Indómito [ChanBaek / Baekyeol]

By MissEunn

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El pobre y desesperado Baekhyun se mordía la lengua cada vez que le decían que el Sanyang era totalmente verí... More

Capítulo 1
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5

Capítulo 2

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By MissEunn

***

—Tú solo obedece, Byun Baekhyun. —sus oscuros ojos penetrantes lo miraban fijamente, haciendo que el susodicho se estremeciera un poco.

—¿Cómo coño sabes mi nombre? —Chanyeol bufó, divertido.

—Sé muchas cosas. —su semblante volvió a tensarse —solo has lo que yo te diga. — Baekhyun se quedó en silencio con su rostro fruncido, observando la manera en la que el alto seguía tomando cosas de la estancia y las metía en un bolso negro.

***

—Joder. ¿Quieres parar de una puta vez y explicarme que cojones pasa? —explotó luego de unos minutos de permaneces en silencio. Toda esa situación le había estado tocando las pelotas desde hacía ya varias horas y solamente quería ser capaz de comprender, aunque fuese un poco.

—Pensé que eras un Omega. —reprochó a regañadientes mientras se paraba en seco, dejando de hacer aquello realizaba con tanto afán. —Mira, Baekhyun, no tengo tiempo para explicarte nada. ¿Sí? Tú solo has lo que digo, me dijeron que ibas a obedecer si te decía eso. —hizo una breve pausa mientras lo observaba fijamente. —prometo que te contaré todo a detalle, luego. Ahora deja de joder y colabora. ¿Quieres?

Baekhyun apretó sus puños tan fuerte que fue capaz de dejar marcadas sus uñas sobre las palmas de sus manos mientras apretaba su mandíbula fuertemente, estaba furioso. Sin embargo, no volvió a preguntarle nada más a Chanyeol porque de momento nadie le había dicho que obedeciese o acatase indicaciones, nadie más que él. Como un efímero recuerdo las palabras de sus padres rebotaron sobre su cabeza. ¿Acaso era a Chanyeol a quien debía obedecer, era eso?

No podía negar que sentía la necesidad de obedecer a Chanyeol como un patético perro faldero, pero otra parte de él simplemente quería darle una patada en las pelotas. Dio un profundo suspiro mientras se ponía de pie, el Alfa había sacado una jeringa de su bolso, preparaba un fluido desconocido para Baekhyun, a diferencia del que le había inyectado la imbécil de la doctora anteriormente, éste era de un verde brilloso.

¿Quién carajos era Chanyeol?

Por obviedad, Baekhyun había deducido que el tipo tenía más de veinte años, así que debía ser un Alfa Clase A. ¿Por qué un Alfa Clase A se comportaría de manera tan sospechosa? No era que conociese a muchos Alfa Clase A, pero sí los había visto pavonearse por los pasillos de la escuela a la que asistía antes de que toda esa mierda del Sanyang empezase a desperdigarse como el polvo.

¿Realmente podía ese bastardo ser su Alfa? Lo dudaba, y mucho. Estaba tan hundido navegando por sus pensamientos que no se percató en qué momento Chanyeol se había acercado a él y había enterrado suavemente la aguja sobre su brazo.

—¿Pero qué mierda...? —exclamó sobresaltado al sentir aquella punzada rompiendo su dermis.

—Calla. —ordenó

—Explícame, bastardo. —Chanyeol puso sus ojos en blanco, tragándose todas sus maldiciones.

—Ya te dije que no hay tiempo. Cuando te diga que corras, corres. ¿Entendido? —Lo observó brevemente, pero terminó asintiendo ante la orden de Chanyeol, desconfiado.

El Alfa se alejó mientras tomaba algo que yacía sobre la mesa de la estancia, tirándolo al pecho de Baekhyun, era ropa seca. El Omega frunció su rostro mientras observaba aquellos ropajes negros que se le habían sido entregados, entendió que debía apresurarse cuando regresó su mirada a Chanyeol, quien lo observaba mientras zapateaba constantemente su pie derecho contra el piso, ansioso.

Maldijo a sus adentros y se dirigió al baño de la estancia para cambiar su elegante vestimenta blanca por aquella camiseta negra y pantalones elásticos que asumió, le pertenecían al Alfa pues le quedaban tremendamente holgados.

Cuando hubo terminado de cambiarse y salió a la estancia principal, se encontró con la imagen del Alfa inyectándose con el mismo fluido verde y Baekhyun se mordió la lengua para no hacer nuevamente otra pregunta. Chanyeol bufó.

—Es un suero. —comentó mientras guardaba las últimas cosas que yacían sobre la mesa en su estúpida mochila.

—¿Suero?

—Sí, pronto entenderás. —aseguró. El Omega enarcó una ceja. —¿Sabes qué deberíamos estar haciendo en este momento? —preguntó cambiando su tono de voz, Baekhyun juraba que sonaba mucho más grave que antes. Tragó saliva gruesamente, negando lentamente con la cabeza.

—¿Qué? —alcanzó a preguntar en un hilo de voz. Chanyeol rió.

—Escucha. —dijo mientras se llevaba el dedo índice sobre los labios, indicándole que guardara silencio. Baekhyun trató de agudizar sus oídos. Frunció su ceño.

—No escucho nada. —soltó irritado. Chanyeol volvió a reír.

—Exacto. Las habitaciones tienen aislamiento de sonido. —afirmó divertido mientras se alejaba del Omega.

—Bastardo.

—Cuidado con tu lengua, Baekhyun. —gruñó.

—Hago con mi lengua lo que quiera. —contestó mientras se acercaba al Alfa lentamente, desafiándolo.

—Me dijeron que eras difícil, pero nunca me imaginé a que punto. —confesó —¿Qué te parece tu boca en mi polla? —refutó acercándose también. —Necesitas modales.

—Oblígame. —retó. El Alfa lo miraba fijamente.

Y aunque a Chanyeol le hubiese gustado seguir con aquella discusión que mantenía con el Omega, una sirena empezó a resonar por los altavoces de la estancia mientras que luz roja intermitente se apoderaba de toda la habitación. Era la señal que había estado esperando. Sujetó el brazo de Baekhyun con firmeza, obligándolo a que este lo viera a los ojos.

—No te separes de mí y has lo que yo te diga, sin protestar. —ordenó —¿Entendido? —El Omega simplemente lo observaba anonadado ante la situación, sabía que eso no era parte del rito. —¡¿Entendido, Baekhyun?! —asintió rápidamente, la situación no ameritaba ponerse a pelear con el idiota de Chanyeol para proteger su orgullo.

Fue halado del brazo por el Alfa, quien ya había tomado todas sus pertenencias y se dirigía a la puerta de la estancia, abriéndola bruscamente. Recorrían el estrecho pasillo a través de ese mar de personas que empezaba a formarse frente a ellos, todos salían eufóricamente de sus habitaciones, algunos sin camisa, otros con sus vestimentas a medio poner. Joder, se suponía que estaban follando, Baekhyun acababa de darse cuenta de eso haciéndolo sonrojar por lo estúpido que había sido minutos antes.

Pasaron haciéndose camino por entre los demás sin importarles a cuantos golpearan en su misión. Tenían que salir de ahí a como diera lugar, eso era lo único en la mente del Omega en ese momento. Llegaron a un punto del pasillo en el cual tenían que elegir un camino, derecha o izquierda. Era claro que tenían que tomar el camino de la izquierda, pues el otro era custodiado por dos enormes guaruras del tamaño de un poste, eso sin mencionar sus fornidos cuerpos intimidantes.

Chanyeol detuvo unos metros antes al Omega, obligándolo a que lo mirara mientras lo tomaba con ambas manos por los hombros.

—Confía en mí, Baek. —dijo de repente con notable preocupación en su rostro. El aludido tragó nuevamente.

—Claro. —contestó mientras su respiración empezaba a agitarse, Chanyeol sonrió.

—Corre.

—¿Qué?

—¡Corre! —levantó su voz — Corre con los demás, luego te alcanzo.

Muy en el interior, Baekhyun se decía que no debía dejar solo al gilipollas de Chanyeol. Algo dentro de él quería aferrarse al Alfa y no dejarlo a su suerte, sin embargo, había dicho que confiaría en él. La situación no estaba para ponerse a debatir entre lo correcto, su complejo o su orgullo, debía actuar rápido sin pensar. Seguir sus instintos.

Pero, ¿qué mierda pensaba hacer Chanyeol? Se preguntó mientras corría con los demás a quien-sabe-dónde. Se adentró nuevamente a ese mar de gente mientras observaba exasperado a su alrededor, como tratando de buscar algo que estuviese fuera de lugar.

¡Kyungsoo!

Joder, se había olvidado de Kyungsoo por un momento. ¿Dónde carajos estaría? Trataba inútilmente de buscar con su mirada, algún indicio del paradero de su amigo. Mierda.

Se lo había dicho, muchas veces, algo no estaba bien con todo ese asunto del Sanyang, quería restregárselo en la cara, necesitaba hacerlo. Ahí estaba Baekhyun nuevamente con su complejo de Alfa, prepotente y orgulloso, no podía evitarlo, siempre había sido así.

Finalmente, logró visualizar a alguien de estatura media y cabello negro que caminaba aferrado al brazo de un tipo alto de blancos cabellos y tez sutilmente bronceada. No sabía de dónde o como había sacado la fuerza suficiente como para empezar a empujar a todo aquel que se atravesara a su paso de camino hacia Kyungsoo y el misterioso tipo, pero así fue. Sus manos sudaban, podía sentir la adrenalina recorriendo todo su cuerpo mientras trataba de mantener, en la medida que se le fuese posible, la compostura.

—¡Soo! —gritó cuando logró alcanzar al susodicho, tocando su hombro.

—¿Baek? —empezó a buscarlo con la mirada.

—Kyungsoo, aquí. —dijo poniéndose a su lado mientras se inmutaba al percatarse que tanto él, como su acompañante se encontraban con sus torsos descubiertos. Parpadeó varias veces para regresar en sí.

—¿Qué coño pasa? —preguntó en un susurro sin dejar de caminar.

—Ni puta idea. —soltó —Solo sé que esta mierda no es normal. ¡Te lo dije!

—No creo que sea el momento adecuado para alimentar tu ego, Baek. —sentenció fulminándolo con la mirada. Baekhyun bufó.

—¿Quién es él? —preguntó descortésmente mientras lo señalaba con su rostro.

—JongIn, mi Alfa. —dijo mientras sus mejillas se teñían de un rojo escarlata.

Por mucho que hubiese querido echarle en cara que posiblemente aquel imbécil no fuese su Alfa, algo lo abstuvo de hacerlo. Puede que fuese el rostro apenado del Omega, o el hecho de que aquel tipo miraba a su amigo con un brillo singular en sus ojos que lo hizo inmutarse nuevamente. Esa sensación de curiosidad le hizo querer ver más de aquella escena en la cual, Kyungsoo se aferraba cada vez más al brazo de JongIn, quien trataba insistentemente de tranquilizarlo con suaves palabras al oído que él no pudo escuchar.

Ese par de idiotas eran tan jodidamente adorables que Baekhyun casi vomita arcoíris con solo verlos. Nunca había sido testigo de una escena tan melosa y cursi, ni siquiera sus padres desbordaban esa aura que ellos sí, haciéndole sentir una extraña inquietud de un momento a otro. ¿No se suponía que toda esa mierda era una farsa?

Tampoco podía negar que sentía un poco de envidia por aquella extraña felicidad ajena, pero se debatía en su interior el porqué. Otra parte de él se sentía dichoso de ser testigo de la felicidad de Kyungsoo, siempre había sido de la idea que el idiota necesitaba de alguien capaz de sacarlo de su zona de confort y al parecer, eso acababa de ocurrir.

Se mantuvo en silencio mientras caminaba apresuradamente siguiendo el flujo de aquel mar de personas hasta que chocó abruptamente con el individuo que caminaba delante de él, que había frenado en seco al llegar a una enorme compuerta de acero que se imponía soberbiamente frente a ellos. Entró en pánico al percatarse que estaban siendo encerrados por otra compuerta trasera que se cerraba a metros detrás de ellos.

El bullicio era insoportable, su cabeza empezaba a doler como la mierda y los gritos de pavor que emitían todos los demás no eran de mucha ayuda que digamos. Respiró profundamente preguntándose dónde estaría el imbécil de Chanyeol, pues ya tenía al menos veinte minutos de haberse separado de él. Algo no se sentía bien en su totalidad, quizá era la misma adrenalina del momento pero tenía la necesidad de salir corriendo a rescatar al gilipollas ese.

Se quedaron en penumbra, la sirena había dejado de sonar y el aire se había tornado denso. El calor empezaba a hacerse presente, habían apagado el aire acondicionado. Tensó inconscientemente sus músculos en señal de alerta, tratando de agudizar sus oídos, como si supiese que algo importante o de gran magnitud estuviese a punto de ocurrir.

Inesperadamente las luces se prendieron, encegueciendo momentáneamente a todos los presentes. Los grandes altavoces volvieron a resonar con una estúpida melodía que simplemente servía para llamar la atención pues volvieron a quedarse todos en silencio.

—Queridos Alfas y Omegas, lamentamos profundamente las molestias. —dijo una voz pesada a través de los parlantes —hemos tenido dificultades de seguridad, por lo cual deberán ser sometidos a un cateo rutinario que lamentablemente no estaba agendado. —bastardos. —procederán a la habitación continua, detrás de la puerta frente a ustedes. Aquellos involucrados, absténganse a las consecuencias.

Baekhyun no sabía exactamente a qué se referían con "dificultades de seguridad", anteriormente se había estado preguntando quién mierda se quisiera infiltrar en el Sanyang pero ahora tenía un poco de lógica. No podía ser el único inconforme con todas aquellas leyes y reglamentos sin sentido, no podía ser el único que quisiera mandar al Sanyang, al Alto Régimen y todos los involucrados en el gobierno a tomar por culo.

Eran unos completos bastardos sin escrúpulos, alimentándose a costa de los más débiles, quiénes se rompían la espalda día a día trabajando arduamente mientras que ellos se dedicaban a sentarse en una silla durante ocho horas sin hacer gran cosa. Baekhyun tenía una vida relativamente sencilla, sin embargo se había visto rodeado de personas que su realidad era totalmente diferente a la de él.

Había logrado tener cierta clase de empatía con esas personas, a decir verdad, muchas de las reprimendas de su padre contra él fueron a causa de entregar alguna de sus cosas viejas a personas que lo necesitaban más que él. Se hubiese evitado muchos problemas si tan solo les hubiera dicho a sus padre lo que hacía, pero el Omega tenía el don de complicar las cosas por más sencillas que fuesen.

Una vez estuvo a punto de romperse una pierna y quién-sabe-qué otra parte de su cuerpo al escaparse de su residencia a media noche mientras corría por las calles de Pungnam huyendo de dos oficiales policiacos por estar fuera pasado su toque de queda. Corrió como si no hubiese mañana, llegando luego de un rato hasta el río Han mientras observaba a lo lejos una figura que le hacía luces. Era la señal.

Se encontraba acorralado entre los dos idiotas que lo seguían y los barandales del puente. No podían alcanzarlo, no sí quería seguir con su vida como la conocía; pero tampoco podían seguirlo y poner en riesgo al tipo que le esperaba al otro lado del río. Fue un impulso que hasta él reconocería como idiota y estúpido, sin embargo no iba a admitirlo. Se tiró al río sin importarle nada, dejando estupefactos a los oficiales, quienes se detuvieron al presenciar una escena digna de ser considerada como un suicidio.

Cayó bruscamente sobre el agua que lo cubría por completo, abrazando cada centímetro de su piel justo antes de salir a flote a la superficie. Nadó en la oscuridad, moviendo sus brazos y piernas sincronizadamente contra el agua gélida tratando de no maldecir al hijo de puta que lo había metido en aquella situación. No estaba seguro de cuánto tiempo había estado luchando silenciosamente con el río, pero luego de un rato finalmente llegó a la costa, recibiendo una mano que le ayudaba a salir del aprisionamiento del agua.

Oh Sehun era una Alfa que de alguna manera había terminado dentro la Clase B dentro de los Omega. Tenía la misma edad que Baekhyun, ambos se habían conocido en uno de los muchos altercados en los que el Omega se había visto involucrado. El Alfa le sonrió con complicidad, halándolo fuertemente mientras lo ayudaba a ponerse de pie, palmeó su espalda y rió divertido ante aquello que había sido testigo. Sehun era consciente del hecho que Baekhyun no era un Omega común pero realmente, no se esperaba eso de él.

—¡Qué buen chapuzón! ¿No es así, Byun? —expresó en tono burlón.

—¡Claro, Oh! ¿No quieres intentarlo tú también? —contestó con un aire de picardía mientras halaba al Alfa contra el agua. Sehun paró en seco con todas sus fuerzas para evitar dejar estampado su rostro contra el río.

—No, prefiero quedarme seco. —rió mientras invitaba al susodicho a caminar lo más lejos posible del río. —¿Lo traes? —preguntó luego de unos segundos.

—¿Acaso dudas de mí? —alardeó. El alfa volvió a reír.

No volvieron a pronunciar palabra alguna mientras caminaban en la penumbra, con sus ojos ya acostumbrados a la oscuridad de la noche. Las luces de los edificios de Seúl se habían convertidos en los únicos testigos de su presencia en ese momento. Desde un inicio, Sehun y Baekhyun se habían conectado de manera especial, pero ambos eran conscientes que esa conexión no sobrepasaba los límites de una fraternal amistad. Para el Alfa, Baekhyun era el hermano mayor que nunca tuvo y eso era muy curioso, por el hecho de que se trataba de un Omega.

La terquedad, tenacidad y orgullo de Baekhyun superaban en cantidades exorbitantes las de Sehun, desde el inicio, el Omega se había dedicado a proteger al Alfa. La mierda más extraña del universo.

En la sociedad en la que vivían la brecha entre los Alfa y los Omega era bastante notoria, siempre se empeñaban en mantenerlos lo más alejados posible los uno de los otros, cosa que Baekhyun se pasaba por los cojones, él hacía lo que quería cuando quería si eso le parecía lo correcto. Y esa clase de mentalidad lo había llevado a estar ahí en ese preciso instante, atravesando un oscuro callejón detrás de los largos y tranquilos pasos de Sehun.

El Omega seguía empapado de pies a cabeza, el frío nocturno empezaba a abrazarlos vilmente, haciendo que empezara a temblar levemente. Terminaría con eso y se iría a la mierda, no quería que sus padres se despertaran en algún momento de la noche dándose cuenta de su ausencia, las consecuencias serían contundentes pues ya había recibido severas advertencias por parte de su padre y prácticamente le había dado un ultimátum durante su más reciente reprimenda amenazándolo con llevarlo a alguna clase de retiro espiritual lleno de sumisos Omega que le explicarían detalladamente su razón de ser y por qué debía servir fervientemente a los Alfa, dioses de todo lo visible. Y no quería tener que suicidarse con una toalla o algo similar a causa de la desesperación.

Llegaron a un edificio de ladrillos rojos subiendo por las metálicas escaleras de emergencia de la construcción hasta llegar al tercer piso y adentrarse a través de la ventana que se encontraba abierta. No era primera vez que Baekhyun se encontraba en ese lugar, había ido con Sehun otro par de veces, era una clase de refugio dónde se reunían otros Alfa más. De alguna u otra manera, Baekhyun se había ganado el respeto de ellos, haciéndole sentir bienvenido como uno más de ellos. Ahí estaba alimentando su complejo, nuevamente.

Llegaron a la estancia que se encontraba iluminada por la luz de una vela a punto de extinguir su mísera llama. En ella, se encontraban otro par de Alfas que jugaban torpemente al póker, o eso decían ellos, Baekhyun no estaría tan seguro si eso se podría llamar un juego de póker.

—¡Al fin llegas, Oh! —expresó uno de los presentes que llevaba puesto un estúpido gorro celeste con el dibujo de una pipa —¡ahh! ¡Veo que trajiste contigo a Byun-Baek! ¿Qué cojones le pasó? —rió. Baekhyun bufó.

—Tenía calor, así que decidí nadar un rato a la luz de la luna antes de venir aquí —contestó sarcásticamente mientras dibujaba una mueca en sus labios.

—¿Calor? Joder, pero si está haciendo un frío de los mil demonios. —aportó el otro Alfa de cabello rubio que ya se encontraba ahí cuando ellos aparecieron. Sehun no pudo retener la carcajada al oír ese comentario.

—¡Joder! Que un par de bolas vestidos de policías me seguían hasta aquí y no tuve de otra. —se defendió

—¡Si tan solo lo hubieran visto saltar al río Han desde el puente! —apenas pudo articular esa frase pues seguía carcajeándose.

—¡Que te den! —expresó mientras todos los presentes empezaban a reírse también. Él se les unió pasados unos segundos.

Le tendieron una toalla para que se secara y entraran en calor, también le sirvieron un poco de agua en uno de los vasos plásticos que tenían en el lugar. Se sentía bien estando con ellos pues entendían su humor sin molestarse como lo haría cualquier Omega en el momento que lo mandase a tomar por culo, el único que no se molestaba pues había crecido con él y entendía perfectamente su humor aunque no lo compartiera por completo, era Kyunsoo.

Porque Kyungsoo era perfectamente capaz de mandarlo a tomar por culo sin remordimiento.

—¿Lo trajiste? —preguntó el de gorro cuándo se hubieron calmado.

—Por supuesto —sonrió soberbio.

Baekhyun tomó la mochila negra que en algún momento había llevado sobre su espalda. Abrió el cierre y de ella sacó un paquete envuelto en plástico blanco asegurado con mucha –mucha- cinta adhesiva. Lo revisó con la mirada para luego pasárselo a Sehun, quien lo tanteó con sus manos para luego sonreír satisfecho.

Sehun tomó un cuchillo para romper el plástico del paquete, sacando de él diversos frascos de medicamentos que Baekhyun había conseguido de diversas maneras, unas no tan honestamente pero no estaba como para escuchar a su consciencia. También sacó un sobre de papel que se guardó en su chaqueta de mezclilla para luego sacar otra clase de papeles legales.

Realmente debían considerar a Baekhyun como uno de los suyos si dejaban que los cuidara de esa manera, tenía en cuenta la soberbia de los Alfa, así que al inicio de todo eso había sido extremadamente cuidadoso pero con el paso del tiempo dejó de serlo pues todos se habían acostumbrado, incluyéndolo.

Bekhyun solía llevarles toda clase de medicamentos, pastillas, víveres, ropa y demás cada cierto tiempo para que pudiesen aliviarse cuando se sintiesen enfermos, especialmente en el crudo invierno pues no podían darse el lujo de comprar dos botes aspirinas cada quincena. Aunque las pastillas no eran más que una excusa en ese momento, lo importante radicaba en los documentos que había conseguido a espaldas de su padre para Sehun.

Desde hacía ya varios meses, Baekhyun era el encargado de llevarle los informes oficiales del Alto Régimen que su padre llevaba a casa después de asistir a la sesión regimental de manera "voluntaria". El distinguido señor formaba parte del concejo general de los Omega Clase A, por no decir que era el Presidente, cosa que no enorgullecía a Baekhyun en realidad.

Como los Omega Clase B no eran partícipes de dichas sesiones, Sehun le había pedido al Omega que le llevase dichos documentos, para estar informado. Baekhyun realmente no le daba mucha importancia, solamente se dedicaba a tomarlos de la habitación de sus padres cuando éstos no estaban para luego llevárselos a su amigo, quien siempre agradecía con una enorme sonrisa como si le estuviese regalando la vida o algo similar.

—Bueno, debo irme. —dijo al percatarse que el reloj ya marcaba las dos.

—Claro, te acompaño al río. —se ofreció Sehun.

—¿Van a por otro chapuzón? —comentó otro de los Alfa mientras rompía en carcajadas nuevamente. Baekhyun le respondió sacándole el dedo del medio aunque divertido ante el comentario.

Se despidió del Alfa al otro lado del puente mientras regresaba sigilosamente a su casa, trepando por la cuerda improvisada que había hecho anudando diversas sábanas entre sí y dejándola colgada por su ventana. Baekhyun, quien cantaba victoria en sus adentros por haber salido después de su hora límite no se percató que había sido lo suficientemente idiota como para no comprobar la resistencia de su "soga", desamarrándose vilmente cuando estaba a punto de llegar a la ventana. Sintió caer en cámara lenta desde esa altura, creyendo nuevamente, que estaba a punto de morir finalmente.

Afortunadamente para el Omega, cayó sobre los matorrales que su madre había sembrado con dedicación la primavera pasada, amortiguando lo que hubiese resultado como muchas lesiones severas que le hubiesen dolido hasta el culo por varias semanas. Las luces se encendieron casi inmediatamente, dejándolo con oportunidades nulas de escapar cuando su padre salió con su bata de seda azul, seguido por su madre que utilizaba una similar en color rosa.

Su dulce madre ahogó un pequeño chillido de preocupación al verlo tirado sobre la planta mientras restregaba su cabeza por el duro golpe que había recibido al chocar. Su padre por otro lado, fruncía el entrecejo realmente molesto por la imprudencia de su estúpido hijo.

Baekhyun sabía perfectamente que así como Sehun y el grupo de Alfas que reunían cada noche en aquel viejo edificio abandonado, existían miles de personas más que estarían inconformes con el Alto Régimen.

El Omega suspiró profundamente preguntándose qué cojones estarían a punto de hacerles, expectante que abrieran de una vez la maldita puerta pues empezaba a entrar en pánico como todos los demás, eso sin mencionar que Chanyeol seguía sin aparecer.

La puerta seguía ahí, inmóvil cuando de repente un extraño humo blanco empezó a emanar por la ventilación inundando rápidamente la habitación. Aquella densa niebla empezaba a llegar a las fosas nasales de todos los presentes, haciéndolos desmayarse casi de inmediato. Aguantó la respiración por instinto, no quería terminar inconsciente como todos los demás. Kyungsoo cayó inminentemente al suelo, seguido por JongIn.

Mierda, estaba realmente asustado.

No quería morir ahí y mucho menos así, de eso estaba seguro. Ya no aguantaba más, seguramente su rostro había llegado a un punto dónde se tez se había tornado violeta, casi todos habían caído ya. Mierda, no pudo evitarlo, respiró.

Respiró y para su sorpresa no le pasó absolutamente nada, incluso inhaló profundamente aquel humo para asegurarse que no le sucedía nada. Ni un mareo. ¿Se trataba de alguna broma de mal gusto debido a toda su paranoia?, bufó molesto y estaba a punto de ponerse a maldecir a todos los presentes, asegurándoles que eran unos malditos hijos de puta por hacer semejante broma de mierda, sin embargo, algo lo haló bruscamente por la manga de su camisa, haciéndolo caer sobre el piso.

Se encontró con los grandes y profundos ojos de Chanyeol, quien estratégicamente se había encargado de cubrirle la boca a Baekhyun con su mano para evitar que soltara miles de maldiciones llamando estúpidamente la atención. El Omega frunció el ceño mientras observaba como Chanyeol se llevaba un dedo sobre los labios para indicarle que se quedara en silencio. El Alfa cerró sus ojos y se tumbó contra el suelo haciéndose el dormido por unos segundos para luego abrir uno de sus ojos observando a Baekhyun que seguía con cara de querer mandar a todos a tomar por culo.

El alto frunció su entrecejo cerrando fuertemente sus ojos para indicarle que debía hacerse el dormido también. Baekhyun entendió inmediatamente iluminando su rostro como si acabara de realizar el mayor descubrimiento de la historia, apresurándose en seguir las indicaciones de Chanyeol sin protestar por primera vez.

Escuchó claramente el sonido del metal deslizándose toscamente sobre su riel, proveniente de la puerta que supuestamente abrirían para hacerles el dichoso cateo, seguido del resonar de gruesos zapatos chocando contra el suelo cada vez que sus dueños daban un paso. Baekhyun trató de mantenerse lo más tranquilo para pasar desapercibido ante aquellos, que asumió eran parte del cuerpo de seguridad.

Sus sentidos estaban tan agudizados que hasta podría jurar que estaba observando aquella escena a la perfección, caminaban por encima de ellos mientras los agitaban bruscamente para asegurarse que estuviesen totalmente paralizados bajos los efectos de aquel sedante. Joder, ¿y si abría los ojos? Estaría perdido.

Sintió el cuero de la bota rozar levemente su mejilla mientras golpeaba fuertemente, haciéndolo estremecer internamente. Unas ásperas manos lo habían tomado por el cuello de su camisa, dejando su rostro en evidencia.

—¿No es éste Byun Baekhyun, hijo del presidente Byun? —le dijo a alguien que seguramente estaba cerca de ellos. Una voz ronca bufó divertido junto a ellos, entonces entendió que el otro seguramente estaría revisando a Chanyeol o a Kyungsoo.

—Sí, no podría olvidar su rostro, se parece mucho a su madre. —contestó echándole un vistazo, restándole importancia, cosa que agradeció. —Y mira quién es su Alfa... —dijo entre sorprendido y estupefacto —Park Chanyeol, hijo del segundo Jefe de Estado, al parecer finalmente cedió a someterse al Sanyang.

—Se lucieron uniendo a estos dos —comentó entre risas mientras lo dejaba nuevamente sobre el suelo, siguiendo su ardua revisión.

¿Pero qué demonios? ¿Era Chanyeol el hijo del segundo Jefe de Estado? Desde un inicio había deducido que el Alfa era un Clase A, sin embargo, nunca imaginó la importancia de su familia. Pero aparte de eso, nueva información había llegado a sus oídos, el Sanyang sin duda era una basura totalmente fraudulenta y agradeció por un momento que el imbécil de Chanyeol no fuese realmente su Alfa. Aunque algo dentro de él se desilusionó al mismo tiempo, pero esa era otra de las muchas cosas que no iba a aceptar. Pero sucedió.

Baekhyun no estaba seguro de cuánto tiempo había pasado ya, no menos de media hora y joder, sus ojos empezaban a dolerle por estar cerrados tanto tiempo. Sinceramente ya estaba cansado de oír las voces de los idiotas de seguridad hablando mierda y media durante todo ese lapso de tiempo. No habían encontrado nada extraño, según acababan de mencionar mientras salían en conjunto por la misma compuerta por la que entraron cerrándose segundos después.

Se mantuvieron inmóviles, por si alguien se había quedado observando si alguien era lo suficientemente estúpido como para saltar cantando victoria antes del tiempo. Escuchó la compuerta abrirse nuevamente mientras más pasos se alejaban, estaban en lo correcto.

—¡¿Todos están aquí?! —gritó de repente Chanyeol mientras Baekhyun abría rápidamente sus ojos para observarlo con una gran interrogante en su semblante. El eco de la grave voz del Alfa rebotó por las paredes de la estancia, haciéndolo estremecer secretamente.

—¿De qué hablas, quienes son todos? —preguntó con cierto tono de desesperación, sin embargo no fue necesario que el aludido le contestara pues varios cuerpos empezaban a levantarse rápidamente y pudo observar que JongIn formaba parte de ellos. Baekhyun volvió a suspirar inflando sus mejillas para mantener la calma.

—Debemos apresurarnos. —Chanyeol se dirigía a él únicamente. —creo que mereces que te de una breve explicación, ya esperaste demasiado, debo decir que me has sorprendido. —confesó

—Escúpelo de una vez.

—Vamos a escapar de aquí. —se limitó a decir. —por eso te inyecté el suero, para que no cayeras como los demás idiotas aquí presentes.

—¿Y cómo pretenden que salgamos de aquí? —no pudo evitar mostrarse interesado, realmente quería salir de esa mierda. El alto sonrió soberbio.

—Te dije que sabía muchas cosas. —presumió —conozco éste edificio como la palma de mi mano. —se acercó a Baekhyun instintivamente, haciendo que el aludido enarcara una ceja. ¿Coqueto?

—¿Pero, y Kyungsoo? —reaccionó acordándose de su amigo, que estaba recostado en uno de los hombros de JongIn mientras intentaba mantenerlo de pie. Chanyeol observó a su compañero y luego regresó su mirada a Baekhyun.

—Viene con nosotros.

Baekhyun sonrió inconscientemente mientras corría a tomar a Kyungsoo por el otro brazo, ayudando a JongIn en su tarea de llevar a su amigo a como diese lugar. Chanyeol gritaba dando órdenes a diestra y siniestra las cuales eran acatadas sin protesta alguna. Realmente Chanyeol era la clase de Alfa que vez raras veces, era normal que un Alfa fuese posesivo, orgulloso, tenaz y soberbio sin embargo, no todos tenía la capacidad de ser un líder. Realmente, eran contados. Y Baekhyun se dio cuenta de esa cualidad del alto mientras lo estudiaba detenidamente sin que éste se diera cuenta.

Y era caliente, también.

Baekhyun se regañó a sí mismo cuando nuevamente se sorprendió pensando en Chanyeol como si realmente pudiese elegir quien era su Alfa. Porque no quería a Park Chanyeol junto a él.

Los subordinados habían abierto la ventilación que se encontraba arriba de la compuerta trasera dentro de la estancia, era lo suficientemente grande como para que pudiesen pasar a gatas, sin embargo, él debía arrastrar al pobre Kyungsoo, quien no se enteraba de nada de lo que estaba sucediendo en esos instantes.

Chanyeol le ayudó a subir, mientras que JongIn empujaba al sujeto inconsciente justo después de que Baekhyun hubiese llegado al conducto. Gatearon unos diez metros aproximadamente antes que el estrecho pasillo se abriera ante ellos, dándoles la oportunidad de poder andar a pie desde ahí. JongIn decidió que sería mejor si llevaba a Kyungsoo sobre su espalda, pues así andarían más rápido, y entre más rápido salieran de ahí, mejor.

Chanyeol le había comentado brevemente en el oído, luego de haber caminado por unos eternos veinte minutos, que estaban a punto de lograrlo. El aliento del Alfa chocaba contra el lóbulo de su oreja, causándole un hormigueo que trató de reprimir inútilmente. Asintió.

Por supuesto que su intento por escapar no podía terminar tranquilamente, porque la estúpida alarma volvió a resonar en aquel lugar, rompiéndoles el tímpano a más de uno, quienes se negaban a morir en ese sombrío lugar lleno de humedad y mugre. Empezaron a correr por inercia, siguiendo el flujo del pasillo. Estruendosas explosiones se alcanzaron a escuchar justo detrás de ellos. ¿Cómo los habían alcanzado tan rápido?

El sonido de un ejército marchando a sus espaldas hacía que Baekhyun quisiera correr aún más rápido, como nunca lo había hecho antes. Chanyeol lo tomó por la muñeca, para que pudiese seguir su paso, halándolo mucho más fuerte, casi arrastrándolo mientras se metían a una pequeña cueva, indistinguible para aquel que no supiese que ahí estaba.

Se adentraron rápidamente por aquel túnel, un extraño fluido tocó los pies de Baekhyun. ¿Es que no conocían algo más aparte del agua? Porque acababan de dejar de seguirlos cerrando las compuertas, encerrándolos, siendo aquel túnel su única salida. Debían actuar rápido.

—Corre Baekhyun. —ordenó Chanyeol soltando su muñeca y empujándolo hacia adelante mientras él se dirigía de regreso a la puerta del túnel.

—¿Adónde te diriges? —preguntó mientras empezaba a seguir al Alfa

—Joder, Baek. ¡Haz lo que digo! —insistió molesto. Baekhyun lo ignoró yéndose detrás de él.

Chanyeol lo hubiese obligado a detenerse de no ser porque el agua empezaba a llegarle a los tobillos, debía asegurarse que todos hubiesen entrado al túnel para poder cerrarlo y quedarse en paz. Así que subió corriendo, con un Baekhyun tocándole los talones. Todos entraban rápidamente, JongIn corría lo mejor que podía, y vaya que era rápido tomando en cuenta que traía a un pequeño polisón en su espalda.

Joder, eran adorables.

El fluido había comenzado a llegar a las rodillas de Baekhyun, quien estaba expectante igual que Chanyeol. Pasó el último individuo dentro del túnel, quien recibió unas pequeñas palmadas en los hombros por parte del Alfa líder, mientras le sonreía ampliamente. La sonrisa de Chanyeol era igual de sensual que él.

El Omega observó cómo se movía ágilmente empujando una enorme roca que yacía cerca del hueco para poder cerrarlo. El Alfa forcejeaba mientras soltaba pequeños bufidos, Baekhyun observaba inmóvil tratando de analizar todo lo que acababa de vivir, sin embargo uno de los gruñidos de Chanyeol lo despertó como una cachetada. Se apresuró en ir a ayudarle, empujando de igual manera aquella enorme piedra.

El agua no ayudaba de mucho, se tardaron aproximadamente diez minutos en poner el sello del túnel como correspondía, haciendo que el agua empezara a cesar poco a poco. Sus respiraciones estaban agitadas y ellos se encontraban exhaustos. Baekhyun se atrevería a decir que habían sido demasiadas emociones por un día, pero estaría mintiendo, porque siempre solía meterse en esa clase de situaciones.

Como si tuviese un puto imán en el culo para esa clase de cosas.

—Gracias. —alcanzó a decir entre jadeos, ganándose la atención de Baekhyun.

El Omega lo observó sin decir nada. Cuando lograron recobrar un poco de sus fuerzas empezaron a caminar por entre el túnel, retomando el camino que habían seguido los demás. Andaban en silencio, sin decir nada, todavía existían muchas cosas que Baekhyun quería saber y preguntarle al Alfa, sin embargo se dedicó a permanecer callado por un momento.

—Desobedeciste. —dijo rompiendo el silencio cuando ya iban a medio camino. Baekhyun asintió restándole importancia. —Aún necesitas modales. —rió divertido.

—¿Hablas de tu polla en mi boca? —se burló.

—¿No te han enseñado a respetar a tus Alfas? —enarcó una ceja, sonriendo.

—No, para ser sincero. —soltó, haciendo que Chanyeol volteara a verlo por primera vez desde que habían empezado a correr por el túnel. Baekhyun se dio cuenta. —siempre he sido un dolor de cabeza para mi padre, realmente ha intentado que me comporte como el Omega que debería de ser, pero soy demasiado testarudo, lo acepto. —Chanyeol bufó, divertido.

—Sí. Había escuchado algo al respecto, pero no creí que fueras un caso tan severo. —se sinceró, desviando la mirada hacia el frente.

—¿Cómo sabes de mi? —no pudo evitar preguntarle. —Y no me vengas con esa mierda de "te dije que sé muchas cosas" —expresó tratando de imitar la grave voz de Chanyeol burlonamente.

—Lo sabrás en un minuto. —dijo observando al frente mientras sonreía ampliamente.

***



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