-La misma.-me dio una sonrisa. No hizo más que darme asco.
-¿Necesitas algo?-pregunte mientras sentía a dos personas detrás de mí.
-Si.-contesto con una sonrisa sarcástica, mientras yo dejaba mi rostro serio.- Que te alejes de Aaron.
Una enorme sonrisa se arrastró en mi rostro.
-¿Y por qué debería hacerlo?
-Porque tú no lo mereces.
-¿Y tú sí?-le pregunte.
-Yo por lo menos soy de la misma... clase.
¿Con esta ropa que traigo yo y la que tienes tú, te atreves a cuestionar mi clase social?
Rodé los ojos y me cruce de brazos.
-¿Qué mierda quieres Melanie?-pregunte cansada.
-Quiero arreglar un par de cuentas contigo... En parte por lo de la fiesta, y en parte para hacerte saber que Aaron es solo mío.- intentó hacerse la intimidante.
Una media sonrisa comenzó a crecer por mi rostro.
Me acerque lentamente hacia ella.
-Yo si quiero, puedo hacerte sufrir, puedo hacer que te rebajes y puedo hacer que supliques por tu asquerosa vida hasta que te tenga piedad, solo si quiero...-mi rostro era total seriedad. Al estar al frente de ella endurecí mi mirada.- Así que te dejas de mamadas y te quitas de mi puto camino.
-Yo no... no te tengo miedo.-tartamudeó y veía las gotas de sudor en su frente.
-Eso no parece, ahora muévete, o te moveré yo.
Eso pareció tentarle.
-Inténtalo.-me reto.
¿Intentarlo?
Di un paso hacia atrás, y con un movimiento quite la navaja de mi bolso y la clave en el estómago de uno de los tipos que me seguían y no me sorprendí al ver que eran los mismos tipos de la fiesta. Mire mejor sus rostros y note que eran amigos de Evan, y creo haberlos visto en alguna fiesta a la que fui con Aaron.
Uno de los otros chicos se abalanzo sobre mí y pillándome desprevenida me estampo un puñetazo sobre mi rostro e intento tomarme del brazo para atraerme a él, usando su propia fuerza lo derribe y le rompí el brazo, este dio un grito de dolor. El chico que había apuñalado, se prendió de mi vestido, desgarrándolo, con la otra pierna le di un fuerte patada en el rostro.
Es un vestido caro, imbécil.
Me gire a Melanie que me veía sorprendida.
-¿Querías arreglar cuentas? Arreglemos cuentas.- hice tronar mi cuello y me acerqué. Su amiguita se abalanzó sobre mí, le vi con intenciones de atacar mi cabello, cuando intento darme un puñetazo le esquive y le clave la navaja en la garganta y dando un giro le patee lejos de mí. Al dar la patada mi vestido se rasgó un poco más. Suspire y escuche como la puerta del auto se cerraba y vi a un chico bajar. Melanie se había quedado congelada en su lugar.
-¡¿Qué mierda es todo...?!-saque mi arma y le di un disparo limpio en el abdomen, este cayó al suelo y fui consiente el ruido.
Melanie salió corriendo hacia el auto, pero se torció el tobillo y no pudo levantarse, yo me acerque a ella y le patee, obligando a que se dé vuelta, intento tomarme del tobillo, pero le volví a patear y le clave la punta del tacón en el abdomen.
-No sé cuál fue el propósito de toda esta mierda tuya de un intento de chica mala, pero solo te pusiste en ridículo a ti pequeña zorra.-murmure con odio mientras clavaba otra vez la punta del tacón. Ella dio otro pequeño grito de dolor.- Y solo para que sepas, si planeo quedarme con Aaron porque...-sentí un agudo dolor en mi costado y note que me habían clavado una navaja. Gire rápidamente y le dispare dos veces en la cara al del brazo roto.
Melanie rio amargamente.
-Mírate, eres...-clave el tacón una vez más y esta vez sentí como le hacía daño.
-¿Vas a pedir piedad?-le gruñí clavando el tacón un poco más. Ella gimió.- Quiero que pidas piedad por tu maldita vida.
Ella parecía negarse a hacerlo, clave aún más el tacón.
-¡Pídeme piedad!
-Pie... piedad... por favor...-veía sus lágrimas caer. Una sonrisa se deslizo en mis labios y fui consciente de lo asustada que estaba.
-Yo no tengo piedad.
Le di un disparo en el medio de la cien.
Me encamine hacia los otros cuerpos y les dispare.
El costado me dolía demasiado y sentía la sangre correr. Me aleje de allí caminando tan rápido como podía con la herida en mi costado. Respirar me dolía, al igual que dar un paso más.
Mire a mí alrededor y casi llore por no saber dónde estaba.
Encendí mi móvil e intente llamar a los chicos, pero todos tenían apagados sus móviles.
Mierda...
Mire la hora en el móvil.
00:45
Y casi ya no me quedaba batería.
Solo me queda una opción y no me gusta para nada.
POV's Aaron
Le di una pequeña sonrisa a Miranda. Era nuestra tercera cita ya y puedo decir que era una chica muy simpática. Con rasgos orientales, cabello oscuro por debajo de los hombros, piel blanca y no muy alta. Era muy bonita y me lamentaba increíblemente por no prestar atención a lo que me decía. Sonreía y comentaba cosas sin coherencia, pero para ella estaba bien.
Solo pensaba en ella, en ella y en ella.
No me la sacaba de la cabeza, pero me repetía constantemente a mí mismo que era un tema que no valía la pena, porque además ella ya tenía a alguien.
-Me ha llegado un mensaje de mi compañera de cuarto.-dijo de repente viendo su móvil.- Dijo que se fue del departamento.-dijo mientras arrugaba el entrecejo cosa que no le favorecía mucho, pero no lo comentaba.
-¿Quieres ir para allá?-le pregunté, intentando simular que me importaba.
-Debo ir... Ha dejado al gato solo...
-Oh, claro...-dije mientras me levantaba de la mesa y salíamos del restaurante.
Casi cinco minutos después ya estábamos en la puerta de su departamento y ella me sonreía coquetamente.
-Me divertí esta noche. Fue una gran cita.- Mentira, fue un asco.-Lamento que tengamos que dejar el restaurante tan temprano.-dijo haciendo una mueca.
-No, no hay problema.-conteste despreocupado.- Entiendo que debes cuidar el departamento, por la zona y esas cosas...-dije mientras metía las manos en mis bolsillos.
-Pero ya estamos aquí y podríamos... beber algo dentro.-dijo un poco más despacio y con una sonrisa en los labios.
Eso suena interesante...
-Seguro.-conteste con una sonrisa. Entramos en el edificio y a punto de subir las escaleras se escuchan unos disparos a bastante distancia de donde nos encontrábamos, pero bien sé que son disparos. Miranda se estremeció.
-Es lo que más odio de la zona.-volteó a donde estaba. –Debo ver si llego el correo y subimos.-apunto a donde estaban unos buzones, le asentí y ella dio media vuelta.
Mire la recepción del edificio y casi fui a sentarme en el sofá que estaba allí, pero el sonido de mi teléfono me lo impidió.
Al mirar el identificador de llamadas me sorprendí enormemente.
¿Emma?
****
Recorría como loco las calles mientras intentaba no ir muy deprisa para no perderme ningún detalle. Sentía mi pulso muy fuerte. Se escuchaba mal y cansada.
Mierda, a veces me preguntó cuándo acabara por sacarme canas verdes esa chica.
Miraba de lado a lado, hasta que mire hacia adelante y vi una figura de una chica recostada sobre una pared, estaba medio inclinada y se abrazaba a sí misma.
Acelere y en tres segundos ya estaba frente a ella. Era ella.
Me baje rápidamente del carro y fui donde ella. Emma levanto rápidamente el arma.
-No te atrevas a tocarme.-dijo con voz casi débil-No soy puta así que...
-Oye fiera, baja el arma.-le dije, su cuerpo se relajó notablemente y se inclinó hacia adelante, reaccione rápido tomándole de la cintura, su cuerpo se sentía liviano y... ¿mojado?
-¿Emma...?-mire mi mano izquierda y note que era sangre.- ¡Mierda Emma!- casi sin tocar su herida le tome en brazos y note que sus parpados se cerraban.- ¡Emma no te duermas, maldita sea! ¡Mantén los ojos abiertos!
-Pero estoy... cansada.-dijo en un susurro.
-Cariño, debes permanecer despierta, ¿Okay?-dije mientras le depositaba con cuidado en el asiento delantero y le abrochaba el cinturón con sumo cuidado.
-Okay...-asintió y miro al frente, cerré la puerta y rodee el carro y me adentre en el carro y mientras le recordaba a Emma que se mantuviera despierta, ella cada vez parecía más ajena a todo.
-Mierda, mierda, mierda.-murmuraba continuamente mientras le veía de reojo y a minutos le hablaba más fuerte a Emma.
Cuando llegamos al hospital, le cargue en brazos y corrí dentro de la sala de emergencias.
-¡Necesito ayuda, por favor!-grite, llamando la atención de varios enfermeros que corrieron hacia mí.
-¡Una camilla, rápido!-grito uno de ellos-¡Llamen al doctor!
-¿Qué le ha pasado?-preguntó otro de ellos mientras la depositaban en la camilla y veía la sangre en mi ropa y mano.
Mierda Aaron, invéntate algo, rápido.
-Trataron de robarnos... y la apuñalaron.-dije rápido, la desesperación debió ser notable en mi rostro pues asintió y comenzaron a correr en una sala en la que no me permitían ingresar, solo dijeron que me quedara allí. Pensé en llamar a los chicos, pero recordé que me había quedado sin batería y que no conocía los números, así que opte por sentarme en una de las sillas y esperar a tener noticias.
Oh, Emma logras hacer que me preocupe hasta la médula.