Lo que nadie sabe de mi.

By spring-girl19

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La vida es dura, lo puedes aprender de muchas cosas, de muchas razones, de muchas ocasiones. Dicen que nada... More

Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42 ANTEÚLTIMO
NOTA IMPORTANTE
Capítulo 43: FINAL.
Extra.
AGRADECIMIENTOS
WHO'S READY?!?!?!?!?!

Capítulo 32

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By spring-girl19





Los chicos me dijeron que Evan quería hablar conmigo. Aunque lo golpeaban, insistía en hablar conmigo.

Baje por las escaleras del viejo depósito de telas que solíamos utilizar para interrogatorios o para dejar ahí a los prisioneros, como hicimos en varios casos, pero ninguno salió de ahí.

Tenía puestos unos jeans y una camiseta negra, y unos tacones de aguja. Tenía el vestido en el maletero, pero tenía que aflojar los zapatos.

Llegue al último tramo de las escaleras y vi la única puerta.

No había visto a Evan desde el último interrogatorio que le hice, hace tres días.

No voy a mentir, me siento nerviosa.

¿Es una trampa? ¿Quiere algo? ¿Qué quiere? ¿Tendrá hambre?

No puedo saberlo, simplemente pidió hablar conmigo y yo cedí.

Abrí la puerta y lo vi sentado en el suelo. Dios, se ve como la mierda.

Su rostro está cubierto de uno que otro golpe. El moretón en su ojo parece sanar, pero el de la mandíbula no tanto, su labio parece seguir lastimado pero no está inflamado. Va a sanar, Jessie viene a tratar sus heridas todos los días (o estos tres días al menos).

-¿Querías verme?-mantuve mi tono evasivo y neutral. Evan me miro y luego asintió.

-Sí.

-Aquí estoy.

Evan asintió, pero seguía sin decir nada.

-¿Por qué lo hiciste? ¿Era necesario salir conmigo Evan? ¿Todo fue necesario?-las preguntas se escaparon de mis labios antes de que pudiera frenarlas.

-Pregúntatelo a ti misma. ¿Siempre fue necesario matar a tanta gente? ¿Siempre fue necesaria la tortura?

La sangre se me helo.

-Emma, no mentí en ningún momento sobre lo que sentía.

-Mi trabajo se basa en mentiras, trato de que las mentiras no se mezclen con mi vida personal.

-Se supone que todo agente hace eso.

Asentí y me senté en un cajón de madera que había ahí.

-¿Me dijiste la verdad en algún momento?

-Cuando dije que me gustabas, en realidad todo lo que fue sobre nosotros.-confeso, pero parte de mi ya no lograba creerle.

Una risa entremezclada con un resoplido salió de mi boca.

Claro.

-¿Y tú? ¿Me dijiste la verdad en algún momento?

Su pregunta me tomo desprevenida. Pero me puse a plantearlo.

-Por supuesto.

-¿Cuándo?

-Eso tendrás que pensarlo tú mismo.- me levanten y me llamó, pero le ignore. Cerré la puerta con llave y salí del depósito a momento que mis ojos comenzaban a picar otra vez.


****

No prestaba atención a nada de lo que ocurría a mi alrededor, solo sabía que nos estábamos moviendo.

-Emma, llegamos.-dijo Will apagando el carro. Vi las luces fuera y la fuerte música clásica que sonaba.

-Mierda, da miedo.-murmure mientras suspiraba. Me gire de costado, de manera que podía hablar a los cuatro.-Bueno, cada uno tiene una ubicación diferente para el día de hoy, así que lo primero que deben hacer es concentrarse en su labor y no distraerse.-dije mientras miraba a Mike, a Jessie, Jackson y Will de manera intercalada.- Ni bien lleguen a sus puestos apaguen sus teléfonos y cuando terminen se dirigen de nuevo a la base.-mire cortamente a la casa.-Consigan toda la información que puedan.-dije mientras abría la puerta y apagaba mi móvil.

21:45

-No olviden: Son invisibles.-dije para luego alejarme del carro y caminar a la fiesta.

Después de media hora y una copa de champagne, seguía parada en la misma esquina, observando a cada persona. Di otro sorbo a mi copa.

Oh por Dios, odio el champagne.

Todos eran las personas de dinero y poder de Chicago. Una pequeña mezcla entre empresarios y mafiosos. No conectaba la vista con nadie, permanecía de perfil bajo.

Hasta que vi a una de las mujeres que llamo mi atención. Un vestido color azul marino, pegado a su cintura, sin mostrar ningún escote. Cabello negro, lacio hasta la cintura y una bonita cara. Parecía simpática, pero le rodeaba un grupo de mujeres, y parecía necesitar una compañía de su edad. ¿Cuántos años tendrá? ¿Veintitrés tal vez?

Por la manga del vestido casi no pude verlo, pero allí estaba, un tatuaje de...

Un momento... Yo conozco ese tatuaje...

La mitad de izquierda de una mariposa...

Es exactamente la otra mitad que vi en una de las fotografías de la caja.

Evite la enorme sonrisa en mi cara y agache la mirada sin perderlas de panorama.

Vi a un grupo de mujeres adultas que bebían champagne y parecían que iban hacia el baño lentamente. Di una rápida mirada a mí alrededor y me encamine a un paso rápido al baño. Logre cruzar la puerta antes que ellas.

Al entrar en el baño me encerré en uno de los cubículos y guarde silencio.

Las risas se escucharon desde fuera y se escucharon en el baño, junto con el resonar de los tacones.

-Bien...-dijo una de ellas entre risas, creo que es la más joven entre las tres- Ahora hablemos de tu novio.-dijo la misma mientras que las otras dos reían por lo bajo.

-¿Cómo van las cosas con él?-preguntó otra, tenía la voz un poco más gruesa.

-No muy bien... él se la pasa viajando y casi nunca está en casa.

-Cariño debes entender que así son las cosas en este mundo...-dijo otra de las mayores.

-¿Pero porque? A veces me gustaría saber cuáles son los viajes tan importantes a los que debe ir.-dijo mientras daba un suspiro, parecía dolida.- El otro día peleamos porque creí que me engañaba. ¿Ustedes qué pensarían en mi lugar?

La verdad es que yo creería lo mismo, pero se supone que debes confiar en tu esposo.

-Así son las cosas aquí cariño. Debes confiar en él, será tu esposo.

Me leyó la mente. Bruja.

-Pero no parece ser el mismo hombre con el que me comprometí.

¿Compromiso?

Oh por Dios solo di la fecha....

-¿Cómo vas con los planes de la boda?

-Bastante bien, estoy organizándolo todo con una amiga...-los tacones comenzaron a resonar para salir del lugar.

No mierda no.... No...

-Tengo suerte de que el Plaza esté disponible para octu...

Octubre.

Di un suspiro y espere un momento para salir del cubículo del baño. Me mire en el enorme espejo. Mi cabello castaño recogido en un moño, varios mechones caían sobre mi rostro, rizados ligeramente. Mi maquillaje oscuro resaltaba el marrón de mis ojos. Cerca de los cubículos había un espejo de pie completo y me mire mejor en el vestido. Negro y bien ajustado a mi figura, con la espalda descubierta. El arma escondida en mi pierna, bien sujetada por una liga.

Seguiré un poco más a la chica de del Valle y luego iré a casa.

Salí del baño y en el gran salón principal vi como parejas mayores se acercaban a la pista de baile. Mire a mí alrededor buscando a la chica de Del Valle y tal vez a este mismo. Vi a un par de chicos observarme desde el otro lado de la pista. Sus rostros me parecían familiares pero no lograba ubicarme.

Levantando la vista sentía que la fuerte música clásica y la cantidad de parejas me ahogaban. Vi una puerta de cristal y me encamine a esta. Al salir por esta sentí el aire fresco chocar contra mi cuerpo y abrace mis brazos para atraer calor. Vi un barandal de mármol y me acerque a este. Daba una vista increíble del lugar. Pero mirando hacia la derecha note que era una zona bastante peligrosa para transitar.

Raro lugar para hacer una fiesta.

Saque un paquete de cigarrillos de mi bolso y encendí uno. Después de dar un par de caladas escuche como la puerta se abría detrás mío y di un par de pasos a la derecha. A algunas personas les molesta el tabaco.

-Disculpa...-una voz femenina familiar me hablo, gire mi cabeza y me encontré a la joven que se casaría con Del Valle.- ¿Podrías darme uno?

No parecía de la clase de chicas que fumaba, pero asentí.

Le di uno de los cigarrillos.

-¿Quieres fuego?-le pregunte y asintió un poco tímida. Le extendí el mechero y ella encendió su cigarrillo.

Se alejó un poco y decidí terminar mi cigarrillo en silencio. Ella fumaba en el mismo silencio pulcro que yo.

Busca tema de conversación Emma, esta es una oportunidad.

Ella estaba por terminar su cigarrillo.

Di media vuelta en el barandal y quede mirando a la fiesta.

-Jamás creí aburrirme tanto en una fiesta.

La oración salió al mismo tiempo de las dos. Le mire sorprendida al igual que ella a mí. Una sonrisa se deslizo por mi rostro.

-¿Tu primera fiesta?-preguntó. Le asentí.

-Y aburre como el infierno.-le dije mientras me acercaba un poco, no mucho.- ¿Y tú?

-He venido varias veces y suele ser más entretenido si alguien se cae, pero no parece que vaya a ocurrir.-dijo mientras arrojaba el cigarrillo sin terminar.- Es un vicio terrible.

-Lo sè.-admití mientras daba una mirada al enorme jardín.- Intente dejarlo un tiempo, pero me ayuda a relajarme.-le confesé.

-Yo lo deje un tiempo, pero desde que comencé con los planes de mi boda... Necesito relajarme.-confesó y precio notarlo al terminar de hablar.

Oh cariño, he descubierto como hacerte halar.

-¿Te vas a casar?-pregunte en un tono de sorpresa. Ella asintió.

-En un mes...-vi una chispa de emoción en sus ojos y sentí que su entusiasmo se me traspasaba y le sonreí.

-¿Cómo es el?-por un segundo sus ojos se perdieron en el cielo nocturno.

-Es un hombre... bastante complejo. Es serio y calculador, en un nivel que puede resultar intimidador para algunas personas les resulta intimidante, pero a mí no. Es divertido, cariñoso y simpático cuando quiere, o por lo menos conmigo lo es la mayoría de las veces...-dijo mientras suspiraba.

-Vaya...-murmure.

El hombre que ella describe no parece ser el mismo hombre que asesinó a mis padres.

-Si, tal vez es un poco mayor pero... le quiero y creo que eso es más que suficiente.- me miro y le sonreí. Realmente eso parece.- Soy Carissa, por cierto.-dijo mientras me extendía su mano derecha.

-Emma.-estreche su mano.

-Y bien Emma... ¿Tienes pareja? Porque hemos hablado de mi esposo y tú no me has dicho nada...

Di un suspiro mientras me preguntaba si confesarle a una extraña, que es la futura esposa del hombre al que tengo que asesinar o si mentir y decir que estoy...

¿Qué estoy? ¿Soltera o...?

Di un suspiro nuevamente y le mire.

-Oh Dios, alguien tiene un problema...-dijo divertida mientras yo reía.

-No creo que sería un problema... Agh, en realidad...-dude por un momento.- En realidad no sé.

Carissa me miro incitándome a hablar.

-Esta uno de estos chicos, es el amor más tierno de persona que puedas llegar a conocer, es dulce, tierno, cariñoso, inteligente y divertido que pueda llegar a haber en una persona, pero me mintió sobre algo muy grande...-dije imaginándome un cuadro, de un lado Evan.- Y luego está el otro... En un principio me trataba muy mal... lo mande a la mierda varias veces y creo que eso le hizo recapacitar...-dije mientras daba una corta sonrisa- Pero luego me hace reír, me ha demostrado cariño y sobreprotección más de una vez... Salimos por un par de meses y...-digo mientras ciento una sonrisas en mi rostro. Pero la borro una vez que suspiro.- Y luego... simplemente ya no sé lo que siento.-digo mientras le miro con el ceño fruncido.

-Es un caso complicado y ¿Crees que le gustas a alguno?

-A Evan creo que sí pero con el otro...

-¿Si?

-Es difícil de saber...

-¿Por qué no intentas salir con Evan?

-Por el simple hecho de que...

Estuve a punto de decir que resultaba ser un agente de la CIA y que quería al mismo hombre que yo, que por cierto era su futuro esposo; oh y no olvidemos que quiero ver rodar su cabeza.

-¿Por qué?-preguntó Carissa. Suspire buscando algo en mi cabeza.

-Somos muy diferentes y... Simplemente no lo sé...-dije mientras miraba al jardín para evitar contacto visual.

-¿Y el otro?-pregunto mirandome.

-Es mi ex, además, ya lo intentamos, pero no sé...

-¿Y si lo vuelven a intentar...?

-No sé...-estaba dudosa, era la primera vez que me sinceraba tanto con alguien que no fuera Jessie.

-Yo también creí lo mismo con Vick... Ya sabes por la diferencia de edad y por todo... Pero simplemente me deje llevar por mis sentimientos y fíjate... Ya vamos a casarnos.-dijo con una enorme sonrisa en el rostro.- Creo que deberías seguir lo que dice tu corazón y poner en mudo a tu cerebro.

-¿Dónde van a casarse?- le cambié de tema para dejar de hablar de mis sentimientos.

-¿Has visto "Guerra de novias"? -me preguntó con una sonrisa divertida, le asentí- Bueno... Ame el hotel Plaza y conseguí una fecha para septiembre... si es poco tiempo pero es un sueño...

-Oh por Dios, eso suena muy bonito...-y caro.

-Sí y además...

-Señorita Mons....- uno de los camareros la interrumpió.- Su auto está listo. –dijo mientras le daba una corta mirada y se retiraba.

-Bueno, creo que debo irme...-dijo mientras suspiraba.- Bueno, fue un placer-dijo mientras se acercaba.

-Igualmente Carissa, mucha suerte con tu boda.-dije mientras le aceptaba el corto abrazo.

-¡Carissa! ¡Ya vamos!-le dijo una de las señoras mayores que estaba con ella por la puerta.

-Nos vemos.-dije mientras Carissa me brindaba una sonrisa de despedida.

****

Di un par de vueltas hasta que el reloj dio media noche y decidí que era momento de irme de allí. Salí de la fiesta sin que nadie lo notara y comencé a caminar, saliendo de la residencia y note lo oscuro que estaba el cielo.

Tal vez vaya a llover...

Mientras recorría la calle lejos de la fiesta sentí un escalofrió recorrerme los brazos.

No es que tuviera miedo... Se defenderme, pero simplemente no es muy seguro para una chica caminar a media noche por un barrio algo... feo.

De igual manera puedo romper brazos y correr como una perra loca.

Detrás de mí escuche unos pasos pero no voltee, apure el paso de mis tacones y mantuve normal mi respiración.

No escuchaba voces, solamente un par de pasos.

¿Dónde mierda estoy? Para la próxima debo prestar atención a por donde voy.

Por un segundo considere en sacar mi móvil y llamar a alguien, pero descarte esa idea al segundo. Espere a encontrar una cafetería, pero no había nada allí.

Escuche detrás de mí, además de los pasos, un carro. A los segundos lo vi pasar y detenerse una calle después. De este salieron dos chicas, con tacones aguja y ropa ajustada, el carro no dejaba de estar en marcha. Caminaron en sentido contrario al que yo iba y eso me dio mala espina, metí la mano lentamente en mi bolso y me asegure de tener la navaja a mano. Me detuve en mi lugar al ver que las chicas y los pasos de atrás parecían encontrarse.

-Vaya, vaya... miren a quien tenemos aquí...

Un momento...

-Melanie.



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