Obsesión. [En Edición]

By NennyCx

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×Esta historia aún no ha sido editada, así que podrán toparse con una narrativa muy simple y uno que otro err... More

Capítulo 1: El Comienzo.
Capítulo 3: Propuesta.
Capítulo 4: Respuesta.
Capítulo 5: Arrepentimiento.
Capítulo 6: Mentira.
Capítulo 7: ¿Todō...?
Capítulo 8: Días casi perfectos.
Capítulo 9: ¿Celos?
Capítulo 10: Ijuuin-Sensei
Capítulo 11: Usagi-san y yo.
Capítulo 12: De regreso a mi infierno.
Capítulo 13: Una Dificil Decisión
Capítulo 14: Encuentros
Capítulo 15: ¿Donde estas?
Capítulo 16: Revelaciones
Capítulo 17: Recuperando mi sonrisa
Capítulo 18: Querido Amigo
Capítulo 19: Una Visita Inesperada
Capítulo 20: ¿Otra Visita Inesperada?
Capítulo 21: Hermano
Capítulo 22: ¡Ayuda!
Capítulo 23: Secretos Revelados.
Capítulo 24: Secuestrado
Capítulo 25: ¿Me encontrarás?
Capítulo 26: ¿Nuestro final? Parte 1.
Capítulo 27: ¿Nuestro final? Parte 2.
Nota Final.

Capítulo 2: En la boca del lobo.

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By NennyCx

Las seis y cuarto de la tarde marcaba el reloj. El cielo tomaba una tonalidad naranja, pronto oscurecería.

El día de la famosa fiesta en Marukawa había llegado prácticamente en un abrir y cerrar de ojos.

Misaki y Akihiko se vistieron con un elegante traje oscuro, a su vez, abordaron el deportivo rojo del escritor para poder partir al hotel donde sería la fiesta.

Al final de cuentas, el castaño se vio envuelto en toda esa situación y una vez más cedió ante los caprichos del escritor, que como un niño se negaba a ir ahí sino iba Misaki con él, alegando que le molestaban las cámaras, los periodistas acosadores y las mujeres que se le insinuaban descaradamente. Al oír eso último, terminó aceptando ya que, aunque no se lo dijera directamente, él podía sentir tantos celos como él cuando alguien se le acercaba.

Ambos iban callados en el auto, escuchando una melodía en el radio, hasta que Misaki habló.

—Dime, Usagi ¿no me veo un poco ridículo? No es la primera vez que uso un traje pero aún no me acostumbro —el mayor volteó cariñosamente al asiento del copiloto, analizó a su niño y con una sonrisa contestó su duda.

—Me parece que estás bien. De hecho, Misaki se ve más adorable en traje —el castaño se sonrojó ante el comentario y vio de reojo como el escritor acercaba su mano para tomar la suya. Quizá en señal de apoyo para que no se sintiera mal en su aspecto, o bueno, eso fue lo que le dio a entender su acción.

Una vez que llegaron a su destino tuvieron que separarse en muchas ocasiones ya que Usami tenía que convivir con varios autores más. Por si no fuera poco, por ser alguien muy importante en la empresa tenía que dar un discurso, el cual "no le avisaron con tiempo" o eso le quiso hacer creer a Misaki, ya que si hablamos de tiempo fue al que más le dieron, pero como siempre dejó todo al último minuto. Al no haberlo preparado tenía que improvisar delante del público.

—Tks, que fastidio —se quejó—. Misaki esperame aquí.

—¡Ah! No te preocupes Usagi-san, iré al baño —avisó para que Akihiko no se extrañara si no lo veía cerca. El castaño llevaba rato aguantándose, pues prefirió estar al lado de Usami en cada ocasión, pero no podía aguantar tanto.

Una vez que se había ido Akihiko, Misaki se dispuso a buscar el baño. Salió de la sala principal y caminó por un largo pasillo, volteando a ver las puertas de su alrededor, buscando alguna señal que lo sacara de su apuro.

Pasaron alrededor de cinco minutos y aún sin éxito seguía buscando el baño. Las ganas de hacer sus necesidades se hacían más presentes y el castaño apresuraba más el paso porque sentía que no alcanzaría a llegar.

Estúpido hotel gigante me hace perder mi tiempo y por si no fuera poco me hace perderme a mi”.maldijo dentro de él.

Deambulando por el hotel abrió una puerta que lucía distinta al resto, así que pensó que ahí estaría lo que buscaba.

Encontró un gran cuarto, con una hermosa decoración, una sala que hacía juego con las tonalidades de las paredes, una pequeña mesita de vidrio en la que yacían una botella de vino con dos copas, pero... Eso no era todo, una silueta estaba sentada en un gran sillón y al momento de oír la puerta abrirse volteó levemente mientras una voz lo llamaba.

—¿Takahashi-kun?

—¡¿I... Ijuuin-sensei?! —contestó algo nervioso el castaño.

“¿Por que será que siempre me lo encuentro cuando menos lo quiero?”.

—¿Qué hace aquí? —preguntó Misaki un poco extrañado. Todos los autores estaban en la fiesta y que él se encontrara solo en esa habitación le extrañaba.

Con una sonrisa, el mangaka respondió a su duda.

—Eso mismo me pregunto yo ¿Qué haces aquí? ¿Cómo llegaste a mi habitación?

—¡Ahh! Es que... ¡Lo siento! estaba en busca del baño y me perdí, disculpe las molestias, me retiro. —apenas alcanzó a dar media vuelta cuando la voz de Ijuuin lo detuvo.

—¡Espera! —le llamó obligándolo a no moverse—. Este cuarto tiene baño, justo ahí esta —dijo señalando una puerta color melón.

Misaki no podía rechazar esa oferta pues sentía que su vejiga explotaría ya que llevaba mucho tiempo aguantándose las ganas.

—Gracias, sensei, pasaré rápido, con permiso —y casi corriendo entró a la habitación. Ijuuin sólo sonrió y tomó un sorbo más de su copa de vino.

Al salir de aquél baño Ijuuin se acercó a Misaki y con una voz suave lo invitó a quedarse un rato más, diciéndole que tenía una sorpresa para él. Misaki lo rechazaba amablemente pero al tomarlo de la mano no pudo seguir resistiéndose. Lo llevó a un sillón de por ahí cerca y lo invitó a sentarse.

Misaki suspiró, ya que más daba, igual Usami tardaría en desocuparse, así que cedió ante Ijuuin.

¿Sorpresa?”  —pensó una vez más Takahashi. ¿Qué era lo que tramaba el mangaka?

—¿Qué pasa, sensei?

—Extiende tus manos, Takahashi-kun.

Misaki sin ninguna objeción obedeció aquellas palabras y  observó como el mangaka sacaba un pequeño objeto de su bolsillo y ¡vaya sorpresa! Un llavero de “The Kan” que ni siquiera había salido a la venta le era entregado.

Misaki un poco sonrojado y muy emocionado se dirigió al dibujante de manga.

—¡Woah! Sensei muchas gracias no debió haber hecho esto ¡enserio gracias! —sus ojitos de fanboy comenzaron a brillar y su emoción era muy obvia. A sensei le gustó mucho su actitud, le parecía algo lindo de su parte su forma de actuar. Sin duda Misaki era alguien inocente. Muy inocente de hecho.

—No es por nada, Takahashi-kun, quien mejor que tú para tener un objeto así, ¿Qué te parece si lo festejamos?

—¿Festejar? ¿A qué se refiere, sensei?

—¿Pues que te parece si con una copa vino? —contestó como si fuera lo más obvio del mundo—. Además algo de compañía no me haría mal, en estos momentos me siento algo solo —comentó con algo de tristeza, y Misaki se pudo percatar de eso. Ijuuin no espero su aceptación, sólo se limitó a servir el líquido en una segunda copa.

—P-pero sensei, yo no bebo.

—Una copa no te hará daño Takahashi-kun, toma —agarró la copa y se la dio al castaño.

Misaki aceptó aquella copa por muestra de agradecimiento y porque pudo ver que sensei se veía realmente triste.

Quizá... Realmente se siente solo”.

Lentamente fue saboreando el alcohol y Misaki soltó un comentario.

—Éste vino se siente muy ligero —y se bebió la copa muy rápido.

Ijuuin aprovechando su comentario le servía más vino argumentando que no iba pasar nada porque no tenía mucho alcohol.

El tiempo pasó y de pronto la plática entre ellos se tornó larga, hablando de diferentes temas e incluso de cosas absurdas. Riendo y bromeando como si fueran amigos de toda la vida.

—¡Jajaja! —soltó una carcajada Misaki—. Sensei... realmente es usted... muy... divertido...

Los efectos del alcohol hicieron que Misaki cayera desmayado en el regazo de sensei.

Ijuuin por su parte sonrió. Él tenia otros planes para Misaki y ninguno de ellos era con buenas intenciones. Planes con los que siempre había soñado y hoy por fin se harían realidad.

—Takahashi-kun... —lo llamaba mientras le acariciaba el cabello, pero no había respuesta, al contrario, acomodaba mejor su cabeza en las piernas de Ijuuin.

Ijuuin se levantó y acomodó delicadamente el cuerpo de Misaki en el sillón, dejándolo totalmente acostado. Por suerte el sofá no era tan pequeño y cabían perfectamente los dos así que optó por sentarse a un lado de él.

Tomó uno de sus brazos y lo elevó un poco para posteriormente dejarlo caer pero nuevamente no hubo respuesta.

—Si que te pusiste ebrio, Takahashi-kun —Ijuuin se acercó a su oreja para susurrarle—. Yo tratare de quitarte lo borracho —mordió delicadamente el lóbulo de su oreja.

—Je~ –soltó una risita Misaki al momento en que movía su cabeza hacia otro lado.

—Tan lindo... —se acercó un poco a él y le dio un tierno beso en la mejilla.

Ya acostado en el sillón le empezó a quitar su ropa delicadamente.

Comenzó por la parte de arriba, aflojó su corbata color vino, desabotonó suavemente su saco negro, seguiendo por su camisa, dejando al descubierto el torso del menor; sus pezones  ligeramente rosados le daban un cierto aire de inocencia. Pasó algunos dedos acariciando desde el pecho del menor hasta su estómago, éste enseguida al sentir contacto se tensó un poco.

—Nggh... —soltó un pequeño quejido y un escalofrío lo invadió, aún así no abrió por completo los ojos, estaba muy cansado y ebrio.

Ijuuin sólo soltó una sonrisa.

Después se dirigió a su parte baja y con el mismo cuidado de antes le desabrochó su cinturón de cuero oscuro.

Cuando sus pantalones ya estaban flojos los bajó muy lentamente, impacientándose un poco por ver los muslos del menor. A pesar de que era hombre, Misaki tenia buenas piernas, eran blancas, suaves y delgadas, pero no tanto. Se veía perfecto, bueno, a los ojos de sensei era así. Que decir de su trasero, tenia lo suficiente para presumir. Sin duda la ropa escondía su verdadera figura.

No podía negarlo, Misaki realmente era atractivo y con un cuerpo que parecía frágil pero proporcionado.

Se mordió el labio al ver que se acercaba a una parte muy sensible. Tomó el miembro del menor sobre el bóxer y lo acarició un poco. Quería hacerlo de emoción eso lo excitaba cada vez más.

Al sentir el contacto, Misaki abrió un poco los ojos.

—¿Usag-gi...? —fue lo único que dijo el castaño. Estaba perdido, para ser sinceros no sabia ni en donde estaba.

Su cabeza daba vueltas y su vista era borrosa. Pensaba que era un simple sueño.

Ijuuin tenía unos ojos parecidos a los Usami, aunque claro sus diferencias se hacían notar en cuestión de segundos, pero Misaki no tenía la capacidad para diferenciar aquello; los efectos del alcohol no lo hacían pensar con claridad y las copas de más lo confundían fácilmente.

—No lo menciones a él en un momento así —fue lo que le dijo Ijuuin.

Dicho esto, se acercó al miembro de Misaki y pasó su lengua sobre la tela del bóxer. A continuación, le arrebató la ropa interior, está vez no lo hizo suave como anteriormente, lo hizo violentamente. La parte baja de Ijuuin empezaba a tomar forma y él no podía aguantar más.

Deseaba con todo su ser poseer a aquél niño. Tenerlo a su merced, escucharlo gemir y con suerte oírlo gritar su nombre. Toda su mente era un caos de fantasías que esperaba hacerlas realidad en ese mismo instante.

Se separó un poco de él para contemplar mejor su cuerpo; su respiración era agitada, sus ojos levemente cerrados, un fuerte sonrojo se apoderaba de su rostro, mismo que ya no se diferenciaba si era por el alcohol o la vergüenza, sus labios semiabiertos y por si no fuera poco, la única tela que llevaba encima era su camisa abierta mostrando sus pezones rosados y endurecidos; era una imagen muy excitante.

Quería guardar esa imagen para siempre. Llevar un recuerdo de esa noche y es que, tenerlo desnudo frente a él era como un sueño, él siempre había querido que llegara ese día.

No lo dudó ni un poco y agarró la cámara que cargaba con él, misma que se encontraba en una mesita de por ahí cerca. Originalmente la ocupaba para sus viajes de recolección de datos para su manga pero a la mierda eso.

Empezó a fotografiar al chico. El flash de la cámara perturbaba a Misaki y empezó a moverse un poco de un lado para el otro. Dejó de lado la cámara y empezó su deber.

Tomó la mano de Misaki para así entrelazar sus dedos mutuamente como si de una pareja se tratara y empezó a lamerlo y llenarlo de besos por el cuello. Le frustraba no poder dejar marcas, si las dejaba su plan se vendría abajo.

Bajó hasta sus pezones y empezó a succionarlos y dar pequeños mordiscos.

—Nghh... Y-ya... —su cabexa se movía de un lado a otro. Misaki perdía la cordura con tan sólo un roce.

Bajó un poco más hasta el miembro del menor que empezaba despertar. El liquido preseminal se hacia presente; el tiempo sí que volaba y debía apurarse así que sin más llevó esa parte hasta su boca.

Empezó a llenarlo de pequeños besitos, lamerlo repetidas veces, para después succionarlo tanto como le era posible mientras una de sus manos se encargaba de masajearle sus testículos. El castaño en un impulso enredó sus dedos en el cabello negro de sensei mostrándole el ritmo al debería ir.

—Y-ya... No pu-puedo...

Misaki se corrió en su boca y Kyo gustoso tragó aquél liquido caliente.

—Delicioso —fue lo único que dijo sensei limpiando algunos rastros que quedaron en sus labios.

Ya no podía esperar, su parte baja crecía cada vez más, ansiando estar dentro de aquél cuerpecito blanco y frágil.

Metió dos de sus dedos a la boca de Misaki. Éste con dificultad reaccionaba y al quererlos expulsar de su boca con la lengua, lo que hacia era lubricarlos con su saliva.

Cuando vio que era suficiente, Kyo sacó los dedos y los introdució en la entrada del menor.

—¡Ah!, ¡Me duele! —soltó un grito Misaki. Le había dolido tanto y ese dolor lo hizo despertar un poco pero no lo hizo reaccionar para huir de ahí.

—Lo siento, Takahashi-kun, no pensé que eras tan sensible —contestó sarcásticamente Ijuuin.

—¡Aghh¡ Espe...

Misaki quería hablar pero sentir como algo se movía dentro de él lo distrajo. Ijuuin comenzó a meter y sacar los dedos en forma de tijera para dilatarlo.

El cuerpo de Misaki comenzó a corresponder a sus acciones y su miembro comenzó a tomar forma. Ijuuin dedujo que ya estaba listo su cuerpo. Tomó las piernas De Misaki y las puso a la altura de sus hombros, enseguida entró de un sólo movimiento.

—¡Usagi-san! Duele... —decia el castaño, aún confundiendo el mangaka con su amante.

Ijuuin se molestó.

El sólo imaginarse cuantas veces Usami había tomado el cuerpo del menor, tanto para acostumbrarse a decir su nombre a cada rato le enfadaba. Él quería hacerle pasar el mejor rato, quería que lo disfrutara al cien por ciento, tanto que regresara a sus brazos rogando porque lo hiciera suyo tantas veces quisiera. Sus ideas eran algo locas pero pensaba que funcionaria.

—Takahashi-kun, de verdad... Me vuelves loco —Ijuuin lamió la mejilla del menor. Quería probar todo de él sin excepción. Y comenzó su deber.

Empezó a embestirlo muy rápido, con él era obvio que nada iba lento y es que, quería darle al castaño el mejor sexo de su vida y así no olvidara tan fácilmente su encuentro esa noche.

—¡Ah!

—¿S-se siente b-bien T-Takahashi-kun?

—S-si ¡A-ahí...! —Misaki tan perdido estaba que empezó a ser honesto diciendo lo que realmente pensaba. La verdad, lo estaba disfrutando como nunca. El alcohol alteró un poco su apetito sexual y lo hizo más sensible a cualquier tacto.

Ijuuin recargó su frente en la del menor, sus miradas se encontraban y las expresiones que ponía Misaki retorciendose de placer lo encendían cada vez más.

Su rostro aún colorado, sus ojos levemente cerrados y de ellos salían pequeñas lágrimas ocasionadas por el dolor que al principio sintió, un hilo de saliva salia de la comisura de sus labios; su apariencia tan delicada le llenó de energía y cuando estaban a punto de llegar al clímax lo besó. Abrió paso en la boca de Misaki e introdujo su lengua explorando cada rincón de ella, entre mezclándose sus alientos y el fuerte sabor a alcohol. Lo besó como nunca.

Mordiendo sin cuidado alguno y aprisionando los dulces y carnosos labios del menor sin parar, tomando pequeños lapsos de tiempo para tomar aire. Era su primer beso con él y ese beso lleno de pasión y lujuria lo demostró.

Ambos se corrieron, Ijuuin dentro del menor, Misaki ensucio el pecho del mayor y parte de su propia cara. Esa cara tan dulce como la de un niño que no rompe ni un plato realmente le gusto. Ijuuin lamió lento el semen que había en el delicado rostro de Misaki y después le dio otro beso para que él también probara un poco de ese liquido.

Ensuciaron parte del sillón y su alrededor pero eso no importaba. Ijuuin Kyo había cumplido su cometido.

Tan pronto como acabaron Ijuuin se vistió rápidamente y limpió todo lo que habían ensuciado. Observó a Misaki que parecía que estaba a punto de dormirse y con una voz seductora se dirigió a él.

—No te preocupes, Takahashi-kun, no te dejare así —dicho esto se dispuso a vestirlo, incluso le puso la corbata.

—Así está mejor Taka... —Ijuuin tomó una pequeña pausa y admiró más de cerca el rostro del castaño, quien se veia muy tierno al dormir. Acercó su mano a una de sus mejillas—. No... Misaki —juntó sus labios a los de Misaki para despedirse de él con un suave beso.

Hecho esto, el mangaka se retiró de aquella habitación y la puerta se cerró. Misaki ahora estaba solo en esa habitación y muy confundido, sólo dedicándose a ver hacia el techo con la boca semi abierta. Los minutos u horas pasaban lentos ante él, realmente había perdido el sentido del tiempo.

Misaki se empezó a mover un poco. Se sentía mareado y le dolía el cuerpo. Se quejó un poco.

—¿Q-Qué...? —no terminaba de preguntarse el ¿Qué pasó? que circulaba en su cabeza pero era inútil ya que nadie podría contestar sus preguntas.

No recordaba nada y sus memorias del presente con el pasado se empezaban a mezclar, mostrando pequeños fragmentos de recuerdos en su cabeza.

Esa voz... No es la misma que siempre me llama.”

Esa voz...

¿De quién era?

¿Usagi-san?

No...

Esa voz...

La puerta de aquella habitación fue abierta nuevamente y Misaki intentó sentarse en el sillón en el cual estaba acostado pero fracasó en su intento ya que su cabeza aún daba vueltas.

—¿Misaki? —preguntó con sorpresa Usami al verlo ahí—. ¿Cómo encontraste la habitación que había reservado para nosotros? —Usagi se acercaba a él mientras agarraba la botella de vino que ya había sido abierta antes. Esa voz no estaba anteriormente con él—. Veo que ya la has abierto, ¿acaso será posible que me estabas esperando para beber juntos? Te has vuelto un poco descarado Misaki, justo ahora te iba a buscar.

Mientras Usami le contaba el porqué no había podido llegar antes, preguntas se desarrollaban en la mente de Misaki ignorando completamente la conversación con el escritor.

¿Como llegué aquí antes que Usagi? ¿Por que mi boca sabe a alcohol? ¿Quién estaba antes en esta habitación?, será que era... ¡¿Ijuuin-sensei?! ¿Cómo supo que nos quedaríamos en esta habitación?

¿Qué pasó entre él y yo?

Inocentemente, Misaki Takahashi cayó en la boca del lobo, aquél lobo al cual le tenía un gran aprecio y que en un momento de debilidad se aprovechó de su inocencia y honestidad.

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