Los Alphas

By J-L_102

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Ella era una Alpha, despreciada por su pareja y expulsada de la manada. Sus únicos amigos eran vampiros, y su... More

Prólogo
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By J-L_102

Walter en multimedia

Leo

(letra cursiva es el lobo interior)

En aquel momento, me encontraba caminando hacia el pueblo con la finalidad de comprar alimentos y otras necesidades para nuestra casa. Al entrar en la tienda, me dirigí directamente hacia la sección de alimentos, tomando cuidadosamente carne fresca, verduras jugosas y frutas apetitosas. También recogí un jugo de fresa para Ty, sabiendo que para él, ese sabor se asemejaba a la sangre, algo que le era especialmente reconfortante.

Mientras esperaba en la fila detrás de otra persona, un suave aroma a limón llegó hasta mis fosas nasales, atrayendo mi atención. Mis ojos se dirigieron hacia la dirección de donde provenía el olor, encontrándome con un joven de aproximadamente veinte años que estaba examinando el contenido de una nevera. Al parecer, también percibió aquel olor y, de pronto, sus ojos se encontraron con los míos.

El color esmeralda de sus ojos, salpicados con tonos grises, me intrigó de inmediato. Su cabello castaño dorado, de longitud mediana, enmarcaba su rostro de una manera atractiva. Era un joven alto y de apariencia atlética, destacando por su porte y carisma.

Decidí apartar la mirada y volver a enfocarme en la caja, donde el cajero pasaba escaneando mis productos para el pago. Sin embargo, por el rabillo del ojo, noté cómo una joven se acercaba al atractivo chico rubio y le hablaba animadamente, pero él parecía mantener su atención fija en mí, ignorando a la chica.

Supuse que la joven debía ser su hermana o una amiga cercana, ya que compartían un marcado parecido físico. Una vez que el cajero había escaneado todos mis productos y realicé el pago, tomé la bolsa con mis compras y traté de salir rápidamente de la tienda. Sin embargo, la voz de mi loba resonó en mi mente, instándome a detenerme.

Un impulso inusual me hizo girar la cabeza para mirar al joven una vez más, mientras el corazón latía un poco más rápido de lo normal. Era extraño, nunca antes había sentido una conexión así con alguien que acababa de conocer. Sin embargo, una sensación inexplicable me dejó con la intriga de saber más sobre aquel enigmático chico de ojos esmeralda y cabello dorado. Decidí seguir el consejo de mi loba y quedarme un momento más en aquel lugar, tal vez el destino tenía algo inesperado reservado para ambos.

Compañero!", dijo con voz demandante, exigiendo que me acercara al chico. Sin embargo, negué con la cabeza y continué mi camino hacia la salida de la tienda. Esto tenía que ser una broma, no podía ser cierto. Mi loba interna insistía en que nos acercáramos, pero no podía creerlo. 

"No te alejes, perra. Nuestro mate está en esa tienda y te alejas como si nada", gruñó mi loba con furia, queriendo imponer su voluntad.

"Siento romperte las ilusiones, pero ese joven no puede ser nuestro compañero. Nuestro mate ya nos rechazó hace unos años", le respondí con sinceridad, cortando la conexión telepática que teníamos para evitar sus argumentos.

Decidí caminar tranquilamente de vuelta hacia casa, tratando de alejar de mi mente los recuerdos dolorosos del rechazo pasado. Aunque mi loba estaba decepcionada y enfurecida, sabía que tenía que protegerme de su doloroso deseo de encontrar a nuestro compañero.

En mi camino de vuelta, traté de despejar mi mente sumergiéndome en el paisaje circundante. Los árboles del bosque se alzaban majestuosos, sus hojas susurrando suaves secretos al viento. Los rayos dorados del sol se filtraban a través de las ramas, creando patrones danzantes sobre el suelo cubierto de hojas.

El viento acariciaba mi piel, llevando consigo el suave aroma de las flores silvestres que crecían en los alrededores. A medida que me adentraba en el bosque, la calma y serenidad de la naturaleza envolvía mi ser, reconfortándome y recordándome que, a pesar de las dificultades, siempre había belleza y esperanza en el mundo que me rodeaba.

Mientras caminaba de regreso a casa, noté unos pasos siguiéndome a cierta distancia. Era evidente que alguien me perseguía, manteniendo una distancia prudente para no ser obvio, pero lo suficientemente cerca para que yo lo notara. Suspiré, sabiendo que no sería fácil deshacerme de esta persistente compañía. Mi loba interior estaba emocionada ante la presencia del joven, pero mi mente no compartía su entusiasmo.

De repente, decidí girarme para encontrarme cara a cara con el chico de la tienda. Su piel se erizó al escuchar mi voz cuando le pregunté qué lo traía por aquí. "No es buena idea que un joven como tú esté aquí", advertí mientras retomaba mi camino a casa, tratando de alejarlo.

"Espera", dijo la voz del joven.

Su tono de voz era amable y suave, muy diferente a lo que había imaginado. A pesar de mis intentos de ignorarlo, él continuó siguiéndome, consciente de que entrar en el territorio de otra manada no era una decisión sensata.

"Por favor, solo quiero saber tu nombre", expresó con desesperación, lo que me hizo detenerme y enfrentarlo.

"¿Para qué quieres saberlo? La probabilidad de que nos volvamos a ver es muy baja, por no decir nula", respondí frunciendo el ceño. Sin embargo, accedí a sus deseos y le revelé mi nombre: "Me llamo Leo", añadí, rodando los ojos.

"Yo soy Walter, un placer", dijo sonrojándose ligeramente y ofreciéndome una dulce sonrisa.

Asentí con la cabeza y continué caminando, pero Walter se apresuró para agarrar mi muñeca. Emití un leve gruñido para advertirle que mantuviera su distancia, pero él ignoró mi advertencia y se acercó aún más, comenzando a olerme.

"¿Sabes que existe una cosa llamada distancia de privacidad?", le dije mientras me liberaba de su agarre. "Espero no volver a verte por estas tierras, Walter", lo amenacé con una mirada seria antes de alejarme y dirigirme a mi hogar.

Al entrar a la casa, me encuentro con Ty jugando en el suelo con la ardilla, lo que me saca una carcajada ante tal escena encantadora. Deposito las compras en la mesa del comedor y me acerco a él con una preocupación latente.

''Ty, tengo un problema'', le confieso mientras empiezo a vaciar la bolsa de compras. ''Por alguna razón, encontré a otro compañero'', añado, dejando caer la bolsa en el basurero.

Ty se incorpora al escuchar mi noticia y empieza a reírse, lo cual me desconcierta. ''¿Podrías no reírte de mi situación actual? Mi compañero parece un crío en comparación conmigo, parece tener veinte años'', agrego mientras acomodo los productos en su lugar.

Él se levanta del suelo y se acerca hacia mí, agarrando el jugo y bebiendo de él. ''Bueno, al menos tienes una segunda oportunidad, ¿no crees? Puede que sea mejor que ese imbécil'', responde, volviendo a sentarse en el suelo y continuando con su juego junto a la ardilla.

Suspiro, reflexionando sobre sus palabras, mientras sigo ordenando las cosas en sus lugares. La idea de una segunda oportunidad se cuela en mi mente, y aunque el recuerdo del rechazo pasado todavía duele, una pequeña chispa de esperanza comienza a crecer dentro de mí. Quizás Ty tenga razón, quizás este encuentro con Walter sea una oportunidad para cerrar heridas y descubrir una nueva posibilidad.

Mientras organizo los productos en la despensa, mi mente se llena de preguntas y emociones encontradas. ¿Qué significará este encuentro con Walter? ¿Será el inicio de algo significativo o simplemente un encuentro fugaz en el camino? No puedo evitar preguntarme qué depara el destino y cómo será mi vida a partir de ahora.

Me detengo un momento para observar a Ty, que sigue jugando con la ardilla con una expresión de alegría en su rostro. Su presencia me reconforta y me recuerda que, sin importar lo que depare el futuro, siempre tendré a mi vampiro y a esta pequeña criatura como apoyo incondicional.

Walter

Mientras la observaba alejarse hacia el interior del bosque, decidí quedarme en el lugar e intentar retener en mi memoria el distintivo aroma a limón que provenía de ella. No quería seguirla, así que me giré y regresé a la tienda, donde había dejado a mi hermana esperando con la bolsa de comida.

En el trayecto de vuelta a la tienda, la imagen de la chica seguía rondando mi mente. Su cabello oscuro como la noche y esos profundos ojos azules eran difíciles de olvidar. Pero sobre todo, su voz dominante y potente dejaron una impresión imborrable en mí. Suspiré con felicidad al darme cuenta de que había encontrado a mi compañera, mi mate.

''Parece que es una Alpha'', comentó mi lobo interior con entusiasmo al haber hallado a su pareja. ''Pero ten paciencia con ella'', agregó en tono sabio.

Asentí en acuerdo con mi lobo. A medida que caminaba, llegué hasta donde estaba mi hermana, quien me miraba con una expresión que parecía querer matarme. Me disculpé con ella y le expliqué la situación en la que me encontraba.

''Deberías comentárselo a nuestros padres antes de actuar sin pensar'', sugirió ella mientras colocaba la bolsa en la parte trasera del coche. ''No sabemos nada acerca de tu compañera'', continuó, cerrando el portón trasero y ocupando el asiento del copiloto.

''Lo sé, cuando lleguemos se lo contaré'', respondí rodando los ojos, y me senté en el asiento del conductor para encender el coche y dirigirnos hacia casa.

El trayecto de vuelta se desarrolló en silencio mientras conducía por los bosques que rodeaban nuestro territorio. Mi mente seguía repleta de pensamientos sobre la misteriosa chica, y a la vez, sentía una mezcla de emoción y aprehensión ante el inminente encuentro con mi compañera. Mi lobo estaba lleno de expectativas y anhelos, pero también sabía que debía ser paciente y cauteloso.

Finalmente, llegamos a casa, donde nuestros padres nos esperaban con una sonrisa. Les expliqué lo que había sucedido en la tienda y cómo había encontrado a mi compañera, una Alpha solitaria con una voz y presencia poderosas. Aunque no sabía qué les depararía el futuro, estaba decidido a conocerla mejor y a ver qué surgía entre nosotros.

Mis padres asintieron con comprensión y me dieron su apoyo, alentándome a seguir adelante con este nuevo capítulo en mi vida. Sabía que el camino no sería fácil, pero tenía la determinación de enfrentar cualquier desafío que surgiera y de conocer a fondo a esta chica que había aparecido en mi camino.

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