-Estás loca!- le grite a Ellie apenas la metí en la habitación y cerré la puerta.
-Él preguntó!- dijo mi amiga en defensa.
-Esa no es excusa! Ahora va a pensar que voy a violarlo- dije a los gritos mientras mi amiga me miraba con una sonrisa.
-A decir verdad no me molestaría- la voz grabe de Chris me alertó de su presencia y sonrojada me di la vuelta -Buenos días- él tenía esa sonrisa que me volvía loca.
-Buenos días- él iba a acercarse pero se detuvo y miró a Ellie al igual que yo.
-Qué?- dijo mi amiga aún sentada en la cama -Ohh, comprendo, me voy- se levantó y salió en silencio, dejándonos solos.
-Ahora sí- tome del cuello de la camisa a Chris y lo jale pegándolo a mí de un tirón, besándolo, como extrañaba sus labios.
-Ves! Yo te lo dije! Es una salvaje en la cama- grito Ellie asomándose por la puerta con una gran sonrisa, haciendo que nos separáramos.
-Ven para acá maldita!- mi amiga salió corriendo y yo la hubiera perseguido, pero Chris me lo impidió -Qué haces? Se escapa- cuando dije esto último se escuchó la puerta cerrándose, me vengaría de ella más tarde.
-Ven para acá salvaje- Chris me arrojó a la cama y se subió sobre mí y comenzó a hacerme cosquillas.
-Sabes que no tengo cosquillas- él se arrodilló aún sobre mí y me miró con el ceño fruncido.
-No es justo- yo sonreí y con un rápido movimiento lo empuje, quedando yo sobre él.
-La vida no es justa cariño- dije con una sonrisa y comencé a hacerle cosquillas, él se retorcía mientras reía y me gritaba que parase, cosa que yo no hice hasta que me empujó quedando de nuevo sobre mí, mientras me sujetaba de las muñecas.
-Te dije que pararás y no lo hiciste- dijo serio -Ahora lo vas a pagar- esta vez una sonrisa se formó en su rostro y me beso.
Creó que Chris y yo no saldríamos del penthouse hasta mañana.
Dos años después:
Hoy tendría que tomar la decisión más importante de mi vida, frente a mí estaba el amor de mi vida, Chris me miraba con una sonrisa de oreja a oreja, con su traje que le quedaba fantástico. Detrás de él, podía ver a un Connor llorón y a Scott consolando, ellos era los padrinos y detrás de mi sentía el llanto de Ellie, mi dama de honor.
Giré la cabeza y vi a todo el mundo que estaba dentro de la iglesia mirándome, un ataque de pánico me invadió y la necesidad de salir corriendo se hizo presente.
-Megan Carter acepta como esposo a Christopher Robert Evans, para amarlo y respetarlo tanto en la salud como en la enfermedad?- dijo el padre Thomas, mire a todos y estaba apuntó de salir corriendo del pánico y la presión, cuando un hombre de dos metros con un traje negro se paró en la puerta de la iglesia.
-Creí que esto pasaría, si intentas escapar Ron lo evitará- dijo Chris con una media sonrisa y en ese momento, supe que era la persona con la que quería pasar el resto de mi vida.
-Sí aceptó- dije segura de mi decisión, Chris colocó el anillo en mi dedo con una sonrisa.
-Puede besar a la novia- mí, ahora esposo, me acerco a él tomandome por la cintura y me beso con una sonrisa, de un momento a otro me levantó en sus brazos y comenzó a caminar hacia la salida.
-Pero que mie...-él no me dejó terminar.
-No se maldice en una iglesia- me cargo hasta la salida mientras reíamos, oficialmente era la persona más feliz del mundo.
-Espera- le dije a Chris, quien ya quería que me subiera en el auto -Chicas, el ramo!- todas mis amigas y familiares se pusieron detrás de mí y yo arroje el ramo de rosas rojas sobre mi cabeza.
-Oh dios- cuando me volteé vi que Ellie había sido la que había atrapado el ramo, ella miró con una sonrisa a Cal y este le devolvió la sonrisa, quizás tuviera otro casamiento este año.
-Señora Evans puede subir ahora al auto?- me dijo Chris en tono burlón.
-Claro señor Evans- me subí al auto y lo bese -Larguémonos de aquí- él sonrió y encendió el auto, Hawái allí voy!