Beso Letal (18+)

By aoi_sky

5.4M 319K 244K

ESTA HISTORIA ES UNA VERSIÓN ALTERNATIVA DE LA SEGUNDA PARTE DE BESOS CON SABOR A MUERTE. NO ES OFICIAL. * E... More

PRÓLOGO
Cap 1.- "Caminos Cruzados"
Cap 2.- "Enamorada de un Fantasma"
Cap 3.- "Eternamente mía"
Cap 4.- "Regreso de la Muerte"
Cap 5.- "Una trampa y una propuesta"
Cap 6.- "El inicio del final"
Cap 7.- "La pieza principal"
Cap 8.- "Explosión de Éxtasis"
.
Cap 9.- "Repetitivo"
.
Cap 10.- "El dolor que da placer"
Cap 11.- "Venganza"
Cap 12.- "As vs Andrew"
RECESO
Cap 13.- "Nadie es Inocente"
Cap 14.- "Sin vuelta atrás"
.
Cap 15.- "El lugar dónde naciste"
Cap 16.- "El Juego comienza"
Cap 16.- Parte III
Cap 17.- "Seducción" (Parte I)
Cap 17.- "Parte II"
Cap 17.- "Parte III"
Cap.- 18 "Descontrol"
Cap 18.- "Parte II"
Cap 18.- "Parte III"
.
Hola
Cap 19.- "Entre familia"
Cap 19.- "Parte II"
Cap.-19 "Parte III"
Cap.-20 "Limite"
Cap.-20 "Parte II"
Cap.-20 "Parte III"
Cap 21.- "Juego Individual"
Cap 21.- "Parte II"
Cap.-21 "Parte III"
1º EXTRA
Mensajes de Gretel y As
Cap.- 22 "Manipulación"
Cap 22.- "Parte II"
Cap 22.- (Parte III)
Cap 23.- "Pertenencia"
Respuestas de As
Cap 23.- "Parte II"
Cap 23.- "Parte III"
Reporte.
Cap 24.- "No será hoy... Pequeño"
Cap 24.- "Parte II"
Cap.- 24 "Parte III"
Cap 25.- "Investigación"
Cap 25.- "Parte II"
Cap 25.- "Parte III"
Cap 26.- "¿Quieres jugar?... ¡Juguemos!"
Cap 26.- Parte II
2º EXTRA
Cap 26.- ''Parte III''
Cap 27.- "Objetivo en la mira: Dante Allen"
Cap 28.- "Luna de miel sangrienta"
Cap 29.- "¿Quién es el malo?"
Cap 30.- "Espera por mí"
Cap. 31.- "Volveré"
Cap 32. - "Gretel"
Cap 33.- "Mátame y muere conmigo"
¡KARIN REPORTANDOSE!
Cap 34.- "Los verdaderos deseos de un corazón"
Cap 35.- "Miles de promesas rotas"
Cap 36.- "El sentimiento que nos domina"
Cap 37.- "Divino dolor"
Cap 37.- II
Cap 38.- "Miedos y Deseos"
Cap 38.- II
Cap 39.- "El deseo de Aisa"
Cap 39.- II
Cap 40.- "Entrega Total"
Cap 40.- II
Cap.- 41 "Familia"
Cap 41.- II
Cap42.- "El pasado de Andrew"
Cap 42.- "II"
Cap 43.- "Movimiento en falso"
Cap 44.- "Mente Siniestra" (Parte I)
Cap 44.- "II"
Cap 45.- "Atrapados en un juego macabro"
Cap 46.- "Más allá de la muerte"
Cap 47.- "Jaque Mate... Yo gano" FINAL
Nota de Autora

Cap 16.- Parte II

78.3K 3.9K 2.1K
By aoi_sky

[Andrew]

Coloco sobre mi escritorio los papeles que había estado leyendo y me pongo de pie, camino hacia la ventana y me asomo viendo al cielo, la luna y las estrellas en él. Cierro las persianas y vuelvo a mi lugar, me mantengo de pie mirando las fotos esparcidas sobre el escritorio, son trece en total; el numero de mis objetivos.

Miro a detalle a cada uno de ellos y sonrío sintiendo una gran satisfacción al saber que ellos están por ahí viviendo sus vidas y disfrutando de ellas cada uno a su manera sin tener idea de que sus destinos penden de un delgado hilo que cuelga de mis manos.

Todos y cada uno de ellos son como pequeñas ratas, mis ratas de laboratorio, jugaré y haré con ellas a mi antojo. Les demostraré quien soy y de lo que soy capaz. Tengo el control de sus vidas, el poder de hacerles sufrir, de convertirlos en nada.

Tomo en mis manos la foto de un hombre alto, de piel clara y ojos azules, un hombre que se ve más joven de lo que realmente es, que posee una cálida sonrisa y que tiene una hermosa familia formada por su bella esposa y su pequeño hijo.

— Lo sé todo de ti —digo mirando fijo esa mirada que tanto me asquea—. ¡Yo sé todo de todos!

Los tengo en mis manos, que vivan o mueran depende solo de mí y ellos no lo saben, pero pronto lo sabrán, me temerán y no podrán hacer nada, porque solo son muñecos en mis manos y yo puedo hacer lo que desee con ellos. Los he estudiado y analizado a todos y cada uno de ellos, sé sus debilidades y fortalezas por lo tanto sé cómo y por dónde atacar.

He deseado hacer esto desde hace tantos años, que no puedo evitar que la tremenda excitación que siento me recorra de pies a cabeza.

Tantos años, observando, analizando, estudiando y planeando cuidadosamente para que todo salga a la perfección, todo tiene que resultar exactamente como lo he planeado, nada puede fallar.

— Y no fallará —me digo con confianza.

Haber encontrado a Gretel fue lo que necesitaba para iniciar con mis planes, ella es mi pieza principal.

Dejo la foto de ese hombre y las miro todas una vez más, sonrío en gran manera al ver esos ojos azules en un rostro lleno de inocencia y esos ojos grises pertenecientes a un asesino.

— Ustedes también son piezas importantes en este juego —digo a las fotos de la chica Aisa y de Dominik—. Cuando llegue la hora de jugar con ustedes me divertiré mucho —tomo la de Gretel y la observo a detalle—. El juego comienza mi querida Gretel y tu muerte me dará mi victoria.

[Gretel]

Pongo la mirada más inocente y tierna que puedo y miro a mi hermano, él no se muestra muy seguro de hacer lo que le pido.

— Iré solo —dice finalmente y miro rápidamente a Aisa.

— ¡Quiero ir contigo! —dice ella de inmediato.

— No quiero que dejes sola a mi hermana.

— No me va a pasar nada —digo cruzándome de brazos—. No soy una pequeña y sé cuidarme muy bien, no sé porque te preocupas ahora, he estado muchos años sin ti y vivo bien, además Aisa a veces trabaja días enteros y me la paso sola y no me ha pasado nada.

— Un día no es lo mismo que tres.

— ¡Vamos Dominik! —me levanto de mi asiento y me hinco frente a él colocando mis codos en sus piernas y mirándole de forma tierna—. Tu hermanita quiere una de esas rosas ¿No le vas a cumplir su único capricho?

— Gretel...

— He pasado muchos cumpleaños sin ti, me debes muchos regalos y yo solo quiero una de esas rosas.

— ¿Por qué?

— Porque son negras y eran las favoritas de mamá, ya sabes fueron un regalo de papá y yo quiero tener mi propio jardín aquí para tener algo que me recuerde a ellos —bajo la mirada y pronto una lagrima cae por mi mejilla—. Les extraño tanto, me siento tan sola sin mamá.

— Está bien te las traeré —dice tomando mis manos, le miró dejando que más lágrimas caigan, pero exclamó triunfal en mi fuero interno.

— Gracias Dominik, en verdad que eso significa mucho para mí. —él no dice nada y solo limpia mis lágrimas.

— ¿Cómo es que tienen rosas negras? —pregunta Aisa—. No sabía que existían.

— Están modificadas genéticamente —explica Dominik—. No es la gran cosa.

— Ah claro.

— Yo iré acondicionando un bonito jardín para las rosas —digo con emoción, mostrándome como una niña pequeña, Dominik me mira, me mira mucho, sé que analiza mis palabras, mi mirada, mi voz, él está estudiándome—. ¡Me alegro tanto de que hayas vuelto! —digo echándome a sus brazos, de inmediato me abraza.

— Yo también —le escucho decir a mi oído, pero por su tono de voz, sé que aún tengo mucho que trabajar con él.

Ambos nos ponemos de pie y después de dedicarle otra sonrisa llena de inocencia y ternura me dirijo al jardín, lo hago mostrando alegría y mucho entusiasmo, pero cuando cruzo la puerta y me pierdo de sus vistas, vuelvo mi semblante serio.

— Que fastidioso es esto —digo limpiando por completo mis lágrimas.

Camino hacia el jardín, me dejo caer en el pasto y miro al cielo que por fortuna está completamente nublado. Pongo una mano en mi rostro tapando mis ojos y la otra en mi pecho y me sumerjo en mis pensamientos.

Pienso en Andrew y en el hecho de que mañana nos iremos y yo eliminaré oficialmente a su primer objetivo, esa idea me emociona de verdad y me llena de tal excitación que me veo impaciente. No sé aun parque Andrew hace todo esto, quiero saberlo, pero él se muestra reacio a decirme. Además me molesta y mucho el hecho de que he "aceptado" serle obediente, tal vez él piensa que me tiene en sus manos y que ahora haré exactamente todo lo que me diga, pero yo no soy una maldita muñeca sumisa y al final de todo esto se dará cuenta. Me conocerá, sabrá con quien está tratando y yo disfrutaré eso, pero aún falta mucho para que eso suceda y mientras, tengo que fingir y tener una postura que me desagrada por completo.

— Como le odio —me digo y aprieto los puños con fuerza encajando mis uñas en las palmas de mis manos.

Pienso en el hecho de que Aisa cree que me iré con él a pasar un fin de semana romántico, que gran estupidez. Ella se puso feliz ante mi emoción, pero ni idea tiene de que no es por estar con Andrew sino por lo esa persona que mataré.

A la mañana siguiente Dominik y Aisa se marchan al medio día, les despido y me muestro alegre, Aisa se cree de inmediato mi actuación, pero veo la maldita duda en los ojos de mi hermano.

— Cuídate mucho por favor. —me dice mirándome fijo a los ojos.

— Sí, ustedes también —sonrío y le doy un abrazo, después ambos se suben a un auto y se pierden de mi vista.

Un rato después, me dirijo a mi habitación, guardo un par de cambios de ropa en una pequeña mochila, el cuchillo y otras pequeñas cosas que creo necesarias. Me quito la ropa echándola en el cesto de la ropa sucia, entro al cuarto de baño y me doy una buena ducha. Acaricio mi cuerpo mientras el agua caliente lo recorre, amo mi piel que es tan tersa y suave, disfruto tocándola, sintiéndola y saber que tantos desean disfrutarme y jamás podrán me causa un extraño placer, pero mi piel es simplemente perfecta, yo soy perfecta y no cualquiera puede tenerme.

Sonrío al recordar la cara que puso Aisa cuando le dije que no era virgen, recuerdo con exactitud la ocasión en que perdí la virginidad y sonrío todavía más.

Cierro el grifo del agua una vez que termino de bañarme y salgo de la ducha, me paro frente al espejo que cuelga de la puerta y me miro en él, recorro de pies a cabeza mi bello cuerpo y no puedo más que sentirme tremendamente orgullosa, sin embargo hay algo que odio en mí; esa maldita cicatriz.

Me pongo de espaldas y miro sobre mi hombro, viendo el reflejo de la cicatriz situada en mi espalda baja, ya no se nota tanto como hace años, pero sigue ahí y la odio.

Tomo una toalla blanca y salgo del cuarto de baño, voy al ropero y tomo unos jeans ajustados de color negro, una blusa lila y una chamarra de cuero negra, me visto y me coloco unas botas. Seco mi cabello y lo dejo suelto, humecto mi rostro, pero no coloco nada de maquillaje, finalmente tomo la mochila y me dirijo al garaje, saco la ducati de mi hermano, muerdo mis labios y sonrío al ver las llaves en mi mano. Me coloco el casco, me subo a la moto y salgo disparada a alta velocidad sintiendo la adrenalina correr por mis venas.

Mi corazón late con fuerza, me adelanto a los hechos que están por venir y casi puedo sentir la sangre caliente de ese tal Norman Lee escurriendo por su cuello, llenándome el cuerpo de ella.

Aún no sé como rayos voy a llegar a él, pero Andrew me dijo que eso era algo de lo cual él se iba a ocupar así que yo solo me preocupo en encontrar la mejor manera de matar a ese sujeto.

Me detengo frente a las ruinas de lo que una vez fue una hermosa mansión, me quito el casco y miro a mi alrededor cerciorándome de que nadie halla a la vista. Llevo la moto y la dejo escondida entre unos enormes matorrales, entro a la propiedad y visualizo la de Andrew que a simpe vista no se ve.

Camino por los patios olvidados de mi antiguo hogar, esos mismos patios que recorrí cientos de veces siento una pequeña niña. Me dirijo a la parte del jardín que ahora más bien parece selva con todos los arbustos y plantas enormes que no permiten caminar bien.

Ramas secas se pegan a mi cabello y bufo molesta mientras intento quitarlas, miro al frente al notar una presencia y me quedo mirando a Andrew que está sentado sobre lo que queda de una fuente, tiene una pierna medio doblada y la otra completamente estirada, sus manos en los bolcillos y su vista al cielo.

Le observo por algunos segundos y muerdo mis labios al pensar en lo tremendamente guapo que es el maldito. Andrew lleva su vista a mí clavando sus ojos de fria mirada en los míos.

— Por fin llegas —dice y siento la ira y todo ese odio que siento por él aflorar dentro de mí, odio en gran manera esa actitud, odio que nunca muestre nada, que se mantenga sereno y tranquilo en cualquier circunstancia, simplemente lo odio.

Sin decirle nada me acerco a él y me paro a medio metro de distancia, cruzo los brazos sobre mi pecho y me miro impaciente, él se pone de pie imponiéndose sobre mí con su gran altura, alzo la cabeza para mirarle bien.

— Sígueme —ordena y me muerdo la lengua para no decirle nada, se da la vuelta y solo le sigo mientras me imagino cómo sería matarlo.

Me doy cuenta que nos lleva hacia donde se encuentran los que eran antes los cuartos de la gente de servicio, es en sí una casa, una grande donde vivían juntos todos los sirvientes, pero obviamente al quemarse la casa principal ellos se fueron dejando en el olvido total todo el lugar.

Por fuera se ve abandonado y destartalado, Andrew abre la puerta y entra, cuando lo hago me ordena cerrar la puerta, pongo los ojos en blanco, pero no digo nada y le hago caso, después de todo son solo cosas pequeñas y necesito que él piense que en verdad me tiene.

— ¿Por qué estamos aquí? —pregunto, pero como siempre el maldito no contesta.

Pasamos varias estancias hasta llegar a la habitación del final, me doy cuenta de que esta está bien cuidada, se ve decente; las paredes están pintadas de negro y tinto, hay unos cuantos sillones, y en medio una mesa con papeles.

— ¿Qué es este lugar?

— Aquí será donde organicemos todos nuestros ataques.

— ¿Cuándo fue que acondicionaste todo?

— ¿A caso importa?

— Bueno, te has estado metiendo en una propiedad privada, eso es delito.

— Es tu casa y tú estás aquí así que no es delito y si lo fuera que más da, ahora deja de pensar en tonterías y concéntrate en lo verdaderamente importante que es matar a Norman Lee, ese, sí es un delito.

— Solo dime como llego a él que matarlo será pan comido.

— Ven aquí —dice indicándome que me pare junto a él.

Dejo la mochila en uno de los sillones y voy hacia él, nos sentamos en unas sillas a la mesa y me da un sobre, intento abrirlo, pero Andrew me lo impide.

— No lo abras que no es para ti.

— ¿¡Entonces para que me lo has dado!? —exclamo molesta.

— Relájate Gretel, no me alces la voz, no quiero molestarme ahora.

— Solo dime para que es el sobre.

— Es un regalo para Norman Lee, hoy viernes se lo darás, él lo verá y actuará a mi favor de inmediato, mañana sábado obtendré de él lo que deseo y el domingo lo matarás, el lunes estaremos de regreso y tu primera misión habrá acabado.

— Lo tienes todo perfectamente planeado ¿Cierto?

— Por supuesto, odio actuar sin pensar.

Andrew se pone de pie y camina hacia un estante de donde toma una pequeña bolsa y me la avienta, le miro sin saber que hacer con ella.

— Ábrela —ordena y lo hago, enarco la ceja al ver una peluca rubia y un pequeño estuche con un par de pupilentes azules en su interior, hay un vestido color azul rey, es sencillo, pero elegante, un pequeño bolso a juego y finalmente encuentro un par de tacones. Dejo todo sobre la mesita y miro a Andrew—. Usarás eso para ir a ver a Norman Lee.

— ¿Por qué debo disfrazarme?

— Gretel, la respuesta a esa pregunta es completamente obvia, por favor deja de hacer preguntas estúpidas que me haces pensar que en verdad eres idiota —le miro mal, pero nuevamente no digo nada, porque si pienso bien, es obvio el porqué debo usar un disfraz—. En ningún momento pueden ver tu apariencia real, dejar tu identidad al descubierto sería un grave error, así que espero sepas hacer bien tu trabajo y no lo arruines porque si te atrapan te juro que no haré nada por ti.

— Si me atrapan tú también caes, no lo olvides —digo y él ríe con burla—.

— Me causa gracia que me creas un idiota, pero como te dije, yo pienso en todo, así que si no quieres que te atrapen, te maten o que te mate yo mismo, haz bien lo que tienes que hacer.

Gruño y muerdo mi lengua, quiero gritarle tantas cosas, pero una vez más solo me quedo callada sintiendo el amargo sabor de la bilis inundar mi boca y el deseo de someter a Andrew solo crece más y más.

— Ahora repasemos lo que tienes que hacer —dice recargándose en el estante, dobla sus brazos haciendo que sus bíceps se contraigan, le miro sin disimulo, pero casi de inmediato llevo mi vista a sus ojos—. Norman Lee, es un hombre "honorable" es respetado por todos en la sociedad, pero no tiene familia y vive solo, es un hombre que no puede ser fiel a una sola mujer y se vuelve loco al ver a una chica joven y hermosa, digamos que son su debilidad —dice con media sonrisa y entrecierro los ojos al entender lo que quiere—. Tú llegarás al edificio, no te dejarán entrar si no tienes una cita con él, por eso llegarás en el mismo instante en que lo haga él, cuando te vea no se resistirá y te hará pasar a su oficina.

— ¿Bajo que pretexto voy a ir?

— No lo sé, invéntale algo, que buscas trabajo o que quieres ser su secretaria.

— ¿Es enserio?

— Eso es lo de menos, lo único que debes hacer es colocar el sobre en su escritorio cuando esté distraído, no lo pongas a la vista de nadie, pero si en un lugar donde él lo encuentre fácil.

— ¿Y después de entregar el sobre?

— Te excusas y te marchas, él intentará seducirte, pero no le sigas el juego Gretel ni te hagas la interesante ¿Entendiste?

— ¿Por qué no?

— Porque yo lo digo y punto, si me desobedeces... te castigaré —dice y alzo la ceja incrédula a que algo así pase—. Una vez que él vea lo que hay en el sobre todo lo demás ocurrirá por sí solo, no tendrás que hacer nada hasta el domingo. Tendrá una fiesta en su mansión con los demás socios de su empresa y sus familias, ese día tú te colarás a su casa, encontrarás la oportunidad correcta y lo matarás.

— Pero habrá mucha gente, puede ser peligroso.

— Tranquila, yo te guiaré, además me conviene que halla más gente, porque al morir el culpable será uno de ellos. Sé de algunas discusiones que ha tenido con más de uno de sus socios, así que todos tiene al menos un motivo para quererlo muerto. Todos tendrán miedo de ellos mismos al llenarse de incertidumbre sin saber quien fue el culpable y la policía se figará en ellos y no pensarán en otro sospechoso.

— Bien.

— Debes sujetar bien tu cabello bajo la peluca, que no quede ni uno fuera, usarás guantes y pase lo que pase no dejes que te hieran, una sola gota de tu sangre en la escena y estás perdida.

— Bien.

— ¿Has entendido todo lo que tienes que hacer? Espero que sí, es algo muy sencillo.

— Lo he entendido Andrew, ¿Podemos ir ya? Estoy ansiosa por matar y me molesta que tengo que esperar hasta el domingo.

— Norman siempre llega a su oficina a las cinco de la tarde, él es muy puntual así que a esa hora exacta tienes que cruzarte en su camino, no sonrías como una maldita psicópata por favor, solo dale una sonrisa amable y cálida.

— ¡No sonrío como una maldita psicópata!

— Si lo digo es porque lo haces, ten cuidado con lo que dices y haces, recuerda; piensa antes de hablar y analiza la situación antes de actuar. Mantén tu mal genio bajo control, y si llegará a hacer algo que te moleste, pues te jodes y te aguantas, no quiero que le mates antes de tiempo ni hagas nada que levante sospechas.

— ¡Ya, ya! Deja de darme instrucciones y hagámoslo ¿Quieres?

— Cámbiate —ordena tomando el sobre y caminado hacia la puerta—. Te espero afuera.

Cuando sale de la habitación y cierra la puerta tras él, tomo las cosas, saco el vestido y algo cae a mis pies, me percato de que es un juego de lencería bastante provocativo, lo tomo en mis manos y alzo la ceja. ¿Por qué tengo que usar también eso?

Viéndolo innecesario lo vuelvo a guardar, me quito la ropa rápidamente y me pongo el vestido, este me queda un poco más arriba de las rodillas, pero se pega a mi cuerpo como una segunda piel, resaltando así mi hermosa figura. Me sujeto el cabello, teniendo cuidado de no dejar ni uno a la vista y después me coloco la peluca, con algo de dificultad hago lo mismo con los lentes de contacto, mis ojos arden ya que es la primera vez que uso algo como eso. Me coloco los tacones, los guantes de seda blanca y miro a todas partes buscando un espejo, pero como era obvio no hay ninguno. Sin saber exactamente como me veo, tomo mi mochila, guardo mi ropa en ella y salgo en busca de Andrew.

Lo encuentro sobre su moto, este se gira a verme, me recorre de pies a cabeza, pero no dice nada, algo que me molesta por completo.

— Y bien ¿Cómo me veo?

— Le gustarás —dice simple y siento mi sangre hervir... ¿Es que es un maldito robot o algo así?— Sube —dice pasándome el casco— He guardado la moto de tu hermano, el domingo te traeré por ella.

— Bien.

Me acerco a la moto, me coloco el casco y sin ponerle atención a que llevo un vestido me monto como si nada, mis piernas quedan al total descubierto y si siento algo eso es orgullo de poder mostrarlas.

Cuando llegamos a la cuidad, falta poco para las cinco, Andrew se detiene a unas cuantas cuadras del edificio donde trabaja Norman Lee, me bajo de la moto y acomodo mi vestido y la peluca. Andrew me da el sobre y lo guardo en el bolso, con la sola mirada me indica que ya es hora de iniciar el juego y eso hago, sin decirle nada comienzo a caminar hacia el enorme edificio.

Los hombres que se cruzan en mi camino me miran con deseo y las mujeres con envidia, estoy acostumbrada a esas miradas, pero en verdad deseo saber cómo me veo.

Cuando llego al edificio y me detengo frente a las puertas de cristal logro ver mi reflejo, abro la boca un tanto sorprendida ¿Esa soy yo?

¡Joder, pero que sexy soy!

Amo mi cabello negro, pero de rubia no me veo mal, además me veo un poco más grande de edad y eso me gusta.

Sonrió con arrogancia, camino hacia la puerta, uno de los guardias la abre para mí mientras me sonríe de forma amable, le devuelvo la sonrisa y entro; gente camina de aquí para allá, todos apurados, con papeles en las manos y cosas estrenaste en sus cabezas. Camino hacia la recepción faltan solo cinco minutos para las cinco, me paro delante del escritorio y la chica detrás de él me mira curiosa.

— ¿En que puedo ayudarle? —pregunta con fingida amabilidad.

— Quiero hablar con Norman Lee —digo con mi típico aire de superioridad cosa que le molesta a ella y me mira mal.

— ¿Tiene cita con él?

— No.

— Entonces no puede verlo.

— Tengo que hacerlo.

— Él no está señorita.

— Puedo esperarlo a que llegue —digo mirando el reloj en la pared solo falta un minuto para las cinco.

— Lo siento, pero el señor Lee no puede atenderle sino tiene una cita programada con él.

— ¡Pero yo en verdad necesito hablar con el señor Lee! —exclamo bastante alto haciendo mi voz un poco chillona, la chica me mira extrañada y alza la ceja.

— ¿Quién quiere hablar conmigo? —escucho una voz a mis espaldas y sonrío internamente. La chica se para de inmediato y saluda a mi victima con un movimiento de cabeza.

— Señor Lee, está señorita se empeña en hablar con usted, pero no tiene una cita programada.

— ¿Y quién es la señorita?

En ese momento me giro con un movimiento elegante y sensual, conecto mis ahora ojos azules con el hombre frente a mí, le sonrío de manera tímida y le dedico una mirada entre inocente y provocativa.

Los ojos marrones de Norman Lee me miran y brillan al instante con un vehemente deseo de poseerme, su mirada me asquea un poco, pero me obligo a mantenerme sonriente.

— Señor Lee, es un gusto mi nombre es... —y en ese momento me quedo en blanco ¿Cuál es mi maldito nombre?

Norman se me queda mirando esperando a que continúe y yo sonrío coqueta dando un paso hacia él desvaneciendo la distancia y tomando su mano estrechándola con suma suavidad en la mía, cosa que hace que el hombre mí se estremezca.

— Mi nombre es Izel Bathory, es un placer conocerlo al fin.

— El pacer es todo mío señorita Bathory —dice de manera galante para después colocar un beso en mi mano.

— Deseo hablar con usted, pero como dijo su secretaría no tengo una cita —hago una cara de decepción—. Así que comprendo que no sea posible.

— Oh, no se preocupe, no tengo nada importante que atender ahora así que puedo brindarle mi tiempo y atención.

— Señor, usted tiene que... —la voz de la recepcionista se escucha, pero él le manda callar con una sola mirada. Sin más ella vuelve a tomar su asiento.

— Hágame el honor de acompañarme a mi oficina señorita Bathory, allá la atenderé como se merece.

— Gracias señor Lee, pero por favor solo dígame Izel.

— Muy bien... Izel.

Norman Lee me toma de la espalda baja y me conduce hacia los elevadores, espero no intente nada estado haya adentro porque no sé si aguante las ganas que tengo de cortarle la cabeza. Saber que él es mi víctima y que aún no puedo matarlo me causa ansiedad.

Afortunadamente se mantiene quieto en el asenso a su oficina, pero una vez que llegamos ahí, pide a su secretaria personal que nadie le moleste, cierra la puerta con pestillo y me mira como si quiera devorarme. Me veo obligada a sonreírle para esconder el asco que me provoca.

— Toma asiento por favor Izel.

— Gracias —digo sentándome en la silla de cuero negro frente a su escritorio, cruzo mis piernas lentamente y noto como él sigue cada uno de mis movimientos.

— Y a que debo tan agradable visita ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

— Hay mucho que usted puede hacer por mí —digo de forma provocadora y veo el fuego del deseo brillar en sus ojos.

— Haré lo que sea —dice sentándose frente a mí sobre su escritorio, ver a un hombre cuarentón actuar como si fuera un galán de telenovela me hace gracia—. Y por favor llámame solo Norman.

Por su mirada sé que lo tengo a mis pies, es esa clase de hombres que cumple cualquier capricho de la mujer con la que se encapricha y hoy yo soy esa mujer. En mi interior nace el deseo de saber hasta dónde puede llegar este hombre por complacerme, aunque no se imagina que el mayor placer me lo dará cuando esté ante mis pies suplicando por su vida.

Me pongo de pie, motivada por mi gran curiosidad y me acerco a él moviendo mis caderas de manera lenta y sensual. Él traga saliva y me mira como si fuera un maldito pedazo de carne y él un lobo hambriento.

Me coloco entre sus piernas y pongo mis manos a cada uno de sus costados sobre su escritorio dejando mi bolso en él. Me acerco a sus labios y susurro suavemente sobre ellos

— ¿Lo que sea?

— Cualquier cosa —dice mirando mis labios, desesperado por poseerlos.

"Él intentará seducirte, pero no le sigas el juego Gretel ni te hagas la interesante ¿Entendiste?"

"¿Por qué no?"

"Porque yo lo digo y punto, si me desobedeces... te castigaré"

Las palabras de Andrew llegan a mi mente, dudo un segundo, pero ¿que puede pasar? él no se enterará de lo que estoy haciendo.

Jugueteo con el deseo de mi victima mientras deslizo las manos dentro de mi bolso, saco el sobre y lo coloco con cuidado debajo de una carpeta que está sobre el escritorio. Tomo el bolso y llevo mis manos a su espalda, las deslizo hasta llegar a sus piernas y me alejo de él volviendo a tomar asiento.

— Tengo un pequeño problema y creo que eres el único que puede ayudarme.

— Con gusto lo haré solo dime de que se trata —muerdo mis labios pensando en lo que voy a decir, si Andrew se entera, seguro se enoja, pero yo quiero saber.

— Hay un hombre... —digo y veo como su semblante ensombrece—. Que quiero encontrar.

— ¿Con que fin?

— Él me estafó y huyó, yo solo quiero hacer justicia.

— Ya veo.

— ¿Me ayudarás?

— Haré lo que pueda, solo dime el nombre de esa persona.

— Thomas, su nombre es Thomas Powell.

Noto como tras mis palabras el rostro de Norman palidece. Su semblante se arruga y veo enojo en sus ojos, no quiero pensar que lo que acabo de decir a arruinado la misión. No puede ser así.

Piensa antes de hablar, analiza la situación antes de actuar.

Llegan de nuevo las malditas palabras de Andrew a mi cabeza. Pienso en lo que me dirá si se entera de lo que hice y por estar pensando en ello no me percato de cuando Norman se acerca demasiado a mí, me toma del brazo, me obliga a ponerme de pie y antes de darme cuenta estoy sobre su escritorio y él encima de mí, lo primero que llega a mi mente es aventarlo, golpearlo y matarlo, pero me mantengo tranquila o al menos por dentro ya que a sus ojos ahora parezco una mujer muerta de miedo.

— ¿Qué es lo que ese hombre te hizo? —pregunta y siento como desliza sus manos por mis piernas, muerdo con fuerza el interior de mi boca para no arrancarle la cabeza—. Dime que te hizo y pensaré en si ayudarte o no.

— Dijiste que harías cualquier cosa por mí —digo poniendo mis manos en su pecho y manteniéndolo un poco a distancia.

— Y lo haré —dice enterrando su rostro en mi cuello, inhala mi escancia y le siento gruñir yo solo pienso en que no se me caiga la maldita peluca.

— Realmente no lo conozco —digo queriendo ya irme de aquí porque que siga así no resistiré a matarlo—. Solo sé su nombre y bueno él estafó a mi padre y le robó sus millones, mi padre ha muerto y yo he quedado sola, necesito encontrarlo para que me devuelva lo que es mío. Si me ayudas, haré vivir una experiencia que jamás podrías olvidar.

— Esa es una gran oferta.

— ¿La tomarás?

— Por supuesto.

El se inclina dispuesto a besarme y yo estoy por golpearlo cuando el teléfono suena, él resopla y se quita de encima de mí, me pongo de pie de inmediato, sujeto con fuerza mi bolso y camino hacia la puerta.

— Le dije a esa estúpida mujer que no me pasara llamadas —dice molesto tomando el teléfono, algo le dicen que hace que su semblante cambie de inmediato, me ve y bufa de nuevo—. Tengo que irme —dice, veo como toma los papeles de su escritorio junto con el sobre y los guarda en su maleta, se acerca a mí y me sonríe—. Te espero mañana a las nueve de la noche en este lugar —dice dándome una pequeña tarjeta—. Te daré la información que me pides y tú cumplirás con tu palabra.

— Por supuesto.

Después de eso salgo de su oficina a toda prisa, por andar hablando de más el plan original de Andrew ha cambiado y seguro me sermoneara por eso. Salgo del edificio y miro en todas direcciones, pienso en ir hacia el departamento donde fuimos la otra vez, cuando cruzo la calle, Andrew aparece frente a mí, sin quitarse el casco me entrega el mío y subo rápido.

Para mi sorpresa no vamos a aquel departamento sino a un hotel, uno bastante sencillo y fuera de mi agrado. Andrew se registra bajo un nombre falso, lo cual no me sorprende, pero lo que sí lo hace es el hecho de que Andrew pide una sola habitación sencilla. Pienso en el hecho de que esas habitaciones tienen solo una cama y una pequeña.

— ¿Por qué no has pedido una habitación doble? —pregunto mientras subimos por el elevador, pero como siempre él no contesta. Se ve molesto y yo me pongo algo nerviosa, pero pienso que es imposible que él sepa lo que pasó.

Llegamos a la habitación que nos corresponde, Andrew abre la puerta, pasa primero y cuando lo hago yo suelto un jadeo por la sorpresa cuando me toma con fuerza del cuello y me estampa contra la pared, quita la peluca con brusquedad y la avienta lejos.

Le miro asustada viendo la furia que sus ojos desprenden, su agarre en mi cuello se hace más fuerte y yo solo mantengo mis manos posadas a mis costados sin poderme mover, el miedo que me inunda, que me infunde su mirada es uno sin igual, en estos momentos tiene esa mirada de demonio que realmente me hace temblar.

— Me desobedeciste —dice con voz profunda—. Y te dije que pagarías si lo hacías.

****

Chicos al ratillo subo la tercera parte y mas tardar el lunes el capitulo 17 que también tiene tres partes, lamento mucho la tardanza.

*Datito curioso, Izel, es un nombre en Náhuatl que significa UNICA y Bathory es el apellido de la asesina favorita de Gretel :p

Continue Reading

You'll Also Like

117 52 45
«En Montenegro hierve un caldero de oscuridad, es un pueblo gobernado por la superstición y la incertidumbre... Se situa al pie de una montaña embruj...
9.5M 654K 59
BILOGÍA DULCE AGONÍA (LIBRO I) Tras la muerte de sus padres, el mundo de Aisa se derrumba: su inestable mente predispuesta al caos queda a merced del...
281K 18.4K 53
Esta historia trata de una chica.... [...]
39.4K 1.8K 56
Bien, vamos de nuevo Si quieren entender está historia, vayan a el libro original en mi cuenta original: @SolaEli2010 Por ciertos temas, tuve que sal...