♡Get a rich boy♡ |L.S|

بواسطة iwhoopsr5

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{en edición} ♡Louis consigue un chico con dinero♡ Contenido: ♡Poemas memorizados. ♡Alcohol. ♡Drogas. ♡Dinero... المزيد

♡playlist♡
♡introducción♡
♥Get a rich boy: Let me♥
{editado}♡1: candy page♡
{editado}♡2: god damn♡
{editado}♡3: he's mine♡
{editado}♡4: daddy's little princess♡
{editado}♡5: bae, i'm gonna ruin u if u let me stay♡
♡6: if i get a little prettier can i be ur baby?♡
♡7: it feels like i'm dying♡
♡8: i need u to touch me♡
♡9: daddy's special touch♡
♡10: let me be the one♡
♡12: every single step♡
♡13: good boys smoke♡
♡14: baby, i'm perfect♡
♡15: hit me up when u'r rich♡
♡16: pacify her♡
♡17: hurt him♡
♡18: but boy, it's only u♡
♡19: sad words, sad boys♡
♡20: how did it become so violent?♡
♥Get a rich boy: Give me♥
♡21: blow a kiss, fire a gun♡
♡22: baby, go on, twist the knife♡
♡23: tell me what lovers do♡
♡24: i want i want i want♡
♡25: i'm not a little kid now♡
♡26: it's hard, 'cause you make me feel good♡
♡27: i just liked ur tattoos♡
♡28: what kind of bubblegum have u been blowing lately?♡
♡29: but i'm already coolest ♡
♡30: but we never prayed♡
♡31: red, white, blue's in the sky♡
♡32: tell me i'm ur national anthem♡
♥Get a rich boy: Show me♥
♡33: hello, it's me ♡
♡jacky♡
♡trailer♡
♡so i started writing poems♡

♡11: love me in pink♡

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بواسطة iwhoopsr5

Capítulo 11: Love me in pink.

"Para Harry y para mí, el rosa comenzaba a ser nuestra modalidad a diario"

"Pruebatelos" resonó en mi cabeza.

Me giré para ver de frente a Harry, el ojiverde me miraba con esa mirada retadora en él, tentándome, sin mirar nada más que mis ojos, y eso bastaba para hacer mis rodillas flaquear.

Cerré la caja rosa, lentamente, su mirada me detenía un poco. Su mano atrapó la mía en el movimiento, con ambas manos, él volvió a dejar abierta la caja, su mirada cayó en la ropa dentro, sus largos dedos jugaron con los encajes, hasta que encontró uno de su gusto, sacó la delicada tela y la dejó en mi mano, hecha un puño.

"Usalo" tomó la caja de mis manos y la dejó en uno de los estantes al lado de nosotros.

"Tienes que ir a trabajar" murmuré, viendo la tela de mis manos.

"Tienes tiempo para probartelos" dijo, "a menos que creas que esto nos lleve más tiempo."

Esto. No era sólo probarmelos.

Busqué su mirada y asentí, él salió del armario, cerrando la puerta para darme una privacidad temporal. Me miré en el espejo dentro del closet, tenía las mejillas rojas y me notaba a mí mismo distinto, como si de verdad las cosas estuviesen cambiando por dentro y por fuera, mis ojos cayeron en la tela que sostenía, jugué mis dedos con ella, mirándola una y otra vez. Era de un tono rosa muy pálido, una tela lisa pero delgada y detrás tenía cuatro filas de holanes con un simple moñito encima.

Podía observar la cuestión a través de mis ojos en el espejo.

¿De verdad iba a hacerlo?

Pero yo ya me había hecho mucho esa pregunta y con Harry, la respuesta siempre era sí.

Saqué mis Vans azules y las dejé acomodadas en una repisa en el suelo, dudé un poco al bajar mi pantalón, pero lo hice y lo lancé junto mis zapatos, todo lo hice frente al espejo, quería asegurarme de que aún era yo. Aún más cuando me deshice de mi ropa interior y entré en las bragas rosas. Mi suéter rosa combinaba, y no pensaba quitarmelo.

La puerta blanca sonó, Harry estaba tocando la puerta y me asusté por el sonido al principio.

"¿Lou?" su voz era tranquila, pero había algo más.

"Sí" quise reír.

"No tienes que hacerlo."

Muy tarde, pensé.

"Ya lo hice" dije despacio, lo suficientemente alto para que él escuchara.

Todo se quedó en silencio un minuto hasta que la perilla de la puerta se abrió y Harry entró lentamente en el armario, cerrando la puerta como si alguien más pudiese entrar. Sentí sus pasos avanzar hasta mí, no me moví de mi lugar frente al espejo, sólo esperando por él.

Cuando los pasos estaban a mi costado, moví mi cara en busca de sus ojos verdes, quería su aprobación. Harry me miraba a trávez del espejo, me veía, al principio echó un vistazo a la parte inferior de mi cuerpo, mis piernas al descubierto y luego subió hasta mis ojos.

"Hermoso" murmuró.

Fue mi luz verde, tenía su aprobación.

Sus manos viajaron de su lugar hasta mis caderas y juro querer morir con su tacto caliente, se siente tan diferente cuando alguien más toca mi piel a cuando Harry lo hace, cuando él lo hace todo mi sistema se altera, siento que todos los poros de mi piel sudan y mis rodillas se vuelven tan débiles. Sus enormes manos abarcaron mis dos costados, su palma se pegó a mi espalda baja mientras que sus dedos iban trazando un camino hasta el frente de mi vientre, tan cerca de la orilla de la braga.

Cuando por fin la punta de sus dedos entró debajo de la tela rosa de mi ropa interior, mis rodillas cedieron y no tuve otra alternativa que recargarme en su pecho, mi cabeza quedó cerca de su corazón mientras él seguía jugando a llegar a mi miembro, alargué un gemido y él sacó sus manos de mi ropa, subió por todo mi estomago, tirando de mi suéter con sus brazos hacia arriba hasta que sus manos llegaron a mis axilas, levanté los brazos por instinto y él sacó la tela gruesa por encima de mi cabeza.

En un movimiento brusco tomó mis labios en los suyos, mi cuello casi sufre una torcedura en el intento de besarlo, pero él fue rápido, me dio la vuelta sobre mis talones y siguió el beso. Los movimientos de sus manos en mi espalda eran fuertes y desesperados por fundir mi cuerpo con el suyo, debí decirle que por más que lo intentara no iba a lograr que nuestros cuerpos se acercaran más, pero lo cierto es que me encantaban sus movimientos, con cada empuje lograba sentir su cuerpo más cerca, él con ropa y yo casi desnudo, pero la sensación no dejaba de ser increíble.

Él seguía viéndonos en el espejo, apostaba a que miraba mi trasero en la tela rosa. El beso me estaba dejando sin aliento y agradecí que él lo detuviera apenas un poco para levantar mis pies del suelo, lo primero que hice fue buscar alguna forma de no caer y mis piernas se enredaron en su cintura, y el beso continuó con un jadeo de mi parte en medio.

"Bonito" murmuró él, dando una mirada al espejo. Su voz era ronca, hermosa, y encendía algo más en mí, mi cintura se enderezó y él gruñó cerca de mis labios.

Apretó el agarre de sus manos en mis nalgas, tomándolas para hacerme suspirar profundamente.

Me gustaba él así, tan grande, me gustaba sentirme pequeño bajo el tacto de sus enormes manos, me gustaba deshacerme en gemidos con sus caricias.

•●•

Harry me regaló la caja rosa con lencería dentro, no hicimos nada más porque volvieron a llamar a su teléfono, y él en medio de maldiciones se alejó de mí, respondió su llamada, volvió para ayudar vestirme, me dejó puestas las bragas rosas y me llevó a casa antes de ir a su trabajo. En cuanto entré a la casa reconocí el olor a galletas saliendo del horno, dejé mis llaves en la entrada y lancé mi mochila en el rincón, fui a la cocina.

"Hola, ma" saludé a la señora con las manos dentro del horno.

Ella se giró y me sonrió.

"Hola, amor."

"¿No es temprano?" revisé la hora en mi móvil.

"Es tarde, de hecho, deberíamos estar comiendo pero me retracé haciendo galletas" dijo divertida.

"Salí temprano de la escuela" le comenté, pasé al banco en la mesa. Tenía ganas de charlar con ésta señora.

"¿A dónde fuiste mientras tanto?" entonces me miró, levanté una ceja en su dirección.

Estuve con Harry, probándome bragas, pero tú no necesitas saber eso.

"Fui al parque" respondí.

"¿Qué haces en un parque, Lou?" rió ella pero su expresión cambió de pronto. "A menos que..., no te estarás drogando, Louis Tomlinson."

Rodé los ojos.

"No" reí.

"Hablando de drogarte" cerró la puerta del horno y vino a mi lado. "¿Recuerdas al señor Parckings?"

Fruncí el ceño.

"Juro que jamás en mi vida he escuchado ese apellido" negué con la cabeza.

"Louis" me advirtió mi madre.

"Oye, pero si yo nunca he tenido que ver con un hombre llamado así" y era cierto, a veces a mi madre se le iban las cabras.

"Es el anciano que vive en la última calle, por Dios" puso su cara de frustración.

"Ah cierto" casi me deshago riendo, "ese señor Parckings."

Supongo que al que se le iban las cabras era a mí.

"Quiere que le ayudes con el cesped de su patio delantero" dijo mi madre.

"¿Qué tiene su cesped? ¿No es tan verde como debería?"

Ella me dio una mala mirada.

"Quiere que cortes su cesped."

"¿Y el anciano vino y te dijo 'quiero que su hijo corte mi cesped'?" calculé, "¿o tú le propuciste mi ayuda?"

"Escuché que necesitaba ayuda, fui y te nombré un par de veces" me retó.

"Ojalá no supieras mi nombre" gruñí, jugando.

"Yo te puse el nombre, ¿qué pretendes?"

Me encogí de hombros.

"Que seas una madre normal" le propuse.

"Oye, te va a pagar" chilló ella.

"Eso ya no me motiva" ni me inmuteé.

"Louis, lo harás" dijo. "Termina ésta tarde."

"Ya es ésta tarde" la reté.

"Pues ve a hacerlo ya."

"¿Tengo palabra?"

"No aquí, para eso está la escuela" me hizo reír.

Salí de la cocina y escuché a Lottie hablar por teléfono en la sala, cuando me importara iba a ir a preguntarle cómo iba su vida, mientras sólo subí a mi habitación, dejaría mi móvil cargando para ir a la casa del anciano.

Diez minutos después salí de casa, con ropa más cómoda, listo para cortar cesped. Debería estar molesto con mi madre por meterme en estos líos pero estaba de buen humor, o sea que hasta suerte tenía mi madre, y éste señor Parckings.

Ni siquiera me había percatado de la intensidad de las cosas hasta que estuve parado delante del patio de la casa al fondo de la calle, casi tenía mi estatura, la cual no es mucha a nivel humano pero demasiada a nivel cesped. Sólo había espacio por el camino de piedra que había para llegar a la entrada de su casa.

Quizá su cesped había tenido toda la vida del anciano creciendo.

Llegué hasta el pórtico y lo atravecé, con un montón de mosquitos en mis brazos y mis tobillos descubiertos. Llamé a la puerta y esperé por los pesados pasos del otro lado. La puerta hizo un sonido fuerte al abrirse y un hombre mayor golpeó su bastón hasta que estuvo frente a mí.

"Buenas tardes, señor" saludé, tratando de ser gentil. Pero ser gentil me salía incompleto.

"Buenas tardes, muchacho" asintió con su cabeza. "Tu madre vino aquí a decir que podarías mi cesped y no sabía qué pensar al respecto."

"Pues aquí estoy" le sonreí levemente.

"Bien, y ahí" señaló su patio, "está mi cesped, ¿sigues de acuerdo?"

"Tengo tiempo" asentí, encogiendo mis hombros. "Es decir, iré a una fiesta en la noche, quiero asegurar mi permiso."

"Acabas de arruinar tu sentido comunitario y altruista" me dijo bromeando.

"Realidad."

"¿Empiezas?"

"Mi madre dijo que lo terminaría en ésta misma tarde" comenté, viendo con cuidado la hierba.

"Te mintió."

¿Por qué un anciano estaba jugando conmigo y mis sencibles sentimientos de adolescente?

"La podadora está en mi garaje" sacó una llave de su cinturón, o al menos deseé que de ahí la hubiese sacado, y me la entregó.

"De acuerdo" tomé la llave y bajé los escalones del pórtico en lo que el hombre se acomodaba en su silla mesedora, dispuesto a verme hacer todo su trabajo.

Fui a la cochera al lado de la casa, abrí la puerta pequeña y entré, todo estaba en penumbras hasta que encendí la luz, y resultó que había muchas cosas que parecían pequeñas y sencillas que llegaban a sorprender mucho porque en el garaje del señor Parckings había un lindo auto amarillo, debía ser caro y especial, estaba limpio y si fuese un hombre de esos rídiculos que basan su vida en aprender nombres y características de los automóviles, sabría qué rayos era ese vehículo, igual sabía que era lindo.

Traté de seguir con mi asunto, busqué la podadora, y con la mirada rodeada de cosas caras en tan sólo la cochera y para ser justos, me esperaba una podadora que como mínimo hablara, en lugar de eso me encontré con una enorme máquina que decía "infinitamente vieja" en la etiqueta de instrucciones.

Y era la única herramienta, bueno, había un cortauñas pero no parecía una buena idea.

Regresé con mucho esfuerzo al patio delantero de la casa, la máquina rara pesaba demasiado y yo era un mocoso.

El hombre anciano sólo me vio llevar y traer su horrible podadora por todo su patio una y otra vez, sin ninguna expresión, a excepción de la vez en que me caí en medio del patio porque una piedra se atoró en la podadora, entonces el señor Parckings se rió y lo miré mal pero él siguió riendo sin preocupación.

"Corte el pasto de la mitad del patio" me limpié la frente, llegué hasta el hombre en el pórtico.

"Eso no es ni un cuatro del patio" él echó una mirada y sonrió.

"No es un cuarto porque es un patio, señor" me crucé de brazos, "el sol ya está metiéndose y tengo que ir a una fiesta."

"Entonces ve, pero tendrás que venir a terminar lo que empezaste."

"Como sea" bajé los escalones para comenzar a caminar de regreso a casa. "Hasta mañana, señor Parckings."

Él sacudió su mano hacia mí y entró a su casa, tenía razón, no era ni una cuarta parte pero era cansado y muy pesado. Era más difícil que la preparatoria.

Regresé corriendo a casa, con toda la ropa sucia y mis Vans negras enlodadas.

"Mamá, ya vine" avisé en voz un poco alta, cerré la puerta sin mucho cuidado.

"Tu mamá ya se fue a trabajar" la voz de mi padre resonó en la casa desde la sala, con el sonido de la televisión de fondo.

Estaba en sala, solo.

"¿Ya se fue?"

"Ya" asintió sin dejar de ver la televisión.

Y tenía planeado pedirle permiso a ella para que me dejara ir a la fiesta, ahora me quedaría en casa.

"Rayos."

"¿Pasa algo?" giró su rostro hacia mí.

"En realidad no..." lo consideré, "me gustaría ir hoy a una fiesta."

"¿Una fiesta? ¿En serio?"

Quería rodar los ojos.

"Una fiesta, en serio" asentí, manteniendo la calma.

"Ve" él dijo, parecía totalmente de acuerdo.

"Genial, gracias" le sonreí.

"No vuelvas tan tarde" advirtió.

Tan pronto terminó de pronunciar su última sílaba, salí corriendo a mi habitación para enviarle un mensaje a Liam, luego él me llamó.

"¿Paso por ti?" preguntó.

"Seguro."

"Paso dentro de veinte minutos" avisó y colgé la llamada.

•●•

Estuve listo para la fiesta bastante rápido, esperé a que Liam llegara, con Flynn a su lado, lucían bien, yo en cambio, sólo me metí en ropa que comunmente uso para salir con Harry.

"No sabía que te gustaran las fiestas, Louis" se mofó Flynn.

"No sabía que a ti también te gustaran las fiestas, Flynn" le dije.

"¿De quién diablos es la fiesta?" preguntó mi amigo.

"De alguna persona supongo" Liam se encogió de hombros, me causó gracia.

Liam condujo por las colonias pequeñas hasta llegar a una casa por una calle privada, no parecía tan llena de gente desde afuera a comparación a como en realidad estaba, había gente por todas partes y todos parecían estúpidos, o al menos sí la mayoría.

Flynn parecía feliz de estar ahí, como si todo aquello que alguna vez dijo hubiese sido mentira, pero era completamente comprensible.

Pasamos hasta la cocina de la casa, donde varios tipos estaban esperando por algo de beber, yo no bebía así que me quedé esperando a que Liam pidiese su bebida, pero incluso Flynn pidió alcohol.

"Bebe un poco, Louis" pidió mi amigo, ofreciéndome su botella.

"No me gusta beber" negué.

Él se encogió de hombros y bebió.

Estaba bien, la fiesta estaba bien, al menos no había muerto, y me sentía bastante consiente aún. Toda la gente bailaba, reía y gritaba, era algo nuevo. Liam iba de aquí para allá con la botella de cerveza en la mano, saludando a todos.

Todos parecían estúpidos, es decir, más de lo normal. Por eso no me gustaba cuando Harry bebía, porque sentía ya no era él, sino que era una persona con un filtro de más, con el alcohol encima podía ser quien quisiera menos el Harry que conocí en Candy Page, aunque la copa de vino en su perfil debió darme una idea.

"¡Oye, Louis!" la voz de Flynn me llamó la atención, estaba al final de un corredor y movía la mano para invitarme a ir con él. Caminé entre la gente hasta llegar con mi amigo, éste me tomó del cuello y me hizo entrar a la habitación, donde más chicos y chicas estaban alrededor de un mesa.

Todos parecían emocionados.

Uno de los chicos sacó un par de bolsitas transparentes con polvo blanco en ellas, las vació en la mesa y dividió filas con una tarjeta.

Pensé que Flynn sólo quería que viera cómo hacían eso pero él tiró de mi brazo para unirme a ellos, me negué en seguida y él ya no quiso pelear más conmigo, sólo corrió para tomar un lugar alrededor de la mesa y esperó su turno.

Verlo inhalar esa cosa me dio ganas de llorar, me aguanté las ganas de hacerlo pero tuve que quitar la mirada. Luego recordé que ese no era Flynn, ese era Flynn con alcohol encima.

Muy temprano yo ya me quería ir a casa.

•●•

Llegué a casa en un taxi, en la casa del desconocido había buscado a Liam pero éste también estaba tomado y sabrá Satan cuántas cosas más, así que salí de ahí, rápido, fui a la avenida y pedí que me llevara a casa. Nadie me recibió, mi padre estaba dormido en su habitación, entré despacio y me recosté a dormir.

Con éste nuevo sentimiento de cómo de a poco, todo se iba a acabar, y no en referencia a Harry.

Por la mañana bajé a la cocina para desayunar, mi madre estaba ahí.

"Tu padre dijo que anoche fuiste a una fiesta" me dijo después de un rato.

"Sí."

"¿Cómo te fue?"

"No me gustó."

"¿Por qué?" me miró interesada, no iba a decirle, sólo me encogí de hombros. "Quizá las personas..."

"Nunca fui de fiestas" negué rápido.

"¿Por qué quisiste ir, entonces?"

"Para comprobarlo."

"De acuerdo" ella asintió, porque así era mi mamá, me había cuidado por quince años y aprendió a conformarse con mis respuestas cortas.

Luego ella se fue a su trabajo, medio día. Lottie salió de casa con el uniforme de su empleo, me dejaron solo de nuevo y ya no me gustaba, no, porque tenía a papi.

Él vino a mi casa y me llevó hasta la suya, tal vez otros pensarían que no era la gran cosa ir a su casa, pero me gustaba más que estar en mi casa, sólo mirando el techo de mi habitación mayormente.

"¿Qué quieres ser de mayor?"

Estábamos recostados en el cesped de su patio trasero, él me mantenía pegado a su costado.

"No lo sé."

"¿No tienes ni idea?" me miró.

Me encogí de hombros.

"Psicológo."

Harry se quedó pensativo, un buen rato, perdido en lo que sea que estuviera pensando.

"Eso es realmente bueno" asintió después de un rato.

"¿Por qué?"

"Somos muchas personas dementes en éste mundo, si la gente aceptara que realmente tiene problemas, entonces los psicológos serían ricos" explicó.

Somos. Él lo dijo, se consideraba una persona demente.

Yo también.

"Sería una carrera tan cotizada como la de derecho" dijo riendo.

"Pero nadie acepta su locura" murmuré, viendo el cielo despejado.

"O tal vez lo aceptamos pero creemos que lo necesitamos" suspiró.

"Harry..."

"Dime."

"¿Por qué te gustan las personas..., menores?"

Ese había sido yo cagándola.

Él se quedó en silencio, pero no se movió de mi lado.

"¿Por qué te gusté, Louis?" preguntó en medio de un suspiro.

"Plantea bien tu pregunta" pedí.

"¿Por qué un hombre como yo? Un hombre mayor, tengo el doble de tu edad, y mírate, aquí estás."

"No me gustó tu edad" hablé despacio, "me gustaste tú, tus pinturas, tus gustos, tu forma de..., mirame, tal vez me interesó todo acerca de ti."

Más silencio.

"Incluso mi dinero..."

Cerré los ojos, tomando aire con fuerza, deseando que no doliera ser de verdad.

"Incluso tu dinero."

Pero no era verdad, es decir, el dinero fue el factor inicial, luego se convirtió en algo distinto. Pero Flynn tenía razón, en éste tipo de relaciones nadie debe aceptar sentimientos más profundos. Ahora lo entendía.

"Me gusta tu suéter rosa" murmuró después de unos minutos.

"A mí también."

"Me gusta quitarte tu suéter rosa" acarició mi espalda debajo de la gruesa tela, "es como quitarte la inocencia."

En seguida busqué sus orbes esmeralda, sus palabras causaban corto en mi circuito, me senté recargado en mis codos y lo besé.

"Quítamelo de nuevo, papi" pedí entre el beso y la respiración encontrada.

Sus manos se deslizaron por toda mi espalda hasta la curvatura de mi trasero y lo sujetó en un apretón sólido, haciéndome soltar un jadeo.

"Eres demasiado tentador, pequeño" susurró, subiendo mi cuerpo a su cintura. "Demasiado tentador, y peligroso. Louis, me vas a meter en muchos problemas."

"¿Te da miedo?" sus ojos brillaron, "¿te da miedo tocarme, papi?"

"Sí" aceptó, acariciando mi espalda bajo mi suéter con su tibia mano. "Pero me gusta tener miedo."

"No es bueno tener miedo."

"¿Por qué no?" me retó.

"Suena como una regla general..." me encogí de los hombros, parecía lógico para mí.

"¿De qué?"

"De la vida" respondí.

Él pareció considerarlo, se quedó pensando.

"Tengo miedo de lo que tocarte involucra" añadió por lo bajo, comenzó a mover sus manos por mi espalda y mi cintura de nuevo. No estaba seguro de qué era lo que él quería decir con aquello, no sabía qué estaba implícito en tocarme.

"No tengas miedo de que soy tu tipo" erguí mi espalda para lograr una fricción.

Me dio una sonrisa de lado y me besó la mejilla, acercó su boca a mi oído y dejó su aliento ahí.

"Quiero ir lento, quiero tener seguro todo para ti" tomó mis mejillas, "una vez que empecemos con el siguiente paso, Lou, no habrá vuelta atrás."

Como si no lo supiera.

"¿Me harás esperar?"

"Te haré esperar, pequeño" asintió, brindándole a mi frente un tierno beso.

•●•

El señor Parkings lograba hacerme reír de vez en cuando, decía ese tipo de cosas de ancianos que a uno le hacen reír. A veces sólo se paraba en el pórtico mientras yo fingía que trataba de echar a andar su vieja podadora, él comenzaba a mirar a la gente pasar por la acerca y comentaba cosas graciosas sobre las personas. Ni siquiera las conocía, supongo que eso era lo divertido.

"¿A dónde vas cada vez que tus padres no están en casa, Louis?" preguntó al día siguiente cuando fui a podar su cesped, bebía de su vaso de jugo-de-manzana-que-realmente-no-era-jugo-de-manzana.

"Con amigos" me enocogí de hombros, siempre me aseguré de que nadie en casa viera que salgo, o con quién salgo, pero si los vecinos veían era un problema que estaba fuera de mis manos.

"¿En ese bonito auto negro?" señaló al frente, al patio de mi casa. El auto de Harry estaba estacionado, tapé el sol con mi mano para ver a lo lejos.

Mis padres no estaban en casa, pero él no debía estar ahí, revisé mi móvil en busca de algún mensaje de él avisando que vendría por mí.

"¿Te espera?" me preguntó el señor, lo miré y negué con la cabeza. "Ve."

Asentí, dejando la podadora junto al pórtico, troté por toda la calle hasta llegar frente a mi casa, Harry estaba en el auto, guardando unas tarjetas en su billetera. Me acerqué a la ventanilla y llamé su atención, él dejó lo que estaba haciendo y bajó el vidrio.

"¿Harry?"

"Hola, pequeño" me dio una sonrisa chueca, guardó su billetera con movimientos torpes.

"¿Qué haces aquí?"

"Dijiste que estarías solo y no estaba del todo bien en casa así que salí a conducir, al final di aquí y pensé que sería buena idea que vinieras conmigo" explicó, las palabras más grandes salían atropelladas de su boca.

Me llevó un momento descubrir qué pasaba.

"¿Bebiste, Harry?"

Me dio otra de sus sonrisas, dejando caer la frente en el volante. Suspiré, eché un vistazo a mi casa antes de hacerle una oferta a Harry. En realidad, rodeé el auto hasta su puerta, la abrí y logré hacer que saliera.

El sol estaba fuerte pero el frío también, era una mañana realmente fresca, así era diciembre en Richland, sin embargo, Harry llevaba puesta una playera blanca de tela muy delgada y unos pantalones negros.

Lo llevé dentro de casa y subimos a mi habitación.

"Debiste llamar" le dije, buscando un abrigo en mi closet lo suficientemente grande para él, sacudí la cabeza para mí mismo y me corregí: "debiste tan sólo haberte quedado en casa."

"Estaba aburrido" dijo con un nuevo tono en su voz para mí, saqué un abrigo enorme de los Patriotas y se lo di, me senté a su lado en la cama y nos quedamos en silencio. "No había nada qué hacer."

Hizo una mueca graciosa ante el equipo de la sudadera, quizá el quería una muy peculiar, a colores verdes y amarillos.

"¿También es aburrido tomar un suéter antes de salir?"

Él rió, metió su cuerpo como pudo en el abrigo y se quedó ahí.

Más silencio.

Me quedé observando su perfil, parecía distante, perdido. Estaba ebrio, no me gusta la gente ebria, mucho menos él. Él es especial.

"No tomes" pedí, recargando mi cabeza en su hombro.

"Apenas bebí" murmuró en respuesta.

"Conduciste hasta aquí ebrio."

"Tal vez algo en mí sigue despierto aunque el alcohol me confunda" me miró a los ojos, "tal vez hay algo que siempre es claro."

"Pues no es tu sentido común, definitivamente" aclaré y él sonrió. "¿Qué hago contigo, papi?"

"Volveré a casa..."

"No conducirás así" negué.

Soltó una risita.

"Esto me recuerda la Universidad."

"¿Por qué?"

"Haciendo cosas a escondidas, me hace sentir en mis tiempos en la Universidad" su mirada cayó al suelo y borró la sonrisa que tenía.

"¿Fue un mal tiempo?"

Se encogió de hombros.

"Era distinto" soltó, "yo era distinto."

Era distinto, ¿cómo era distinto? Harry estuvo hasta tarde en mi casa, mi padre salió hasta altas horas de la noche, mi madre había mandado un mensaje avisando que trabajaría horas extras y Lottie, de nuevo no tenía importancia.

"¿Zayn estaba en la Universidad contigo?"

"Sí, ahí nos unimos más, él es una de las personas que más me conocen. Siempre me estaba aconsejando, diciendo cosas divertidas de la gente y nos seguíamos mutuamente, ni yo podía estar sin él, ni él sin mí."

Me quería imaginar a ambos de más jóvenes, disfrutando de su amistad. Por alguna razón tuve la imagen mental de Harry y Zayn con el uniforme de fútbol de su Universidad, lanzando el balón café mientras caminaban entre la gente y todas las chicas tonteando a su lado. Parecía un pasado típico.

"Ya no es lo mismo" agregó. "Ya no me cuenta todo."

"Así es a veces, yo no le cuento todo a mis amigos."

"¿A Niall?"

"No le cuento todo, él se ha distanciado mucho" hice una mueca.

"Zayn y Niall están pasando los malos ratos, ahora están pasando tiempo de calidad" sonrió. "Me alegro de que mi amigo sea feliz. Lo merece."

"¿Quién no merece eso?"

"Yo."

Lo decía en serio, su semblante estaba rígido y su expresión era seria.

No le dije nada porque no sabía qué decirle, él estaba equivocado pero no sabía cuáles palabras usar para hacerlo sentir mejor.

Harry se fue después de un rato, no había bebido mucho y su mente se despejó para conducir hasta su casa.

Como si estuvieran esperando autorización y la ausencia de Harry lo fuera, entró una llamada a mi móvil. Era Niall.

"Niall" le saludé, tratando de relajarme, estaba contento de que me llamara.

"Hola, Loubebé" saludó animadamente del otro lado de la línea y sonreí, feliz de que volviera a ser el chico gritón.

"Mi apodo me da miedo" reí y él me imitó.

"Déjame hablar" pidió, "tengo una propuesta para ti."

"A ver..."

"Hay una fiesta y me gustaría que-

"No."

"Mierda, Loubebé" se quejó en voz alta. "Eres un maldito bastardo."

"No me van las fiestas" me senté en la silla frente a la computadora para ver mi reflejo frente a la pantalla oscura.

"Esta fiesta sí te irá" aseguró y entrecerré los ojos.

"No lo creo..."

"No es como esas estúpidas fiestas de prepa, es mejor" comentó.

"Cuando distinga la diferencia" reí.

"Idiota. Mira, ven conmigo."

"¿Qué tiene de diferente ésta fiesta?" tanteé.

"Que hay gente mayor."

"Mhn..."

"Loubebé, tienes que venir" rogó.

"Niall..."

"Loubebé" sonreí al escuchar el estúpido apodo de nuevo. "Loubebé..."

"Neil" ladeé la cabeza esperando su reacción.

"¡Ese no es mi nombre!"

"Tampoco Loubebé es el mío" reí.

"¡Pero es cool!" jadeó. "¡Y no me cambies de conversación, pedazo de bebé!"

"Vale" alargé la última sílaba.

"¡Eres un amor de bebé!" exclamó feliz. "¡Me alegra poder sacarte de esa habitación tuya!"

"Déjalo así antes de que me niegue..."

"De acuerdo, de acuerdo" rió. "Paso por ti quince para las ocho."

"Oye, no me has contado cómo va con Zayn" recordé.

"Te cuento cuando te vea" respondió. "Hasta el rato, Loubebé."

Colgamos la llamada después de eso y continué sonriendo porque escuchar a Niall feliz debe ser una de mis razones para estar bien, era una persona que te contagía de alegría, de su felicidad y su risa. Verlo feliz sería parte de mis principios vitales.

Entré en la ducha para comenzar a arreglarme para la fiesta. Sólo le mandé un mensaje a mi madre y ella dijo que estaba bien, que no bebiera. Salí desnudo del baño y busqué ropa, había dejado la caja rosa con ropa interior en un rincón, junto a las cortinas que pegaban en el suelo. Cerré el cajón de mi ropa interior y recogí la caja, tomando entre mis manos una tela distinta, era de encaje negro casi por completo y tenía unos lazos rosas entre las delicadas figuras.

Al final me la puse, me paré frente al espejo de cuerpo entero colgado de la puerta de baño y me observé. Mi cuerpo estaba diferente a hace unos meses, todo estaba más relleno, antes era un sujeto muy delgado, ahora había carne rellenando mis piernas y brazos, y ni hablar de mi trasero. Pocas veces me observaba a mí mismo frente al espejo con tan poca ropa pero quería asegurar mi vista con las panties. Las dejé puestas y me metí en un pantalón ajustado negro y una sudadera Adidas rosa, mis vans negras y supuse que estaba listo.

De Harry: Perdón por lo de hoy, Lou.

Para Harry: No pasa nada, papi.

De Harry: ¿Qué haces, de todas formas?

Para Harry: Estoy esperando por Niall para ir a una fiesta.

De Harry: ¿Irás con él a una fiesta?

Para Harry: Eso es lo que dije.

De Harry: No suena prudente.

Para Harry: ¿Por?

De Harry: Nada. Ten cuidado.

La bocina de un auto me hizo reparar, me asomé a tráves de la ventana y vi a mi rubio amigo fuera de su auto, haciendo gestos hacia mí.

Para Harry: Niall llegó. Me voy.

De Harry: Cuídate.

Bloqueé la pantalla de mi móvil y bajé las escaleras hasta la salida, puse seguro y fui con Niall.

"Hace una semana tenías diecisiete apenas y ahora resulta que tienes edad para conducir" dije al subir al auto.

"Zayn dice que uno tiene edad para conducir una vez que sepas conducir" explicó, echando a andar el auto.

Rodé los ojos, feliz.

Niall conducía rápido, era de esperarse, un poco. Pero era bueno conduciendo, llegamos a un vecindario lindo, algo lejano a las calles transitadas y aunque el semáforo estaba en rojo, Niall pasó a toda velocidad el alto.

"¡Niall!" grité, mirando hacia atrás.

"Nunca hay tráfico por aquí" rió.

"Nos vas a matar" puse la mano en mi pecho para comprobar que mi corazón iba muy rápido por el susto.

"Ya sabes a quién reclamarle por dejarme conducir" me sonrió.

Estacionamos en una casa muy grande, se notaban las luces de colores a tráves de los ventanales largos y los vidrios retumbaban.

"Vaya" murmuré y Niall me abrazó cariñosamente por los hombros.

La fiesta nada comprada con la anterior, la casa era hermosa por dentro, tenía mucho espacio y el ambiente parecía mucho mejor. Todo el ambiente era cubierto por humo de cigarrillo, olía alcohol y la música no dejaba espacio para hablar a menos que gritaras. Niall me sujetó de la mano para llevarme hasta la barra, él pidió bebidas, adivinando que yo no bebía cerveza, sólo pidió una de esas bebidas de jugo de almeja bien preparada. Estaba rica y fresca, perfecta para lo caliente que se sentía dentro.

"¿Qué te parece?" girtó Niall en mi oído.

"Genial" asentí. Éste eran mi tipo de fiestas, y mi idea de fiestas.

La gente bailaba por toda la casa, corrían escaleras arriba y las puertas se oían cerrarse si estabas lo suficiente cerca de las escaleras.

"Es una fiesta estupenda" agregé a Niall y éste sonrió, victorioso.

"Gracias" se encoigó de hombros con modestia fingida.

"¿De quién es ésta casa?"

"Mía" me guiñó el ojo.

"¿En serio?" caminamos hasta la sala, donde la música no sonaba de la misma manera, pero los gritos de las personas sí.

Niall asintió, alejando su atención de mí para ver el centro de mesa. La gente estaba sentada en los sillones alrededor de la pequeña mesa, un sujeto estaba incado frente a ésta, Niall les lanzó a la mesa unas bolsas pequeñas con polvo blanco y todos celebraron, el muchacho incado sacó su tarjeta y comenzó a hacer sus líneas.

Ya no me disgusté tanto, Niall volvió a mi lado y observó con cuidado a todos inclinándose a la mesa para inhalar su línea mientras él bebía de su cerveza.

No me sentía mal porque Niall no se había acercado para imitarlos.

"¡Niall, tu turno!" gritó el chico de las líneas.

"No" le respondió sonriendo y todos abuchearon, yo sonreí internamente de orgullo.

"¡Niall, ven acá!" animó el otro.

Sacudió la cabeza en respuesta, sin dejar de jugar.

"¡Niall! ¡Niall! ¡Niall! ¡Niall! ¡Niall!" todos comenzaron a animar, haciendo que mi amigo al principio hiciera una mala cara y después sonriera, acercándose a ellos, se inclinó a la mesa e hizo exactamente lo que temía que hiciera.

Todos festejaron por Niall, yo dejé mi bebida en el suelo y corrí fuera de la sala llena de estúpidos, subí las escaleras, abrí varias puertas en busca de un baño, algunas habitaciones estaban ocupadas y otras sólo no se podían abrir, el baño estaba al final del corredor.

Entré a toda prisa, con las lágrimas saliendo sin control. Me senté en el inodoro, limpié las lágrimas pero salían más de ellas mismas, tomé el papel de baño y quise hablar con alguien. Saqué mi móvil en busca de alguien, busqué en mi lista de contactos, el primero en mi mente había sido Flynn pero él sólo me había decepcionado al igual que Niall, luego llegué a Paris pero me negué a hablarle sino le iba a importar, estaba Liam también pero ni siquiera lo tomé en cuenta realmente.

Harry.

Sonó una vez, dos...

"¿Hola?" su voz sonaba adormilada, miré la hora. La una con veintiocho minutos, de la madrugada.

Me golpeé la frente en medio de un sollozo.

"Perdón, ya es muy tarde" sorbí la nariz y limpié una vez más mis ojos.

"¿Louis? ¿Louis, qué ocurre?" se alarmó en seguida.

"No, nada. No me fijé en la hora, perdón-

"Louis, ¿por qué lloras?" preguntó despacio.

Me quedé en silencio, buscando una buena respuesta, pero no quería mentir, me hacía sentir mal. Solté un sollozo nuevo.

"Louis-

"Lo siento-

"¿Dónde estás?" podía escuchar cómo se ponía la ropa.

"En casa de Niall, en la fiesta-

"¿Te hicieron daño?" elevó la voz.

"Sí" respondí de la nada pero me lo pensé dos veces, "no, es decir sí pero no, es que yo-

"Louis, respira y explícame" pidió con voz calmada.

"Yo-" iba a explotar si intentaba hablar sin organizar lo que iba a decir. "¿Puedes venir por mí?"

"Sí, debes decirme ¿estás bien?"

"Estoy bien" físicamente, "ven por mí."

"De acuerdo, voy a casa de Niall ahora mismo."

"Bien" colgé la llamada. "Date prisa" susurré cuando ya había terminado la llamada.

Estuve en el baño hasta que Harry me mandó un mensaje de que estaba esperando afuera.

De Harry: ¿Quieres que entre por ti?

Para Harry: No. Dame un segundo.

De Harry: Si no sales en cinco minutos entraré y armaré un espectáculo hasta que te encuentre.

Me acerqué al espejo del baño y enjuagué mis ojos, estaban rojos al igual que mi nariz. No me veía bien, pero conseguí lo mejor que pude, no había mucho qué hacer. Salí del baño y bajé rápido para que Niall no me viera y para que Harry no entrara a buscarme.

Estaba esperando parado fuera del auto, estaba sin nada encima que lo cubriera del frío, sólo su playera blanca de la mañana.

Apreté los labios y corrí hasta Harry, él me tomó entre sus fuertes brazos, los cerró alrededor mío, pegó nuestros cuerpos sin ganas de soltarme y yo continué llorando con la cara metida en su cuello.

"¿Qué pasa, Lou?" me separó de su cuerpo para tomarme por los hombros.

Lo miré a través de mis lágrimas.

"Niall... él-" pero antes de que pudiera explicar, me lograba sentir mal, venía un puchero y me soltaba en llanto.

"Ven aquí" me abrazó de nuevo, "¿vamos a casa?"

"A tu casa" asentí.

Ambos subimos al auto, me hice bola en el asiento como pude y miré en silencio la ciudad, como siempre, pero ésta vez todo se veía borroso por mis lágrimas. Papi buscó mi mano y la sostuvo durante todo el camino, la acariciaba con su pulgar.

Llegamos a su casa y entramos abrazados, subimos a su habitación y se sentó conmigo en un rincón de la habitación, me quitó los zapatos y se quitó los suyos.

"¿Por qué lloras?" acarició mi cabello y plantó un beso en mi nuca.

"Es rídiculo" lo era.

"Dime..."

"Niall estaba haciendo lo que todos y-" susupiré. "Él no debería hacerlo."

"Pero, ¿qué?"

"Todos inhalan eso-

"¿Niall se mete drogas?" dudó.

Asentí, con la cabeza aún recargada en su pecho.

"¿Por eso llorabas?"

"Te lo dije, es rídiculo pero yo-

"No es rídiculo" negó. "Es tierno."

"Me decepcionó" sollocé, "al igual que Flynn."

Nos quedamos en silencio.

"Es lindo" murmuró. "Pero, Lou, no puedes estar decepcionándote por cualquier cosa. Es decir, debió ser terrible descubrir eso de Niall, pero de esas tendrás muchas. Así es siempre."

"Me gustaría que no fuera así."

"Pero lo es" me miró a los ojos. "Está bien llorar, pequeño."

Me sonrió. Su rostro lucía bonito, sus brazos se sentían fríos y en lo primero que pensé (e hice) fue lanzarme sobre su boca, lo besé con ganas. Sus manos cayeron en mi espalda y logré moverme hasta estar encima de él, podía sentir el sabor salado de mis lágrimas pero él no respingó.

No era la primera vez que estábamos así, yo encima de su cintura, moviendome para lograr la fricción y él soltando gruñidos bajos en mi boca. Pero ésta vez había algo distinto, la llama en mí estaba más que encendida. Mis manos picaban por hacer algo, resbalaron por todo su pecho y abdomen hasta su pantalón, donde exigieron por una luz verde. Los ojos de Harry me miraron expectantes pero no dijo nada, sólo se quedó viendo mientras abría el botón de su pantalón, entonces me detuve y sus ojos mostraron preocupación.

"Ven" murmuré, lo tomé de la mano e hice el ademán de levantarlo, él lo hizo por su cuenta y lo guié hasta su silla de felpa blanca, él se sentó.

Sus ojos de nuevo estaban sólo esperando, solté su mano y me quedé de pie frente a él. Ninguno dijo nada, mantuvimos la mirada del otro.

Bajé mis manos a la orilla de mi sudadera y la saqué por la cabeza, dejando a la vista mi piel, sus ojos volaron desde mis ojos hacia abajo por toda mi piel desnuda y volvió los ojos a los míos pero me ocupé de no pensar en mucho, sentía mis mejillas calientes y seguramente estarían rojas pero sólo quería hacerlo.

Nuevamente, llevé mis manos hacia abajo, abrí el botón de mis pantalones y dejé mi mirada fija y pesada sobre la de él mientras bajaba el pantalón por mis piernas, él ya había inclinado un poco su barbilla y sus ojos tenían unas perversas intenciones, ese verde oscuro sólo indicaba eso.

Cubrió su erección por encima del pantalón y se removió un poco.

Flynn y Paris alguna vez se habían burlado de mis calcetas rosas, ahora me sentía un tanto tonto por traerlas pero no había nada qué hacer, ojalá Harry se concentre en todo menos en eso.

Pateé el pantalón fuera de mis pies y caminé hacia él, puse cada una de mis manos a sus costados en la silla y caí de bruces entre sus piernas, quité su mano de su pantalón y continué con lo que ya había empezado.

"¿Puedo?" pregunté, él sabía a lo que me refería.

"Puedes, pequeño" asintió.

Me mordí el labio, metí la mano en su pantalón y palpé su miembro con la palma de mi mano. Me ardió la cara en segundos porque nunca lo había sentido así. Comencé a mover mi mano encima de su carne, por toda su longitud mientras ésta se iba endureciendo bajo mi tacto y de su boca sólo salían leves suspiros.

Después de mover mi mano por aquí y por allá dentro de sus pantalones, decidí que sería bueno verlo además de sentirlo. Traté de bajar su pantalón y él me ayudó, levantando sus caderas para poder sacar la tela. Entonces el único inconveniente era su ropa interior, de nuevo me tomé unos segundos para bajar su calsonzillo.

Me daban ganas de chillar de lo torpe que me sentía. Su miembro se movió hacia su estómago y yo me sentí inexperto, porque lo era. Tomé su pene por la base, subí y bajé mi mano por él, hasta que terminé con la indecisión y llevé la punta a mi boca, él apretó los puños a sus costados, era una buena señal.

"Pequeño" sopló mientras bajaba mis labios por su pene.

Lo cierto hasta éste punto era que, no sabía cómo hacerlo, él ya lo había hecho conmigo pero estaba tan metido en las sensaciones que apenas recuerdo qué sentí. Tracé una trayectoría con mi lengua a lo largo de su miembro, desde su base hasta el glande y Harry dejó una de sus manos en mi hombro desnudo.

"Lou" susurró, apretando los ojos.

Metí de nuevo su pene en mi boca, ésta vez comencé a subir y bajar mi cabeza mientras él soltaba unos gruñidos. No estaba seguro de hacerlo rápido porque creía que podía dolerle, tampoco sabía que no debía succionar tan fuerte hasta que lo hice y él dio un suave tirón a mis cabellos para que lo soltara, levanté la vista a él.

"Tranquilo, Lou, ve despacio" pidió con una sonrisa.

Volví a mi tarea, después de varios movimientos, sentí un líquido en mi lengua. Saqué su miembro de mi boca y acaricié la punta con mi mano, esparciendo el líquido que salía de él. Su piel estaba rojiza y me lo llevé de nuevo a la boca.

"Mierda..." jadeó, su espalda se arqueó.

Más del semen salió, no sabía si moverme o no, decidí que no, dejé que se viniera en mí y todo diera hasta mi garganta. Lo tomé todo, no dejé que nada saliera por mis comisuras.

Cuando terminé, dejé ir su pene con un sonido de tapa de jugo y lo miré. Papi se inclinó hacia mí, puso sus mano en mi mejilla y cerré los ojos contra su palma, acarició con sus dedos hasta mi barbilla y la levantó para hacerme verle a los ojos, luego limpió unas gotas que al final sí habían salido por mis comisuras.

"Tan lindo" murmuró antes de tomar mi boca en un beso profundo.

Jacky, se va.

Perdón por la tardanza.

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