(Seis años antes)
Dejo con los dedos temblando, la carta sobre el escritorio de su habitación, haciendo lo que dije que nunca haría. Estoy abandonándole. Nuestra historia tiene un fin.
Sonrió al pensar en nuestra canción. Hasta el fin. Después de tantas tardes que se paso a mi lado viendo la telenovela que a mi me gustaba decidimos que esa también seria nuestra canción.
Una promesa de amor eterno que estoy rompiendo.
Las lágrimas nublan mi vista pero hago lo posible para salir sin despertarle de la habitación. Aún es pronto y sé que no se despertará todavía. No cuando hemos pasado la noche despiertos.
Cierro la puerta sin mirarle porque si lo hago corro el riesgo de no ser tan valiente como para seguir con esto. La tentación de volver a dentro y acurrucarme a su lado es muy fuerte. Pero la decisión esta tomada.
Una que rompe mi corazón para siempre.
Me subo al taxi que pedí e ignoro las miradas que el conductor me hecha al verme llorar. En algún momento me mira con pena. No la merezco. Estoy destrozando un corazón.
Me va a odiar por esto. Yo también me odiaría si fuese él.
Pero hice una promesa, sin importar que me desgarre por dentro y me convierta en la persona mas odiada por él.
La estación de trenes esta llena. Todos me miran pero no hago contacto visual con nadie. Me siento tan culpable que me ahogo en mi consciencia.
Es cuando me siento en el tren que cierro los ojos y me permito llorar hasta que me quedo sin lágrimas.
Tengo un viaje de cuanto horas hasta Valencia.
Cuanto horas hasta irme para nunca volver.
Hola, he vuelto.
Adoro escribir y no podía quedarme mucho más alejada de las letras de mi teclado, así que aquí me tenéis.
Espero que realmente os guste esta historia y os enganche tanto como las otras.
Espero vuestros comentarios y opiniones, alguna que otra estrellita.
Gracias.
Un abrazo,
Natalia