Cuando estaba apunto de regresar al apartamento, Natsu recibió una llamada de su padre. Quería verlo. Así que ambos se dirigieron a las oficinas de su padre. Cuando Natsu llegó, le indicó a Lucy que le esperaba fuera de la oficina, y ella hizo caso. Al entrar, encontró a su padre hablando con un joven.
—Permiso...¿padre? —Natsu sacó el rostro por la puerta, esperando que le diesen el permiso para entrar. —¿Interrumpo algo? —Natsu preguntó una vez más.
—Oh, no hijo. Adelante, entra. —Igneel se puso de pie. —Quiero presentarte a una persona. —Natsu miró al joven que estaba sentando de espaldas y se ponía de pie.
—El es Zeref — Igneel lo presentó — Es el hijo de uno de los socios de nuestra compañía, tiene la misma edad que tú y está aspirando a ser el presidente de la compañía de su padre. ¿No es sorprendente? —Igneel miraba a Zeref.
—Mi nombre es Natsu — Natsu le extendió su mano. — Un gusto conocerlo. — Natsu forzó su sonrisa.
—El gusto es mio. — Zeref apretó su mano y sonrió.
—Si gustan podemos pedir un café y conversar sobre tus planes —Igneel le sonrió a Zeref — En unos minutos llamó a...— Igneel vio a través del cristal a la rubia que estaba sentada fuera.
—¿P..Padre? — Natsu lo llamó. — ¿Sucede algo? — Natsu siguió la mirada de su padre.
—Ah..Ella es..— Natsu estaba nervioso.
—Lucy Heartfilia. — Al escuchar este nombre, Zeref giró y puso sus ojos en ella.
—¿Le conoces? — Natsu le preguntó nervioso.
— Creo que ustedes tienen muchas cosas que discutir. — Zeref giró su rostro a la conversación — Dejaremos el café para otra ocasión.
—Me parece correcto, Zeref — Igneel puso su mano en su hombro en forma de despedida. — Sabes que eres bienvenido.
—Muchas gracias, Señor Igneel. —Zeref le sonríe. — Natsu, fue un placer. — Acto seguido, sale caminando por la puerta.
—¿Me puedes explicar como es que la conoces? —Igneel se dirigió a Natsu tomando asiento.
—Fue en una cafetería hace unos días —Natsu tomó asiento. —¿Cuál es el problema? —Natsu junto sus manos.
—Natsu, es la hija de uno de los socios más ricos de esta compañía y tu preguntas ¿cuál es el problema? — Igneel le miró a los ojos.
—S..Solo vino de vacaciones..— Natsu respondió tratando de sonar convincente.
—Sé perfectamente cuando estás mintiendo, Natsu. — Igneel suspiró.
—Papá, no podemos llevarla de vuelta, ella...— Natsu bajó su mirada.
—Se ha convertido en toda una mujer..— Igneel sonrió. — ¿Sabes? la última vez que la ví, tenía 10 años. — Igneel mantenía sus ojos fijados en la rubia quien esperaba pacientemente y Natsu giró a verla del mismo modo.
—U..Un momento, ¿cómo es que tú la conoces? —Natsu se giró a su padre.
—Es la hija de uno de mis socios, Natsu. ¿Necesitas alguna otra excusa? —Igneel le respondió.
—Ella me dijo que nunca ha salido de esa mansión, eso significa que tú..— Igneel le interrumpió.
—Visitaba mucho a la familia Heartfilia...—Igneel suspiró — La última vez que fui...Fue en el funeral de su madre. —Igneel bajo su mirada. —Siempre te pedía que fuéramos, ¿no recuerdas? Ella... No tenía amigos ahí dentro, pero te negabas, siempre preferiste quedarte con Gray. —Igneel sonrió.
— Papá..—Natsu lo miró.
—Natsu, sabes que no puedo hacerlo. Tengo que avisarle. —Igneel lo miró.
—N..No quiero que regrese..— Natsu dijo con voz inaudible.
—N..No me digas..que..— Igneel lo miró asombrado. —Ustedes..—Natsu lo interrumpió.
— ¡Papá! —Natsu se quejó sonrojado. —Solo somos novios, no hemos hecho nada. —Natsu respondió con sus mejillas sonrojadas.
—¿Es que te ha costado tanto? — Igneel rió.
—Bueno, estuvo encerrada mucho tiempo, es muy inocente, ¿sabes? — Natsu rió.
—Sin embargo, Natsu...— Igneel se puso serio. — Debes saber que..— Natsu lo interrumpió y apretó su puño.
— Está comprometida. Lo sé. —Natsu respondió con el mismo tono.
—Entonces..¿Qué es lo que harás? —Igneel le preguntó apoyando sus codos sobre la mesa de cristal.
— Todavía no lo sé. — Natsu se vio pensativo. —O..Oye, papá, ¿crees que tu puedas..— Natsu fue interrumpido.
— Natsu, no puedo interponerme en algo como eso. Esa decisión no me corresponde, ella no es mi hija. —Igneel le explicaba.
—Eres amigo de su padre, ¿no es así?..Tal vez puedas hacer algo —Natsu le pidió.
—Natsu, en ese tipo de cosas, mucho dinero está en juego, no creo que...— Natsu lo interrumpió.
—P..Por favor..—Natsu apretó su puño y lo miró con desesperación.
— Natsu.. — Igneel lo miro apenado. — Veré que puedo hacer. No te prometo nada. —Igneel apretó el puño de su hijo.
—Gracias, papá. —Natsu apretó su mano.
—De verdad estás enamorado, ¿no es así? —Igneel le sonrió.
—No creo que podría vivir sin ella. —Natsu sonrió.
— Además, siempre haz tenido un buen gusto. —Igneel le guiñó el ojo. —Tiene buenos atributos, justo como su madre. —Igneel sonrió.
—¡Papá! ...— Natsu le llamó — Podría escucharte. —Natsu se quejó.
— Siento decirte que no será posible, no sólo por el cristal, es que ya no está ahí. —Igneel le contestó relajado.
—¿Q..Qué...? — Natsu se giró encontrando el asiento donde estaba Lucy, vacío. —¿D..Dónde está? —Natsu se puso de pie.
—Espera, Natsu. No te cité para hablar de tus problemas de amor. —Igneel le llamó.
—¿No puede esperar? — Natsu se giró hacia su padre.
—Necesito que pienses otra vez en lo que te dije sobre tomar mi puesto, Natsu. —Igneel se puso de pie.
— Papá, ya hemos hablado de esto. — Natsu le miró serio.
—Alguien debe tomar mi lugar en esta empresa una vez que yo..— Igneel pausó.
—¿Qué tú..qué, papá? — Natsu lo miró a los ojos e Igneel desvió la mirada. —Hay algo que no me estás contando, ¿no es así? —Natsu le preguntó.
—Llegará el momento en que hablemos de esto Natsu. Por ahora quiero que te concentres en lo que te dije. —Igneel se puso de espaldas.
—Papá..— Natsu bajó su mentón.
—Busca a tu chica. —Igneel se giró y le sonrió.
—Esto no se ha terminado. —Natsu abrió la puerta y salió.
Cuando Natsu salió, miro a todos lados y no encontró a Lucy. Miró por los baños y nada, en el comedor tampoco había nadie. ''¿Dónde estás?'' Natsu empezaba a acelerar el paso. Lucy no conocía la compañía así que no pudo haber salido de ella sola. ''¿Sola?'' Natsu se preguntó. Entonces se acercó a la secretaría de su padre, en cuyo carnet se leía el nombre de ''Michelle''
—Disculpe, señorita, ¿Michelle? —Natsu llamó a la mujer de mediana edad que tenía los ojos en la computadora.
—¿En que le puedo ayudar, Joven Dragneel? —La mujer le preguntó.
—Es la chica que estaba sentada aquí hace un momento..— Natsu señaló su asiento. — Era una rubia, como de 18 años junto a una mochila. Pelo largo, ojos marrones, pechos grandes, ¿la recuerda?
—Parece que la conoce usted muy bien. — La señora le sonrió — Claro que la recuerdo, salió hace un momento.
—¿Estaba sola? —Natsu le preguntó.
—Me temo que la señorita salió con el Joven Zeref hace unos minutos. ¿Hay algún problema? —La señorita le vio con preocupación.
— N..No, ninguno. —Natsu apretó sus puños. —¿Sabe usted a donde se dirigían? —Natsu preguntó una vez más.
—La verdad es que no soy una mujer que se mete en asunto de otros, ¿sabe? —La señora le respondió. — Pero escuché que brindaría un café o algo así. — Sonrió.
— Con eso basta, muchas gracias, Michelle. — Natsu sonrió.
—Una cosa más.—La señora lo detuvo —Eres bastante apuesto, no te cambiará. —La señora le guinó el ojo. Y Natsu sonrió.
Natsu salió de las oficinas, revisó su reloj, era un poco más de las 5 de la tarde ya, debían darse prisa. Natsu la encontró bastante rápido, Zeref tenía un grupo de guardaespaldas con él, y su vehículo no era para pasar desapercibido. Cuando entró al café, los vio sentados en unas de las mesas VIP, cuando quiso acercarse, uno de sus guardaespaldas se lo impidió.
—Disculpe, no puede pasar. —Un hombre como de dos metros, y una cicatriz encima del ojo derecho le detuvo.
—¡Natsu! —Lucy se puso de pie, dejando su tasa en la mesa y se acercó a Natsu.
—Lucy, te estuve buscando. ¿Por qué no me avisaste? —Natsu le preguntó con un tono enojado.
—Es que estabas con tu padre, y pensé que debías pasar un poco más de tiempo con él —Lucy dijo jugando con sus dedos — Además, este chico, Zeref, me invitó una tasa de café y supuse que estaría bien. —Lucy hizo pucheros.
—No te enojes con ella, Natsu. — Zeref se acercó con esa sonrisa que te daban ganas de hacerle mierda la cara. — Yo insistí. —Zeref continuó.
—Vaya, muchas gracias por el detalle. —Natsu tomó a Lucy de la mano. — Lucy y yo tenemos que regresar a casa —Natsu le sonrió falsamente.
—Entonces, ha sido un placer, Lucy. —Zeref se acercó y besó su mejilla, presionando sus labios contra su piel.
— P..Para mi también..— Lucy respondió dándole la mano. Y Apretó la de Natsu.
—Gusto verte otra vez, Zeref. —Natsu sonrió y dejó que Lucy caminara delante suyo.
—Natsu. —Zeref lo llamó y Natsu se giró. —Que se diviertan en el parque de diversiones —Zeref sonrió falsamente y Natsu se fue.
—¡¿Qué demonios se cree, ah?! — Natsu caminaba enojado mientras apretaba la mano de Lucy.
—N..Natsu..— Lucy lo miraba con temor.
—¿C..Cómo puedes dejar que te bese delante de mí? —Natsu se giró hacia Lucy y apretó la mano.
—Me..Me estás lastimando, Natsu. —Lucy le miró con miedo. Y Natsu dejó ir su mano.
—Lo..Lamento..— Natsu miró hacia abajo. — Es solo que..— Natsu tapó su rostro en rabia.
—Lo siento. No debí irme con él. — Lucy se disculpó, estaban parados en media acera.
—N..No, no te disculpes. Tu no tienes la culpa. Soy un estúpido. — Natsu se acercó a ella.
— Natsu, no eres estúpido. —Lucy tomó sus manos.
—Lucy..— Natsu la miró a los ojos.
—Eres mi estúpido. —Lucy le sonrió con sus mejillas sonrosadas.
—Pero, entonces sigo siendo estúpido, ¿no es así? — Natsu le preguntó con media sonrisa.
—N..No yo..quiero decir que.. — Lucy estaba nerviosa.
— Estoy bromeando, Lucy. —Natsu besó sus labios. —Me encanta ser tu estúpido. — Natsu separó sus labios y le sonrió.
—Ya veo, ¡tonto, tonto, tonto! — Lucy le gritaba con las mejillas infladas.
—Pero no estás utilizando el ''mi'' —Natsu se quejó.
— Ahora te digo tonto porque dejaste que me besara de esa manera. — Lucy se cruzó de brazos. —¡Solo tu puedes hacer eso! — Lucy le respondió sonrojada y Natsu abrió sus ojos.
—¿Qu..Qué fue lo que dijiste? —Natsu la miró, sentía sus mejillas calientes.
—Q..Quiero que solo tu me toques de esa manera..— Lucy miraba al suelo avergonzada. Sus mejillas estaban sonrojadas.
—Lucy..— Natsu levantó su rostro y la besó. —No..dejaré..— Y la besó en las mejillas — Que nadie..— Besó su frente. — Te toque otra vez..— Y besó sus labios.
—E..Está bien. — Lucy sonrió con sus mejillas rojas.
— Eres mía y de nadie más. ¿Me escuchas? — Natsu acercó sus rostros y tomó sus mejillas.
—F..Fuerte y claro. —Lucy le respondió, apretó sus ojos y lo besó. Natsu se sorprendió al ser ella en besarlo, y lentamente cerró sus ojos.
—R..Regresemos a casa. —Natsu separó sus labios y tomo su mano y Lucy la apretó.
Natsu y Lucy regresaron al apartamento de Natsu, en cuanto Natsu cerró la puerta. Se unieron como dos imanes, empezaron a besarse con amor, deseo, todo mezclado entre ellos, Lucy se entregaba a él y el se entregaba a ella. No había nada más que decir. Natsu apretaba sus manos alrededor de su cuerpo, y Lucy hacía lo mismo.
Natsu empezaba a besar su cuello y Lucy apretaba pasaba sus manos en su cabello rosa. Natsu sube a Lucy a sus caderas y Lucy enrrolla sus piernas, Natsu seguía besando su rostro, y más tarde pasó a sus clavículas. Lucy besaba su frente, sus mejillas, sus labios, y sus piernas apretaban su cadera. Natsu se sacó la playera que vestía, y Lucy empezó a besar su cuello y sus clavículas, Natsu la sostuvo y la llevó hacia el sofá, recostándola y quedando encima de ella. Natsu regresó una vez más a su cuello, buscando sacar su blusa sin embargo...
—No se preocupen, esta es como mi cas...— Gray abrió la puerta, y todos los presentes, incluyendo Lucy y Natsu se pararon en seco, pues ellos montaban el espectáculo.
—P..Perdonen la intromisión..— Gray cerró la puerta y todos quedaron afuera.
—¡D..Demonios! —Natsu se puso de pie y se puso su playera tan rápido como fue posible a lo que Lucy se arreglaba su blusa y su cabello. Natsu le indicó a Lucy que abriera la puerta mientras el se iba al baño.
—H..Hola..— Lucy abrió despacio, sonrojada.
—H..Hola..Lucy, ¿los interrumpimos? —Gray preguntó sonriendo, nervioso.
—D..De hecho, íbamos a tener sexo. —Lucy respondió directa jugando con sus dedos, como si quisiese que ellos no hubiesen llegado.
—¡Ya lo sabemos, no seas tan directa! —Todos gritaron al unísono.
—¡Hola chicos! —Natsu pasó un brazo alrededor de Lucy — Pasen adelante — Les invitó.