El Secreto de Harry Styles (M...

By candyface1D

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Esta es una novela escrita cuando tenía 15 años. Escribir una romatización del embarazo adolescente fue un er... More

Prólogo
Capítulo 1: Heridas del corazón
Capítulo 2: Cambios
Capítulo 3: Dudas
Capítulo 4: ¿Zayn y Liam?
Capítulo 5: Una sorpresa para Louis
Nota
Capitulo 6: Dejarse llevar
Capítulo 7: Planes de Navidad
Nota
Capítulo 8: Vergüenza
Capítulo 9: Amar por obligación
Capítulo 10: La Boda
Capítulo 11: Gracias a Allah
Capítulo 12: Discusiones difíciles
Leer esto pls
Capítulo 13: Cambio de opinión
Capítulo 14: Necesito tener una cita contigo
Capítulo 15: Preparativos
Capítulo 16: El primer beso
Capítulo 17: Secretos Nocturnos
Capítulo 18: La verdad
Sorry
Capítulo 20: Más mentiras
Capítulo 21: Cuatro años dan para mucho
Gracias :)
Nota
Capítulo 22: Sorpresas y decepciones
Capítulo 23: Reencuentros
Nota
Capítulo 24: De príncipes y sapos
Sorry, no es un capítulo :S
Capítulo 25: ¿Juntos de nuevo?
Capítulo 26: Confianza
Capítulo 27: Buenos amigos
Capitulo 29: Demasiada agua
Capítulo 30: Resistir la tentación
Capítulo 31: Planes frustrados
Capítulo 32: Papá Louis
Capítulo 33: ¿Quién es A?
The End

Capítulo 19: Dos más en casa

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By candyface1D

Después de todos los momentos difíciles, todas las lágrimas y todos los problemas finalmente algo salía bien en la vida de Harry y Louis. Se encontraban ya en el mes de agosto y, después de varios meses de prueba y mucho papeleo, por fin podrían llevarse a los mellizos a casa con ellos.

Louis sabía que estaban preparados, que habían aprendido todo lo que debían saber sobre su cuidado y que los servicios sociales se habían asegurado de que fueran aptos para tener a los pequeños, pero aún así la preocupación llenaba su interior. Eran las cuatro de la mañana y se encontraba despierto sin poder dormir, preguntándose si sería capaz de hacerlo.

-Harry, ¿estás despierto? -susurró hacia el chico acostado a su lado, sin obtener respuesta-. Harry.

Al ver que se encontraba dormido, decidió zarandear su brazo para tratar de despertarle. Necesitaba demasiado desahogarse con Harry en aquellos momentos.

-¿Louis? -preguntó el chico con voz de dormido, mientras abría ligeramente sus ojos-. ¿Qué hora es?

El chico no contestó, acurrucándose más junto a Harry en busca de protección. A veces se sentía demasiado pequeño frente al mundo que tenía a su alrededor, pero saber que tenía al ojiverde junto a él solía hacerle sentir mejor. A penas tenía dieciocho años y su vida era una locura. Huérfano, sin trabajo, sin estudios... Dependía por completo de Harry para poder subsistir. Y además ahora tendría a su cargo a dos pequeños bebés. Sentía que las cosas le superaban.

-¿Estás bien, amor? ¿Has tenido una pesadilla?

Louis negó con la cabeza y a continuación la enterró en el cuello de Harry mientras aspiraba su olor. Olía a champú de frutas y a hogar, sobre todo a hogar.

-Tengo miedo, Hazz.

-¿Miedo de qué?

-De que todo esto no salga bien. Somos demasiado jóvenes... La mayoría de los chicos de nuestra edad están en la universidad estudiando y divirtiéndose, o tienen un trabajo con el que ahorran dinero para gastarlo en tonterías. ¿Qué tenemos nosotros?

-Nos tenemos el uno al otro, ¿te parece poco? -contestó dejando un tierno beso en su frente-. Yo no necesito nada de lo que ellos tienen, te tengo a ti.

-Sí, pero... Tú trabajas y tienes a tu madre que te ayuda en todo. En cambio yo soy un inútil que ni siquiera trae un sueldo a casa. Si me dejaras, yo... No tendría nada.

Algunas lágrimas cayeron por sus mejillas, mojando la almohada. Se sentía la persona más inservible del mundo. Harry le mantenía y le llevaba manteniendo durante demasiado tiempo. Al principio por el embarazo, después por la depresión y ahora simplemente porque sabía que si comenzaba a estudiar y trabajar no habría nadie que cuidara de los mellizos. ¿Tendría una vida tan triste como la de su madre encerrado en casa?

-Cielo, mírame -pidió Harry alzando su rostro-. No quiero que pienses así, no lo hagas. Vales muchísimo más de lo que imaginas. Si lo que te preocupa es el dinero, sabes que a mi no me importa trabajar para mantenernos. Pero si tú quieres trabajar o estudiar, adelante. No quiero que seas infeliz quedándote en casa, quiero que hagas algo que te haga sentir bien. Es cierto que ahora, bueno... Las cosas se complicarán con dos bebés en casa, pero podríamos compaginarlo, o contratar a una canguro.

-No. No quiero que les cuide un extraño, para eso no les hemos adoptado.

-Bueno, entonces simplemente esperemos a que crezcan. Somos jóvenes y tenemos mucha vida por delante para hacer un millón de cosas.

Louis reflexionó sobre aquello durante unos minutos. Harry tenía razón, aún les quedaba mucho por vivir. Se sentía tan afortunado por tener a alguien como él a su lado...

-Aún no hemos hablado de que haremos cuando sean mayores... Cuando crezcan y nos hagan preguntas, ¿qué les diremos?

El ojiverde se quedó pensativo ante aquello, mientras comenzaba a acariciar con tranquilidad el pelo de Louis. No habían hablado de aquello, en realidad no habían hablado de nada, y apenas unos días después tendrían a los niños en casa.

-Creo que simplemente deberíamos decirles la verdad. Los secretos sólo traen problemas.

-Es fácil decirlo pero, ¿cómo le explicas tú a un niño que su madre era drogadicta, que su padre no le quería y que por eso su hermanastro gay ha decido cuidarle?

-Amor, le das demasiadas vueltas a todo. Lo único que necesitan saber es que su mamá se fue al cielo y que nosotros hemos decidido darles una familia. Si algún día cuando sean más mayores quieren saber más... Entonces se lo explicaremos.

-Tú tienes soluciones para todo, ¿verdad? -rió Louis mucho más calmado.

-¿Lo dudas?

-Dígame entonces, señor inteligente, qué apellido le pondremos a Lucas y Olivia.

-Son tus hermanos, debería ser el tuyo.

-Hermanastros, en realidad. Y no quiero que lleven el apellido de mi padre. Ni siquiera sé por qué yo lo sigo teniendo.

-¿Y el de tu madre? ¿Su apellido de soltera?

-No lo recuerdo...

-¿Qué apellido quieres ponerles entonces?

Louis alzó su vista hacia los ojos de Harry, que brillaban con la tenue claridad de la ventana.

-¿Qué me dices de Styles?

-¿Mi apellido?

-Tú serás más su padre que quien lo debería haber sido, de eso estoy seguro.

***************

Los llantos resonaban por toda la casa aquella mañana. Louis tenía ojeras bajo sus ojos tras haberse pasado toda la madrugada despierto tratando de calmar a los niños. Mientras, Harry había tratado de dormir algo, ya que no podía presentarse con cara de sueño en la reunión que tenía al día siguiente con el señor Kinney, pero los dos angelitos se lo habían puesto difícil.

Aquellas primeras noches en su nuevo hogar habían resultado un tanto desastrosas. A la pequeña de ojos azules parecía no gustarle demasiado dormir en esa cuna extraña para ella, y la única manera que tenía de presentar sus reclamaciones era llorando. Sin embargo, su hermano parecía adaptarse mucho mejor al cambio. Era un bebé tranquilo, que se había quedado dormido en cuanto había terminado su biberón. Pero los llantos de la niña le habían despertado constantemente, aumentando su irritabilidad aquella mañana.

-¡Harry, las tostadas se están quemando! -gritó Louis al oler el humo que desprendía la tostadora.

-¡Espera, Lucas se ha meado en mi camisa!

-¿Pero de qué manera le has puesto el pañal?

Niall escuchó aquellos gritos desde el otro lado de la puerta, soltando una pequeña risa. Louis y Harry serían unos padres bastante cómicos, pero confiaba en que harían bien su función. Llamó al timbre, esperando que le oyeran entre tanto jaleo.

-¡Ya voy! -se oyó en el interior.

Unos segundos después la puerta se abrió, mostrándole a un Louis con la camiseta manchada de blanco y el pelo alborotado. En sus brazos cargaba a la pequeña, que no parecía muy por la labor de tomarse el biberón aquella mañana.

-¡Hey! ¿Cómo va eso papás? -saludó entrando con una sonrisa.

-Pregúntale a Olivia, creo que no le gusta mucho estar aquí... -contestó Louis con un tono deprimido-. No hace más que llorar y llorar por todo.

-Hey, Oli, hay que portarse bien -dijo hablándole a la niña, la cuál le miraba detenidamente-. Sino, no te traeré caramelos.

-¡Niall, tiene cinco meses! No puedes darle caramelos.

-Vaya, papá sí que es un gruñón.

El rubio cogió a la bebé en sus brazos y siguió hablándole de cientos de cosas aleatorias. La pequeña escuchaba atentamente, como si realmente comprendiera lo que Niall le estaba contando. Louis la miró con ternura, alegrándose de que por fin hubiera dejado de llorar durante un rato. Después de eso, volvió a la cocina para ayudar a Harry, que ya llegaba tarde al trabajo.

-Cámbiate la camisa, anda, yo me encargo de Lucas -dijo antes de depositar un beso en su mejilla.

-Gracias, cielo -contestó Harry dedicándole una sonrisa.

Quince minutos después el chico de rizos ya se había ido y los pequeños se encontraban en su hamaca, mientras mordisqueaban los sonajeros que la abuela Anne les había comprado.

-¿Qué tal lo llevas? -preguntó Niall, sentado junto a Louis en el sofá.

-No lo sé, cuidar de dos bebés es un tanto estresante...

-Pero seguro que merece la pena al final del día, son dos cositas adorables.

-Sí, eso es cierto -Louis sonrió-. Al menos cuando están tranquilos...

Ambos fijaron su vista en los pequeños, que agitaban sus sonajeros sorprendiéndose por el sonido que causaban. Parecían tan felices, viviendo sin preocupaciones y sin darse cuenta de todo lo malo que había en el mundo. Niall deseó volver a ser un niño como ellos, pudiendo poner la escusa de la inmadurez a todos sus errores.

-¿Y qué es de tu vida? Hace mucho que no hablamos -comentó Louis, tratando de entablar conversación.

-Bueno, han pasado bastantes cosas últimamente...

El chico castaño pudo ver como la expresión del rubio cambiaba y su mirada se dirigía hacia el suelo. De un momento a otro parecía un chico completamente distinto. No el adolescente bromista que Louis había conocido hacía tiempo, sino un chico con problemas de adulto y una tristeza que le consumía. Aunque no tenía ni idea de lo que podría haberle pasado, estaba claro que aquello le afectaba y mucho.

-¿Quieres hablar de ello?

Y sí, por supuesto que quería hacerlo. Llevaba tanto tiempo aguantando lo que llevaba dentro que ni siquiera sabía cuanto tiempo más podría aguantar sin derrumbarse. Era un sentimiento horrible, uno de los peores que había sentido a lo largo de su vida, el sentimiento de culpa. Se sentía inmensamente culpable por lo que había hecho, por la manera egoísta en la que había tratado de confundir a Zayn sabiendo que él no le pertenecía. Había dañado a sus mejores amigos y había destrozado su relación. ¿Cómo podrían perdonarle después de aquello?

Soltó un suspiro nervioso, esperando el rechazo de Louis cuando escuchara su historia. Pero aún así se la narró punto por punto, sin omitir detalles, dejando salir a la luz todos sus defectos. Le contó como había descubierto que llevaba toda su vida mintiéndose a sí mismo, que era más marica que cualquiera de los chicos a los que podía haber insultado en su juventud, que amaba a Zayn más que a su vida y que por ello había cometido un gran error. Le contó también como Liam se había vuelto a vivir con sus padres, como el moreno apenas comía y lloraba durante horas por las noches, y como la culpa también llenaba el pecho de Zayn.

Louis escuchó atento, tratando de descifrar algunas frases que Niall soltaba entre sollozos. Estaba claro que se sentía arrepentido, pero sabía que él mismo tampoco hubiera podido perdonarle si en vez de Zayn hubiera sido Harry. Las traiciones duelen demasiado, y más cuando son tus propios amigos quienes te traicionan.

-Hey, respira antes de seguir hablando -dijo acariando su hombro a modo de consuelo.

-E-es que... Lo-lo he fastidiado... Todo -titubeó él como respuesta-. Lo único que me queda es volverme a Irlanda. Ya na-nadie me quiere aquí...

-¿Hablas en serio?

-Sí... Ya he enviado la solicitud a la universidad de Dublín para transladarme allí el próximo curso. Tengo buenas notas, así que no creo que tenga problemas.

Louis miró a Niall apenado. Aquel grupo que tan unido parecía en en instituto se estaba desintegrando. Harry apenas tenía tiempo para estar con los chicos, el irlandés regresaría a su país, y Zayn y Liam probablemente no volverían a hablarse. Era triste ver aquello después de todos los buenos momentos que sabía que habían pasado juntos. Incluso él mismo se había sentido integrado por primera vez, pero nada dura para siempre.

-Sólo me queda una última cosa por hacer antes de irme -añadió Niall un poco más calmado-. Disculparme de nuevo con Liam y, con suerte, conseguir que le dé a zayn una última oportunidad para explicarse. Porque sé que, a pesar de todo, ambos se quieren. Y después desapareceré de sus vidas para no causarles más problemas.

Un nudo se formó en la garganta de Louis. Nunca le habían gustado las despedidas y aquella sería una difícil. Le había cogido demasiado cariño al bromista irlandés.

-Te vamos a echar de menos, Ni -afirmó tratando de no llorar-. ¿No hay nada que pueda hacer para que cambies de opinión?

-Lo siento, Louis, la decisión está tomada. Espero que al menos Harry, tú y los niños seáis felices. Yo también os voy a echar muchísimo de menos.

Louis le abrazó con fuerza deseando que al menos aquel deseo se cumpliera y fueran felices de una vez por todas. ¿Lo conseguirían?

----------------------------------

Hello lovely readers, feliz navidad!!

¿Me habíais echado de menos? Siento mucho lo que tardo en subir capítulos, pero mientras esté en el último curso será así. Necesito buenas notas para la universidad :S

Harry está siendo muy adorable con Louis... ¿Creéis de verdad que le estará engañando? ¿Conseguirá Niall unir Ziam de nuevo? ¿Qué será de él en Irlanda?

Gracias por todo y felices fiestas!! ^_^ Os quierooo xx







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