Me levanto del sofá y voy hasta la cocina.
Abro los ojos y me paro un poco al ver que una rubia se encuentra en ella con una simple camiseta que le llega hasta las rodillas, puesta en su cuerpo.
-Hola- Digo casi en un susurro.
Ella se voltea un momento y me observa de arriba a bajo.
-Hola- Espeta y se voltea.
Creo que no le gusta mi presencia.
Como si a mí la suya me agradara.
Abro el frigorífico y saco unos huevos. Luego enciendo el fuego y preparo la sarten, para hacerme una tortilla.
-¿Te estás tirando al bombón de Alex?- Pregunta ella.
La miro confusa y niego.
-No sabes lo que te pierdes- Su carcajada me desconcierta.
-¿Pero si estás con Stephen por qué te acuestas con Alex?
Otra carcajada de su parte hace que frunza el ceño.
-Cariño, no estoy con Stephen. Sólo es por diversión, ¿o a caso no sabes lo que es sexo por diversión?
En verdad sé lo que es, pero nunca he tenido. Ni siquiera he tenido sexo con alguien.
¿Mojigata? Por algo me lo dicen.
No la contesto y sigo preparando mi comida/merienda.
La chica se toma una pastilla y bebe agua mientras me observa. Su mirada me pone nerviosa, es tan curiosa y penetrante.
-Pareces buena, ¿qué haces con ellos?
Muerdo mi lengua sin saber que decir.
Ni siquiera yo sé porque estoy aquí.
-Me quedo unos días ya que en mi casa están de reformas- De inmediato digo lo primero que pasa por mi cabeza.
-Que raro, Stephen me había dicho que estás con Alex. Por eso te he preguntado lo de si te lo tirabas.
Aprieto mis puños y siento como el enfado se instala en mi cuerpo.
¿Por qué ha tenido que decirle eso a esta chica?
¿O por qué si quiera ha tenido que nombrarme?
-No estoy con Alex, solo es un amigo- Espeto.
La rubia asiente mientras se apoya en la encimera a mi lado.
Cojo una tenedor, para darle la vuelta a la tortilla y espero unos minutos a que se haga del todo.
La mirada de ella sigue en mí y llega a ponerme nerviosa.
-¿Cómo te llamas?- Pregunta la chica de pronto.
-Alice- Respondo poniendo la tortilla en un plato limpio.
-¿La famosa Alice? He oído hablar mucho de ti.
-¿En serio?- Pregunto sorprendida.
-Sí.
No dice nada más y me deja con la intriga.
Cojo un tenedor y un cuchillo, me coloco en la mesa de la cocina y comienzo a comer mi comida.
La rubia por fin se va, aunque sin decir nada, pero por lo menos me deja tranquila. Su presencia me ponía nerviosa.
Después de lavar todos los platos, vuelvo al salón.
No sé donde está Stephen y tampoco donde está Alex.
Debido al tremendo aburrimiento que llevo encima, cojo mi móvil. Me sorprende ver que tengo siete llamadas: seis de mi tío Roger y otra de Nora.
Llamo primero a mi tío Roger.
-Hola tío, ¿qué ocurre?- Pregunto sonriendo.
Escucho un sollozo en la otra línea y mi corazón se desboca. Me incorporo en el asiento y pregunto alarmada:
-¿Qué ocurre?
-Emily, es Emily. No ha dormido en casa y tampoco ha venido a comer. ¿Está contigo no?- Dice demasiado rápido.
Un nudo se instala en mi garganta.
-No-no.
-¡Oh por Dios!- Exclama mi tío rompiendo en llanto- Alice, buscala, por favor. Voy a llamar a la policía, ¡ayúdame cariño!
Asiento y cuelgo rapidamente.
Las lágrimas se agolpan en mis ojos mientras siento que las piernas me fallan al intentar levantarme. Corro sintiendo como las lágrimas se deslizan por mis rojas mejillas y golpeo la puerta de Stephen, rezando porque él se encuentre dentro.
-¡Stephen!- Grito llorando- ¡Ayúdame!
La puerta se abre minutos después y un Stephen semi desnudo aparece tras ella. Sólo lleva puesto un bóxer en su cuerpo.
Ignoro mis hormonas mientras rodeo con mis brazos los costados de él.
-¿Qué pasa?- Pregunta.
-¡Emily, no está!- Exclamo desesperada.
-¿Cómo?
-No ha vuelto a su casa- Escondo mi cara en su pecho inhalando su dulce aroma.
-¿No has pensado que puede estar con Alex?- Mi cara se pone roja de la vergüenza mientras me separo de él.
-¿Estar conmigo? ¿Quién?- Volteo hacía Alex que nos mira confundidos.
-Alex- Sonrío esperanzada, entre lágrimas- Dime que has estado toda la noche y la mañana con Emily.
Niega con la cabeza y siento como mi corazón se para.
Me siento en el suelo, notando como el aire me falta poco a poco. Intento tranquilizarme limpiando mis lágrimas y respirando lentamente.
-¿No estarás pensando lo mismo qué yo?- Oígo que Alex dice.
Yo simplemente escondo mi cabeza en mis rodillas.
-Adam- El gruñido de Stephen retumba por todo el pasillo.
Sollozo sin entender nada de nada.
¿Por qué me tiene que estar pasando esto?
-¿Es por mí culpa verdad?- Grito levantando la cabeza.
-No, Al, no lo es- Alex se sienta a mi lado y pasa un brazo por mis hombros.
Lo abrazo mientras lloro más fuerte. Los sollozos hacen eco en el pasillo, donde reina el silencio.
Entonces siento unos brazos envolver mi espalda, luego soy levantada. Ni siquiera abro los ojos pero sé quién me tiene cogida. Su aroma lo dice todo. Rodeo mis brazos en su cuello y mis piernas en su cadera e ignoro los pinchazos en mi estómago.
Hasta en estos momentos mi cuerpo reacciona tan bien hacía él que me sorprende mucho.
Stephen me coloca en la cama donde desperté aquella vez y pone las mantas por encima de mí, sin llegar a tapar mi rostro.
-Quedate, por favor- Susurro alargado mi brazo.
Él me mira totalmente serio. En cualquier otro momento hubiera sentido miedo de su fría mirada, pero ahora no siento eso.
Ni siquiera sé lo que siento hacía él, estoy confundida.
Tarda más de lo que pensaba en darme un respuesta, bueno realmente no responde, se mete en la cama junto a mí.
Mi cabeza descansa en su pecho mientras que él coloca su mano en mi cadera. Mis mejillas se sonrojan y mi respiración se acelera a medida que su mano sigue ahí. Totalmente fuera de mí, atraído su cuerpo todavía semi desnudo hacía el mío. Su piel suave y el agradable toque de su mano en mi piel, hace que me relaje un poco.
Entrelazo mi mano con su mano libre y cada vez voy sintiendo como mis párpados se hacen más pesados. Unos minutos más tarde, se cierran totalmente y me duermo escuchando los latidos desenfrenados del corazón de Stephen, acompañando al mío.
* * *
Uoh, juro que si no estuviera frente a más gente hubiera soltado alguna lagrimilla haciendo este capítulo.
La acción comienza.
¡Ya odio a Adam!
Es un... hijo de su madre .-.
¡Pobre Alice!
Realmente me daba pena y tristeza el imaginarme su situación.
Una cosa que tenía que decir:
Habréis visto que la prota es virgen, bien. Quiero que sepáis que la cosa tenía que ser así y digo esto, porque en la anterior historia "criticaban" que la protagonista fuera virgen. Sinceramente pienso que deberías ser más comprensibles y entender que la historia la hace y la escribe la autora y ella elegirá lo más correcto.
Otra cosa importante, seguiré escribiendo, haber si puedo escribir uno o dos capítulos más por hoy. Aunque no prometo nada.
Sólo deciros eso y ah, muchísimas gracias por los mensajes alentadores.
¡Gracias!♥
Atte: Lucy.