ALPHA PLEASURE (YOONSEOK) - T...

By MelanieGerpeLen

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☽ Min Yoongi ansiaba venganza. Como único y último heredero del legado de las tribus del norte y lobo de vien... More

THE HOWLING SAGA
PRÓLOGO
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capitulo 60

Capítulo 55

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By MelanieGerpeLen

“Todavía me aferro a todo lo que está muerto y desaparecido. No quiero decir adiós porque significa para siempre. Ahora estás en las еstrellas y seis pies nunca sе sintieron tan lejos. Aquí estoy solo entre el cielo y las brasas. Oh, duele mucho por un millón de razones diferentes. Tomaste lo mejor de mi corazón y dejaste el resto en pedazos.”

—In The Stars
(Benson Boone)

Yunho se negó a permitir que alguno de los druidas llevase a cabo la ceremonia funeraria de su madre. Sentado apenas sosteniéndose recto y con las manos sujetas a una de las sillas de madera orlada, negó un total de seis veces con la cabeza antes de tomar aire con ansiedad.

—Hei, intenta relajarte y escuchar al menos. Este no es un asunto en el que pueda opinar demasiado pero creo que necesitas enfriar un poco todo ese carácter tuyo —Jongho apoyó su mano derecha contra la piel de la nuca de Yunho y dejó que uno de sus dedos se moviera lentamente sobre la superficie del cuello del lobo—. Respira, Yun.

Todos sus hermanos estaban presentes. Todos, sin excepción. Situados a su alrededor como solía suceder años atrás cuando sus padres los llamaban a una reunión familiar en la salita del ala de habitaciones. Una parte privada del hostal.

El apoyo de Hoseok con respecto a no permitir que un druida dirigiese la ceremonia funeraria de su madre, llegó de inmediato. Y la amargura de la felicidad agridulce bañó la garganta del mayor de los Jung cuando el resto de sus hermanos esperaron a ver lo que el guardián altiorem opinaba antes de tomar una decisión definitiva.

Él había llegado acompañado del lobo de las tribus y los cachorros de este. Y Yunho ni siquiera pudo quejarse por la intromisión de alguien ajeno a su familia en tal conversación, ya que su propia pareja le guardaba las espaldas. Entendía la necesidad y el sentimiento de calma que el aroma conocido lograba aportar a un lobo herido. Además, su madre de alguna manera había sentido apego y cariño hacia esa familia de tres que ahora portaba el futuro de una estirpe en el ADN que les recorría la sangre.

—Ellos la mataron. No importan sus razones o excusas. Yo no pedí ser salvado tampoco y mucho menos a ese precio. No quiero que uno solo de los druidas ponga el nombre de nuestra madre sobre su boca.

—Tú no l..lo pediste pero nosotros sí —Yoongi tragó aire, algo parecía atragantarse en su garganta en cada ocasión que intentaba respirar profundamente—. Ella no tendría q..que haber m..muerto, tú tampoco. Este clan te n.. necesita, como el mío necesitaba a m..mi padre. Tu familia y hermanos también lo hacen.

—Y aún así, no puedo vivir con el conocimiento de que su vida fue arrancada para traer de vuelta la mía. Me estaba marchando y nadie debió cambiar el rumbo de las cosas, es peligroso jugar con el destino. No importa quién lo haga. Los druidas debieron saberlo mejor que cualquiera.

—N..no conoces el verdadero destino. D..deja de juzgarte a tí mismo y escucha a t..tus hermanos.

Los druidas siempre habían formado parte de las ceremonias, eliminar su presencia de ellas podría ser un tanto sobrecogedor para quiénes creían en la conexión de estos con la naturaleza y la Diosa Luna, por eso los lobos más pequeños dudaron durante un instante. Sin embargo no sería la primera vez que se hiciera, tras la guerra de Lunas el templo quedó tan afectado que los druidas no lograron realizar ceremonias de ningún tipo por meses.

—¡Maldita sea! —Heeseung alzó los hombros—. ¿Qué es lo peor que podría pasar? Conocemos la ceremonia, la hemos visto y experimentado.

Con una guerra tan cerca y tan poco que perder, los hermanos Jung ni siquiera podían sentirse un poco asustados al respecto.

—Necesitamos estar unidos si queremos hacerlo por nosotros mismos. —Jung Jake suspiró.

Las miradas volaron hacia los lobos mayores de la sala.

—Hay mucha ira en mí hacía tí —Yunho miró directamente a Hoseok—. Ese veneno que te lanzaron… Desde el primer instante debiste saber que mamá estaría dispuesta a dar la vida para mantenerte lejos de la muerte. Hay poco que podías hacer en tu estado y al fin la nube de mi mente se ha disipado lo suficiente como para entender que no fue culpa tuya. Aún con todo, jamás debiste arriesgar tu pellejo de la manera en la que lo hiciste en el museo. Maldita sea Hoseok, el primer golpe de magia negra debió ser advertencia suficiente para salir corriendo. ¿Qué te detuvo tanto tiempo ahí dentro? ¿Una estaca de madera que ni siquiera llegaremos a usar?

Hoseok tan solo gruñó en respuesta, de pie y con la mirada encendida. No había logrado sentarse desde el instante en que sus pies entraron en el hostal. Todavía olía a ella. A su madre.

Yoongi le sostuvo la mano y se acomodó en el sillón individual con los cachorros escondidos en el interior de su chaqueta. Winter y Drako protestaron.

—¿Acaso estabas ahí para ver y juzgar, hermano? ¿Acaso conoces mi forma de moverme en batalla, guardián?

—Espero que todo esto sea un aprendizaje. ¿Tengo que rogartelo?

Yoongi miró al humano situado a un lado de Yunho. El humano lo miró a él también. Los dos parecían un poco desesperados por obtener la paz entre los hermanos mayores que se empeñaban en continuar luchando. Lo supieron con tan solo observarse mutuamente.

—No sé si puedo llamarle así. Desde luego será una cicatriz.

—Una metáfora de cómo vives aunque parezca un milagro que sigas respirando. Eso es lo que ha dejado tal cicatriz, Hoseok. Eres un guardián altiorem. Usa la cabeza en lugar del corazón. Incluso cuando sea duro. No quiero ver a mi hermano morir. Por la Diosa, si pierdo a alguien más yo mismo me cortaré el cuello.

La respiración de Jongho se atragantó. Los hermanos Jung dieron un paso adelante.

—Basta —Heeseung miró a sus dos hermanos, las manos encogidas en dos puños y la mirada enrojecida—. Suficiente. Es el día de la ceremonia de madre y no vais a hacer de ello algo mucho más doloroso de lo que implica de por sí el modo en el que se ha ido. Debemos despedirla pacíficamente.

—Y si no podéis hacerlo, entonces tal vez deberíais haceros a un lado. —Jake rodeó los hombros de Heeseung y observó a sus otros hermanos—. A todos nos duele, pero ninguno hemos decidido usar la ira. En lugar de eso apreciamos lo poco que nos queda.

Yoongi apretó la mano de Hoseok.

Jongho sostuvo el hombro de Yunho.

—En realidad, tenéis razón —el guardián altiorem sonrió levemente—. Mamá y papá estarían orgullosos de saber que al menos una parte de esta familia no ha perdido la cabeza.

Yunho asintió.

—Y siendo sincero, yo también lo estoy. Me apena tanto no haberos visto crecer de cerca…

Suno habló desde su posición en el sofá.

—Entonces quédate esta vez. No te vayas de nuevo.

Y aunque Jongho y Yunho se miraron por largos instantes, la decisión ya parecía tomada.

No se marcharía. No escaparía de su dolor de nuevo. Fue Jongho quién lo explicó.

—No se marchará esta vez.

(***)

De entre todas las flores que podrían haber recogido del jardín trasero para llevar a la ceremonia funeraria, los hermanos Jung eligieron lirios rosas. Quizás el motivo podría parecer obvio pero la razón iba incluso más allá de lo que cualquier persona podría entender.

La mayoría pensaría que se debía al nombre de su madre. Y en cierta manera no se equivocaban.

—Lirios para mi Lily —Hoseok le susurró a Yoongi—. Mi padre los plantó cuando yo era un cachorro de diez años. Al menos cincuenta de ellos alrededor de la zona trasera del hostal, con el tiempo se han ido multiplicando y se han mezclado con los tulipanes y narcisos que mi madre plantaba. Flores invernales y de inicio de primavera. Unas llegaban en el último mes de invierno, las otras cuando el sol empezaba a bañar las ventanas más bajas de nuestro hogar.

—Lirios para mí Lily —Yunho repitió con una sonrisa, sentado sobre el suelo del jardín y con una cesta de mimbre entre las piernas abiertas—. Y narcisos para mi amor.

Los hermanos Jung se habían sentado en un círculo amplio y despojaban de sus pétalos uno a uno los lirios rosados que habían comenzado a florecer. Mientras lo hacían, las anécdotas y recuerdos surcaban sus cabezas y se colaban en las memorias de los más jóvenes, quiénes escuchaban con anhelo.

—Nosotros teníamos calabazas de todos los colores —Suno se encogió de hombros—. Mamá las recogía y papá las limpiaba y tallaba con nosotros para ocultar velas en ellas.

A través de la imagen que veían sus ojos, Yoongi descubrió a un Hoseok diferente. Uno que podía emocionarse mientras le quitaba los pétalos a las flores y los dejaba caer con cuidado sobre el fondo de la cesta.

También descubrió que había algo en su interior que latía con cierta ansiedad cada vez que pensaba en perder la imagen feliz del hombre que de vez en cuando le permitía perderse entre su piel.

Y eso lo asustó un poco, pero él ya no estaba dispuesto a escapar del miedo. Porque él debía recordar en algún momento que era el heredero de la tribu de viento. Porque alguien como él debería vencer a una bruja. Alguien como él tendría que lograr proteger a su familia.

A ellos. Ni siquiera a la Unión.

Solo a ese foco de felicidad que ahora pululaba como una mariposa revoloteando a pesar de la agridulce situación.

(***)

La pira de la madre de Hoseok fue mucho más alta de lo que normalmente hubiesen sido las construidas para cualquier otro lobo. Y lo fue porque sus propios hijos se encargaron de hacer crecer bajo su cuerpo cada tronco, raíz, enredadera y flor que ahora la envolvía en una cuna alta y eterna. El poder de la tierra la estaba acogiendo con cariño, la luz de la Diosa Luna la bañaba devotamente.

Alrededor del lago Crystallo las luces de los guardianes, los amigos y una centena de huéspedes que fueron acogidos cuando Casiopea ardió, se acercaron para despedirla. Allí también se encontraban los niños de las tribus a los que Lily les dió una habitación y comida durante meses.

”Estoy aquí, contigo. Te veré caminar”. —la voz de Yoongi se coló en la cabeza de Hoseok.

”No te vayas, haz que el viento sople para ella esta noche.”

”Va a soplar tan bonito como sea capaz de hacerlo ver.”

Los poderes de los presentes crecieron y se extendieron hacia el cielo cuando el grupo de hermanos avanzó entre la noche oscura, un último adiós antes de permitir que el fuego se llevase la carne. Una última despedida antes de que las raíces se convirtieran en ceniza.

—Aquello que nos dió en vida la Diosa Luna, debe ser devuelto a esta en la muerte —Hoseok tragó saliva y su mirada buscó a Yoongi en la primera fila de personas que rodeaban la pira de su madre. Él había comenzado a hacer brotar el viento de manera que los árboles sonasen a su alrededor con silbidos acompasados, le había regalado a su madre una canción de cuna con la que despedirse—. De este modo…

Los hermanos Jung se sumaron, sus voces altas y claras.

—Que el agua fluya y riegue nuestras tierras, que la fertilidad regrese a nuestros campos y las manzanas más dulces y ácidas regresen con la misma prosperidad que la promesa de paz que hemos hecho.

Suno, el más pequeño de ellos, temblequeó en su camino con la antorcha hacia la parte más baja de la enrevesada pira que enraizaba en el propio suelo.

El fuego fluyó y la madera se quemó.

Los pétalos de lirio fueron derramados en las aguas del lago y bajaron a través de la montaña.

—Bien. Está bien. Lo hemos hecho, hermano. —Yunho tragó saliva, atrayendo el cuerpo tenso de Hoseok contra el suyo.

Entonces el guardián se rompió, sin importarle que Jungkook, Taehyung, Jimin, Taemin y todos quiénes apreciaba estuviesen observando.

—Es mi culpa. Ella…

—No es culpa de nadie. No lo es. Venid aquí, venga. Ahora mismo necesitamos ser una familia más que nunca.

Los lobos Jung no dijeron nada, simplemente se acercaron y sucumbieron a la necesidad de sentir aquel abrazo mientras sus lágrimas comenzaban a brotar.

Su madre se había ido.

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Hiii!!!
Me duele el alma entera, de verdad nunca trabajéis de camareros de piso en hoteles porque es horriblemente cansado.

Dicho esto... Nuevo capítulo que espero que os haya gustado!!!
No dudéis en dejarme vuestras opiniones.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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