de la mansión y camino hacia los garajes ignorándola por completo. 

-Es Damian Loxeltif –El abogado se paro junto a ella observando como el auto en el que el iba pasaba ante ellos –El sobrino de Dámaso, primo de tu padre

-¿No es muy joven? –Ella le miro sorprendida ¿Primo de su padre? Ese chico apenas tendría unos años mas que ella

-Tu abuelo era el mayor de los hermanos –señalo la casa para que ella le siguiera –El es el hijo de la hermana menor

-¿La hermana que tambien vive en esta casa? –esos ojos habian despertado su curiosidad

-No, Medea es la hermana mediana –abrió la puerta para que ella pasara –Los padre de Damian murieron en un accidente de trafico.

-Buenos días señorita Durtzed –Una de las sirvientas se acerco a ella deprisa –Bienvenida a su casa

-Mi apellido no es Durtzed –Ella le contestó bruscamente, después sonrió pidiendo disculpas –Por favor llámeme Caliope

-Como quiera Caliope –La mujer bastante mayor asintió –Mi nombre es Leda y el –señalo a un mayordomo que se acerco a tomar las maletas –es Perseo.  Estamos aquí para servirle.

-Gracias, pero no es necesario –Caliope frunció el ceño ¿servirle? Ella nunca había necesitado de nadie que le sirviera

-Tus orígenes humildes salen a la luz –Medea Durtzed, hermana de su abuelo permanecía en lo alto de las escaleras mirándola con desden –Claro que sabiendo de quien eres hija no es de extrañar.

-Estoy orgullosa de ser hija de quien soy señora –Caliope le contesto rápidamente –Tanto de mi madre, como de mi padre, Marcus

-Ya veo –bajo las escaleras –Espero consigáis sentiros cómoda en nuestra casa y que sea por poco tiempo

-Medea –El abogado la interrumpió -¿Debo recordarte que Caliope tiene tanto derecho a estar aquí como vos? Quizás mas

-¿mas? –un chico moreno de ojos marrones la observaba desde la puerta que debía dar a la sala –Esta mujer no es nadie, no tiene derecho a nada.

-Néstor –El lo observo molesto –Es tu hermanastra

-No es nadie –Néstor salio corriendo de la casa con el odio reflejado en su rostro

-Acabas de llegar y ya despiertas rencores –Medea paso ante ellos dirección a una puerta –Eres digna hija de tu madre –y desapareció por la puerta

-Tranquila –el abogado poso una mano en su hombro –Dentro de un tiempo todo estará mas calmado

-¿Mas calmado? –ella suspiro -¿Cómo se llama?

-¿Qué? –El la observo sorprendido

-Parece que usted es el único aliado que tendré –sonrió tristemente –al menos me gustaría saber su nombre

-Sebástian –el le sonrió –vamos, te acompañare a tu habitación y te daré algunas instrucciones

-¿Instrucciones? –Caliope le siguió escaleras arriba

-Las llaves de la casa, de la casa de la playa, los coches –El la miro de reojo –No te agobies, pronto te acostumbraras a todo

-Lo dudo –Caliope le siguió en silencio por los pasillos  Ahora mismo solo tenia ganas de encerrarse y llorara  ¿Esto era lo que la esperaba? ¿Cómo iba a convivir con gente que la odiaba de esa manera?

“Bienvenida a casa” “Bienvenida a tu tormento”

 AQUI EL PRIMER CAPITULO, LA LLEGADA DE CALIOPE A GRECIA

Y PARECE QUE NO ES MUY BIEN RECIBIDA                                                   AHORA TENDRA QUE CONVIVIR CON ELLOS, ENFRENTARLES CADA DIA Y QUIEN SABE QUE PASARA

                                                                               OS DEJO UNA FOTO DE NESTOR; EL HERMANO DE CALIOPE

Continue Reading

You'll Also Like

69.4K 14.6K 41
Un simple secreto fue lo que destruyó una amistad que se creía perfecta e irrompible. Adrien simplemente no podía creer que alguien a quien le brindó...
Mercy By yo-yo

Teen Fiction

503K 4.4K 10
Aquella noche todo cambio para ella... se encontraron entre música y luces... No debían volver a verse. Pero el destino quería jugar Y ellos fuero...
2.6M 107K 84
¿Tenía la culpa de ser la imagen viva de un recuerdo perturbador para mi jefe? ¿Él tenía la culpa de querer besarme cada vez que me ve? El dilema...
23.1K 1.5K 41
Nat es un niño consentido. Adora que le den atención, toda la atención del mundo, pero que mejor atencion que la que le da su papi Max♡ ☆ Oneshots do...