Este cap. es largo... porque es el final...
Caminaba por la biblioteca en busca de más libros, estaba copado de exámenes, la universidad era algo duro. Tenía unos siete libros en mi regazo y caminaba con dificultad para llegar al puesto de la bibliotecaria, que por cierto estaba vacío, quizá tendría que esperar a que volviera.
— ¿Necesitas ayuda? Oh...
—Si, porf...
Y te vi.
Estabas radiante, tu cabello estaba... corto.
Tu piel, tus facciones todo tal y cual como eran antes, pero en mejor estado, te veías tan hermosa, no llevabas trenza, dudo que alcanzara una.
Mi corazón dejo de latir en los primeros diez segundos en los cales solo nos observamos. Los libros cayeron al piso, nos agachamos para recógelos pero nos dimos un cabezazo soltando un ouch, mis manos temblaban y solo te observaba mientras tenías la cabeza baja y una sonrisita salía de tus labios. Coloque mis manos sobre tus manos impidiendo que siquiera apilando los libros y tragaste saliva.
—Hola. —pronuncie suave.
—Hola West. —Tu voz estaba grave por el desuso y tiritona a la vez, pensé que comenzarías a llorar por el nudo en la garganta.
No logramos decir nada más, apilamos los libros y los llevamos al mostrador yo detrás de ti.
— ¿A nombre de quien los anoto?
—Eso lo sabes.
—West, ya ¿Qué haces aquí?
—Necesito libros para la universidad es una biblioteca...
— ¿Universidad?
— ¿Tu qué haces aquí?
—Trabajare aquí... pero estudio a veinte minutos, esto es...
— ¿Me dices que estuvimos en la misma ciudad por cinco meses y yo no sabía ni nunca nos topamos?
—Creo.
Solo el mostrador impedía que te besara porque en el momento que te vi todo lo que sentía por ti vino de golpe e hiso que una mezcla de emociones se instalaran en mi estómago... mariposas le dicen.
— ¡Deby, ya acabo tu turno, nos vemos mañana!
—Está bien Chloe. —Tomaste tu abrigo y unos libros... olvidaba tu pasión por leer, no me sorprendía que decidieras trabajar en una biblioteca.
—Deby...
—¡Por Dios! ¿Qué West?
—No quiero que te vallas otra vez.
—Lo siento West.
Te fuiste.
Al llegar a casa me di cuenta que olvide los libros en la biblioteca y no podría estudiar hasta la mañana siguiente, me auto engañe que eso estaba bien y me puse a pensar en ti.
Tenía tantas cosas que decirte, pero en el momento no te dije nada.
Solo sabía que te seguía queriendo, y mucho.
"Buenas noches hijo, duerme bien" Recibí de mi madre.
"Hoy vi a Deby."
"Te quiero, buenas noches, ma"
Deje el móvil en la mesa de noche y aunque vibro varias veces no quise atender, lo único que sabía es que no se quedaría así.
****
—Hola Deby.
—West, no, no me busques por favor.
—Solo quiero mis libros.
No respondiste y comenzaste a teclear algo en la computadora, saque dos libros de la mochila para devolverlos, el primero lo miraste de reojo.
—¿Qué haces con un libro infantil?
—No es cualquier libro infantil.
Era aquel libro que una vez estabas leyendo en la biblioteca, aquel que tu madre te leía. Tu expresión cambio a nostálgica.
—No pertenece a esta biblioteca.
—Porque es para ti, un regalo.
—West...
—Dentro del libro hay algo que yo escribí, ahora me tengo que ir, tengo examen, Deby... te quiero. —Me apoye sobre el mostrador para estampar un corto beso en su mejilla.
****
—Hola Deby...
—Hola.
—Solo estos tres hoy.
—¿Te das cuenta que se han cambiado los papeles?
—Si, eso veo.
—West...
— ¿Si?
—Leí tu carta.
—Me alegro, ¿Te invito a tu café después de tu turno?
—Que sea una hamburguesa.
—Esa es mi chica.
****
—Me gusta tu cabello. —Te dije mientras arrancaba el pasto a mi costado, estábamos mirando el cielo acostado en el césped del parque.
—Es más fácil para peinarlo.
—Te ves linda.
—Tú igual.
—Lo sé. —Reímos.
—West, lo siento, por irme, por nunca darme cuenta de que me querías, por ser una carga.
—Nunca fuiste una carga.
—Tenía miedo, sin mi consejero, mi papa, me sentía desprotegida ante el mundo, no quería llevarte conmigo hacia esa confusión... perdón.
Nos abrazamos un rato hasta que mi camisa se humedeció, seque la última lagrima, y nos separamos.
— ¿Qué estas estudiando? —Te pregunte.
—Psicología, pero es soy un asco, el próximo año comenzare otra cosa, quizá algo con artes o con escribir, las personas a veces no necesitan un psicólogo, sino un buen amigo, como tú.
— ¿Me estas dejando en la Friendzone de nuevo? —Pregunte divertido. Reíste y negabas.
—Al diablo. — Recibí un tierno beso de tu parte sobre mis labios, tome tu rostro con mis manos para profundizar el beso hasta que tu celular vibro.
—Oh, es mi compañera de cuarto. —Dijiste mientras te escondías tras los mechones de cabello para ocultar el sonrojo. —Puede esperar. —Te sorprendí con otro beso. Luego de abrazarnos por enésima vez nos despedimos y cada uno se fue por su camino.
"Buenas noches princesa"
"Buenas noches West, lástima que no te puedes colar en mi habitación ahora"
"Te quiero Deby"
"Yo también West"
Falta el epilogo, ay, La trenza esta terminando ¿que va a ser de mi vida? jejejj
Con mucho amor, Keila.