Me quedé en silencio esperando a que Kyuhyun terminara con su galantería pensando quedarme escondida; sin embargo, antes de que él se marchara se giró logrando verme. Me quedé en silencio agachando el rostro. Basta (TN)... No puedes solo verte como tonta delante de todos. Al menos trata de ser más fuerte de lo que eres.
Respiré hondo y encamine rumbo hasta recepción para firmar mi ingreso. Apenas llegué a la mesa, la recepcionista me tendió la hoja de registro de ingreso. Ignoré a Kyuhyun sabiendo que me observaba. Lo podía sentir.
Me apresuré a firmar y luego di media vuelta para dirigirme a mi consultorio.
"Ni se te ocurra llorar, (TN). No lo hagas. Ya basta de lloriqueos ¿No crees? Eres una torpe, lo que sea... pero tengo dignidad"
Caminé pasos estando sola por el pasillo, o eso creía. Volteé el pasillo y en ese instante una mano me sujetó de la muñeca haciendo que me detuviera. Me giré asustada encontrándome con esos ojos penetrantes.
-(TN). No es lo que parece. Es...-- apretó los labios—Disculpa, te juro que no era lo que pretendía—Miré hacia a un lado—
-Descuida. Entre tú y yo no hay nada. No tienes por qué darme...-- Sus labios se presionaron con los míos, sedientos y desesperados. Intenté apartarme pero él tomo mi rostro con las manos—
-No digas que no hay nada, (TN)—Murmuró—Porque eso es mentira. Tú no eres mujer de una noche y yo no pretendo lastimarte... aunque se me va a ser difícil cambiar, lo haré señorita Jones. Te prometo que haré mi mejor intento—
Me quedé en silencio pensando muy bien mis próximas palabras—
-No deberías prometer algo que no puedes cumplir—Agregué respirando hondo—
-Te lo prometo porque lo haré, porque voy a cambiar por ti, porque de verdad...estoy enamorado de ti. La amo señorita Jones. Juro que la amo desde hace mucho—Mi vientre se retorcijo y mi corazón recibió un latigazo. ¿Me ama?
-Yo...-- agaché el rostro—
-No me digas nada—sonrió volviendo a presionar sus labios sobre los míos. Te juro que no es necesario oír esas palabras hasta que de verdad me lo merezca—
Quizás era un sueño. Quizás sabía mentir muy bien, pero mi corazón latía con más fuerza de la normal. Asentí en silencio y luego me despedí al llegar a mi consultorio. Kyuhyun ingresó conmigo a este en donde beso mis labios por segundos y luego se marchó dedicándome una sonrisa de esas que expresas picardía y vacilación, pero a la vez felicidad. Quizás estaba solo alucinando.
Pasé el día en mi consultorio, atendiendo a mis pequeños pacientes que sonrían y gruñían también. Dulces para los niños, sonrisas de ángeles y alegrías al corazón. Si tuviera un hijo algún día me gustaría llamarlo Daemon o Liam, y a la mujer, Isabel. Sonreía a los niños mientras los atendía junto a sus padres. Los niños tienen corazones puros. Definitivamente había elegido bien mi profesión.
Mi último paciente y mientras lo atendía la puerta se abrió. Levanté la cabeza viendo a Kyuhyun ingresar. Me observó en silencio sin decir nada causando que mi cuerpo se sacudiera, nervioso. Él me ponía nerviosa y más cuando era su centro de atención.
La niña a la cual atendía se llamaba Margaret, era una niña de cinco años, de piel blanca, cabello muy negro y delgada. Ella era bastante alegre.
-El joven la observa—comentó la niña riendo y mirando de soslayo hacia la puerta, en donde Kyuhyun estaba parado. La niña miraba hacia atrás y se tapaba la boca pareciendo una pequeña cómplice-- ¿Es su novio?—
Mis mejillas se sonrojaron y sonreí mientras terminaba de tomarle el pulso—
-Es un amigo—contesté—
La niña sonrió pensativa y luego negó con la cabeza---
-La doctora miente. A ella le gusta aquel joven—Sonrió aún más.
Sacudí la cabeza apresurándome con mi trabajo, luego darle caramelos a la niña y la receta a su madre. La niña caminó alegre hasta la puerta en donde miró a Kyuhyun de pies a cabeza y luego salió corriendo en pequeña risas risueñas—
-Interesantes tus pacientes—Comentó Kyuhyun cerrando la puerta—Supongo que esos diablos te han de acabar el día—Sonrió acercándose—Niños.
-A mí me gustan—Comenté quitándome la bata—Son encantadores.
-Entonces debo concluir que planeas tener muchos hijos en el futuro porque serás una excelente madre—Me quitó la bata y la colgó—
Sonreí un poco tímida y luego asentí—
-Dos o quizás tres. No muchos.
-Yo quiero cuatro—Sonrió él acercándose para besar mis labios-- ¿No te incomodaría si tendrías cuatro?— Arqueó las cejas ladeando la cabeza—
Me sonrojé nuevamente y me apresuré a tomar mi bolso.
-Me voy a almorzar—
-Por eso mismo vengo—Anunció—Iremos juntos
Lo miré estupefacta. ¿De verdad que iremos juntos?—
Salimos de mi consultorio y caminemos en dirección hacia afuera. Las doctoras y enfermeras me observaban de pies a cabeza, con asco y desagrado. Me encogía de hombros preguntándome por qué razón Kyuhyun estaba mi lado y no al de una de ellas.
-Las doctoras te observan—Comenté mientras ingresábamos al elevador—
-Lo sé—respondió con normalidad—Pero yo solo tengo ojos para ti—
Tragué saliva sacudiendo la cabeza—
-¿Por qué? Si ellas son muy guapas y yo...
-Eres preciosa—Agregó mirándome de pies a cabeza.
Suspiré ahogada—
-Visto con faldones, blusas feas y fueras de lugar, mis zapatos son horrendos, mis gafas me hacen ver más torpe de lo que soy, y...
Las manos de Kyuhyun me sujetaron por las mejillas.
-No eres fea, (TN)—Acarició mis mejillas—que no sepas vestirte o no uses ropa que resalte tu belleza no significa que seas fea—me quedé en silencio—
-Entonces ¿Visto horrible?—
Kyuhyun sonrió y luego besó mis labios. Ok. Eso debía ser un sí.
El almuerzo la pasemos juntos, en un restaurant no muy cercano. Comida deliciosa y atención de primera. Kyuhyun me charlaba de él. Su madre es una aficionada a la moda, no tiene hermanas ni hermanos, no conoce a su padre y tampoco es algo que le interese. Su padre abandonó a su madre cuando ella aún estaba embarazada por lo que la idea de encontrar al tipo que lo engendró le causa desagrado, él llegó a hospedarse en mi casa gracias a su madre que encontró el lugar y negoció con mi padre, según le cuenta ella... sí, dice conocerme de hace mucho pero solo sonríe y se niega a decirme más, por el momento.
Al regresar al hospital pasé nuevamente con mis pacientes favoritos. Muchos niños que hacer sonreír a los cuales les agradaban mucho, para mi suerte.
Al terminar mi turno, alrededor de las siete de la noche, Kyuhyun nuevamente pasó por mi consultorio. Quizás podría acostumbrarme a esto.
Salimos juntos de la clínica y subimos a su auto. Kyuhyun emprendió rumbo, sin embargo, me tomé cinco minutos en notar que esta no era la ruta que conducía a casa.
-¿A dónde vamos?—cuestioné confusa—
-Es una sorpresa—Tomó mi mano cercana a la suya para llevarla sus labios y besarla, haciendo recorrer calambres por todo mi cuerpo.
Una sorpresa...
Al lugar que nos dirigíamos era una tienda de ropa bastante elegante, la cual era de su madre, pero por razones desconocidas, ella no se encontraba. Kyuhyun me llevó con él ayudándome a escoger ropa, y aunque me negué, él no aceptó un no por respuesta; sin embargo aceptó que solo fuera como un préstamo: luego le devolvería el dinero. Algunos vestidos, faldas elegantes y blusas preciosas. Pantalones ajustados, zapatos altos. Kyuhyun me pidió que me probara toda la ropa que había cogido. Me probaba la ropa y Kyuhyun apartaba la que supuestamente decía que me quedaba a la perfección. Me sentía extraña. No soy alguien que salga a hacer este tipo de cosas aunque era muy de chicas.
Al finalizar Kyuhyun me hizo llevar tres vestidos agradables, dos pantalones, tres blusas, tres polos, un sweater, un abrigo, tres pares de zapatos bonitos; y tres conjuntos de ropa interior de encaje.
-Te lo voy a pagar—murmuré cogiendo las bolsas—
-Sé que lo harás—sonrió tomándome la mano—Te voy ayudar a ver lo bonita que en realidad eres, (TN)—Acarició mi mejilla y luego besó mis labios. Me sentía extraña. Demasiado.
Kyuhyun me había dicho que usara uno de los pantalones y una chompa de algodón, elegante de un color crema que combinaba con mi piel, mas unos zapatos ligeramente altos para que no se me fuera difícil caminar. Nos dirigimos a un salón de belleza en donde Kyuhyun tomó asiento a mi lado—
-Solo hagan a un lado el flequillo, arreglen su cabello y colóquenle esto—Señalo dejando una cajita sobre la mesa—No se les ocurra tocarla un centímetro más—
Lo miré sonriendo como boba. De repente ya había caído en cuenta de lago que ya temía hace mucho. Sí... estaba enamorada de Kyuhyun. Lo amaba más que a nadie... pero ¿El siente lo mismo?
Las señoritas me retocaron el cabello, lacearon mi flequillo y lo acomodaron a un costado. Me pusieron mascarilla y limpiaron mi piel con tonificadores dándole más frescura. Me pasaron brillo por los labios y unas sombras naranja por los ojos, y luego resultó que la pequeña caja era un par de lentes de contacto natural, deshaciéndose de mis tontas gafas. Era incómodo, pero quizás el cambio no era tan malo.
-Listo—anunciaron las estilistas, sonriéndome. Kyuhyun se puso de pie y luego se acercó hasta quedar a mi lado. Tomó mi mano y sonrió ladeando la cabeza—
-¿Estas lista?—Arqueó las cejas. Asentí poniéndome de pie. Kyuhyun me puso de espalda para cubrirme los ojos y luego hacerme girar lentamente hacia los espejos.
-Veras que tuve razón—Murmuró. Las manos de él se fueron retirando hasta que pude abrir los ojos y observar a la figura de adelante—Es Así como te veo siempre, (TN).
-Mamá—Murmuré ahogando un gritito. El reflejo exacto de mi madre. Cabello castaño y muy lizo, ojos azules, rostro triangular, aunque mis cejas no eran como las de ella... las mías eran mucho más definidas como las de papá, mis pestañas eran risadas y mis labios delgados. No tenía gafas en la cara ni ese flequillo que me tapaba la cara. ¿Quién era ella?—
-Me veo... extraña—Murmuré—
-Te vez preciosa—sonrió besando mi mejilla derecha—A quien tú ves allí... yo siempre lo he visto, (TN). Siempre has sido así, es solo que no sabías apreciarte—Acarició mi vientre haciéndome cosquillas—De verdad te amo demasiado ¿Me crees?—