Azulada ©

By Mnemosine-

109K 6.3K 1.3K

Soy una persona demasiado fría o demasiado rota. Obra protegida por Safe Creative bajo el código 150501399414... More

Capítulo 1. Idénticos.
Capítulo 2. Miré mi muñeca derecha. Nada.
Capítulo 3. Cual rosa marchita.
Capítulo 4. Mala Hierba y Agua Rancia.
Capítulo 5. Qué cliché.
Capítulo 6. Sé cómo te sientes.
Capítulo 7. Algo mucho peor.
Capítulo 8. No nací para estas cosas.
Capítulo 9. Encantada de conocerte mi ángel.
Capítulo 10. Siempre existen los gorros.
Capítulo 11. Oscuro y frío.
Capítulo 12. Estás enamorada.
Capítulo 13. Somos Grey Days.
Capítulo 14. Era imposible.
Capítulo 15. Es fácil allanar tu casa.
Capítulo 16. Tan dulce.
Capítulo 17. ¡Eres un genio!
Capítulo 18. ¿Qué debería hacer?
Capítulo 19. Animales en soledad.
Capítulo 20. ¿Qué te apuestas? Un beso.
Capítulo 21. Justo ahí.
Capítulo 22. ¡Te dije que encendieras la batidora dentro del bote!
Capítulo 23. ¡Es que no quería irme!
Capítulo 24. ¿Dejarlo todo atrás?
Capítulo 25. En la primera oportunidad que tuviera.
Capítulo 26. Eres una gran persona.
Capítulo 27. Era cómodo estar con él.
Capítulo 28. ¿Qué harías sin nosotros?
Epílogo. Quise rellenar un vacío.
Agradecimientos y "Su final".

Capítulo 29. Hacia ninguna parte.

1.9K 142 29
By Mnemosine-

"Por eso siempre llevo el corazón a mano, y si lo tengo que romper ya tendré tiempo para pegarlo."
Porta, "Siento, luego existo."

___________________

-Can we fly, can we fly away? (¿Podemos volar, podemos volar lejos?) -canté animada.

-I'm sitting on the edge. A thousand stars burning in the sky up overhead. (Estoy sentado en el borde. Mil estrellas ardiendo en el cielo por encima de mi cabeza) -cantó Kellin.

-How could it get more beautiful than this? And it made me thin of when, when in my life have I ever felt more infinite? (¿Cómo podría conseguir más hermoso que esto? ¿Y me hizo pensar de cuando, cuando en mi vida nunca he tenido un sentido más infinito?) -canté-. And could I ever get back there again? (¿Y nunca darme allí otra vez?)

Mientras cantábamos, me fijaba en cada persona del público, nos observaban entusiasmados: disfrutando nuestra música.

Lo daba todo, me sentía eufórica, quería sacarlo todo de adentro de mí. Aplaudían, vitoreaban, chillaban, ¡era genial!

***

-Ay, ¡me ha encantado esta canción! -gritó Camille.

-Sí, es fantástica -dijo su hermana.

-Me alegra que os haya gustado -dijo Kellin-. Nos costó hacerla.

-Sí -suspiró Patrick. Yo solo sonreí.

Mientras todos hablaban, sin que se diesen cuenta, salí a la calle. Seguían quedando conciertos, así que me encontré con algún que otro fan, no con un centenar. Gracias a Dios.

Me senté en la acera dejando que el aire fresco me diese en la cara, aún tenía las mejillas encendidas por la emoción de subirme al escenario.

-¿Qué haces aquí? -preguntó Darrence detrás mía.

-Sabía que vendrías -sonreí para mí-. Siempre vienes.

-¿Estás bien?

Me levanté y quedamos cara a cara.

-Tengo que despedirme -sonreí.

Arrugó las facciones de su cara sin comprender demasiado.

-¿A dónde vas? -preguntó.

-No lo sé -negué con la cabeza aún sonriendo-. Pero quiero poder madurar, yo sola.

Negó con la cabeza y le di un abrazo muy fuerte e intenso, y se me escaparon un par de lágrimas.

Esa vez no era una mala idea escapar. Porque no escapaba de nadie más que de mi antigua yo. Ya que tanto me atormentaba no llegar a cambiar nunca.
No quería depender de nadie.

Me fui separando de él lentamente hasta estar solo agarrados por las manos.

Le solté y me miró.

-¿Volverás?

-Claro -sonreí mirando el cielo, buscando alguna que otra respuesta para mis preguntas-. Siempre vuelvo.

***

Llegué en taxi a mi casa, y recogí toda la ropa que pude en una maleta. Llamé a Ben y le dije que viniese con el coche de nueve plazas. Sin preguntar demasiado, accedió. Y solo me quedaba esperar.

Lo único que tenía, era una maleta llena de ropa, un bolso con mis objetos más personales y una perra con ganas de conocer a algún que otro árbol. Ben llegó y le abracé.

Fuimos de nuevo a casa de mis padres y ésta vez me dejó las llaves. Le prometí que se lo explicaría, que tendría cuidado.
Y que los quería.

-Vamos, Brooke, puedes hacerlo -dije arrancando el motor del coche-. Lo has visto millones de veces, algo habrás aprendido.

Lentamente me fui alejando de la parcela de mis padres, con Cherry a mi lado, en el asiento copiloto.
Me paré a un lado de la carretera y le puse un arnés que cogí de casa.

Y mientras conducía, me sentía completamente libre; por primera vez.
Sabía que lo conseguiría sin dañarme.

***

Llegué a Nuevo Puerto, pasando por el río Hudson. Las luces de los demás coches lo iluminaban todo. Era precioso estar allí a esas horas.

Acabé aparcando en frente de un mirador. Bajé un par de asientos para hacer espacio y me puse a hinchar un colchón con una bomba que había en el maletero. Con Cherry a mi lado, acabé quedándome dormida, pensando en los demás y en cómo se sentirían.

Por la mañana, me desperté dispuesta a encontrar un lugar donde desayunar para seguir con mi camino. Me llamaron cuando entré en una cafetería y pues salí para descolgar.

-¿Cuando dejarás de huir? -dijo la voz de Kellin desde el teléfono.

-No estoy huyendo -dije-. Tan solo... Quiero saber quién soy. O algo. ¡Quiero dejar de estar tan confusa!

-Está bien, tranquilízate -dijo.

-Vale, vale. Lo que sea -puse una mano sobre mi frente.

-¿Es Brooke? ¡Dile que vuelva ahora mismo! -se oyó un ruido extraño tras la voz de April-. ¡VUELVE AHORA MISMO!

Me reí levemente.

-Volveré. Pero no hoy. Y quizás mañana tampoco -dije y colgué. Entré en la cafetería y compré mi desayuno para llevar.

Al volver al mirador me apoyé en una barandilla con Cherry a mi lado, mientras sorbía mi café y le daba la tostada que me había pedido.

Mientras observaba el puente de Brooklyn, me pasaba todo por la mente demasiado rápido.

De alguna forma me sentía mal, por eso me fui. Quería entenderlo por mí misma, no por palabras de otras personas. Necesitaba reflexionar y llegar al fondo del problema.
Aunque fuera yo.

***

Seguí con mi viaje a... Ninguna parte. Pasé Nuevo Puerto sin saber muy bien a dónde ir.
Tan solo conducía sin pasarme de los límites de velocidad e intentando no chocarme con nadie.

Conducía y conducía, ya llevaba un par de horas cuando decidí pararme a un lado de la carretera. Justo en frente de un bosque.
Bajé a Cherry del coche y fuimos a dar un paseo.

No había nadie por ningún lado, y nos adentramos más al conjunto de árboles. Cruzamos casi sin darnos cuenta un pequeño riachuelo y nos topamos con un enorme río. Me senté en una piedra a contemplar el paisaje, y si tal vez pudiese revelarme qué era lo que tenía que hacer.

Comencé a pensar en mi infancia, yo siempre había sido muy dulce hasta mi adolescencia. Tal vez fueran el miedo y las inseguridades lo que me frenaban a conocer cosas nuevas. Pero luego cambié a peor. A esa persona que se encerraba en sí misma.

Seguí conduciendo hasta quedarme en un hotel a eso de las seis de la tarde.

Me llegó un mensaje de nuevo y encendí el móvil.

"¿Por qué te has ido realmente?", me decía Darrence.

"¿Realmente? No lo sé", escribí mordiéndome la uña del pulgar.
Miré por la ventana, el cielo se estaba nublando.

"Te esperaré", escribió y sonreí.

***

Ya habían pasado un par de días, y vivía de la comida barata de un supermercado que estaba cerca del hotel donde me hospedaba.
Cherry comía su pienso mientras yo miraba un programa en el pequeño televisor de la habitación.

Ya había reflexionado muchísimo, y me había valido por mí misma. Claro que, me sentía mal por todo lo que había llegado a sufrir, pero la solución no era mirar hacia atrás en todo momento, sino hacia delante.

Luego, al rato, me levanté con el cesto de la ropa sucia y fui a una lavandería. Metí toda mi ropa en un par de lavadoras y me senté justo en frente, mirando mi teléfono.

Desde hacía bastantes horas, Darrence no me hablaba. Los demás sí, claro, con amenazas de muerte para que vuelva.

Cuando mi ropa terminó de lavarse, la recogí y volví al hotel. Cherry me esperaba moviendo el rabo, y en ese momento el móvil comenzó a vibrarme.

-¿Eres Brooklyn Lowell? -dijo una voz desconocida.

-Sí, ¿quién es?

-Le llamamos del hospital de Manhattan. Unos amigos suyos han tenido un accidente de coche.

Arrugué la frente mientras tragaba saliva.

-¿Qué ha pasado? -dije intentando sonar calmada.

-Un conductor ebrio impactó sobre el coche de Darrence Woods, con él Patrick Harrison dentro -dijo.

-¿Pero les ha pasado algo? -dije con los ojos cristalizados.

-Patrick tuvo una pequeña hemorragia interna, pero se pondrá bien. Aunque Darrence tiene un par de costillas rotas y el cuello fracturado -dijo con su seria voz.

Respiré hondo y dije:

-Voy para allá.

***

Pagué por mi estancia en el hotel y me fui con todas mis cosas en el coche. Llovía y no me gustaba. Eran las ocho de la tarde y el cielo ya se tornaba naranja.

Intentaba relajarme y concentrarme en la música de la radio, pero no podía. Imaginaba a mis dos amigos al borde de la muerte y me derrumbaba increíblemente.

Llegué a Nuevo Puerto y en un parpadeo ya estaba en Manhattan. Fui al hospital, me bajé del coche dejando a Cherry dentro y entré en aquel frío lugar.
Me encontré con las coloridas cabelleras de mis amigos y casi me puse a llorar.

Me abrazaron y cada uno me decía lo mucho que me echaba de menos, pero yo no oía nada. Tenía la puerta de una habitación en frente, y decidí entrar. Primero me miró Patrick, diciendo mi nombre con una gran alegría, seguido de los profundos y hermosos ojos de Darrence.
Sonrió y corrí a envolverlo con mis brazos lentamente.

-Te odio -dije llorando-. No me vuelvas a dar esos sustos.

Pude oír su risa, y os juro que era el sonido más hermoso del mundo.

Continue Reading

You'll Also Like

35.1K 818 16
el era un profesor y ella su alumna, pero lo prohibido es divertido así que porqué no, vamos a jugar este juego mientras se pueda.
167K 8.3K 20
Eres una chica hija única heredera de la fortuna de la familia pascuarelli tienes 22 años eres de italia pero vives en vancuber (Canadá)eres Co direc...
304K 15.7K 51
Amber Weys es una chica de 17 años con curvas prominentes y es por bien sabido que durante la etapa de la adolescencia los chicos suelen ser muy duro...
969K 49.8K 45
Desde el momento que subí al tren del expreso de Hogwarts y choque con Draco y Blaise mi vida no volvió a ser la misma. Más cuando el sombrero selecc...