Miedo. [#Wattys2016]

By LibrosAdicta

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Alice es una chica, ¿cómo decirlo? muy insegura. Es la típica chica buena, con un trabajo (casi mediocre), a... More

Adelanto:
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 33. (Parte 2)
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
¡Booktrailer!
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Grupo WhatsApp:
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47 |Final|
¡Nueva novela!
Miedo.
Noah

Capítulo 1.

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By LibrosAdicta

Alice

-Alice, llegas tarde- Susan me mira con una ceja alzada mientras me disculpo en voz baja.

Corro hacía la cocina y me coloco el estropeado delantal en mi cuerpo. Luego, me dispongo a preparar un pedido de quince cupcakes para un cumpleaños.

Nunca he llegado tarde a ningún sitio, se puede decir que es mi primera vez. Suelo ser muy ordenada y responsable en lo que a trabajo respecta.

La tarde transcurre normal en la pequeña cocina. Donde pedidos siguen marchando y yo sigo cocinando.

Nunca había pensando que acabaría trabando en el Café Grumpy, con un sueldo bajo y en un barrio de mala muerte. Pero el fallecimiento de mis padres llegó demasiado pronto y con mis dieciocho años tuve que empezar a trabajar, para salir adelante. Pues era hija única y vivo sola en un pequeño piso, donde tengo que pagar las facturas. Tengo familia, por supuesto, pero no quería ser una carga para ellos.

Acabé el instituto, pero nunca pude entrar a la universidad por falta de recursos. A pesar de que mi tío Roger, se presentó voluntario para pagarmela, yo me negué y hasta el día de hoy, trabajo en esta lúgubre cafetería.

A las 21:30, con la ayuda de Susan (mi jefa), cerramos el local. Había sido un día movidito aunque cuando llevas tres meses aquí ya te acostumbras al día a día.

Me despido de ella con un movimiento de mano y camino tarareando una melodía inventada.

Siento una mano en hombro y volteo esperando ver el rostro de Susan, preguntándome algo, pero no. No es ni Susan, ni es alguien con rostro. Es decir, lo lleva tapado con un pasamontañas, escondiendo su cara. Lo que si puedo ver son sus ojos negros, negros como esta fría noche de Nueva York.

Mi cuerpo comienza a temblar bajo mi abrigo y mi boca se abre.

-Dame tu dinero- Siento que una ansiedad me invade mientras mis ojos recorren todo el cuerpo del asaltante. Mi mirada se fija en una navaja que brilla bajo la luz de la farola (medio fundida), haciéndola más intimidamente todavía.

-He dicho: dame tu dinero-Masculla el hombre y me apunta con el cuchillo en el cuello. Hace que retroceda hasta chocar con una pared cercana.

Tuerzo la cabeza y aprieto mis labios, sofocado un grito mitad sollozo. Mis manos forman puños y siento las lágrimas caer como si hicieran una carrera por mis mejillas.

-¿A caso eres sorda?-Pregunta y noto como sus manos envuelven las mías bruscamente haciéndome daño.

Las coloca en mi espalda y se acerca a mí peligrosamente.

Sollozo cuando siento el arma punzante cada vez más cerca de mi piel.

No quiero morir.

Y menos de esta forma.

Ya me dijo mi tío que este barrio era peligroso, hasta yo lo sabía.

Grito cuando el hombre choca comingo y ambos nos golpeados la cabeza. Él se separa de mí y se da la vuelta.

Dolor.

Frunzo el ceño mientras a la vez me relajo y coloco mi mano en mi frente. Me duele la cabeza de lo que he llorado y el golpe del hombre no ayuda en nada.

Miro al frente mientras veo al tipo frente a mí apuntar con su navaja a un callejón.

-¿Quién ha sido?-Grita haciendo que los vellos de mis brazos se ericen.

-¡Tu sombra!-Escucho una voz masculina y luego unas carcajadas.

¿De qué va esto?

Me muevo un paso hacía delante sigilosamente, intentando escapar pero el hombre encapuchado me señala con su cuchillo.

-Tu quieta-Espeta de espaldas tan fríamente que me hiela la sangre.

Tiemblo y me quedo parada, sin saber que hacer.

Escucho risas de nuevo y luego tres hombres salen del callejón. Apenas puedo verles la cara, pero noto que son muy altos.

-¿No te han enseñado que a las niñas no se les hace cosas malas?-Dice uno de ellos -pero que no puedo distinguirlo- acercándose al hombre frente a mí.

Camino hacía el lado intentando escapar de nuevo, pero mi cabeza palpita muy fuerte y hace que me maree. Me apoyo en la pared y agacho la cabeza.

-¡Hijos de...!-Grita el asaltante y hace que rápidamente alce la mirada.

Quedo con la boca abierta al ver que el hombre está en el suelo y los otros tres sobre él.

-¡Así aprenderás a no meterte con las tias!-Escucho una exclamación de uno de ellos, pero luego no puedo captar más, pues todo se torna negro.

Y caigo al suelo con el eco de las carcajadas de los hombres en mi cabeza.

° ° °

-¡Eh, tú!-Noto que me mueven e intento como puedo, abrir los ojos. Los entrecierro mientras me acostumbro a la luz de la habitación.

Es una habitación blanca, con un armario frente a la cama donde estoy. Bastante grande y que ocupa gran parte de la estancia. Al lado de la cama una simple mesita de noche y frente a ella un chico.

Es un moreno de ojos color miel, con el cabello castaño, de punta. Tiene un piercing en la ceja y otro en el labio. Con unos tatuajes por los brazos, que le dan un aspecto intimidante.

Me muestra una sonrisa de lado mientras me toca la frente.

Me alejo rápidamente.

-¿Me tienes miedo?-Su tono de voz es burlón mientras habla.

Trago saliva e intento levantarme para irme pero mi cabeza martillea en cuanto lo hago.

-Te diste un golpe muy fuerte-Dice el hombre.

Cierro los ojos y suspiro.

-¿Quien eres?-Pregunto.

Vuelve a mostrarme otra sonrisa antes de contestar.

-Uno de los que te salvó ayer por la noche.

Abro los ojos mientras hago memoria. Los recuerdos me invaden rápidamente.

El hombre que quería robarme.

El callejón.

Los tres hombres que me ayudaron.

-Lo recuerdo -Suspiro y con una mano en mi frente, presionando en ella, me incorporo, apoyándome en la pared.

-¿Te encuentras bien?-Abro los ojos encontrándome con la mirada de él.

Niego y de la nada lágrimas se escapan de mis ojos.

-Ey. Tranquila- El chico de los piercing me mira con una mueca y al instante entiendo que está incómodo.

Luego me da una mirada mientras en su rostro aparece una sonrisa.

-Soy Alexander, pero me puedes llamar cuando quieras.

Abro los ojos y me sonrojo mientras esquivo sus ojos.

Él ríe.

Después, bajo su mirada, me siento sobre el filo de la cama y me levanto lentamente.

-¿A dónde vas?-Pregunta tras de mí.

Con un esfuerzo sobre humano abro la puerta caminando con la cabeza gacha. Oígo como Alex grita "chica" repetidas veces pero yo sigo adelante.

No sé dónde estoy ni que hora es.

Paro en seco y me apoyo en la pared, cuando un mareo me invade.

Sigo caminando y una alegría comienza a surgir en mi interior cuando veo una puerta al final del pasillo. Rezo para que sea la puerta de salida, mientras cojo el pomo.

No puedo siquiera abrir la puerta cuando me golpeo la cabeza con la pared. Al abrir los ojos, debido a que los había cerrado en el impacto, me encuentro con unos ojos negros.

Unos ojos negros que se encuentran tan cerca de mí que nuestras narices se rozan.

Es un hombre, bastante alto, por lo que tiene que mirar para abajo para que nuestras miradas se encuentren. Con cabello negro y labios rosados.

Su antebrazo está en mi clavícula presionandome contra la pared.

Siento como un escalofrío me atraviesa la espalda cuando observo sus tentadores labios.

-Me haces daño...- Murmuro y pongo mis manos sobre su fuerte brazo intentando apartarlo.

Sus cejas se fruncen y rápidamente se aleja.

-¿Necesitas algo?- Pregunta con expresión seria.

Ahora lo observo mejor y me quedo muda. Lleva los brazos tatuados enteros, dándole un aspecto realmente intimidamente.

¿Aquí todos llevan tatuajes?

Niego con la cabeza, respondiendo a su pregunta y suspiro.

-¿Qué hora es?- Pregunto mirando al techo, evitando mirarlo a los ojos.

-No tengo reloj- Responde seco.

Ruedo los ojos y vuelvo a coger el pomo de la puerta.

-¿No vas a agradecerme?

Me paro y volteo lentamente.

-Que yo sepa lo único que hicisteis fue golpear al hombre que me atacó.

Me encojo de hombros.

-Y traerte hasta aquí, ¿sino como crees que llegaste?

Sonríe ante mi silencio.

-Te traje yo, nena- Me sonrojo, pues su penetrante mirada hace que me sienta desnuda ante él.

Luego, sin volver a mirarle, salgo por la puerta sin mirar atrás.

Esto ha sido algo que debo olvidar. Debo olvidar el casi atraco.

Pero sobre todo debo olvidar todo lo que sea relacionado con esos dos chicos.

* * *

¡Heey!

Muchísimas gracias por el apoyo.

Aquí va el primer capítulo, con mucho loveee♥

Intentaré ir subiendo cada día.

Gracias por los votos y comentarios♥♥

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