La dieta de Louis había ido bien durante más o menos un mes. Asegurándose de si consumía al menos mil calorías al día. Se sentía más saludable, y tal vez un poco más delgado, pero no aún no era suficiente. Todavía se sentía gordo e inflado a comparación de los otros muchachos.
Sin embargo, él no podía hacer nada al respecto, porque los chicos y su equipo directivo estaban constantemente al pendiente, viendo cada uno de sus bocados. Se aseguraban de que Louis comiera bien y no muriera de hambre a sí mismo, como lo hizo aquella vez en el 2010.
Pero durante una semana, durante el lanzamiento de su nueva película de cine, el horario de los chicos de One Direction se hizo cada vez más pesado, y el estado de Louis comenzó a decaer. Ellos no tenían tiempo suficiente para vigilarlo, por lo que Louis comenzó por omitir el desayuno toda la semana. Estaban demasiado centrados en conferencias de prensa y la premiere de su película.
Dejó caer kilos y medio en siete días.
Con el tiempo dejaron de comer el desayuno todos juntos, y el peso de Louis continuó bajando. Se dio cuenta de que la dieta y comer sano por sí solo no estaba funcionando. Tenía que dejar de comer, y punto, porque le daría resultados más rápidos.
Durante el almuerzo, por lo general se obligaba a comer una pequeña ensalada o una manzana, sólo para mantener los otros chicos fuera de cuestionar. Después del estreno de la película, salieron las fechas de sus conciertos seguidas por el lanzamiento de su nuevo álbum y. Así que, en realidad, su agenda estaba rara vez vacía.
De modo que nadie notó el cómo Louis se saltaba las comidas de vez en cuando.
Es decir, hasta Eleanor rompió con él.
Fue tan inesperado. Nunca nadie hubiera imaginado que Eleanor sería la de poner fin a las cosas entre ellos. Ella rompió con él en el aeropuerto, justo antes de que Louis tomara el vuelo a América para el Where We Are Tour. Ella dijo que no podía soportar la idea de tener que pasar meses sin verlo.
Pero Louis no lo creyó ni un poco. Pensó, en el fondo, que ella estaba rompiendo con él debido a su apariencia. Louis solía mirarse a menudo desnudo frente al espejo y regañarse a sí mismo. Es tu culpa el que ella halla roto contigo, él pensaba. Es porque eres completamente grasa. Eres patético. Ni siquiera puedes mantener una relación.
Fue entonces cuando los chicos comenzaron a notar que saltaba sus comidas. Finalmente se dieron cuenta de lo delgado que se estaba convirtiendo. Cómo sus costillas surgían de su estómago como una tabla de lavar. Cómo sus brazos estaban desgarbados, como él comenzaba a usar suéteres y ropa sueltas para encubrirlos.
"Estás demasiado flaco." Los chicos le decían. "Podemos ver tus costillas."
Louis le restaba importancia a sus comentarios. Él les decía que estaba bien. Que sólo estaba estresado, es todo, y la pérdida de peso era a causa de ello. Y ellos le creían, porque Louis nunca sería capaz de mentirles.
Sin embargo, la cuestión era que no estaba bien.
[...]
La primera vez que Louis se obligó a vomitar fue el día después del cumpleaños de Harry. Había comido mucho un día antes, y estaba empezando a sentir la culpa desgarrando sus entrañas. En la fiesta, había conseguido emborracharse y comer como cerdo la torta, la hamburguesa y todo lo que contenía grasas y azúcares. Podía sentirse a sí mismo cada vez más gordo con cada segundo que pasaba.
No fue fácil al principio. De vuelta en su hotel, Louis se encerró en su cuarto de baño y se inclinó sobre el inodoro de rodillas. Durante ese tiempo estuvo temblando. Había intentado usar un cepillo de dientes al principio, porque se colocarse un cepillo de dientes en la garganta parecía un poco más natural que sus dedos. Pero no fue suficiente para hacerle vomitar, simplemente activar su mordaza reflejo un poco.
Así que suspiró y lentamente metió su dedo índice y corazón en su garganta. Había sentido una sacudida por parte de su estómago, y él sacó sus dedos justo a tiempo para hacer paso al vómito que chorreaba por sus labios dentro del inodoro. De inmediato enrojeció ante ello, sin atreverse a mirar y ver lo que había estado en el interior de su estómago.
Después, colocó sus rodillas en su pecho y lloró en el suelo de baldosas porque, bueno, en realidad le agradó la sensación.
Él comenzó a hacer un horario. Comía ensaladas y frutas de lunes a viernes, y luego se atracaba los sábados antes de vomitar todo por la noche. El domingo era el día de su ayuno. Nunca comía los domingos.
Esto continuó durante meses. Los chicos se dieron cuenta de ello, también, pero cada vez que se lo mencionaban a Louis, él les espetaba y les decía que dejaran de acusarlo sobre tener algún desorden alimenticio. Ellos mantuvieron sus bocas cerradas la mayor parte del tiempo.
Los fans se dieron cuenta, también. Sobre todo en los conciertos, siempre que su camisa se levantaba un poco, revelando sus huesos de la cadera que sobresalían. Algunos de ellos comenzaron culpar a Eleanor, que le rompió el corazón en mil pedazos. Algunos culpaban a Modest. Otros culpaban a su familia. Y algunos incluso culparon a los chicos.
Louis encontró irónico el que en realidad nunca lo culparan a él.
Nadie sabía la intensidad que sus problemas alimenticios habían obtenido hasta que Harry lo atrapó en el acto.
Fue en un día en el que estaba vomitando, sábado. One Direction darían un show en Dallas, y ellos se alojaban en algún hotel de lujo en el centro de la ciudad. Louis continuó con su rutina y se encerró en su cuarto de baño alrededor de la medianoche, cuando pensó que el resto de los chicos dormían, y así sería poco probable que lo escucharan...
Pero a medida que hacía las arcadas sobre el inodoro, metiendo sus dedos en su garganta, la puerta se abrió de par en par.
Louis inmediatamente los sacó y alzó la vista, aturdido, como un ciervo encandilado por los faros. Harry se puso de pie delante de él con su boca abierta y sus ojos verdes ensanchados. Estaba vestido con sólo bóxeres y tenía una toalla al hombro.
"¡Mierda, Harry! ¿Has oído hablar sobre golpear?" Louis casi gritó.
"Estoy... lo siento. Me quedé sin champú y el resto de los muchachos estaban dormidos así que no pude preguntarles, pero te he oído aquí, y-
"¡Sólo sal!" Louis dijo furiosamente, señalando la puerta.
Harry se quedó allí, obstinadamente. Había una pequeña fracción de silencio entre ambos. Los ojos de Harry se posaron en la taza del inodoro, y luego de nuevo hacia Louis.
"¿Qué estabas haciendo?" Dijo en voz baja.
"No es asunto tuyo, idiota. Ahora vete."
"Dime lo que estabas haciendo, Louis. ¿Estabas tratando de vomitar?"
"¡Cállate, Harry!"
Harry parpadeó. Él se dio cuenta de que Louis estaba al borde de las lágrimas, por la forma en la que su garganta se balanceaba. Su fachada de enojado no lo engañaría. El corazón de Harry se hinchó; se puso en cuclillas en el suelo por lo que estuvo a la misma altura que Louis. Él apartó el flequillo de sus ojos.
"Eso es tan estúpido, Lou. ¿Por qué lo haces?"
El labio inferior de Louis temblaba. "Lo siento." Se atragantó, mirando hacia el suelo avergonzado.
"No, no te disculpes." Susurró Harry. "Simplemente, ven aquí."
Louis le permitió a Harry tomar su mano y sacarlo del baño. Lo sentó en el borde de la cama. Louis estaba llorando ahora, y las lágrimas goteaban por sus mejillas. Se los frotó lejos con los nudillos y suspiró.
"Es probable que pienses que soy patético." Se ahogó.
Harry negó con la cabeza. "No, Lou. No creo eso en absoluto."
"¿Crees que estoy loco?"
"No." Respondió rápidamente. "Sólo quiero saber por qué te haces ésto. No eres el mismo Louis de antes. Echo de menos a mi mejor amigo."
Louis sollozó y apoyó la mano sobre el muslo de Harry. "Estoy aquí. Yo siempre estaré aquí."
"Lo sé. Pero ¿por qué te haces ésto? Eres perfecto, Louis. Yo no... yo no lo entiendo."
"Por supuesto que no." Louis se burló. "No lo entenderías. Estás en forma y tienes grandes músculos y las chicas caen ante ti de izquierda a derecha" Luego recordó que Harry era bisexual, y añadió rápidamente, "y los chicos también."
Normalmente Harry hubiera dicho un comentario impertinente, pero éste no era un asunto de broma. "Odio ver que te consumas de ésta forma." Suspiró. "Ésto no es saludable."
"Pero he perdido peso."
"Estás bulímico, Louis. Solo eres piel y huesos."
Louis se mordió el labio. "No digas bulímico. Me haces sentir como un demente."
"Lo siento." Harry respiraba. "Pero tengo miedo de perderte."
Louis tragó saliva y lo miró con los ojos azules muy abiertos. "Es sólo... es tan difícil ser llamado el miembro "grasa" de One Direction."
"Lo sé" Harry tarareó.
"No, no lo sabes." Escupió. "¿Cuando alguna vez te han llamado gordo?"
Harry reflexionó por un momento. "Nunca." Dijo. "Pero, ya sabes, es difícil ser llamado un mujeriego, cuando en realidad yo soy todo lo contrario. Quiero decir, me gusta mucho la polla."
Louis no pudo evitar reírse. Harry le añadía humor hasta a las conversaciones más serias.
"El punto es" Continuó Harry. "Todos tenemos odio de vez en cuando. A veces nos odiamos a nosotros mismos, también. Pero si lo mantenemos embotellado, las cosas malas pasan. Cuando la gente me llama puto, lo expreso a la gente que quiero, porque yo sé que me aceptan y siempre estarán allí para mí. Tienes que hacer lo mismo."
Louis no sabía qué decir. Él se limitó a asentir.
"Ahora, ¿por qué no pedimos una pizza, no? Creo que mereces una buena comida, Lou."
Él resopló y señaló hacía un reloj de alarma cercano. "Es casi la una de la mañana."
"¿Y?"
Louis se dejó caer sobre sus hombros en derrota. "Está bien, está bien. Pepperoni, ¿por favor?"
Harry ordenó la pizza a través del servicio de habitaciones. Y veinte minutos más tarde, llegó a su puerta, recién salida del horno. Harry se aseguró de darle al hombre una propina grande por tener que venir a esas altas horas de la noche.
Louis comió cinco piezas enteras. Su estómago estaba gruñendo todo el tiempo, dándole las gracias. Louis se sonrojó y se puso la mano sobre su barriga, tratando de amortiguar los ruidos, pero Harry sólo le sonrió y le dijo que no se avergüence.
Cuando terminaron de comer, Louis bostezó y se acurrucó en su cama. Apretó su almohada un par de veces para esponjar hacia arriba. Harry se quedó a su lado, mirándolo con cuidado, como si fuera un niño al que estaba cuidando.
"¿No deberías volver a tu habitación?" Louis preguntó adormilado, arrastrándose por debajo de las sábanas.
Harry negó con la cabeza. "Dormiré aquí ésta noche." Afirmó sin lugar a dudas. Él se metió en la cama junto a él. Louis lo miró fijamente y alzó una ceja.
"¿Qué?"
"Dije que dormiré aquí ¿Eres sordo?" Harry se rió entre dientes.
Louis se quedó helado. "Pero-
"No es problema. Solíamos dormir juntos todo el tiempo, ¿recuerdas?"
"Sí." Louis respiró. "Pero eso fue hace mucho tiempo, y eramos...
"No éramos nada." Le aseguró Harry. "Sólo era experimentación. Pero eso es parte del pasado, ¿de acuerdo? Así que cállate y vete a dormir." Él sonrió suavemente.
"Está bien. Buenas noches, Haz."
Harry tarareó y le dio un suave apretón de manos. "Buenas noches, Lou. Te amo."
Louis vaciló. No sabía por qué, pero lo hizo. Él le decía: "Te amo" a los chicos todo el tiempo, porque realmente amaba a todos ellos como a sus propios hermanos. Por alguna razón, sin embargo, decirle esas dos pequeñas palabras a Harry se había sentido siempre diferente que decírsela a Zayn, Niall o Liam. Significaba algo más.
"Yo también te amo."
[...]
Sí, ya sé que es un tanto corto, pero quería hacer ésto en tres partes :)
Así que capaz dentro de un rato, o mañana subo la última, y gracias por leer. <3