Proyecto: Navidad 2015 || ONE...

By ElCartelDeLarry

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En ésta Navidad 2015, convocamos a varias escritoras de fanfiction Larry Stylinson y juntas les entregamos es... More

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"Los logros de Louis" Por vicreggiani
| Last Christmas| by: __NiallsPlacebo

DEMONS - Por ukfunky

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By ElCartelDeLarry


Precauciones: Lenguaje vulgar, uso de la religión y asesinato.

Les deseo una agradable navidad y año nuevo para todos ustedes, gracias por todo:).

Autor: @ukfunky

Se recomienda discreción.

DEMONS

El reloj marcaba las diez de la noche, del veintitrés de diciembre de mil ochocientos noventa y cuatro, cuando aquellos zafiros verdosos se fijaron en las acciones de la persona más joven de una de las familias más poderosas de todo Londres.

Su mandíbula perfecta y la pequeña nariz que adornaba su rostro, llamó la total atención del desconocido, que comenzaba a atormentar toda la ciudad.

Aquel hombre grande y musculoso no podía quitar su mirada de él. La sonrisa que formaban sus labios al curvarse; las arrugas que se formaban en sus orbes al reír. Eran pequeñas cosas, pero que no podría pasar por alto.

Eso era lo que buscaba. Y él seria su próxima víctima.

No sabía cómo se acercaría sin que ninguna persona sospechase, pero el pequeño Louis estaba en su mira y no había nada que pudiera cambiar eso. Ni siquiera el mismo infierno, porque de ahí provenía aquel espeluznante hombre.

Sus grandes manos se posicionaron en la gran cruz que adornaba la catedral de la ciudad y con un grito desgarrador, arrancó aquel objeto y lo lanzó hacia una de las casas, donde vivía un joven que parecía no agradar a su Louis.

Estaba seguro que la muerte llegaría pronto por él, y mientras tanto, Styles decidió jugar con su alma. Mostrándole los lugares más escondidos del infierno. Los castigos más aterradores y los dolores más desgarradores que habían allí.

Nadie debía de hacer enojar a aquel muchacho de diecisiete años y ya casi dieciocho. Era de su propiedad, nadie tenía el honor de aunque sea rozar sus prendas, porque inmediatamente su extremidad se quemaría y caería inerte en el suelo. Así lo había decidido él.

Y era tiempo. Tiempo de llevarse lo que era suyo. Los dos vivirían totalmente felices mientras veían a los pecadores consumirse en las llamas frente a sus ojos. No les faltaría nada, Louis tendría todo lo que desease simplemente por ser de su total propiedad.

Styles pasó su pulgar por el grueso labio inferior y sonrió sin remediarlo. Faltaba tan poco. Después de esperar siglos, por fin Dios había mandado aquella persona que le prometió, le acompañaría por siempre.

Con bastante fluidez, el hombre levantó una de sus grandes manos al cielo y la cerró en puño, haciendo que inmediatamente comenzara a llover. Odiaba que las noches estuvieran tranquilas. Amaba ver bullicios, accidentes, muertes, pecadores.

Porque sabía que serían carne fresca para él, y pronto para aquel joven.

Miró el ruidoso reloj que había a un costado suyo y pudo distinguir que eran pasadas las dos de la madrugada. Louis hacía mucho tiempo se había ido a descansar, y él se quedó allí como una completa estatua, dándose cuenta de los pequeños policías que habían en la casa, donde había arrojado poco antes la cruz de la iglesia.

Observó los rostros, y con un chasqueo de dedos, hizo que cada uno de sus pecados se vieran reflejados es sus ojos, para después, quemar su corazón hasta el último respiro. Luego de eso, cayeron inertes al frío concreto.

Decidió bajar de aquella antigua construcción y con una sonrisa socarrona, sintió las gotas mojar los mechones de su cabello largo y castaño, como había decidido Dios que debía ser si deseaba habitar entre mortales.

Styles hubiera preferido algo mucho más corto, y que sus orbes desprendieran fuego, pero no era parte del trato. No serviría nada para cumplir con su próximo cometido.

Ya había acabado con una decena de personas lujuriosas, avariciosas y asesinas. Los había mandado al fondo de las penurias, donde ni siquiera un arcángel podría sacarles. Ni siquiera el mismísimo Dios.

El sol comenzó a salir y eso provocó un profundo gruñido en el hombre, que hizo temblar la ciudad a sus pies. Al sentir que más de la mitad de la población estaba alarmada y corrían buscando refugio, decidió detenerse, ya que no quería perder de vista al joven Louis.

Su vestimenta llamaba mucho la atención. Ese día era su cumpleaños. Styles no entendía cómo habían escogido el mismo día del nacimiento de Jesús para que fuera el del muchacho, pero tal vez solo significaba que desde siempre su futuro estaba con él.

Jesús estaba en el cielo y Louis prontamente en el infierno.

El abrigo comenzó a pesar en sus hombros, e inmediatamente su anatomía se alarmó al ver a uno de sus enemigos entablar conversación con su propiedad.

Apretó la mandíbula, haciendo que los perfectos dientes en su boca rechinaran al encontrarse y se dirigió hasta ellos con gesto altivo.

"Buenos días, caballeros" la voz gruesa y ronca que le adornaba, hizo que sonriera. Sin duda había escogido un timbre de voz demasiado perfecto.

El rostro de Louis se sonrojó y volteó a mirar a otro lugar que no fuera él, mientras se agachaba un poco y respondía su saludo.

"Harry, es bueno verte nuevamente" aquel caído rió con malicia, mientras apretaba fuertemente su mano, haciendo que esta crujiera sin ningún tipo de dolor.

"Eso mismo debo decirte." Los zafiros del susodicho brillaron e inconscientemente el otro personaje se alejó, con el miedo colándose en sus huesos.

"Hasta nunca, demonio." Susurró el moreno y se marchó sin mirar atrás.

"¿Te llamó demonio?" La suave voz del joven hizo volver a la realidad a Styles, que puso toda su atención en él, mientras arreglaba unas pocas cosas de su mente y corazón, para que le vieran de forma romántica, mientras asentía. "No lo puedo creer. Pareces ser un buen hombre."

"Lo seré para ti."

Las palabras se escaparon como lava entre sus manos y pasó una de ellas acomodando su cabello, mientras Louis seguía cada uno de sus pasos.

"Debo irme,"

"No lo creo necesario."

Louis negó levemente "Debo volver con mi madre. Es mi cumpleaños dieciocho, además de navidad y necesitamos tener todas las cosas en orden."

Styles afirmó con lentitud, dejando que su mirada vagara por el delgado cuerpo frente a él.

"Nos veremos luego y feliz último cumpleaños."

"¿Último?"

"En la tierra," sonrió con sorna y se alejó decidido a esperar unas horas más para poder terminar con la vida de ese pequeño muchacho.

El tiempo parecía no ayudarle y luego de dar algunas órdenes infernales, la noche dio comienzo de su macabro plan.

Cuando Harry pudo observar desde una esquina a Louis salir de su casa a botar algunos desperdicios al basurero más cercano, trató de moverse, pero una mano poderosa en su hombro se lo impidió.

"Deberás respetarle y espero sea todo lo que pediste. No te podemos dar mucho más." Esa voz la conocía como las cicatrices que adornaban su espalda. "Cuídale."

"Por supuesto." Contestó burlón y volvió a dirigirse con rapidez hacia el joven, que parecía ajeno a lo que estaba sucediendo a su alrededor.

El reloj marcaba las once y cincuenta de la noche, del veinticuatro de diciembre, cuando el demonio en persona se acercó a un pequeño y virginal muchacho.

Su mano atrapó la boca del pequeño y lo pegó a su pecho, para susurrarle algunas cosas:

"Bienvenido al infierno, cariño. Feliz navidad y feliz cumpleaños"

Louis soltó un grito ahogado y pataleó con fuerza tratando de librarse del desconocido, pero éste le llevó hasta los campos alejados del suburbio en pocos segundos.

La sorpresa en ese momento era mayor que el miedo y cuando aquel hombre le dejó libre para mirarle a la cara, sus labios se abrieron unos centímetros.

"Tú..." El muchacho balbuceó señalándole acusadoramente.

"No hagas eso." Gruñó Styles y pronto aquel dedo índice, se encontraba roto.

El joven lloró y gritó mientras el dolor consumía su existencia. Harry, se acercó y sonrió sacando una clase de arma puntiaguda y la enterró con fuerza en su pecho, haciendo una gran abertura de ahí, hasta el comienzo de su pelvis.

Inmediatamente, cayó al suelo inmóvil Louis. Su vista se fijó en la oscuridad de la noche y las campanas de la parroquia de la ciudad, anunciando que era navidad y su cumpleaños había acabado.

Como su vida.

Styles al ver los zafiros del castaño cerrarse, sonrió con autosuficiencia y continuó apuñalando su cuerpo y abriendo grandes heridas para que no pudieran salvarle.

Sacó su corazón y en la palma de su mano le vio derretirse por el fuego que allí se desprendía. Ya no habían impedimentos. Louis al fin era de su propiedad y podría refugiarse en las llamas del infierno junto a él.

"Bienvenido a casa." Harry musitó con el calor centellando en sus claros ojos. "Y feliz navidad también."



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