(Pasado)
Es nuestra quinta cita. Bueno si la puedes llamar así. Esta noche se celebra na fiesta de Halloween en mi instituto y decidí invitar a Sean.
Todavía no tuvimos nuestro primer beso a pesar de haber tenido oportunidades. En la segunda cita me llevo a patinar sobre hielo, la tercera al cine, la cuarta me llevo a una sesión de cine al antiguo al aire libre que vimos desde su lujoso BMW.
Podría haberme besado, podría haberle dejado pero quería que fuese especial. No va a ser mi primer beso pero siento que con Sean va ha significar mucho mas que un simple beso.
La gente esta empezando a llegar y espero ansiosa que Sean entre por la puerta.
Zombis, monstruos, vampiros y hombres lobo empiezan a hacer su aparición, todos y cada uno de ellos con poca ropa. ¿ Porque? El tema es Halloween sexy.
Así que estoy vestida de enfermera, una enfermera muy atrevida. Decidí pasarme un poco de mi línea se comodidad y usar algo digno de zorra pero puesto que todas las demás iban a llevar algo incluso menos decente, decidí que debo tentar también a mi hombre.
Mi hombre.
Suena bien, aunque no sea realmente mío. No me ha pedido salir claramente o besado.
Llevo una especie de vestido blanco de enfermera que apenas cubre bien mi trasero. Los primeros tres botones no se cierran dejando a la vista casi todo mi sujetador negro y mis pechos casi al aire. Llevo un par de bragas de encaje, medias sujetas a ella con ligas negras, y en los pies unos malditos tacones de diez centímetros también negros.
El pelo lo llevo suelto y en rizos domados y bien definidos, los ojos con tan solo rímel y pintalabios rojo puta.
Algunos chicos me miran de arriba abajo demasiado evidentes e intento no mostrarles el dedo medio.
La otra encargada de organizar esto y la culpable de que el tema tenga sexy en el es Lucia, que lleva apenas un sujetador y un supuesto pantalón negro corto, que yo creo que en realidad son bragas, unas botas altas de tacón aún más que los míos y orejas de conejo en la cabeza.
Su cara también parece la de un payaso con tanto maquillaje. Se dirige hacia mi decidida.
Toda la tarde estuvo alardeando de que su cita era muy caliente e iba ir de pirata sexy sin camiseta hasta que no aguante más y le solté que mi cita será mejor.
Ahora seguro viene a regodearse que su cita sin camiseta esta en algún lado ya borracho.
–Veo que estas sola ¿Dónde tu cita?–su sonrisa no puede ser mas falsa.
–Debe estar teniendo problemas para aparcar –digo fingiendo no darle importancia a que Sean aún no ha llegado.
–Seguro que te ha dejado plan... ¿Quién es ese? Vaya, esta buenísimo –me doy la vuelta y allí esta Sean.
En la entrada mirando hacia todos los lados aunque sin parecer preocupado.
Claramente destaca entre tanto adolescente poco vestido principalmente por dos cosas.
Una, no va disfrazado. Aunque los pantalones negros, la camiseta gris oscuro, la chaqueta negra de cuerpo y las botas moteras negras funcionan a la perfección atrayendo na atención de cualquier chica de esta sala.
Dos, destaca físicamente con su altura y su hermoso rostro.
Empiezo a andar hacia él deseando causarle la misma impresión.
Cuando nuestras miradas se encuentran sonríe aunque su cara rápidamente pasa a sería al observar como voy. Sus ojos me analizan de arriba abajo sin dejar ningún centímetro de mi piel expuesta sin analizar.
Su paso se acelera y en dos segundos esta delante de mí. Sus ojos marrones son aun mas oscuros y trago en seco cuando reconozco el hambre con el que me mira.
–Hola –quiero besarle, quiero mucho besarle. Le veo fruncir el ceño cuando me mira otra vez y no se que esta mal –¿Qué esta mal?
–Patito tu me quieres dar un ataque al corazón al vestirte así –su brazo instintivamente rodea mi cintura y me acerca a él. –Lo llego a saber y vengo antes para evitar que cada chico en esta habitación te éste comiendo con los ojos, solo yo puedo hacer eso.
Suspiro al darme cuenta de que en realidad le gusta mucho mi traje.
Sus labios están tan cerca y se que este es el momento para besarle. Milímetro a milímetro nos acercamos y no puedo evitar poner mis manos sobre sus brazos para apoyarme sintiendo sus fuertes músculos.
Sus ojos no dejan los míos incluso cuando lo único que tiene que hacer es bajar su boca a la mía. Un pequeño movimiento que me pone nerviosa de pies a cabeza.
–Juls presentarme a tu cita –grita Lucia detrás de mí.
Su sincronización no podía haber sido peor, me ha quitado mi mejor beso.
Gruño y puedo jurar que Sean se ríe suavemente mientras me doy la vuelta.
La vista de Lucia esta completamente en Sean pasando totalmente de mi. Cruza sus brazos sobre su pecho en un esfuerzo por hacer sus tetas parecer aun mas grandes.
–Sean esta es Lucia –el alivio me inunda cuando veo que no se acerca para darle dos besos, para disgusto de esta –Lucia este es mi novio Sean.
Su cara de incredulidad es épica pero también me doy cuenta de mi pequeña mentira.
El brazo de Sean me rodea a la vez que pega su pecho a mi espalda.
Su cuerpo se presiona contra el mío, y siento su erección. Presionada contra mi culo.
Es grande, muy grande y solo imaginarme lo que seria mi primera vez con el me parece increíble. Casi me da miedo hasta de que duela demasiado. Ser virgen apesta. Aunque probablemente Sean haga el sexo muy bueno, ya que parece todo un experto en eso.
Su boca acaricia mi oreja enviando escalofríos a través de mi columna, gracias a lo cual en un movimiento involuntario me froto contra él.
–Novio suena bien, aunque nunca me ha gustado esa palabra. Simplemente eres mía patito –sus palabras susurradas me excitan y tengo que apretar mis muslos para buscar un poco de alivio –Sé que has sentido lo duro que me pones y ni si quiera he tenido oportunidad de besarte.
Antes de que me de cuenta me da la vuelta y me besa.
Oh Dios mío.
Se siente tan bien, sus labios son tan buenos como pensé que serian e incluso más. Sus manos agarran mi cadera y me aprieta contra él haciéndome gemir en su boca cuando su erección se frota contra mi centro. Me besa tan duro y fuerte que mi cuerpo se deshace, su lengua se mueve dentro de mi boca y sé en ese segundo que estoy perdida.
Dejo que él tome el control siendo incapaz de hacer otra cosa que intentar seguir su ritmo. Es como el néctar, haciéndome más y más dependiente de sus besos. Labios suaves pero carnosos, boca ágil y sabor a menta va a ser mi vicio.
Estoy perdida y abromada por todo lo que siento con tan solo su beso, un poderoso beso, la anticipación de lo que será el sexo con el casi me provoca un orgasmo. Si hasta ahora no tenía muy claro eso de entregarme a alguien, con Sean sé que va a ser solo cuestión de tiempo.
Nos separamos cuando no nos queda más aire, aplausos estallando a nuestro alrededor junto a silbidos y junto a algunos gritos de cogeros una habitación, eso es hombre, ve a por ello.
–¿Hay algún sitio vacío por aquí? –pregunta con su voz entrecortada y respiración agitada.
Asiento y le cojo de la mano para ir a los vestuarios. Tengo una pequeña idea de lo que puede pasar entre nosotros si me dejo llevar y no se si estoy del todo lista.
Reconozco que con Sean no soy tímida pero hacerlo en los vestuarios de mi instituto no es algo que me haga mucha ilusión para una primera vez.
A lo mejor es muy pronto pero en cuanto me beso lo supe, sé que he caído y no hay vuelta atrás. Amo a Sean.
Estoy enamorada de él.
La música deja de ser tan fuerte cuando llegamos a los vestuarios. En cuanto cierro la puerta su boca esta contra la mía y sus manos por todo mi cuerpo. Una acaricia mi pierna haciendo que la suba hasta su cintura y luego que levante la otra también. Sus dedos juegan con el borde de mi vestido subiéndolo y bajándolo varios centímetros hasta que finalmente su mano acaricia mis nalgas por debajo de este y apartando del camino también mis bragas de encaje.
En ningún momento deja mi boca salvo para que ambos cojamos aire. Su otra mano esta en mi costado subiendo hasta encontrar el inicio de mi pecho, entonces se mueve a los botones abiertos que le dan fácil acceso.
Mientras sus manos me torturan yo acaricio sus fuertes brazos y empiezo a moverme contra su erección. Le quiero, nunca antes deseé a nadie tanto pero en este momento de pasión hasta podía renunciar a mis bragas.
Mierda, tengo que decirle.
–Sean... –susurro en un segundo de descanso que me concede su boca.
–Hmm... me estas matando patito, necesito sentirte –su mano esta a ponto de encontrar mi centro así que lo suelto.
–Soy virgen.
Deja de besarme para mirarme asombrado con sus hermosos ojos oscuros. No se mueve o se aparta espantado de echo se aprieta aun mas contra mi.
Estamos frente a frente, nariz contra nariz.
–Joder patito, ¿En serio? –pregunta y asiento moviendo mi nariz sobre la suya –Eso solo me hace querer probarte aún más. Saber que nadie ha tenido ningún trozo de ti me pone jodidamente feliz y excitado. No voy a presionarte para hacerlo esta noche pero si me vas a tener que dejar tocarte.
Lo dudo un momento puesto que estamos en un vestuario pero cuando veo el hambre y la lujuria en sus ojos son más que suficientes para hacerme asentir.
Feliz, nos lleva hasta donde están los bancos sentándose conmigo a horcajadas. Su boca ataca la mía inmediatamente y sus manos se mueven mas allá de la tela de mi sujetador. Cuando toca mi piel casi salto de su regazo pero su otra mano en mi cadera me mantiene firme.
Deja de besarme y me mira.
–¿Confías en mi patito? –su pregunta me toma por sorpresa pero asiento.
Porque si confío en él.
-Ponte de pie delante de mí -con mis piernas temblando salgo de su regazo y me situó delante suya.
Al principio no dice nada solo me mira de arriba abajo examinándome. Lentamente su maní se levanta hasta los botines superiores de mi vestido.
Desabrocha el primero, luego el que se encuentra por encima de mi ombligo, en ningún momento deja de mirarme a los ojos, el por encima de mi ropa interior dejando a la vista el encaje negro de mis bragas y por último el mas bajo de todos.
El vestido se abre pero no se cae todavía al suelo por la mangas cortas que tiene.
Por primera vez desde que empezó a desabotonar mi vestido quita la vista de la mía, para observar mi cuerpo.
Cada centímetro de mi piel expuesta es supervisada por Sean provocando mis hormonas y excitándome. No es el hecho de que me mire en ropa interior, es la forma en la que lo hace como si fuese la mujer más hermosa del mundo, como si estuviese solo yo en este mundo y nadie mas importase.
Me hace sentir especia y única.
-Eres hermosa patito -susurra antes de estirarse para besarme. Su cuerpo contra el mío me hipnotiza de forma que ni siquiera siento el frío que debería estar sintiendo al estar casi desnuda en el vestuario.
Pero no me estremezco por eso, sino por la mano de Sean en el borde de mis bragas. Se vuelve a sentar pero atrayéndome a mi entre sus piernas, su rostro a la altura de mi centro. La anticipación de lo que puede pasar me vuelve loca y estoy a punto de rogarle que haga algo cuando su mano se adentra en mis bragas.
Sus dos explorando la piel sensible de mi centro me hace casi saltar de mi piel. Sus dedos masajean suavemente mi clítoris y lo único que puedo hacer para no ceder mis piernas es agarrarme a sus fuertes brazos.
En este instante estoy literalmente en sus manos.
-Juls deja caer el vestido -algo en su voz medio mandona me excita aun más. Sin protestar quito las manos de sus brazos y dejo caer mi vestido de enfermera.
Uno de sus dedos se adentra sin aviso en mi interior y mis manos agarran sus brazos para no caerme. Con su otra mano baja lentamente mis bragas por mis piernas dejándole desnuda de cintura para abajo tan solo con unas medias. Su brazo me atrae sentándome encima suya sin quitar el dedo de mi interior.
Puedo oír la maldición de Sean pero no estoy consciente de lo que ha dicho solo de lo bien que se sienten sus dedos con la combinación de su firme pecho presionado contra mi.
-Joder patito estas tan mojada por mi -su dedo empieza a moverse en mi e inmediatamente estoy frotándome tanto contra su mano como contra su erección.
-Eso es, muévete como quieras – gimo cuando añade otro dedo en mi interior sintiéndome a punto de explotar.
No me importa estar clavándole mis uñas en el brazos porque necesito aferrarme a él. El va a dejar una marca permanente en mi aunque no sea física.
Su boca encuentra mi pezón y toda la presión que se ha acumulado en mi vientre me hace estallar. Sus dedos se mueve una ultima vez en mi interior antes de apretarse y llevarme al limite. Todo mi cuerpo siente la ola de calor y mis ojos se cierra apoyando mi frente en su hombro.
Después de unos segundo que necesito para recuperarme levanto la cabeza de su hombro para mírale.
Sus ojos parecen casi negros y su sonrisa radiante.
-Vaya – es todo lo que puedo decir antes de intentar levantarme de encima suya pero Sean me mantiene allí, con sus dedos todavía en mi interior.
-Este es uno de los mucho orgasmos que voy a darte y una pequeña demostración de lo que se siente el buen sexo -me besa antes de continuar -La próxima vez quiero que me mires mientras te vengas para poder disfrutar de lo hermosa que eres Juls. No se como otros te han dejado escapar pero yo no pienso hacerlo.
Este capitulo es más largo y espero que lo hayáis disfrutado.
Este es el primero del maratón.
La cosa estuvo caliente entre ellos.
¿Como sería lo más sexy que os disfrazaríais?
Yo lo sé, tendría que pensarlo bien jajajaja
Dejadme opiniones, comentarios y estrellitas,
Un abrazo,
Natalia