Siempre me consideré a mi misma, una chica fuerte, capaz de superar los retos que la vida me colocaba, pero eso sólo era una imagen falsa qué veía todos los días para poder fingir qué soy ese tipo de persona. Sufriendo desde muy pequeña abusos que no pude evitar, siendo débil, frágil, demasiado buena con todos, sin poder negarme a alguien que necesitaría ayuda aunque me hayan pisoteado mil veces, aunque me hayan lastimado más con palabras que con golpes que se borrarían de mi cuerpo al pasar el tiempo; creí por un momento que había cambiado ese tipo de perspectiva, qué gracias a Hiro era una persona nueva, feliz, él fue mi luz cuándo creía que todo estaba oscuro. Me agradece antes de irse a dormir que lo haya revivido, salvarlo de su sufrimiento, que yo, una simple chica de 15 años lo haya visto en su pena, que lo apoyará y qué desafiara a esas leyes de la ciencia con tal de traerlo de vuelta al mundo de los vivos, pero siempre se lo negaba, él era quién me había salvado a mí.
Los grandes héroes, los defensores de San Fransokyo, enfrentando cualquier peligro, cualquier enemigo, sin temerle a nada. Esos ideales que Hiro se mentalizaba eran admirables, envidiaba su capacidad de poder ver las cosas de otro ángulo, de no ahogarse en un vaso de agua, de seguir adelante a pesar de tus derrumbes, levantarte, caminar hacía el futuro y dejar el pasado atrás, yo no era lo suficientemente positiva como para hacerlo. Ahora él quería protegerme de todo, dejandome al cuidado de tía Cass o Baymax, siempre trataba de evitar qué fuera con ellos a algún tipo de misión o rescate, yo era la única que se quedaba en casa, viendo desde la televisión como eran unos héroes. Muchas veces le pedí a Hiro que me hiciera un traje, no importaba qué poderes tuviera, pero lo quería, quería ayudar, pero su lema era "Solo te quiero a salvo." arriesgando su vida por mí.
GoGo y Honey, las heroínas del equipo, las qué siempre caminaban adelante y miraban todo bien, mientras yo tenía que ver desde atrás, a lo lejos, sin ningún crédito. Llena de inseguridades, de miedos, temores, debilidades qué parecían infinitas, tal vez lo de ser héroe no era lo mío, sino ser la inútil que siempre rescatan. La diferencia es qué de pequeña nadie me rescataba del malvado dragón qué me mantenía encerrada en una habitación de la maldita torre más alta, ahora lo tenía a él. Hiro Hamada, ¿dónde estaría yo de no ser por tí? Cerré mis ojos y me imaginé su rostro, me lo imaginé sonriéndome, con esa carita tan tierna qué el tenía, lo extrañaba, lo peor era qué tal vez no me encontraría, y si eso no pasaba, no podría advertirle el peligro que corría.
Con mis manos y las piernas atadas, la boca vendada, no lograría hacer mucho. Abrí mis ojos y vi a las chicas en la misma situación que yo, sólo qué estaban situadas en un rincón. Una casa abandonada, pensé yo, era deplorable, madera mala, puertas oxidadas, olía a algo podrido, no podía identificar qué. En el piso estaban unos colchones, en medio de todo lo demás estaba una mesa, en buen estado, dónde habían puesto los teléfonos celulares de las 3. Gogo movío su cabeza de lado a lado hasta que por fin la venda de su boca se cayó.
-¿Dónde estamos? -Dijo tratando de soltarse las sogas.-
Honey y yo hicimos lo mismo que Gogo y pudimos quitarnos las vendas de la boca. En eso hablé.
-Es una casa abandonada. -Me fijé en las heridas que ellas tenían en su cuerpo.- ¿Se encuentran bien?
-Si, aunque tengo algunos cristales impregnados, pero nada grave. -Respondió Gogo.-
-¿Alguna idea de como salir de aquí? -Honey examinaba el lugar con su mirada.-
-No, pero mi duda es ¿como acabamos aquí?
-Eh. . .
-¿Sabes lo qué pasó? -Exclamó Honey.-
-Si, y no. -Dije tratando de cambiar de tema.-
-____ explica esto, ahora. -Dijo Gogo en tono molesto.-
-¡Es qué si digo algo, Hiro morirá! -Bajé la cabeza, evitando las miradas de Gogo y Honey.-
-¡Y si no dices nada, moriremos todos! -Sentenció Gogo.-
Tragué sáliva, tenía toda la razón, además podía ser complice por guardar un secreto tan importante como ese. Iba a abrir mi boca para decir toda la verdad, pero alguien entró, era Shawn.
-¡Asi qué fuiste tú quién nos trajó aqui! -Gogo se exaltó y trataba de levantarse.- ¡Apenas nos conoces, imbécil! -Sip, estaba perdiendo la cordura.-
Shawn se acomodo la camisa y caminó hacía Honey, la tomó de la barbilla, obligandóla a mirarlo. Ella no se inmutó, se quedó inmovil, sin resistirse.
-Qué bella eres, Honey Lemon. -La rubia sólo ignoraba sus palabras.- Tadashi fue un tipo muy suertudo al tenerte como novia.
-¿Cómo sabes. . . ? -Shawn le dedicó una sonrisa tétrica.-
-Tengo mis contactos, preciosa.
-¿Qué clase de contactos? -Ahora Shawn se acercó a Gogo, pero no le hizo nada.-
-De esos qué valen la pena.
-¿Por qué haces esto, Shawn? Tú no eras así cuándo te conocí, yo. . . yo. . .
No me respondió, siguió de largo hasta la mesa, dónde cogió mi teléfono y marcó el número de Hiro. Empezaba a repicar, asi qué lo puso en altavoz.
-¿HOLA? ¿____? -Contestó él, se oía desesperado.- ¿Dónde estás, ____? ¡Contestame!
-¡Hiro, Hiro ayudanos! ¡Activa el rastreador de Baymax! -Alcé mi voz para qué logrará escucharme, pero Shawn colgó.-
-Mal hecho. -Tiró mi teléfono al suelo, haciendo que se rompiera.- Tu primer error.
El eco de unos disparos me hicieron reaccionar, provenían de afuera, un poco más lejos de ahí. Levanté la vista y pude ver desde la ventana el ambiente dónde estabamos, tipo rural.
-Tu segundo error fue haberte enamorado de ese tal Hamada. -Sacó una pistola de su bolsillo y le disparó a unos escombros.-
Las chicas y yo estabamos asustadas, ¿planeaba matarnos? Me entró pánico, ¿tan rápido iban a acabar nuestras vidas? No, no. Gogo me llamó haciendo un "pst" y me hizo unas señas con sus ojos, ella miraba un cuchillo que estaba al lado mío. Entendí su idea y me deslicé por el suelo con cuidado temiendo de qué se diera cuenta de lo que intentabamos hacer, en eso Shawn me apuntó con la pistola, ya yo tenía el cuchillo en mis manos, para poder desatarme.
-Tu último error, fue revivirlo.
A solo unos segundos de presionar el gatillo, me lancé hacía él y lo tome de los hombros ya con mis manos liberadas, y lo tumbé al suelo, dejo caer su pistola y yo lo ahorcaba, con tal de que quedará insconciente por un rato. Honey y Gogo se pudieron desprender de las sogas y se levantaron para ayudarme, pero yo no quería, sino que seguía ahorcando a mi ex qué ahora volvía para torturarme. La puerta volvió a abrirse, yo me detuve al escuchar una voz conocida.
-Hola hija.
Sin darme tiempo de moverme, mi PADRE me disparó en la espalda, yo me coloqué una mano en la boca para no escupir la sangre que se venía. Oí a Honey gritar desesperada y a Gogo maldiciendo a mi padre. Yo cerré nuevamente mis ojos, ya sin poder sentir nada.
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Le pedí a Baymax que activará su rastreador para que localizará a ____, tenía toda su información registrada en su chip, volabamos a toda velocidad por los cielos de San Fransokyo, nos fuimos acercando a una casa abandonada dónde a según Baymax ellas estaban ahí, muy malheridas. Aterrizamos forzosamente y nos apresuramos para entrar a la casa pero paré en seco al ver a ese hombre parado en la puerta con pistola en mano.
-Hola Hamada. -Giró la cabeza y me vio.- Tiempo sin verte.
Pero nada me dio más dolor, que ver a ______ en el suelo desangrandose. ¿Le había disparado a su propia hija?.
Y el corazón tucun, tucun, tucun.
Y las balas, pacam, pacam, pacam.
Y el corazón tucun, tucun, tucun.
Y las balas, pacam, pacam, pacam.
-¡______!
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El fragmento de "y el corazón..." es de una canción de canserbero, no sé, creí que seria apropiado, pero no puse la canción de fondo xD solo un fragmento, por si la quieren escuchar se llama "ÉPICO" En fin aqui les dejo otro capi de está confusa historia y el mal intento de una segunda temporada uwu nos leemos.
"Amar a Hiro Hamada deberia ser una religión"