Capítulo 10: Let me be the one.
Cuando Harry me pidió ser el único, supe que todo iba a cambiar de forma considerable.
Las cosas después del viaje fueron todavía mejor, mi casa estaba aún más vacía, obviamente recentia el estar solo todo el tiempo, no me gustaba pero para eso estaba Harry. Prácticamente iba todos los días a su casa, pasabamos horas ahí, sólo gozandonos mutuamente.
Nunca consideré tener una relación así, de hecho, no había considerado ninguna posible relación y estar con Harry era fantástico, era fácil pasar horas a su lado, compartir el espacio y las miradas.
"Señor Tomlinson, ¿algo que quiera agregar?" mi profesor de lenguas me sacó de mi encimasmiento.
Maldito Zayn.
"No."
"¿Cree que pueda prestar atención?"
De alguna forma él siempre terminaba llamándome la atención, pero ahora no estaba esa maldita sonrisa en sus labios, ni el guiño, ahora se notaba molesto.
"Claro."
Él guió su mirada a la salida del salón, donde Liam estaba llamando a la puerta, el moreno se quedó observándolo sin ninguna expresión hasta que arrugó el ceño en mi dirección. El sonido de la campana para el cambio de clase hizo que todos se pusieran de pie e interrumpieran el contacto visual que mantenía con Zayn.
Guardé todas mis cosas y me preparé para salir de la clase, con la falsa esperanza de que el profesor no me llamara.
"Louis" me giré para verlo, estaba solo. Quizá Liam no había ido a verlo a él.
"Dígame" fingí, él se acercó a mí con sus libros en la mano.
"¿Por qué Niall está diciendo que salgo con otra persona?" calculó, cargando su peso en un solo pie.
"Quizá porque-
"El punto es que no quiero que le metas ideas errónes" habló algo fuerte, "querido, tú no sabes nada de mí y no tienes porque meterte en nuestra relación."
"Yo no le dije nada a Niall" murmuré.
"Hazme el favor de no meterte en al vida de tu profesor de lenguas" pidió como si realmente fuese una petición razonable.
Me quedé callado, retándolo con la mirada.
"No le dije nada."
"Por si pensabas hacerlo" masculló, abriéndose paso al lado mío para salir del aula.
Tuve la oportunidad de decirle a mi amigo, sin embargo no lo hice porque no dejo de pensar en que lo que vi, o más bien, lo que creí ver sólo era una ilusión, una falsa creencia. Así que Zayn en lugar de estar atacándome debería estar agradecido porque no empeoré las cosas entre ambos.
Salí del salón para buscar a Flynn, el chico había salido de clase porque se sentía mal y Paris me dio una mirada curiosa desde su lugar en el salón, había sido la primera vez en mucho tiempo que no compartíamos ni una mirada. Mi amigo venía caminando de los baños con la mirada pegada en la pantalla de su celular.
"¿Qué te pasó?" llegué a su lado.
"Nada, todo está bien. Sólo quería salir de la clase" rodó los ojos, haciéndome reír.
"¿Por qué?"
"Me aburre" comentó sin miedo a ser escuchado. "El profesor Malik se me hace alguien raro, como si..., quien sabe, es sólo raro."
"¿Cómo raro?"
"Como que es de esas personas misteriosas" se encogió de hombros. "Como que es un asesino de noche, o un chico de la vida galante, o que no sé."
Reí. Tal vez no lo había considerado porque había conocido a Zayn de otra forma, y nunca me dio la impresión de que estuviera ocultando algo.
Pero tal vez a Niall sí.
Me apresuré a llegar al estacionamiento, Flynn de nuevo se fue a con un grupo de odiosos de último año y decidí caminar solo hasta Harry, vendría por mi a la escuela. Pero Liam estaba en las puertas de la entrada del edificio de la escuela, esperándome con una amplia sonrisa de ojos achinados.
"Hola, Louis" me saludó de mano y acercó un beso a mi mejilla.
"Hola."
Hoy era un buen día, desde la mañana tenía un buen humor y Liam no merecía más que alguien amigable como él. Traté de no recordar lo que probablemente estaba pasando entre él y Zayn. No era de mi incumbencia, al menos no de ese punto de vista porque Niall era definitivamente mi amigo.
"¿Qué tienes de nuevo?" preguntó, comenzó a caminar para guiarme e invitarme a que fuera tras él.
"Mucha lectura" reímos. Bajé la mirada a mis jeans doblados al final, sobre mis tobillos. "Estoy pasando por un aparentemente buen momento."
Él me miró medio divertido.
"¿Sigues con Harry?" asentí, mordiendo mi labio cuando salimos a la luz del sol. "¿Ya cuánto tiempo tienes con él?"
Lo pensé un minuto, conté con mis dedos las semanas y me sorprendí.
"Siete semanas" murmuré, deteniéndome de golpe. "Casi dos meses" susurré más para mí mismo.
"Wow" me sonrió, "pensé que no ibas a estar con él durante tanto tiempo."
Lo miré tratando de ocultar mi propio pánico.
"Yo también" asentí y eché un vistazo al estacionamiento. No era tan grande así que pude encontrar con la mirada con rapidez a Harry.
Siete semanas.
Siete malditas semanas con un hombre mayor, que ahora me toca.
"¿Estás bien, Louis?" Liam tomó mi hombro.
"Sí" parpadeé lentamente, comencé a caminar antes de siquiera pensarlo y Liam estaba a mi lado, no estaba tan consiente de qué estaba haciendo pegado a mi costado pero la realida era que todo se veía borroso.
"¿Es Harry?" señaló, asentí apenas. La cabeza se sentía demasiado ligera para ser mi cabeza. "Te llevaré con él, ¿de acuerdo?"
No recordaba haber respondido pero en poco sentí el tirón de alguien y fue entonces cuando mi mente se aclaró un poco más, vi a Liam sentado en el suelo con una mirada dura en mi dirección, que más tarde comprendí, estaba mirando a Harry detrás de mí.
"Aléjate de él" masculló Harry, señalando a Liam con su dedo índice.
"Demente" se levantó del suelo, dándole una sacudida a su pantalón.
"No bromeo cuando te lo digo, amigo" el rizado se acercó a Liam, amenzante, "no te quiero cerca de él. Nunca, él no te necesita."
"Estás loco" escupió Liam, retrocediendo unos pasos para irse.
Harry se giró en mi dirección, cambiando su semblante al verme, tomé mi frente con mi mano, apretando los ojos. Mi cerebro apenas estaba procesando todo y apenas creí que de verdad me iba a sentir bien, mis rodillas se doblaron, sentí los brazos de quien seguramente sería Harry a mi alrededor y todo se había vuelto oscuro.
Tenía breves imágenes del auto de Harry, otras en un pasillo blanco y el recuerdo más reciente era la voz de una mujer.
"¿Lou?"
Su aliento me golpeó.
"Lou."
Me sacudió de los hombros.
Abrí los ojos, despacio.
"¿Louis?" sus orbes verdes viéndome directo.
"¿Bebiste?"
Él se separó un poco de mí, pasando saliva.
"Los dejaré solos" avisó una mujer mayor, saliendo de lo que parecía un consultorio.
"¿Qué diablos pasó?" me pasé las manos desde la frente hasta mi nuca, sentádome en la camilla.
"Te desvaneciste en el estacionamiento, estabas inconciente y sólo te traje aquí" explicó.
"Quiero irme de aquí. Apesta" salté de la camilla y apenas pude detenerme de no caer de nuevo, Harry me tomó de nuevo, evitando que cayera pero me solté despacio.
Caminé a la salida, abrí la puerta y salí primero, podía sentir a Harry detrás de mí. Ambos salimos de la clinica privada y caminamos al estacionamiento. Él tomó mi mano y caminó a mi lado.
"A casa" murmuré cuando vi su auto, él me miró dudoso pero asintió firme.
Subimos a su auto, él me ayudó y percibí de nuevo el aroma a alcohol. Él subió también en el auto.
"A casa" pedí una vez más, pero él ya no respondió.
Estuvo conduciendo en tranquilidad, en silencio mientras yo miraba a las persona caminando por la acera, ¿cuál sería su pecado?
Llegó el punto en nuestro camino donde noté a Harry tomar la vía equivocada a mi casa, era la vía a su casa.
"A casa" pedí más fuerte.
"Vamos a casa-
"Quiero ir a casa" golpeé el tablero del auto, "quie- quiero ir a casa. Quiero ir a" suspiré, "quiero ir a casa."
Harry no dijo nada, dio una vuelta algo ruda para volver a tomar la vía que yo pedía. Nuevamente estuvimos en silencio, mi nariz escurría como si tuviera gripa, sólo moqueaba y Harry resoplaba de vez en cuando.
"¿Por qué me desmayé?" quise saber.
"La doctora dijo que era algo simple, no tiene importancia. Mencionó que estabas presionado, que te llevaste una preocupación" me explicó, claramente.
Asentí, no tanto en agradecimiento a él sino que entendía perfectamente porque me había ocurrido. De pronto Liam me había recordado lo que estaba haciendo y recordé por cuanto tiempo lo había estado haciendo y me sentí mal.
Pronto llegamos a casa, a mi casa. En el camino había logrado relajarme y el calor en mi pecho ya no estaba ordenando directamente a mi boca al hablar. Harry estacionó el auto frente a mi casa, eché una mirada y lo consideré.
"¿Quieres entrar?" pregunté en un murmuro, él me miró sorprendido, algo despistado.
"¿Cómo dices?"
"Es que, no sé..., no hay nadie en casa, y pensé en si tú quieres...
"Sí" dijo son una sonrisa tierna.
Nuestros pasos resonaron en toda las habitaciones de la casa, vacía.
"¿Gustas algo de la cocina?" pregunté, dejando mi mochila donde siempre.
"¿Cómo qué?" estaba distraído, viendo la casa. Reí de él.
"Si quieres te puedo traer un motor de auto de la cocina" me dio una mirada de reprensión jugando. "Si quieres, claro."
"Lou..." advirtió y reí nuevamente.
"Mi habitación está arriba" señalé las escaleras.
Mientras ambos subíamos las escaleras consideré el poco control que tenía sobre mis propias emociones, Harry tenía el poder.
Abrí la puerta de mi habitación, dejando a la vista todo.
No había pensado en que Harry podía reírse de lo infantil que podría llegar a ser mi habitación. Él entró, viendo a su alrededor, poniendo verdadera atención en las cosas.
"No es nada comparado con tu habitación pero me siento orgulloso" murmuré, tomé asiento en mi cama.
"Me gusta" se giró para verme y sonreírme. "Me recuerda cuando tenía tu edad."
Debería dejar de decir ese tipo de cosas, sólo me hacían sentirme más culpable. Soplé el aire de mis pulmones, subí mis rodillas a mi pecho y las enredé con mis brazos, recargando la barbilla en mis rodillas. Harry se sentó a mi lado, casi pidiendo permiso para abrazarme, hasta que yo me recargé a su costado, metiendo mi cara en su cuello.
"¿Qué te preocupa?" preguntó muy, muy por lo bajo.
Suspiré.
"No ser alguien para ti."
"Pensé que ya habíamos discutido eso, te dije que eres hermoso, ya los sabes por mi parte" me abrazó, "eres más que suficiente."
Y en el fondo lo sabía, sabía que si yo no fuera suficiente él simplemente se buscaría otra persona, para él no sería difícil. Lo que realmente yo quería decir es que esto siempre me daba miedo, me aterraba.
"Lo sé, es sólo que-
"Nada, Lou" buscó mi mirada, "no vuelvas a decir eso."
Asentí, de todas formas ese no era el problema.
Pasamos un rato, así. Y esta vez no había sido tan cómodo, tal vez para él sí pero yo tan sólo pensaba. Y pensaba.
A todo el mundo le había mencionado lo poco que estaría al lado de Harry, ahora todo estaba siendo indefinido.
"Me tengo que ir" murmuró, me separé de sus brazos y me puse de pie.
Harry se fue de casa casi por la noche, quince minutos antes de que llegara mi padre del trabajo.
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"¿Estás bebiendo?" pregunté divertido.
Era un lindo sábado, la ligera depresión tras aquél día con Harry en mi habitación se me había pasado temportalmente.
"Es sólo un trago" señaló su vaso de cristal, rodé los ojos y dejé que se sentara a mi lado en sofá.
"Es muy temprano para beber" traté de quitarle su bebida pero mi estatura perdió de nuevo contra la suya.
"Tranquilo" murmuró divertido.
No me gustaba que él bebiera, ni frente mío ni cuando estaba solo. Pero ahí estaba, con su vaso transparente entre las manos, abrazándome y ambos viendo la película.
Me quedé viendo cómo llevaba el líquido a sus labios y al finalizar su trago, lamia sus propios labios para quitar los restos inexistentes de vino.
Pasamos el día de la misma manera, excepto que él se tomaba algunos "tragos" más cada vez. Igual era divertido.
>>De Mamá: Ya voy para la casa, no llegaré tarde.
Para Mamá: Bien.
"Papi, ya tengo que ir a casa" salió de la cocina.
"¿Ya?"
"Ya es de noche" reí, poniéndome de pie del sofá.
"Bien, vamos" tomó las llaves de su auto.
En el auto Harry encendió la radio. Como si hubiese algo bueno ahí, igual canté una que otra canción.
"¿Qué opinas de ir mañana a mi trabajo?"
"¿Mañana tienes trabajo?" fruncí el ceño.
"No, mañana nadie va a la oficina, me gustaría que vinieras" comentó, dando la última vuelta en mi calle.
"Suena bien" sonreí. Al fin un indicio de su trabajo.
"Bueno-" iba a decir algo pero su mirada se clavó en algo en el camino, detuvo el auto y apagó las luces. "Lou, hay un auto en tu casa."
Miré donde él, un auto nuevo, no era de mi padre y tampoco de alguno de mis familiares, ellos no podrían comprar un auto como el que estaba estacionado frente a mi casa. Este se quedó un momento ahí, nosotros observamos mientras tanto, hasta que alguien se bajó de él, a quien más tarde reconocí como mi madre.
"Mi madre" murmuré, estiré el cuello.
"¿Es tu padre?"
Sacudí la cabeza en negación.
Harry esperó a que el otro auto se fuera, mi madre entró a la casa y entonces nos acercamos, aún con las luces del auto apagadas.
"Nos vemos mañana, papi" lo besé algo apresurado.
"Adiós, pequeño" se despidió, besando finalmente mi mejilla.
Salí disparado del auto, subí al pórtico prácticamente corriendo y abrí la puerta con apenas un sonido.
"¿Louis, ya llegaste?" preguntó mi madre desde la cocina.
Fui ahí.
"Hola, ma" saludé, entré hasta donde estaba ella y besé su frente. "¿Por qué tan temprano?"
Ella se encogió de hombros.
"Terminé mi trabajo excesivamente rápido" respondió.
"Venía dos cuadras atrás, desde la casa de Flynn y alcancé a ver un auto frente a nuestra casa" comenté no queriendo, ella abrió un poco sus ojos y me dio la espalda.
"Mi jefe tuvo consideración y me trajo hasta casa" dijo despacio, pero lo hizo de forma firme.
"Oh" solté. "¿Mi pa' ya llegó?"
"Creo que está arriba" asintió.
¿Mi padre estaba arriba y no había bajado a recibir a mi madre en el auto de su jefe?
Me fui de la cocina, eliminando cualquier mal pensamiento.
•●•
Por la mañana me preparé para salir con Harry, él vendría por mí a casa mientras nadie estaba, lo cual, ya era totalmente normal. Me estaba volviendo una persona sólo para papi.
Bajé corriendo las escaleras y salí de casa como si mi vida dependiera de lo rápido que saliera de ahí, Harry ya estaba esperando frente, en su auto. Usaba una de las coloridas camisas que yo le había escogido hace tiempo, se veía extremadamente apuesto.
"Te echo de menos todo el tiempo" me tomó en un abrazo, uno de su colección de abrazos especiales, llenos de calidez.
"Y yo a ti, papi" lo miré a los ojos, con el único objetivo de tentarlo para que me besara. Funcionaba.
Subimos al auto.
A decir verdad, desde siempre tuve curiosidad sobre el trabajo de Harry, él nunca mencionó nada y yo nunca pregunté, tal vez él asumía que yo sabía algo acerca de su empleo, que pudo habermelo dicho Niall o Zayn, pero ellos tan sólo nunca lo hicieron. Aún cuando estacionó el auto frente al edificio para que un hombre se lo llevara y aún cuando entramos al elegante edificio, me guardé todas las preguntas.
El sitio de oficinas Styles estaba en el centro de la ciudad, en la calle más comercializada, donde las sólo las mejores empresas estaban. La decoración no me ayudó a decifrar nada, fuimos al elevador, donde sujeté su mano con más fuerza, y aún me sentía perdido.
Igual, al lado de Harry siempre me sentía perdido pero completo. Y era uno de esos sentimientos demasiado raros.
Las puertas del elevador se abrieron, dejando a la vista un corredor de cristal con piso a color negro. Él me guió por todo el pasillo, en la primera oportunidad doblamos por otro corrador hasta llegar a una sola puerta, de madera quemada y acabado elegante.
La oficina de Harry era muy lo que esperaba al ver la infraestructura de todo el lugar, básicamente eran paredes transparentes con la noble vista de Richland, un escritorio enorme en la parte trasera de la habitación, algunos muebles a blanco y negro y cuadros de lo que parecían manchas. Poca imaginación.
"Es lindo" acepté en voz alta.
"¿Tienes una idea de a qué me dedico?" Preguntó y se veía divertido, bajé la mirada, algo apenado por mi ignorancia.
"No."
"Ven" me invitó ir con él, un gabinete de puertas negras ocupaba un gran espacio frente a nosotros, Harry lo abrió y dejó a mi vista una colección de coloridas rocas de distintos tamaños.
Era curioso, muy curioso.
"Sigo sin saber qué significa" murmuré.
"Minería."
Lo miré, cuestionándolo con tan sólo la mirada.
"Mi familia siempre se dedicó a la minería, en sí, se dedica a la producción de la minería" explicó y sonaba extraño para mí. "Tenemos al menos diez compañías de voladuras trabajando para nuestra empresa, ellas sacan el concentrado; lo examinan y trabajan la exportación para finalmente darnos cuenta a nosotros. Obviamente, nosotros facilitamos todos los movimientos que estas compañías hacen."
"Complicado" me quedé observando las rocas.
"No lo es" negó, viendo el mismo punto que yo.
"Es que..., te idealicé trabajando en- no sé, narcotraficante" me encogí de hombros y capté con claridad lo que había dicho hasta que noté que él me miraba con una sonrisa. "Perdón, a veces las palabras salen por sí solas sin que yo..." suspiré, cansado de mí mismo.
"Está bien" cerró las puertas del enorme gabinete, ajustó el saco de su traje y caminó hasta su sillón de cuero detrás del escritorio. Me miró tranquilo y con una sonrisa a media. "¿Qué opinas, pequeño? ¿Papi te ha decepcionado?"
Casi quería reír y lo no-comun es que quería reír de mí y no de él.
"Papi nunca me decepciona" le aseguré, algo serio pero enternecido por su calidez.
Él se quedó observándome de arriba abajo por un momento, hizo un movimiento con la cabeza en el que me invitaba a ir a su lado, caminé hasta él y tomé su mano, él la besó y levantó su mirada verde hasta la mía, robándome más que un suspiro.
"Papi quiere nunca decepcionarte, pequeño."
Momento decisivo.
Importante de cierto modo, y es que conforme me acerco a Harry mis prioridades son diferentes, al igual que mis limitaciones, aprendí a no temer y no medir el límite. Porque mi vista sobre las cosas se veía borrosa cuando conocí a Harry, ahora él sólo vino y aclaró a su manera los conceptos.
Mi mente sólo procesó y actuó de manera casi inprevista, todo fue tan natural que no me sentí mal.
Puse cada una de mis piernas a los lados de sus caderas y me recosté en su regazo, recargando mi cabeza junto a su pecho, dónde claramente podía escuchar los latidos.
Respiración tranquila, latidos rápidos.
Sus manos inquietas al principio para finalmente aterrizar en mi espalda, podía calificar como un abrazo.
"Papi no va a decepcionarme" susurré, jugando con los botones de su camisa.
Él corrió su mano derecha por toda mi espalda hasta mi nuca, retiró mi cabeza de su pecho con un suave estirón a mi cabello y lo miré a los ojos, no había palabras, sólo un beso que él inició. Era tranquilo y me iba bien, no quería sentir nada más allá de seguridad.
Y Harry lograba darme seguridad.
•●•
En la escuela todo continuaba bien, me había disculpado con Liam porque de verdad lo necesitaba. Me la pasaba juzgando a las personas que piden pasantias pero funcionaban, Liam me mantenía al margen del colegio, aún iba a mi casa y pasábamos el tiempo.
Mentiría si dijera que había algo distinto en su mirada pero no era como si yo pudiese solucionar los problemas del resto, mucho menos si el resto no me lo pide.
Y aquel viernes tenía algo, desde que había salido de la cama, un vago pero frío presentimiento atacó mi sistema nervioso, alterando levemente mi ansiedad. Sensibilidad al futuro.
Esa mañana mi padre tuvo la oportunidad de dejarme en la escuela, bajé de su auto y el presentimiento se hizo más cercano, éste sólo empeoró conforme me acercaba a las puertas de entrada del edificio.
Cuando entré, quise sentirme seguro pero era inútil. No podía cuando todas las miradas cayeron de una sobre mí, miré detrás de mí para asegurarme de que algún chico popular no estuviese detrás de mí pero no había nadie. Nadie más que yo.
La mirada de todos me escaneaba cual código de barras y me hacía sentir al descubierto. Y había murmuros, cuchicheos. No parecía parar ni cuando llegué a mi casillero y me topé con Flynn.
"¿Qué les pasa hoy a todos?" Pregunté, acomodando mi suéter rosa en el casillero.
"Creo que tú pasas" él me entregó un papel color rosa, lo tomé con algo de rudeza y leí.
Louis Tomlinson es gay.
Rodé los ojos, arrugando el papel en una bolita que lancé dentro de mi casillero.
"Explícame" pidió mi amigo.
"¿Qué te explico?" Cerré mi casillero con fuerza.
"¿Con quién mierdas hablas para que se haya tomado el tiempo de hacer esto sobre ti?"
"Te hablo a ti y sabes que no soy..., bueno, tal vez lo soy- o como quieras, pero si hiciste esto tú lo más probable es que te meta una patadas en el culo. Y presiento que lo sabes" comencé a caminar.
"¿No le has contado a nadie que sales con un hombre?" Preguntó en un susurro.
"La gente no necesita saber eso. Apenas la semana pasada nadie se importaba por mi insignificante existencia y ahora resulta que todos saben mi nombre" me abrí paso entre la gente que me miraba.
"¿No te importa? ¿Acaso soy el único que se da cuenta de las miradas?" Entramos en el aula.
"Ellos no me importan" negué, tomando mi asiento de la clasr.
"¿Dónde está el maldito Louis?" Preguntó bromeando.
"Lo mandaste a hacer una cuenta en Candy Page" lo reté.
"¡Ahora yo tengo la culpa!" Reímos, al tiempo que Paris entró en el salón, nos dio una mirada nostálgica sin detenerse y caminó hasta su lugar en el fondo.
Zayn entró en el salón, con unos anteojos de aumento en el puente de su nariz, me miró sin expresión y fue hasta el escritorio, al menos mientras Liam llegó a la puerta. El morocho fue con Liam, cerrando la puerta detrás de él. La clase empezó media hora tarde, Zayn no se dignaba a dejar a Liam.
Hacía un tiempo que no hablaba con Niall, no tenía ni idea de cómo estaba ahora su relación y anoté mentalmente mandarle un mensaje cuando saliera, salir juntos o cualquier cosa.
¿Qué tenía de impresionante que fuera gay? Yo ni siquiera le importaba a mis padres.
Salí de la escuela antes de tiempo, los profesores no eran más cumplidos que sus alumnos. De nuevo, Flynn desapareció antes de salir del edificio a mi lado pero en la puerta Liam se unió a mí, con su amplia y brillante sonrisa.
"¿Cómo te trata el día?:
"Bueno, salió esto de que yo-" sacudí la cabeza, "pero no importa."
"¿Eso te va bien?" Él tanteó.
Me encogí de hombros, mirando mis pies tocar el suelo en los pasos hacia el estacionamiento.
"No me quita el sueño."
"Me alegro" me abrazó por los hombros. "Igual, cualquier cosa que necesites, sabes que estoy para ti."
Asentí, él se detuvo, haciendo que yo lo imitara.
"Oye, ¿qué dices de ir a una fiesta?"
"Las fiestas no son lo mío" hice una mueca, negando.
"Oh vamos-
"Además mis padres no me dejarían ir tan tarde-
"Louis, sales con Harry en las noches, ¿no es así? Estoy seguro de que te las ingenias para salir de casa" sugirió. "¿Vienes? Será divertido."
"No creo que..."
"Flynn ya confirmó que iría" agregó.
Flynn tampoco era de fiestas, el chico era de atención pero siempre habló mal de las fiestas y las personas en ellas.
"¿Flynn irá?"
"Claro" asintió. "¿Tú, qué dices?"
Moví mis talones, impaciente.
"De acuerdo" acepté al final. Tenía razón, la fiesta podría ser divertida y si Flynn iba me sentía un poco mejor.
Contaba con él, después de todo.
"¡Asombroso! Te divertirás, ya lo verás" me sonrió y le devolví una pequeña sonrisa. "Me voy antes de que Harry me vea."
"Estoy de acuerdo" acepté, sinceramente.
Liam se despidió con un beso en la mejilla y corrió lejos, yo seguí caminando hasta el estacionamiento. Donde Harry ya me esperaba.
Era un día más con él, en su casa, volviendo todo aparentemente más fácil. Excepto que Harry había tomado ésta nueva costumbre, le gustaba leer en voz alta, en realidad, y lo cito:
"Me gusta leerte en voz alta, nunca me atreví a leer frente a otras personas" y lo dijo en un tono tan serio.
Apostaba a que a él también le daban miedo los cambios. Y así como él para mí, yo era un cambio para él.
"El padre de la psicología" Harry cerró el libro que estaba leyendo, a ese realmente no le había puesto atención, sólo me dejé ir por la voz aspera de papi, igual podía apostar a que sabía los versos que venían en él. Me miró en espera por la respuesta.
"Sigmund Freud" contesté, medio dudando. La materia de sociales nunca me había resultado fácil, y eso que todos me decían que era sencillo.
"¿Primeros estudios de la memoria?" Cuestionó, su dedo índice acarició todo el costado de mi brazo.
"Por Hermann... ¿Ebbinghaust?" Me detuve en mi codo, para verlo a la cara. "¿A qué viene todo eso?"
"Comprobando que tienes una super mente" me sonrió.
"Por eso tomo pasantias" rodé los ojos, descansando mi cabeza en su pecho de nuevo.
Su celular sonó. Cualquiera pensaría que como el gran hombre de negocios que era, recibía muchas llamadas pero no pasaba, tan sólo en temporadas tenía más trabajo. Y él pareció molesto al contestar.
"Recuerda la regla" dijo al teléfono. "Sabes que no iré... No... Espero que en Internet salga la definición de no... No tenías que haber llamado... No... ¿Por qué?... Debiste empezar por ahí... Sí... Llego en menos de media hora. Sí" y colgó. Le dirigí una mirada a sus manos tallando su rostro con estrés.
"¿Ocurre algo, papi?"
"Tengo que ir a la oficina" mencionó con un poco de molestia.
"De acuerdo."
"¿Me puedes sacar del armario un saco de rombos cafés?" Señaló las puertas blancas, asentí y me puse de pie para hacerlo. "Están hasta el fondo, lo colorido."
Abrí la puerta para entrar, los apartados estaban llenos de ropa pero yo fui directo al fondo, una fila de sacos coloridos me indicó que era el sitio. Encontré el saco muy rápido, lo tomé y miré la parte superior del interior del armario, había un espacio lleno de cajas y sólo una de ellas era rosa.
Eché un vistazo a Harry en su móvil aún en su cama y me paré de puntitas para alcanzar la caja, lo saqué con apenas el golpeteo de mi dedo en la caja. Lo sostuve con cuidado y tomé la tapa, destapando la caja con lentitud.
Telas de encaje quedaron al descubierto, tela tras tela, color tras color. De pronto mi mano se deslizó por una de ellas, sin saber, quería sentir lo suave que era.
Una respiración gruesa se puso detrás de mí, justo en mi oído.
"¿Te gustan, Lou?" Estaba muy cerca, su distancia me embriagaba y lo único que pude hacer fue decir que sí. "Pruébatelos."
Jacky, se va.