—¡____!—la voz de Chuck me hizo mirar hacia adelante.
—Pensé que no te volvería a ver, amiguito.—le di un fuerte abrazo al llegar a su lado.
—Yo sabía que volverías...—
—Hola, Minho ¿Cómo estás?... Oh, muy bien, Chuck. Gracias por preguntar.—soltó el asiático con sarcasmo.
—Ah... hola, Minho.—reí al ver la cara desinteresada de Chuck.
—No quiero interrumpir su charla, pero ambos están hasta el cuello de problemas.—se me había olvidado que Newt estaba ahí.
No sé qué es lo que haré en cuanto a él.
El hecho de que no me recuerde me destroza el alma, pero no quiero estar mal por eso. No es culpa suya.
Llegué a la conclusión de que lo mejor que podía hacer es no volver a insistir en ello, al menos no de momento.
—Tranquilo, Newt.—intervino Minho—. La verdad creo que nos construirán un altar por ser los primeros en sobrevivir una noche en el laberinto, en especial a ____. Ella mató a un penitente.—
—¿ella... asesinó a un penitente?—
—Eso parece...—me incomodó su mirada—. Como sea... iré a buscar a Tommy.—
—En realidad...—Me tomó del brazo—. Esperaba que pudieras decirme algo sobre mi, lo que sea que recuerdes.—
No podía con esto ahora...
—Cuando todo esté más tranquilo, te contaré lo que me acuerde de ti.—solté antes de alejarme.
—Gracias...—
°•°
Apenas entré al bosque, no me llevó demasiado tiempo encontrar a Thomas. El tonto estaba apoyado en las enredaderas del muro, durmiendo a gusto.
Me senté a su lado tratando de hacer el menor ruido posible, pues no quería despertarlo.
Cuando quise darme cuenta, ya estaba profundamente dormida.
°•°
Unas lejanas voces me hicieron abrir los ojos, encontrándome con Minho, Alby y Newt.
—¿Qué quieren?—tallé mis ojos adormilada.
—____... ¿podrías decirme por qué estás durmiendo en brazos de otro?—Minho parecía ofendido.
Miré a un lado, notando que Thomas tenía su cabeza apoyada en mi hombro. Sonreí.
—Me imagino que sabrás porqué estamos aquí ¿verdad?—Alby me miró.
—¿por haber entrado al laberinto?—asintió.
—En 10 minutos haremos una junta, así que será mejor que te despiertes del todo. Quiero que me cuentes con lujo de detalles todo lo que pasó ahí dentro ¿ok?—
—Ok...—
Cuando todos se fueron, desperté a Thomas.
—Tommy... es hora de que despiertes.—sus ojos se abrieron lentamente, encontrándose con los míos. Se levantó exaltado.
—¡____, estás aquí!—me abrazó de repente.
—S-sí, estoy aquí... pero si sigues abrazándome tan fuerte no lo estaré.—
—Lo siento, es que pensé que ya no te volvería a ver.—
—No te librarás tan fácil de mi, Tommy. Ahora levántate, en unos minutos habrá una junta.—
—¿por qué?—
—Para decidir qué hacer conmigo y Minho por haber estado en el laberinto.—Thomas asintió vagamente.
°•°
Nos encontrábamos en la sala de juntas, Alby nos pidió a Minho y a mi que contáramos lo que pasó anoche en el laberinto.
Todos nos escuchaban atentos y cuando terminamos, Alby pidió la opinión de todos los que estaban en la junta.
Algunos creían que debía ser corredora, otros que merecía ser desterrada y otros pocos no estaban seguros.
—¿No es obvio lo que deben hacer?—escupió el tal Gally—. Al idiota de Minho deben pasarlo de corredor a fregadero y a la novata deben desterrarla. Rompieron nuestras reglas, ahora deben pagar las consecuencias.—
—Bah, cierra el pico, Gally.—Minho puso los ojos en blanco—. El único aquí que debe ser expulsado eres tú, por ser tan idiota y horrendo.—reprimí una risita por aquello.
—Ya hemos llegado a un veredicto.—Alby se puso de pie—. ____, tú pasarás dos días en la caja y cuando salgas, serás corredora...—
—Pero-
—Silencio, Gally. No interrumpas.—Newt se había enojado.
—Como decía... ____ serás corredora y Minho no podrá entrar al laberinto por un par de días... ¿entendido?—Minho y yo asentimos—. Eso es todo, ya pueden retirarse.—
Bueno... al menos no seré desterrada.