3-Matrimonio Obligado (+18)

Por FamiliaGotti

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No se permite el uso de los personajes ni de la trama sin mi permiso. Rory Gotti más conocido como Zeus se ve... Más

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 10
Capítulo 11
Nuevos personajes
Capítulo 12
Capítulo 13
Epílogo
ayudaaaa

Capítulo 9

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Por FamiliaGotti

(POV AZAHARA)

Menos mal que todo había acabado bien más o menos. Había llegado el médico que había ido de inmediato a ver a Zeus. El corte que tenía en el pecho era bastante más grave de lo que él me había dado a entender. Mientras el doctor trabajaba con él a mi me habían limpiado la herida del labio. No tardaron ni dos minutos. Como todavía estaban ocupados con Zeus y ya me habían dicho todos lo que se alegraban de que estuviese bien salí a la calle e hice algo que nadie sabía que hacía desde que tenía quince años.

Saqué un cigarro sin importarme que me viese nadie. Estaba bastante nerviosa por lo sucedido. Estaba fumando en las escaleras cuando alguien se acercó a mí. Iba totalmente de negro y no se le podía ver nada. Parecía una mujer. Se acercó a mí y yo me levanté. Había algo que no me daba muy buena espina.

— ¿Qué quieres? —le pregunté.

— ¿Quién eres? —vale, normalmente desde que estaba casada con Zeus todos me conocían y nadie me hablaba con "tanta falta de respeto."

—Soy la señora Gotti, la esposa de Zeus Gotti. —Durante un tiempo se quedó quieta, después saco un papel de su bolsillo.

—Esto es para el señor Gotti. No debe leerlo ya que es alto secreto. —Prácticamente le arranque la nota de las manos y seguidamente se fue sin decirme nada.

—Señora, el doctor ya se va y el señor la está esperando arriba. —Salió Jeffrey a llamarme.

Entré dentro de la casa tirando el cigarro fuera bajo la atenta mirada del mayordomo. Al pie de la escalera estaba el doctor de los Gotti.

—Doctor muchas gracias por haber venido tan rápido. —Le dije al médico cuando llegué a su lado— ¿No ha habido nada raro no?

—Nada, todo bien. Ahora mismo la está esperando y está perfectamente.

—Muchas gracias doctor.

—A usted señora Gotti. —Me despedí y subí de tres en tres las escaleras para llegar a nuestra habitación.

Entré sin llamar a la puerta y en la cama estaba Zeus con el pecho descubierto y unos pantalones de pijama. Llevaba el pecho vendado a la altura de los pectorales justo donde Paulo le había dado el navajazo. Al lado de él, pero fuera de la cama obviamente sino habría sido raro, estaba Tony.

—Bueno parejita os dejo poneros al día. —Y se fue, tras darme un apretón en el hombro.

Zeus me sonrió y palmeo en la cama para que fuese a su lado. No me lo pensé dos veces y fui hasta allí.

— ¿Qué tal estas? —Me preguntó

—Creo que debería ser yo la que preguntas eso. —Le contesté rozando el vendaje.

—No es nada grave. Duele menos que un balazo. O que esto. —Se giró dándome la espalda donde había una fina cicatriz.

— ¿Y eso?

—Un recuerdo de mi esposa la última vez que estuvimos juntos.

— ¿Eso te lo hice yo? —El asintió sonriendo.

— ¿Por qué te fuiste con él a solas? —No, tan pronto no.

—Pues... porque estaba sola. A ver si, hablaba con Bianca y con Viola y eso, pero no sé. Ellas tenían que estar con sus maridos y sus hijos.

—Te oí decirle que me amas—dijo después de un rato en silencio como pensando. Mierda, lo había escuchado. Era una debilidad, tenía que mentirle. Bueno que más daba.

—Sí. En ese momento lo sentía. No quería que él me tocase, ni él ni ningún otro.

—Eso me alegra Azahara. —Bien ¿Qué esperabas Aza? ¿Qué te declarase su amor? Sigue enamorado de Angelic.

Y al pensar en ella no sé porque pero me acordé del papel. Lo saqué sin desdoblar de mi bolsillo trasero y se lo di a Zeus.

—Me lo ha dado para ti una mujer, dice que era alto secreto. —Zeus se quedó pálido, eso era raro.

Desdobló la nota y la leyó. Después apartó su mirada del papel y me miro directamente a los ojos.

— ¿Has visto quien era?

—No, iba toda de negro y bastante tapada.

Observé como apretó los puños hasta que se le quedaron blancos los nudillos. Cuando pareció relajarse me sonrió de manera algo tirante.

— ¿Es algo malo?

—Es algo sin importancia. —me cogió de la mano y tiro haciendo que me acercase a él. —Te he echado de menos.

—Yo también...

Me acarició la cara suavemente y me besó intensamente. Noté todo lo que le había necesitado y supe que nunca podría sentir lo mismo con ningún otro hombre. Me puso a ahorcajadas encima de él notando su erección.

—Zeus... no sé si es bueno para tu herida.

—Es todo lo que necesito créeme.

Volvió a besarme y me quito su chaqueta que llevaba todavía. Me sentí a avergonzada porque aun seguí ahí la camiseta rasgada... Me miro a los ojos y me la quito con cuidado. Me acerco más a él y me beso lo que quedaba expuesto de mis pechos por encima del sujetador. Estaba muy excitada y necesitaba aliviarme un poco por lo que comencé a rozarme contra él.

Parecimos perder el control ambos porque nos olvidamos de los preliminares y de todo. Zeus nos separó un poco y se estiro a la mesilla donde abrió un cajón y sacó una navaja. Estaba desconcertada entonces la acerco a mis pechos, confiaba en él sabía que no me haría daño pero... Entonces rompió el sujetador con un simple movimiento de la navaja y la tiro al suelo bien lejos.

Mordió mis pechos con bastante fuerza y eso me gustaba mucho. Yo no me quedé quieta y le baje los pantalones junto con el bóxer. Su miembro era grande y grueso. Le besé en la venda que llevaba en el pecho.

—Joder Aza, tus pechos son perfectos. —Dijo amasándolos con ambas manos mientras yo gemía fuertemente.

—Te necesito...

Entonces él rápidamente me bajo los pantalones y rasgo el tanga que llevaba con las manos.

—Hey, era mi preferido.

—Qué pena, tendrás que comprar más.

Estimulo un poco mi sexo aunque no hacía falta la verdad, estaba segura de estar preparada para él. Recuerda Azahara si lo quieres mantener contigo debes ser el mejor sexo de su vida, olvídate de los prejuicios y de las malditas monjas. Pensé que se pondría encima, pero él me alzo con el brazo que no estaba herido y me posiciono sobre su erección haciendo que entrase de una manera diferente a la última vez que lo hicimos.

—Yo... no sé qué debo hacer ahora. —Le dije con vergüenza.

—Entonces te enseñaré.

ME cogió de las caderas y me ayudo a subir a bajar de manera que provocase un intenso placer en ambos. Así lo sentía mucho más. Me lancé de nuevo a sus labios dándonos un beso bastante tórrido. Comencé a cabalgarle más duramente mientras Zeus acercó su boca a mi cuello. Sentí como succionaba y después un poco de dolor placentero. Eso hizo que me excitase más.

Cuando estuve a punto de llegar al clímax comencé a gritar como si estuviese poseída por el mismísimo demonio. Y así era, estaba poseída por Zeus Gotti. Cuando al fin llegué Zeus me dejo quita pero subió y bajo sus caderas más rápido y fuerte consiguiendo que llegase otra vez, pero esta vez con él.

Lo abracé fuertemente y tuve que contenerme para no llorar de emoción. Había sido realmente intenso y maravilloso, esperaba que para él también hubiese sido así. Le tenía que decir algo, pero él habló antes.

—No vuelvas a irte con ningún hombre y a partir de ahora tu guardaespaldas únicamente será Sandra ¿De acuerdo? —Asentí, me parecía bien. Me besó intensamente y noté que volvía a excitarme. —Y si vuelves a ver a la mujer de la nota intenta evitarla. —Volvió a besarme de la misma manera. Joder si seguía así no saldríamos nunca de aquí.

—Vale, espera. Yo... yo solo quiero decirte que te perdono. —Ya estaba dicho.

—Que me perdonas... Vale. ¿El qué? —Mierda me iba a hacer decirlo.

—Que te hayas acostado con mi hermana.

— ¿Cómo? No quiero ni saber de dónde has sacado reverenda estupidez, pero es....

—Shhh. —Dije tapándole los labios con un dedo en señal de silencio. —Déjalo, no estropees este momento.

Después de unos momentos intentando explicarse conseguí que desistiera de eso y volvimos a algo mucho más placentero que no llevo hasta la hora de la cena. Cuando por fin me dejó salir de entre sus brazos salí de la cama totalmente desnuda en busca de ropa. No hacía falta una ducha dado que nos la habíamos dado hacia unos momentos. Ambos. Juntos. Y bufff. Me hacía gracia salir de la ducha más "sucia" de lo que había entrado. Después de salir nos habíamos vuelto a la cama para hablar un rato.

Me estaba poniendo una falda de vuelo rosa palo cuando Zeus me pegó a su cuerpo haciéndome notar su erección.

—Me haces ser insaciable... —Me susurró al oído para después darme un beso en la nuca y darme la vuelta. Volvió a besarme haciendo pegar mis pechos desnudos a sus pectorales también desnudos.

—Para... tenemos que ir a cenar.

—No. —Me condujo besándome hasta la cama donde me volvió a tirar. Mientras metía su mano por debajo de la falda sonriéndome cogió un teléfono que había en mi mesilla. Lo cogió y marco un solo número. —Jeffrey que nos suban aquí la cena.

Tras unos minutos llamaron a la puerta y Zeus salió a recibir a la criada en albornoz intentado disimular la erección que le había provocado con mis dulces manitas.

(POV ZEUS)

"Ya queda menos mi amor."

Estúpidas notitas. No me había librado de ella ni en Rusia y todas hacían alusión a lo poco que faltaba para vernos, o que me echaba de menos y siempre, siempre, siempre usaba un apelativo cariñoso hacia mí.

Me ponía muy nervioso, pero que hubiese estado con Azahara me sacaba de mis casillas. Debía reforzar la vigilancia porque no quería poner en peligro a mi esposa. Azahara estaba dormida, era bien entrada la madrugada.

Me levanté y me puse una camiseta negra y unos vaqueros del mismo color. Me calcé y bajé a los sótanos. Ese hijo de puta seguiría allí. En la entrada a los sótanos estaban un puñado de mis hombres vigilando.

— ¿Dónde está? —Todos sabían perfectamente a quien me refería.

—Pasillo H, puerta 329 izquierda.

Asentí y me dirigí hasta allí. Cuando por fin llegué a la maldita puerta entré sigilosamente. El cabrón ese estaba de pie, pero dormido y esposado de pies y manos. Me acerque a él sin hacer ruido y le propiné una patada directa a la boca del estómago haciendo que se despertara mientras escupía sangre.

—Espero que hayas disfrutado de tu vida porque aquí se acaba.

—Valiente mientras me tienes atado.

— ¿Cómo tu tenias a mi mujer?

Parece que solo es consiguió desatar su furia ya que se removió tirando de sus cadenas.

—Es mi mujer, soy yo el que ha estado con ella durante casi seis meses. Tú la has abandonado con gente que no conocía.

Le di unos cuantos puñetazos en la mandíbula hasta que se la partí. Hizo un gesto de dolor.

—Ante los ojos de Dios, ante los míos y ante los de ella Azahara es mi esposa, mi mujer. Creo que te lo dejo bien claro.

—Eso es porque todavía no la ha entendido. Pronto lo hará, en cuanto se dé cuenta de que eres un pedazo de mierda.

En ese no le faltaba razón. Pero Aza era MI mujer. Patada en las piernas. Hice durante un rato algo de boxeo con él intentando no escuchar lo que me decía. Escuché crujir un par de hueso, pero no le di la menor importancia y seguí con mi trabajo. Cuando me cansé salí a llamar a dos de mis hombres. Estos entraron y vieron las condiciones en las que estaba su antiguo compañero. Era bueno que lo viesen así sabrían como quedarían si intentaban hacer algo parecido.

Les indiqué que lo moviesen a una camilla que había. El tipo había perdido bastante sangre, pero seguía con fuerza. Lo ataron a la camilla y me volvieron a dejar a solas con él.

—Me da igual morir.

— ¿Ah sí? —Dije divertido.

—Porque tal vez no en esta vida, pero en la siguiente ella y yo estaremos juntos y nadie nos podrá separar entonces.

Maldito hijo de puta. Le hice cortes bastante profundos con un cuchillo y se lo clavé cerca de la ingle, pero sin que llegase a ninguna arteria importante. Lanzó un grito de dolor. He de admitir que estaban muy bien entrenados para soportar dolor.

—Últimas palabras... —Cuando iba a empezar a hablar no le dejé —En realidad no me importan.

Saqué de uno de los armarios una botella de lejía y busqué una jeringuilla. Le introduje la lejía a través de las venas y está vez sí que inyecté en la aorta. Esto le quemaría las venas por dentro.

Esperé un poco hasta que comenzó a sentir el arder de sus venas y empezó a gritar. Le sonreí despiadadamente y salí cerrando la puerta con llave. Una llave que solo yo y mi familia tenían. Mientras me iba podía escuchar los gritos de dolor de ese cabrón. Cuando salía por la puerta aun los podía oír y observé como los otros guardias estaban pálidos, pero no dejaron que en su cara se reflejara el temor de lo que estaba pasando.

—Mañana por la mañana uno de nosotros vendrá para que os lo llevéis.

Asintieron fielmente y subí de nuevo a mi habitación. Observé si Azahara seguía dormida y al comprobar que era así me metí rápidamente en el baño de mi habitación para meterme en la ducha y quitarme toda la sangre que llevaba encima.

Cuando salí me volví a la cama donde Azahara seguía dormida. Podía acostumbrarme a esto. Durante el tiempo que dormí soñé con un niño moreno, de ojos marrones que me sonreía. A la mañana siguiente le deje a Camilo un mensaje en Whatsapp para que fuese a por el brasileño.

Yo: Tú, cuando te dignes a levantarte como siempre ve a los sótanos y vete a llevarte al hijo puta ese. Lo trituráis bien y se lo mezcláis a los perros de rastreo con la comida.

Camilo: Hey, ¿por qué siempre me toca a mí el trabajo asqueroso?

Yo: Porque eres el pequeño y punto.

Deje el móvil a un lado cuando noté que se comenzó a despertar. Sonriendo me dio los buenos días, pero cuando fui a besarla salió disparada al baño. Extrañado la seguí y cuando entré la vi...

La vi lavarse los dientes. Había saltado despavorida sin besarme para lavarse los dientes. Estaba perplejo.

— ¿Se puede saber que haces? —cuando se enjuago ya la boca.

Se acercó a mí sonriendo y me dio el beso que le había intentado dar yo de "buenos días."

—Darte un beso. —La miré con una ceja alzada y ella se sonrojó. —Es que tengo mal aliento por las mañanas.

Me comencé a reír y ella se me quedó mirando atentamente.

—Me gusta el sonido de tu risa y tu sonrisa también. Es raro de verlas.

En eso tenía razón.

—Gracias, y todo el mundo tiene mal aliento por la mañana.

—A ti no te huele mal.

—Eso es porque me ves con buenos ojos. —Le di un beso cargado de pasión y noté mi erección.

—A no, más no. Tenemos que recuperar nuestras vidas. A saber que estarán pensando de mi tu familia.

—Nuestra familia cara.

Cuando bajamos al salón escuchamos como Camilo y Viola discutían acaloradamente en italiano.

Non voglio tornare a vederlo vicino a te. —No tenía ni idea de quien hablaban.

Per favore Camilo, assolo è venuto a visitare TUO fratello — ¿Quién me ha venido a visitar? Bueno también podía ser a Tony.

— ¿Qué les pasa? —Susurró Azahara.

—No sé. Peleas de enamorados. —Le contesté. Me volví hacia ellos que estaban tan enfrascados en su discusión que no se habían dado cuenta de nuestra presencia. —Eh vosotros dos, ¿se puede saber qué pasa?

Ambos se volvieron hacia nosotros.

—Farid está aquí. —Dijo recalcando con énfasis el nombre de nuestro visitante. —Quiere hablar contigo y de paso flirtear con MI esposa.

Bien ya lo entendía todo. Rodé los ojos y conduje a Azahara conmigo fuera del salón.

—Me ha dicho un pajarillo que te gusta eso de la cocina. Bien está es la cocina que usamos nosotros. Tienes a Jeffrey y a algunos empleados a tu disposición para lo que quieras. Yo voy a hablar con Farid.

Ella asintió.

— ¿Por qué estaba así Camilo?

—Los Gotti somos muy celosos y territoriales en cuanto a nuestras mujeres. Farid estuvo a punto de casarse con Viola cuando ella volvió de América y mi hermano se sigue sintiendo "amenazado" por él debido a que ella le guarda gran aprecio.

—Pero Viola quiere muchísimo a tu hermano, se le nota cuando están juntos y cuando no lo están solo sabe hablar de él.

—Ya, pero como te he dicho somos muy celosos y los celos nos ciegan, cara.

Ella me sonrió y me dejo ir a ver a Farid.

Entré en el despacho y allí estaba él esperándome. Me comentó que estaba por aquí por negocios. Todas las familias pertenecientes a la mafia tenían negocios como tapadera. El mío eran los clubes, los restaurantes caros... Teníamos bastante de todo.

Cuando se fue me di cuenta que en el sofá había una notada clavada al sofá con un cuchillo. Esa mujer había estado dentro de mi casa, ¿quién coño sería? Cogí la nota para leerla.

"Qué recuerdos me trae este despacho. Ya me he enterado de lo tu mujercita, no creas que me ha hecho gracia. También he descubierto que solo permaneceréis solo seis meses más casados. No sé si seré capaz de esperar. Estoy cerca de ti amor mío."

Mierda, había metido a Azahara en esto. Eso no lo podía consentir. Necesitaba saber quién era esa mujer.


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