De verdad hubiera deseado tener la cámara en ese momento pues la expresión que Vanessa tenía en el rostro era digno de una hermosa fotografía. No sabía ni cómo describirla. Estaba sorprendida -por supuesto- era lo más importante, se veía feliz y no sé, muchas cosas más. Entre las tres comenzamos a cantarle una corta versión del "feliz cumpleaños", mientras le lanzábamos espuma y confeti. Luego de eso, nos lanzamos a su cama para darle un gran abrazo. La llenamos de besos y cosquillas. Parecía feliz, muy feliz. Lena sacó su teléfono para poder tomar unas cuantas fotos de este maravilloso momento, nos reímos como bobas, haciendo caras graciosas para la cámara.
—¡Ya eres toda una mujer, cariño! —Lena estaba eufórica—, ¡dieciocho años!
—Chicas de verdad se los agradezco, no se qué decir, esto es...
La voz de Vanessa comenzó a cortarse. Oh no. No podíamos dejar que se pusiera triste hoy. Este día, era su día, no había tiempo ni lugar para la nostalgia. Tocaron la puerta aunque ya estaba abierta. Carlos entró y envolvió a su hija en un fuerte y gran abrazo.
—Felicidades mi niña.
—Gracias papá.
Era muy lindo verlos así. Se amaban mucho. Lena tomó una foto de ellos discretamente con su celular.
—Bueno pues prepárate, Vanessa — interrumpió Dëni con más entusiasmo del necesario—, te espera un gran paseo hoy.
Tomé una pequeña maleta de su armario y comencé a guardar ropa, además de un traje de baño que me encontré muy bien guardado. Mientras tanto, Vanessa salió de la cama y se quitó todo lo que habíamos arrojado encima de ella.
—Me ducharé muy rápido ¿de acuerdo?
Se metió al baño y comenzamos a escuchar el agua correr. Un celular sonó, era de Carlos.
—Disculpen chicas, aquí Rodriguez.
Seguí guardando lo que fuera necesario y se viera inocente, Vanessa no tenía que sospechar hasta que llegáramos al lago y viera todo el show que se había montado para ella.
—Llama a Nath, Alex —Lena me sonrió—, dile que llegaremos en treinta minutos.
Saqué mi celular y marqué el número de Nath. Sonó solamente dos veces y escuché su fuerte voz.
—Hola hermosa, ¿qué sucede?
Se escuchaba bastante ruido en el fondo además de que la señal en ese lugar era una asco.
—Ya estamos con Vanessa, llegamos en treinta minutos.
—Esta bien Alex... ¡oye idiota, eso no va ahí!
¡Demonios! Colgué el teléfono antes de que Nathan gritara de nuevo y me hiciera perder toda mi capacidad auditiva. Carlos llegó de nuevo justo cuando acabé la llamada, se veía raro, parecía muy serio. Y eso no me gustaba para nada.
—¿Está todo bien? —preguntó Lena—, pareces preocupado.
Al igual que yo, ella también lo había notado.
—Chicas tengo que irme, podrían decirle a Vanessa que la veo en la noche.
—¿Todo en orden? —Lena insistió.
Carlos nos hizo una señal para que saliéramos del cuarto, Dëni se quedó arreglando las cosas de Vanessa. Ya en el pasillo, Carlos respiró profundamente y nos miró.
—Hubo un asesinato y un robo en Forbeville.
¿Asesinato? No podía ser posible.
—¿Y qué tienes que ver en esto? —pregunté de inmediato.
—Al parecer el hombre al que asesinaron le robaron una camioneta, según algunos testigos vieron una parecida en las afueras del pueblo.
Oh no. Eso no era nada, nada bueno, el lago estaba también en las afueras. Sí esto era cierto, había un asesino rondando en Ravenville. Tal vez eso era lo que me había tenido con los nervios de punta, tal vez eso era lo malo.
—Tengo que ir a Forbesville ahora — Carlos no parecía cómodo con la situación—, les pido que tengan mucho cuidado y llámenme por cualquier cosa a mi celular o a la estación ¿de acuerdo?
Bajó las escaleras muy deprisa sin esperar una respuesta y escuchamos cuando arrancó la patrulla. En un instante el ambiente se tornó tenso, lleno de preocupación. O al menos para mi.
—Oye —levanté la vista a Lena—, no te preocupes por lo que ocurrió, todo va a estar bien, ya verás que no es nada.
Asentí levemente no muy convencida y regresamos a la habitación. Lo que menos quería era que Lena tuviera su atención en mi. Vanessa salió del baño en un bonito vestido con estampado de cebra, su rizado cabello estaba mojado todavía. No pareceria afro hasta dentro de unas horas.
—¿Lista? —pregunté.
—Si, eso creo.
—Pues vamos entonces —Lena sonrió—, pero antes de eso, una foto más, digan "¡tequila!".
Nuestras sonrisas relucieron en la foto pero yo ya no me sentía contenta. Sólo debía ingeniármelas para que Lena no lo notara.
Todo estará bien, todo estará bien.
Me lo repetí hasta el cansancio y creo que al final funcionó.
...
Mientras íbamos en el auto, no pude evitar pensar en lo que Carlos nos dijo. Vanessa no parecía preocupada, claro, no había escuchado nada y aunque lo hubiera hecho, para ella era súper normal escuchar ese tipo de llamadas, era el trabajo de su padre. Pero yo, yo si estaba preocupada. Hacía muchísimo tiempo que no se presentaba una situación de este tipo. Es decir ¿un asesinato en Forbeville?
Eran pueblos totalmente tranquilos y escondidos en los E.U., ideales para la gente que quiere dejar atrás el ajetreo de una gran ciudad. ¿A quién rayos le interesaría matar a alguien por una camioneta? Sólo a alguien muy estúpido o muy loco. Esperaba que fuera la primera opción.
Tardaríamos diez minutos en llegar y Nath ya me había texteado:
TODO LISTO ;)
Bien, sólo faltaba la festejada, una que no dejaba de hablar acerca de lo maravilloso que sería fotografiar la creciente naturaleza y todo ese cuento. Yo quería a Vanessa como una hermana más, pero ya me tenía harta. Me daban ganas de meterle un calcetín en la boca para que se callara, aunque conociéndola, tal vez se lo tragaría y seguiría hablando.
Recargué mi cabeza en la ventanilla del auto, tenía un sueño de los mil demonios. Tal vez si dormía lo que restaba del camino, no me sentiría tan mal.
...
—¡Alexia ven!
El gran prado se extendía ante mí. La pequeña rubia se alejaba más, y aún así, quería que fuera tras de ella. Sabía que podía ganarle, ella no era rápida. Yo si y mi hermano también. Éramos los mayores, teníamos que ser mejores.
Corrí más y más rápido hasta que unos brazos fuertes me envolvieron en un gran abrazo.
—Ahora no escaparas Vicky
...
—¡Alex, despierta! —Lena me sacudió con fuerza.
Abrí los ojos y me di cuenta que ya habíamos llegado. ¿Qué rayos pasó? Había sido un recuerdo...
—¿Te encuentras bien? — Lena me miraba de manera extraña— Fue como si hubieras tenido una pesadilla.
—No, todo bien, en serio.
Traté de sonar lo mas convincente.
—Vamos a bajar las maletas.
Abrió la cajuela y tomé nuestras mochilas, Dëni platicaba con Vanessa, de todas, era la única que podía seguirle el ritmo. Mientras lo hacía, tomé mi celular y escribí un rápido mensaje a Nath:
YA ESTAMOS AQUÍ, PREPÁRENSE:D
—Creo que deberíamos bajar por el lago —sugirió Lena—, ya saben para evitar un poco el sol.
—Creo que es buena idea —contestó Dëni siguiendo la corriente.
Vanessa nos miró de manera curiosa pero no dijo nada. Caminó delante de nosotras como si tuviera que guiarnos.
—Sólo te advierto que este es el camino más largo Lena, y....
—¡Feliz cumpleaños, Vanessa!