Salimos de mi casa y nos dirigimos hacia su lujoso y verdaderamente hermoso deportivo. Como todo un caballero, me abrió la puerta, y después a Delten. Entró al auto y nos dirigimos al centro.
En el centro.
Bien, ¿a donde quieren ir? -Dijo el, mientras se colocaba la chaqueta.
Fernando era realmente guapísimo, con barba, una bella sonrisa, unos ojos grises preciosos y un cabello café claro.
Lamentablemente era soltero, pues su mejor amiga, ósea yo, era la enemiga de la mayoría de las chicas, no entiendo por que me odian, pero bueno. Creo que el afecto que el me tenía era tanto, como para mandar a volar a todas las chicas que querían con el, pero no podían establecer una amistad conmigo.
Nos dirigimos a una cafetería, y ordenamos.
¿Que van a pedir? -Dijo el amable mesero.
Yo pediré un Frappe Late. -Dijo Fernando.
Yo quiero... igual un Frappe Late, por favor. -Dijo Delten.
Y yo, un Frappe de oreo, por favor. -Le dediqué una cálida sonrisa al mesero.
Nos trajeron nuestros Frappes, y comenzamos a charlar mientras nos tomábamos poco a poco los Frappes.
Cuando terminamos, mi querido mejor amigo pagó la cuenta. Nos montamos a su auto, y nos dirigimos hacia una zapatería.
Comenzamos a ver las hermosas zapatillas.
¿Ya tienes Zapatillas para tu fiesta de quince, Chaparra? -Pregunto el.
¡Es verdad! -Respondí algo sorprendida. -Aún no las tengo.
Pues escoge las que más te gusten, yo te las regalo. -Sonrió y me guiño el ojo.
Quisiera tener un mejor amigo como el tuyo. -Susurró a mi oído, Lissa.
Yo sólo la mire, y le sonreí.
¿Has encontrado algunas que te gusten? -Pregunto el.
Aún no, es que todas son hermosas, pero ninguna combina con mi vestido. -Respondí.
¡Mira! -Señaló Lissa. -Haya hay unas zapatillas doradas, de plataforma, están divinas, y creo que le quedarían bien a tu vestido. -Sonrió.
Lissa tiene razón, además, en ti se verán aún más hermosas. -Respondió el.