"Donde se esconden los ángele...

Por DanielaGesqui

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Durante muchos años Sebastián reprimió sus sentimientos; abogado exitoso, brillante y con un futuro prometedo... Más

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FINAL
- Bonus Track -
Crossover

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Por DanielaGesqui


CAPITULO V

"Nunc scio quid sit amor"
(Ahora sé qué es el amor)

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Dani no pudo dormir esa noche, ni la siguiente. Temía que alguien entrase a su casa, irrumpiera en ella y quisiese atacarla. O aun peor, la matase.

Ignoraba por completo quién estaría detrás de todo este asunto, sin embargo, no haría más que reforzar la teoría de una conspiración en contra de su padre. Contraponiendo su alegría por notar que poco a poco sus sospechas podrían tener asidero con la angustiante posibilidad de que quisieran dañarla, Dani luchaba dejándose vencer por el cansancio.

No vería a Sebastián en breve, sintiéndose insulsa, vacía.

A: dani-sant-christ@hotmail.com

De: sebastianfalcorta@gmail.com

Asunto: Retomando contacto

"Dani: en virtud de lo que sucedió en tu casa, preferiría que nos encontremos en sitio neutral para pasar más desapercibidos en caso de que tengan estudiados nuestros movimientos.

Tengo algo para darte...además de mis servicios como guardaespaldas :-)

¿Dónde preferís que nos encontremos?

Besos

Sebas"

A: sebastianfalcorta@gmail.com

De: dani-sant-christ@hotmail.com

Asunto: De entregas y otras yerbas

"Sebas: me sonrojo de pensar qué es lo que querés entregarme además de tus servicios profesionales. Te pido encarecidamente, me ahorres la ansiedad.

Con respecto al lugar de encuentro, quizás recurrir a tu zona de afluencia es mejor.

Besos

Dani"

A: dani-sant-christ@hotmail.com

De: sebastianfalcorta@gmail.com

Asunto: La curiosidad mató al gato

"Hasta que no nos veamos, no puedo decirte qué es. Sospecho que también tendrías que cambiar tu casilla de correo. A modo de precaución, te sugiero vayas pensando en otra y hagas un back up con lo más importante de esta.

Sobre Avenida Cabildo hay un restaurante que suele ser bastante concurrido. Odio las multitudes, pero para el objetivo de nuestro encuentro, bien vale el tumulto. Se llama Pompeii, ¿lo conocés? Queda en Cabildo y Echeverría.

Te esperó a las 9. ¿Podrás estar a tiempo?

Sebas."

A: sebastianfalcorta@gmail.com

De: dani-sant-christ@hotmail.com

Asunto: Pobre gatito :-(

"Sí, llegaré con la lengua afuera, pero estaré ahí con seguridad.

¿Cambiar de mail?...ufff voy a inventar una casilla más ingeniosa.

Nos vemos

Dani"

Pompeii era un café -restaurante amplio, sumamente familiar (contaba con juegos y un espacio destinado para los más chicos); un local profundo con varias mesas y sillas recostados sobre el lado derecho del local. Una barandilla separaba del pasillo de ingreso el área de comida, con la barra de servicio.

Como era de esperar, Sebastián ya estaba a sentado, casi al fondo del lugar gastronómico, extendiendo su mano por sobre la gente para que Dani, desde su escasa estatura pudiese localizarlo.

De pie, parecía más imponente que antes, o quizás el hambre por verlo le turbaba el sentido común y maximizaba todo lo que lo rodeaba. Sin saco, sin corbata, y con la camisa negra arremangada como marca registrada, la esperaba con sus manos resguardadas en su pantalón de vestir gris brilloso.

Ese hombre tendría que haber sido modelo de pasarela.

Sebastián vio que se acercaba a paso acelerado, con una sonrisa enorme y una mirada encantadora. Al tenerla cara a cara, acarició sus pómulos con sus pulgares, susurrando un cordial buenas noches y besando la comisura de sus labios con parsimonia. Dani creyó sentirse como un helado en un horno.

Como todo un caballero, él ayudó a quitarse el abrigo; paso siguiente corrió la silla invitándola a tomar asiento para, por último, regresar a su silla de madera.

- Shhh- murmuró pegado a su nariz - no le cuentes a nadie, pero te extrañe un tantito así- sonrojando a Dani con su declaración, Sebastian levantó sus barreras, tan sólo un poco, haciendo una mueca divertida entre su pulgar e índice.

- Ok, será nuestro secreto - cómplice, Dani bajó la mirada, intimidada.

Degustaron los ñoquis, hablaron del fanatismo desmedido de Sebastián por Newell's Old Boys y su gusto (casi obsesivo) por el latín.

- En abogacía existen numerosos términos que se expresan en esa lengua, pero a mí me interesó saber más. Cuando algo me atrae, investigo a fondo, me obsesiono con el tema, lo deshojo hasta legar al núcleo.

- Aun así, el latín es muy difícil.- afirmó dejando de lado el piropo indirecto disparado por él.

- Me gusta lo difícil...¿todavía no te diste cuenta?- siendo aún más agudo, Sebastián fulminó con sus ojos penetrantes a Daniela, que parpadeaba sofocada, incorporando las palabras del abogado a su autoestima.

Ella no pudo responder y ni siquiera hacer preguntas evasivas para cambiar de tema. Ese hombre la prendía fuego con solo esbozar una sonrisa.

- Te quiero dar esto - girando la conversación a un terreno menos caluroso (para ambos), Sebastián prefirió ir a lo seguro y proceder a la entrega de una caja - Es un celular, nuevo, liberado.

- ¿Me compraste un celular? ¡Estás loco! - atónita, la abrió frunciendo el ceño.

- Es bastante estándar, la idea es que te sirva para llamadas, mensajes y whatsapp, no más. De momento, esas aplicaciones son las más importantes.Tiene un chip con nuevo número, y de otra compañía.

- ¿A quiénes podría darle este número?

- Si por mí fuera, te diría que a nadie, pero sé que es necesario que te comuniques con el resto del mundo. La idea es no levantar sospechas, siendo imprescindible que sólo un par de íntimos lo conserven.

- ¿Y bajo qué motivo les diré que tengo otro número?

- Decíle que estás probando el servicio de otra compañía; que la que tenés, no te convence. O simplemente, que te hiciste de un nuevo celular porque tenés un novio celoso que no quiere compartirte con nadie - bebiendo gaseosa, le dedico una mirada sugestiva.

- ¿Novio? Imposible. Nadie creería que estoy de novia.- resopló disgustada por la veracidad de su propio comentario.

- ¿Por qué decís eso?

- Porque soy un bicho raro - repasó un par de ñoquis que no habría comido, separándolos con el tenedor.

- ¿Un bicho raro? - Sebastián la miraría extrañado, recostándose sobre sus codos, en la mesa, tan cerca, que podría oir los pensamientos de Dani.

- Muchas veces mi ex marido me decía que era un bicho raro. No era sexy, ni demasiado inteligente a su criterio. Yo siempre adoré pasar horas dedicándome a mis aficiones, a sacar fotos de paisajes o trabajando con Ximena en algún proyecto independiente. Me disgustaba salir a bailar y él insistía con eso recurrentemente, todos los viernes y sábados.

- Disculpáme, pero tu ex marido era un idiota.

- No sé...por suerte ya esta erradicado de mi vida.

- Sí, pensándolo bien, es lo mejor que pudo hacer, de ese modo se evitó que le rompiera la mandíbula en este preciso instante. - Dani sonrió ante su comentario machista y posesivo.

- Algo de razón debe de tener en haberme dicho eso, ¡hace siglos que no salgo con nadie!- avergonzada, retorciendo la servilleta de tela entre sus dedos, Daniela perdía la vista en el entramado del mantel.

Sebastián arqueó sus cejas al unísono, sin dar crédito a lo que escuchaba. La baja estima de esa mujer era inconcebible e infundada.

Con la punta de su dedo índice, levantaría su rostro, buscando su mirada.

- No repitas esa estupidez, Daniela; sos hermosa, sumamente atractiva y tu inteligencia me subyuga. Jamas conocí una mujer que me atrajera tanto por cosas ajenas a su aspecto físico. Con vos siento que estoy en bancarrota... ¡pero bancarrota emocional!- aclaró ante la suave sonrisa de Dani, tan suave como un copo de algodón - ¿Lo ves? Tu sonrisa es tu mejor atributo. No temés decir lo que te pasa; me increpaste en Tribunales porque seguiste adelante con tus convicciones. Creés denostadamente en tus ideales y luchás por ellos. Es lo más noble y atractivo que encontré en alguien.

Consciente del asombro de su acompañante, la cual abría sus ojos color esmeralda muy grandes y de su propia sorpresa al haber confesado sin miedos lo que le sucedía con esa pequeña mujer, Sebastián besó la punta de su nariz y Dani murió de amor.

En la puerta de su casa, el procedimiento de descenso del auto, y la despedida frente a la reja negra, se repetía automáticamente. Soportando el frío, el abogado acarició la quijada de Daniela con sus guantes, haciéndole cosquillas.

Ella se regodeaba con el suave contacto de sus manos...(en realidad, de sus guantes de paño). Deseaba fervientemente invitarlo a pasar a su propiedad, pero no estaba segura de sí misma, de lo que anhelaba, de lo que le parecía mejor.

Sebastián la esperaría, sabiendo que el dilema moral surcaba la cabeza de Daniela, haciéndola retroceder frente a sus propios deseos. Sabía que su cuerpo pedía por un contacto más próximo, evidenciándolo en el modo en que se sonrojaba, la manera en que lo miraba.

Con la soledad en la cama, Dani miró hacia el techo de la habitación. Lucía algo descascarado, tendría que invertir algo de dinero en repintarlo... pero ni siquiera despintando sus pensamientos en cosas banales, olvidaría esa sonrisa masculina, ese perfume, esa forma tan particular de saborear su nombre.

Extendiendo la sábana sobre su cabeza, se dijo que estaba en graves problemas.

--

El viernes golpeaba a Buenos Aires con una feroz lluvia, aunque el pronóstico prometía mejoramientos para esa misma tarde.

Empapada, Dani se deshizo de su impermeable y sacudió su paraguas abandonándolo en un cubo destinado para dicho fin a la entrada de la oficina.

- ¡Uff, qué manera de llover!

- Sí, demasiado - dijo Ximena bebiendo de su café - espero que mejore, tengo planes para este fin de semana - guiñó su ojo, evidenciando una posible sesión sexual.

- ¿Con Federico?

- Sí, señora.

- ¿Va en serio la cosa?

- ¡Eso parece! - risueña y feliz, Dani festejaba que Ximena estuviese entusiasmada con alguien que aparentemente, valía la pena.

- ¡Vos no te hagas la distraída! Tenés que contarme del caballero medieval.

Dani no pudo evitar una sonrisita nerviosa, que su amiga, muy rápida de reflejos, captó raudamente.

- ¡Daniela Santos! ¡Hablá por las buenas...!- señalándola con la cucharita de su café, entrecerró los ojos.

- ¿O? - desafió.

- O le chusmeo a Bárbara para riegue la noticia por toda la oficina.

- ¡Perra! ¡Vos si que sabés negociar! - de buen talante, acomodándose en su silla, prendió su computadora. Al menos, debía disimular que estaba trabajando y no chusmeando como una vecina.

- Dale, largá.

- No pasa nada...- revoleó los ojos, ganando tiempo.

- Dani, ¡no me tomes por tonta! Lo último que me contaste fue que salieron al Museo a ver una exposición subida de tono pero salida bastante aburrida a mi criterio, y después, me tuviste en ascuas una semana. Me aguanté hasta hoy...¡El pueblo quiere saber de qué se trata!- dijo apelando a la frase de la Revolución de Mayo.

- Sinceramente, no pasó mucho, fui a su estudio a arreglar nos temas - súbitamente, como una aparición providencial, recordó que debía mantener en secreto lo ocurrido con respecto a las amenazas- y bueno, ¡me besó! - sabía que recurrir al truco de la evasión, resultaría.

Ximena dio unos saltitos infantiles y unos gritos agudos que tuvo que contener cuando Julieta giró la cabeza, con claro ánimo de curiosear.

- ¡Shhh!¡Hablá más bajo, nena!

- ¿Y qué tal besa?

- Fue un beso suave, delicado. Después se intensificó - al contarlo cerraba sus ojos, concentrada en retener el sabor y la textura de sus labios fuertes.

- ¿Y ya se acostaron?¡No te voy a perdonar que no me lo hayas contado! - le dio una palmadita de reprensión.

- ¡No! Obvio que no pasó nada. Tengo en claro que no es ético. Así que no te ilusiones con que la novela siga por mucho más tiempo.

- ¿Vos me estás cargando?

- Xime - resopló molesta - Ya te dije, él es el abogado demandante, la estrella mediática que metió preso a mi papá. Por más que lo intente, no puedo sacar eso de mi cabeza.

- Dani, no seas tonta. Él cumple con su deber profesional. Si tiene que defender a un criminal, lo va a tener que hacer, es a lo que se dedica, cobra un honorario. El no presentó la denuncia en contra de tu papá. Simplemente se puso a disposición de la familia Delgado.

- Él me dijo algo parecido.

- Mirá, yo no lo conozco más que por lo que cuenta Federico. Me chusmeó que jamás estuvo de novio con una chica. Siempre salió con mujeres, se acostó con ellas y ya- agregó moviendo exageradamente las manos, en plena sesión de psicología barata y amistosa - Desconozco los términos en los que te seduce y el modo en que te trata, aunque para juzgar por los regalitos de la semana pasada, algo le pasa con vos. ¡No creo que seas una simple conquista!

- Estoy confundida, para serte sincera - reconoció haciendo puchero.- es como si un hemisferio de mi cerebro me dijera que me animara a algo más y el otro me dijera que soy una traicionera.

- Y... es lógico amiga, pero dale y date una oportunidad. Sin ir más lejos, mirá tu historia con Martín, tantos años de novios, un muchacho ejemplar...¡término siendo terrible zángano! Nadie sabe como pueden resultar las cosas, el destino a veces te cruza con el amor de tu vida en circunstancias ridículas e insospechadas.

- Dejá de ver tanta película de amor...no te está haciendo bien...

- Puede ser, pero al menos busco la felicidad porque quiero ser feliz. ¡No me quedo esperándola sentada en una oficina de mala muerte lleno de mujeres chismosas!

--,

A: dani-sant-christ@hotmail.com

De: sebastianfalcorta@gmail.com

Asunto: Sueños que se vuelven realidad

"Buenos días mi preciada doncella: espero hayas descansado, de mi parte solo queda decirte que intenté soñar con vos por la noche, pero el sueño me fue esquivo. L

Por sugerencia de un colega entendido en el tema de espionaje, será útil que crees una casilla de correo paralela y que la distribuyas lo más cautelosamente posible.

¿Ya sabés quiénes tendrán tu nuevo número? Sé prudente, confío en tu discreción.

Me gustaría verte, pero sé que hoy el día no ayuda tanto meteorológicamente como a lo que a reuniones se refiere. Tengo muchos trámites por delante y nuevos clientes por asesorar. Me espera una larga tarde, desafortunadamente.

Besos

Sebas

PD: ¿Te resultaría muy descabellado viajar conmigo este fin de semana a Rosario? Te ofrezco casa, comida y compañía gratuita.Tengo ganas de presumir mi nuevo caprichito llamado Daniela. ¿Es mucho pedir que aceptes?"

Dani se alejó de la pantalla dibujando una extraña exclamación en su rostro. Martín la habría llamado inepta, frígida y torpe y lo habría tolerado...¿qué tendría de malo que ahora alguien la llamase caprichito y que sonase tremendamente sexy? Su gesto pensativo sería captado por la atenta Ximena, con la que dos horas atrás, acababa de tener un intercambio de opiniones en cuanto a la felicidad se refiere.

- ¿Qué pasó? ¿Viste un fantasma?

- Me invitó a pasar este fin de semana a Rosario - exhaló incrédula, desplomándose en el respaldo de la silla.

- ¿El caballero medieval?

- Sí.

- ¿Y qué le dijiste?

- Todavía nada.

- Supongo que aceptarás.

- No sé - levantando sus hombros, asombrada, no podía teclear ni una miserable palabra.

- Dani, lo acabamos de hablar. Este es un tipo sin compromisos, que esté re bueno y quiere que lo acompañes de fin de semana. Te gusta, se gustan, son adultos y mayorcitos...¿qué más querés?

- ¡Xime, lo que no quiero es sufrir! Bastante enredada tengo la cabeza ahora como para un involucrarme con un flaco que solo quiera cogerme.

- Dani, si todavía no te llevó a su cama y sigue merodeándote es porque le interesás. El no es tonto y se dio cuenta que no sos mujer de una sola noche. Si no le importase algo más que tu destreza en abrir las piernas, ya te hubiera largado. - Ximena se puso de pie, sosteniéndose de los apoyabrazos de la silla de su amiga, fijando su vista en ella, a escasos centímetros de su cara, intimidándola - ¿Vos tenés ganas de ir?¡Sé sincera!- achinando los ojos y poniéndose exageradamente en el papel de mandona, Ximena no se andaba con chiquitas.

- Sí - respondió en voz imperceptible, sintiéndose demasiado pequeña bajo la sombra de su amiga.

- ¿Pero te sentís con culpa?

- Sí.

- ¡A la mierda la culpa Dani! Si pasa algo allá, ¡bienvenido sea! ¡Ya debés tener telas de araña allá abajo! - Daniela abrió grande la boca, sonrojada pero divertida por la cruel pero certera presunción de su confidente- Si no pasa nada, ¡qué mejor para tu culpa! En todo caso te volverías casi virgen como te vas ahora.

- ¿Sabés que podés ser muy hiriente a veces, no?

- ¡Soy realista, no hiriente! Dejá de dar tanta vuelta al asunto. Te morís de ganas de viajar con él. ¡Decíle que sí y ya!

Aceptando el consejo poco ortodoxo pero sensato de su amiga, se dispuso a teclear una respuesta.

A: sebastianfalcorta@gmail.com

De: dani-sant-christ@hotmail.com

Asunto: Noble caballero

"Acepto la propuesta, no es descabellada pero sí sorpresiva, como todo lo que la envuelve. Mínimamente pago el costo de la nafta, ¿o iremos en caballo, fiel al estilo medieval que predicás?

Besos

Dani

PD: De curiosa...a qué nombre responde la "F" entre tu nombre y apellido "

A: dani-sant-christ@hotmail.com

De: sebastianfalcorta@gmail.com

Asunto: mi caballo se llama Alfa y se apellida Romeo

"Mi bella dama: de ninguna manera correrá con algún gasto. La invitación es con todos los costes pagos. Mañana, alrededor de las 10 de la mañana, paso a buscarte. Al saber de mi visita, mi grupo de amigos y mi tía nos invitaron a cenar y almorzar, respectivamente ¿Te incomodaría? Lo cierto es que no los visito hace tiempo y quisiese pasar a visitarlos. Sé que no es justo que te pida que me acompañes a hacer sociales, pero quiero que me conozcas un poco más y que tengas presente que el fantasma de Lucifer, siempre está presente a mí alrededor.

Besos

Sebas

Pd1: la sonrisa por llevarte a Rosario es tan amplia como el Atlántico.

Pd2: la F, señorita curiosidad, es de Francisco."

A: sebastianfalcorta@gmail.com

De: dani-sant-christ@hotmail.com

Asunto: Extorsiones diabólicas

"¿Cómo resistirme a la posibilidad de conocerte más en profundidad? No obstante, no niego que ser escrutada por los tuyos me pone nerviosa, pero de esta forma también puedo darme una somera idea de como sos fuera del pavimento porteño. En lo que se refiere a la visita a tu tía, me alegra que pienses en ella...aprovechá que tenés una familia en la cual apoyarte.

¿Tanta intimidad lograste con Lucifer? No se si reírme o preocuparme. A veces pienso que exagerás demasiado: con el frío, con tu pasado oscuro, con tus elogios hacia mí...¿o es una estrategia?¿Hacerte el chico rudo por fuera pero que es un blando por dentro?

Espero ansiosa a que sea mañana. Me siento una nena de diez años robando caramelos de un kiosco.

Besos

Dani"

A: dani-sant-christ@hotmail.com

De: sebastianfalcorta@gmail.com

Asunto: En penumbras

"No soy un ser de luz mi dulce Daniela, ni reluzco como el oro. Creo no haberte mentido sobre mi instinto animal al momento de negociar. Me destaco por ser implacable y por aprovecharme de la inocencia ajena. Ese es el Sebastián abogado y extremadamente profesional. Al viajar a Rosario, pretendo reafirmarme como el Sebastián, el chico que vino de Santa Fe ambicioso y esperanzado, sin olvidar mis orígenes.

Estás a tiempo decirme que no y huir de mi, aunque me dolería el pecho si lo hacés.

Besos

Sebas"

Dani tragó en seco por un segundo. Era mucha información, en pocas líneas. En realidad, lo interpretó como un pedido explícito. Sebastián parecía pedirle que lo acompañase en la búsqueda de su propio yo. Ambiguo, contradictorio, aún no comprendía ciertas expresiones y comportamientos: podía ser un muro impenetrable tanto como una cortina de agua.

Ella creyó ver, monitor mediante, que su armadura medieval caía como una cáscara endeble. Aquel hombre de aspecto fuerte, el cual atacaba el lado débil de las personas, reconocía en su pasado, su propio talón de Aquiles.

¿Qué tan oscuro podría ser lo vivido como para creer que Daniela tendría ganas de escapar y no aceptarlo?¿Qué tan perturbador podía resultar su verdadero ser como para haber sido juzgado por el infierno y salir ileso de su fuego?

A: sebastianfalcorta@gmail.com

De: dani-sant-christ@hotmail.com

Asunto: Copiloto

"Sebas: me halaga que me elijas como compañera de aventuras o desventuras (como prefieras llamarlo) Yo también quiero conocer al Sebastián santafecino rebelde y descarriado, el porteño es muy arrogante"

Te espero.

Dani"


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