3-Matrimonio Obligado (+18)

By FamiliaGotti

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No se permite el uso de los personajes ni de la trama sin mi permiso. Rory Gotti más conocido como Zeus se ve... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Nuevos personajes
Capítulo 13
Epílogo
ayudaaaa

Capítulo 12

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By FamiliaGotti


(POV AZAHARA)

Cuando llegué a España le expliqué a mis padres lo que había pasado y me apoyaron bastante debido a lo que decían las normas. Cuando subí hacia mi habitación ya que estaba agotada por las emociones. Necesitaba llorar de verdad, esto era peor que el otro día cuando tirotearon la habitación.

Me dirigía a lo largo del pasillo para llegar a la puerta de mi habitación cuando de la suya salió mi hermana. Me miró de arriba a abajo extrañada de que me encontrase allí, pero cuando llego de nuevo a mis ojos me sonrió burlonamente.

—Vaya. Habéis durado más de lo que me esperaba. ¿Qué tal llevas todo eso de las infidelidades? —Esto era lo último que necesitaba.

Saqué de mis botas altas una navaja y empujé a mi hermana contra la pared.

—Eres una zorra barata y no mereces que pierda mi tiempo contigo. Mentirosa, no entiendo cómo pudiste acusar a ese chico y ¿cómo te sientes al ser la madre de un niño muerto? Al que tú mismo decidiste matar. Si vuelves a dirigirme la palabra, será la última vez que lo hagas créeme.

Le dije mientras tenia la navaja presionando levemente en su cuello. Estar con los Gotti me había hecho más agresiva. Tragó saliva asustada y afectada por lo que había dicho sobre su aborto.

Entré en mi habitación. Cuando estuve tranquila me di cuenta de que el dolor era tanto que no me permitía llorar. Me levanté y me dirigí al escritorio que tenía cuando hacia deberes y estudiaba y comencé a redactar mi divorcio con ayuda de un abogado que teníamos en la familia al que había llamado.

Y aquí estaba dos semanas después de mi huida de Italia. Me sentía frustrada porque no se había dignado a llamar a preguntar por mí. Maldito fuese Zeus Gotti. ¿Habría firmado ya el divorcio? Pues claro que si estúpida, solo faltaba un mes para que hiciese el año de nuestro matrimonio seguro que estaba deseando que nuestro "negocio" llegase a su fin solo para poder volver con ella.

Estos días estaba especialmente sensible y enfadada, y luego lloraba y así sucesivamente. Y para colmo no me bajaba la regla, me estaba temiendo lo peor por lo que furtivamente me dirigí a un médico de una clínica privada.

Tras realizarme unas pruebas los resultados dijeron lo que más temía. Estaba embarazada de Zeus Gotti. En un principio me alegré, pero ahora me daba cuenta de que era horrible. Estaba sola, embarazada y a mis padres la noticia no les alegraría en lo más mínimos.

Cuando llegué a casa me encerré en mi habitación y comencé a gritar de frustración y tirando todos los ojos que se pudiesen romper al suelo con fuerza y rabia. Gritaba improperios contra Zeus. Parecía una loca.

En el momento en el que estaba a punto de tirara otro jarrón alguien me cogió por los brazos desde atrás consiguiendo levantarme del suelo.

—Azahara dejá de patalear como si tuvieras 5 años —Esa voz, esos brazos, ese olor. Era él.

Solté un codazo hacia atrás propinándole un duro golpe en la cara haciendo que me soltase. Lo miré con todo el odio del mundo y mirándolo a los ojos comencé a darle puñetazos en el pecho que obviamente no le estaban haciendo ningún daño. Me cogió las manos cuando se cansó y yo me eché a llorar mientras él me abrazaba fuertemente.

—Tenemos que hablar cara. —Dijo cuando me calmé.

—No tengo nada que hablar contigo vete con esa puta. —Comencé a insultarle a él y a ella sin dejarle explicarse. — ¡Todo es culpa tuya! —grité acordándome del embarazo.

— ¡Basta ya! —me quedé pálida con el grito que dio. —No me he acostado con ninguna desde que nos casamos. Porque soy incapaz de desear a nadie como a ti, porque te amo.

No daba crédito a sus palabras y me sorprendió saber que solo necesitaba que me dijese eso. Sin darme tiempo a reaccionar me besó en los labios apasionadamente y me llevó de espaldas a la cama. Cuando me dejó caer en ella comenzó a besarme el cuello con ansias.

—Zeus, espera. —Dije empujándolo levemente con mis manos en su pecho. El se separó un poco de mí y me miró extrañado. —Mis padres están abajo.

—Te dese amore y sé que tu a mi también. Olvídate de todo —Dije rozándose contra mi obviamente para distraerme de todo. Y lo consiguió.

Está vez todo fue más rápido, más intenso, más fuerte, más fuerte. Más todo. Cuando Zeus llegó al orgasmo cayó encima de mi aplastándome, pero me gustaba sentir su peso sobre mi cuerpo. Lo abracé fuertemente temiendo que si no lo hacía se fuese en cualquier momento.

­­—Te he echado de menos —Me dijo.

—Y yo a ti —dije y seguidamente le di un beso en la sien. — ¿Eso qué has dicho es verdad?

—Claro que sí y ahora en cuanto nos vistamos te lo voy a demostrar.

—Zeus... he roto tu camisa. —y era verdad, la camisa estaba con todos los botones arrancados debido a mi impaciencia.

—No pasa nada ahora cojo otra. —No me había dado cuenta de que había dejado allí su maleta cuando había llegado. La abrió y sacó una camisa. —Vamos.

Cuando bajamos (de la mano) abajo estaban mis padres esperando junto a mi hermana y mi hermano. A mi padre se le veía enfadado por algo y cuando llegamos a su lado nos hizo saber por qué.

—No quiero ni pensar lo que habéis hecho allí arriba.

—Todo lo que un hombre y su esposa tienen el derecho de hacer y más cuando ha habido una pelea.

—No durante mucho tiempo, mi hermana te ha pedido el divorcio. —Ese fue mi hermano.

—Todo ha sido un malentendido. ¿No es así Marta? —Todos nos giramos hacia ella mirándola tras las palabras de Zeus. Marta comenzó a mirar nerviosa a unos y a otros sin saber a qué venía esto.

— ¿Yo? Yo no sé nada de vuestros problemas matrimoniales. —Era tan mentirosa...

—Creo que le dijiste a mi esposa que me había acostado contigo.

— ¿Yo? —ella me miró como reprochándome que hubiese mentido. Qué buena actriz... —Pensé que todo había sido por una tal Angelic.

—Eso ya está resuelto, ella está muerta y en el estómago de mis perros. Todo fue un verdadero malentendido que ya le explicaré a quien debo explicárselo. Y ahora quiero que repitas lo que le dijiste a Azahara.

(POV ZEUS)

Todos seguíamos mirándola, pero yo puse esa mirada intimidatoria tan característica de cualquier Gotti que finalmente se rindió.

—Dije que... en vuestra noche de bodas... estuviste conmigo. Pero era mentira. —mi suegra contuvo la respiración.

—Bueno fue una broma de hermanas —dijo su padre restándole importancia... maldito señor.

— ¿Cuántas veces te me insinuaste? —le volví a preguntar. Ella estaba cada vez más pálida y era incapaz de mirar a sus padres. Al ver que no contestaba volví ha hablar. —No me gusta que ignoren mis preguntas.

—Tres o cuatro.

—Si mal no recuerdo la primera vez fue bajo este mismo techo y apareciste desnuda en mi habitación.

— ¡Marta! —gritó mi cuñado.

—Yo... lo siento es que estoy enamorada de él. —Todos se quedaron sin palabras.

— ¿Ah sí? —Dijo esta vez Azahara. Era preciosa. —También estarías del profesor del internado y de todos con los que te has acostado sin que papá y mamá lo sepan. Y del sirviente al que mataron y del que te quedaste embarazada que obviamente no te violó.

— ¡Cállate! —pero antes de que Marta acabase la palabra su padre le había estampado la mano en la mejilla. Se lo tenía merecido una mujer que perteneciese al negocio no podía hacer estas cosas. Siendo duro yo también lo haría.

—No eres digna de esta familia. Si tu abuela viviese la habrías matado de un disgusto... Yo no te he educado así y mucho menos tu madre.

—Mamá, ¿estás bien? —Dijo el hermano de Aza para que seguidamente su madre cayese al suelo en redondo.

Los tres hermanos gritaron un "mamá". Tuvieron que llamar al doctor para que fuese a revisarla y cuando se dio cuenta de que estaba peor de lo que pensaban se la tuvieron que llevar al hospital de urgencia. El doctor nos dijo que tenía un micro infarto y debía estar allí unos días ingresada.

Durante esos días estuvimos en España aunque yo continuamente tenía que llamar a mis hermanos para ver que tal seguía todo.

El segundo día que estuvimos allí le expliqué a Azahara todo lo que había pasado con Angelic desde el principio, las notas, el tiroteo y hasta el momento en el que ella la vio en el despacho. También le conté toda la historia con Angelic y mi hermano y bueno... Tony la había hecho investigar ahora que estaba todo más tranquilo y descubrió que la habían echado de la DEA, por posesión de droga.

En cuanto a mi esposa la notaba cansada de verdad, se pasaba todo el día durmiendo cuando no estaba con su madre. Lo estaba pasando mal y lo sabía. Su padre no me caía bien, pero mi suegra y el hermano de Aza sí. Tenía ganas ya de que le cediese el puesto a su hijo y ahí podríamos comenzar a hablar de negocios productivos.

—Estás muy cansada últimamente. —ella asintió distraída. —En cuanto pueda nos iremos de Luna de Miel y así podrás descansar... si te dejo claro. —la miré provocativamente.

—Lo estoy deseando. Aunque una Luna de Miel un poco atrasada, ¿no crees?

— ¿A dónde quieres ir?

—A... no sé. La geografía nunca se me dio bien la verdad.

—Tengo una casa de vacaciones en Ibiza si quieres ir. —Ella me miró radiante.

—Oh si claro, es lo que sueña toda chica española al cumplir la mayoría de edad.

—Pues allí será. Claro si me prometes que no ligaras con ningún inglés.

—Te tengo a ti. ¿De verdad crees que te cambiaría por la plebe?

Sonreí divertido, espero que no.

Fueron unos días geniales durante las dos semanas que estuvimos en Ibiza, aunque en vez de ir a las discotecas nos dedicábamos a dar paseos por la playa totalmente relajados. Parecía que esta playa había despertado su apetito ya que se dedicaba a comer a todas horas y no un poco no. Toneladas de dulces a todas horas. Un día me hizo ir a despertar al servicio para que le preparasen una paella. A las cinco de la madrugada...

—Azahara cariño no es bueno que comas tanto de verdad. —Le dije un día ya preocupado.

—Déjame. Las embarazadas tienen que comer por dos...

—Si tú lo dices... Espera ¿qué has dicho? —Había dicho embarazada o había escuchado mal...

—Ah es verdad ya con todo esto se me había olvidado decírtelo. Estoy embarazada de dos meses.

—Y me lo dices así ¡tan tranquila! ¿Se puede saber desde cuando lo sabes?

—No te enfades ¿vale? Desde el día que llegaste a España. —La miré perplejo. ¿Pero por qué no me la había dicho antes? —Se me olvido con todo lo de mi madre de verdad.

Respiré hondo. Muy hondo para calmarme.

—Sabrás que ya no puedes beber... ni fumar.

— ¿Cómo sabes que fumo?

—Soy tu marido cara, sé perfectamente que fumas esa mierda de Winston. En cuanto nazca el bebé si quieres seguir fumando te llevaré a donde se hace el tabaco de los Gotti.

Ella me miró con el ceño fruncido sin saber de qué le hablaba.

—Sí, —continué. —Tenemos nuestro propio tabaco. Probamos de unos y de otros y de los que nos gustan hacen una pequeña mezcla. No pasa nada porque fumes. De hecho Viola también lo hace, pero no se le ve mucho dado que no le da tiempo cada vez que quiere empezar vuelve a quedarse embaraza.

—Tal vez sea la manera que tenga Camilo de protegerla para que no fume—Reí, podría ser verdad aunque sabía perfectamente que lo que movía a mi hermano eran los pechos de su mujer. Tenía obsesión. Los sabía porque un día en su portátil el fondo de pantalla eran los pechos de Viola. ¿Por qué lo sé? Porque se veía claramente el colgante que le había regalado a su mujer por su cuarto aniversario.

—Y Bianca fuma como un camionero a todaaaaas horas. No me extrañaría que Dante y Caterina nacieran ya sabiendo fumar porque entre el padre y la madre...

Nos costó un poco volver a la normalidad ya que nos habría gustado estar más tiempo, pero el negocio era el negocio y debía volver porque Héctor necesitaba mi ayuda para guiarse.



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