-Alice- Contesta Emily señalandome.
La fulmino con la mirada mientras observo como esos dos se ríen.
-Entonces no es mutuo.
Quedo muda ante su respuesta y volteo mi cara. Se encuentra mirándome con una ceja alzada y con una comisura alzada.
-¿Te ha gustado mi pelea?
Niego con la cabeza frunciendo el ceño.
-Ha sido una tontería venir aquí- Digo mientras miro a mi prima y señalo la salida con el mentón.
-¿Podemos quedarnos?- Junta sus manos y hace un puchero.
-No, Emily. Es hora de irnos a casa.
-No seas cría- Dice Alex y pasa un brazo por el hombro de mi prima.
-Ni se te ocurra Alex. Es una niña- Le digo juntando los labios en una línea.
-No lo soy- Emily sonríe mientras mira a Alex.
Ruedo los ojos.
-No me lo hagas más difícil. Vamonos- La suplico con la mirada.
-No.
Lo siguiente es que desaparece de mi vista rápidamente. Alex la lleva de la mano hasta una pequeña pista de baile formada frente al cuadrilátero.
-Relájate.
Doy un respingo al escuchar la voz de Stephen. Ni siquiera recordaba que todavía se encontraba aquí.
Me doy la vuelta y lo miro.
-¿La cuidará o debo preocuparme?- Le pregunto.
-Alex puede ser un capullo muchas veces...- Sonríe- Pero doy por seguro que no dejará que le hagan nada.
Sus palabras para mi sorpresa provocan un efecto bueno en mí y me relajo. Sé que no debería confiar en él pero es a lo único que me puedo aferrar esta noche.
Después me apoyo en la pared e intento ser invisible mientra rezo porque el tiempo pase rápido.
-¿Piensas quedarte todo el rato ahí?
-Sí- Miro al techo mientras cierro los ojos.
-Tú te lo pierdes.
Y después dejo de escucharlo.
Me encuentro sola rodeada de gente rara, en un lugar donde hacen peleas ilegales y con el misterioso y peligroso Stephen en todo este lío.
¿Cuando aprenderé a alejarme de gente con tatuajes?
Después de tener que ignorar miradas lascivas de algunos hombres y esperar como idiota sola en una esquina, decidí ir a buscar a mi prima. Era hora de que nos fuéramos y ya me estaba preocupando por ella.
Paso por entre la gente buscando una melena rizada pero me es imposible.
Será imposible encontrarla.
O eso pensaba.
Abro los ojos y junto los puños cuando veo como mi prima se encuentra subida al cuadrilátero bailando demasiado cerca de Alex.
Corro hacía ellos y me alegro de que el dolor en el tobillo haya desaparecido por completo.
-Eh eh. Preciosa- El hombre desconocido para mí, me tiene cogida de manera que no puedo mover los brazos.
Siento el pánico recorrerme y los recuerdos de la noche que me intentaron atracar aparecen. No puedo evitar gritar y luego taparme la boca. Me alegro de que no se haya escuchado mi grito gracias a la música.
-Sueltame.
-Estoy muy borracho y no quiero soltarte- Espeta muy cerca de mi boca.
Hago una mueca mientras me remuevo.
-Jack fuera.
El tipo rápidamente me suelta y me empuja levemente.
Sorprendida me giro para agradecer a la persona que me ha ayudado pero me paro en seco.
-¿Me estas acechando?- Pregunto.
-El Dragón no acecha a nadie.
Ruedo los ojos mientras sigo caminado.
Subo al cuadrilátero y toco el hombro de mi prima con el dedo índice.
-Emily, es hora de irnos.
-Un ratito más- Alarga la última palabra mientras veo como las manos de Alex se posan en su trasero.
-Las manos, Alex.
No obtengo respuesta y entonces comienzo a inpacientarme.
-Veis a esa... antes estaba con El Dragón. Menuda zorra.
Volteo la cabeza y me topo con las miradas de un grupo de chicas. Se encuentran a poca distancia y me miran con odio. Las ignoro mientras bajo del cuadrilátero.
Intento buscar alguna cara conocida y justo diviso a Stephen rodeado del mismo grupo de chicas que hace minutos.
-¡Stephen!- Lo llamo agitando mis brazos, él solo resopla.
-Sí quieres que te firme algo, ponte a la cola.
Aprieto los puños mientras me pongo de puntillas. Consigo que mi cabeza sobrepase las de las demás.
-¿Podemos hablar? Es importante.
Pero la voz de una pelirroja hace que me quede muda.
-¿Puedes firmarme un autógrafo?- Pregunta.
-Claro, guapa- Es la primera vez que le oígo hacer un cumplido a alguien.
Y me molesta, pero porque no me hace caso.
La chica se inclina hacía él y mágicamente saca un bolígrafo de su grande bolso. Se lo entrega y se queda en esa posición.
-¿Dónde te lo firmo?- Pregunta él.
-Aquí- La pelirroja se señala el escote con el dedo índice y sonríe lobuna.
¡Pero que fresca!
Luego la masa se dispersa y yo suspiro aliviada.
Por fin un poco de paz.
-¿Qué quieres?- Espeta Stephen cruzándose de brazos.
Mi mirada por un momento se desvía a sus fuertes brazos y la aparto cuando puedo sentir que me saldría baba de la boca.
-Necesito que me ayudes a despegar a mi prima de Alex. No me hacen caso.
-Tal vez es porque ellos si se lo están pasando bien. ¿No puedes por un momento disfrutar? ¿O eso se sale de tu normalidad? Eres demasiado aburrida.
Sus palabras provocan demasiado en mí. Reconozco que soy responsable y nunca puedo hacer algo que se salga de las reglas... pero, ¿soy tan plasta?
-Lo sé, no me dices algo nuevo, ¿sabes?- Trago saliva ignorando el nudo en mi garganta- Veo que aquí ya no hago nada. Enserio, olvida lo que te he dicho.
Paso por su lado mientras siento la mirada del chico de tatuajes en mi nuca.
Camino hacía la pequeña barra que hay en el fondo del lugar y me siento en unos taburetes.
-¿Quieres algo?- Pregunta un hombre de mediana edad con una sonrisa.
Niego con la cabeza y apoyo mi frente en la barra.
-Ug, esa cara está mal. ¿Te ocurrió algo?
Levanto la cabeza y lo miro.
-Odio este sitio- Declaro.
-¡Vamos! No es tan malo. ¿Has conocido a los boxeadores? Son majisimos.
Lo miro con cara de pocos amigos y resoplo.
-No creo que estemos hablando de la misma persona. Stephen es de todo menos majo- Hago énfasis en la última palabra.
-Sí... puede ser malo cuando quiere pero si lo conoces termina siendo un pedacito de cielo.
Sonrío irónica.
-Es grosero, maleducado y su aspecto es demasiado...
-¿Intimidante? Dime algo que no sepa.
Asiento mientras le sonrío.
Parece un buen hombre.
-¿Sabes qué?- Digo pensativa.
-Dime. Por cierto, ¿cómo te llamas?
-Alice, ¿y tú?
-Tim- Contesta.
-Pues Tim, es hora de que pruebe algo nuevo ¿no? Estoy harta de ser la niña buena que todos creen que soy. Ponme un trago- Intento poner la voz más grave y sonrío.
-¡Uoh para el carro fiera! Pensaba que ibas a provocar una explosión o algo parecido. Te pondré el trago si prometes que solo será ese.
-Lo prometo- Digo confiada e ilusionada.
¿Es un poco exagerado que diga qué será la primera vez que pruebe el alcohol?
Lo es, ya que entre que estaba ocupada terminando mis estudios y la muerte de mis padre me era imposible ir a fiestas. Aparte las odiaba y las odio.
-Aquí tienes Al.
Trago todo el contenido tan rápido que quema mi garganta y hace que una mueca se instale en mi cara.
-¿Sabes qué?- Carraspeo tragando saliva- Ponme otro.
Pov's Stephen.
* * *
¡Siento la tardanza!
Espero que os éste gustando la historia.
No os preocupéis que pronto llegará el amoreee♥
Gracias por los votos y comentarios.
Os quiero beiasss y beiosss!
xD
Atte: Lucy.