-Ivania ¿podemos parar esto?
-No, otra vuelta.
-Está bieeeen....
Eran las 7 am, hacia un frío terrible y estaba nevando un poco. Estaba corriendo los kilometros que me tocaban el día ya que pronto esto se volvería un copo blanco y no podremos salir.
Era mi primer mes y había bajado tres kilos, lo sé muy poco. Pero es algo y estoy feliz de haberlo bajado.
-Ya, iré a dormir a casa. Nos vemos en navidad.
Comencé a reírme mientras corría detrás de Jordana, cada una tomó su camino porque yo debía ir al orfanato para ver a los niños.
-Hola, buenos días.
-Ivania, hola. Creíamos que no llegarías, pasa te daremos chocolate.
Entré y la atmósfera calientita que envolvía el lugar me cobijó, a pesar de ser un lugar triste se sentía realmente unido.
Los niños no podían salir a jugar porque estaba la nieve, habíamos comenzado recolecta de ropa de frío pero no tenia tanto alcance. Así que iré por toda la ciudad buscando ropa para ellos, es lo menos que puedo hacer.
Ellos siempre me reciben con una sonrisa y yo a ellos los quiero mucho.
-Hoy haremos ejercicio.
-¡No! Ivi queremos jugar.
-Pero se van a enfermar si siguen haciendo nada, anden. Solo un poquito. ¿Saben que se puede jugar y hacer ejercicio? Mi doctor me enseñó.
Y así comenzamos los ejercicios divertidos sin saber que pasaría después.
Me puse de acuerdo con todos para ayudarles en navidad y me fui a casa feliz.
-Mamá, ya volví.
-Hola Ivi.
Me congelé al oír su voz... ¿Qué hace Pattie aquí?
-Hola...
-Ivi, Pattie vino a ayudarme con la cena. Cenarán aquí en navidad.
Asentí con la cabeza y saludé a Pattie para luego subir las escaleras y tirarme a la cama a llorar.
No creo soportar la mirada de Justin y recordar todo lo que me dijo. No puedo hacerlo.