En la biblioteca mientras rellenaba formularios y ordenaba el agotador papeleo para volver a la universidad el curso próximo una silueta se posicionó frente a mí, cubriendo la entrada de luz.
—Victoria, hola —dijo con una gran sonrisa.
Era Logan, mi ex novio.
—Hola.
—¿Qué tal? Que bueno volver a verte —susurró, recordando que estábamos en una biblioteca.
Asentí, ¿Realmente era bueno verme?
—¿Tiene dueño ese lugar? —preguntó señalando la silla vacía que tenía enfrente.
—No, no.
Tomó asiento sin decir más y aunque yo tenía que seguir con mis asuntos, había perdido la concentración por completo, su presencia me hacía perderla.
Para bien o para mal.
—¿Necesitas ayuda? —habían pasado no sé cuantos minutos cuando él volvió hablar.
—No, todo está bien.
—¿Entonces por qué llevas mucho tiempo sin escribir?
—Quizá un poco de ayuda no vendría mal —admití.
—Déjame ver qué puedo hacer por ti —dijo tomando la hoja de papel y el bolígrafo.
Hasta este punto cien dudas estaban causando un lío en mi cabeza.
¿Por qué volvió?
¿Por qué tuvimos que coincidir?
¿Por qué decidió acercarse a mí y no darse media vuelta e irse?
¿Y por qué justo ahora me estaba ayudando, como si fuéramos amigos?
Ambos estábamos actuando demasiado normal que asustaba.
—Supe que tomaste un año para descansar, pero que bueno que ahora vas a retomar la arquitectura.
No hubo tiempo de contarle mis planes porque perdimos comunicación, o mejor dicho, eliminé cualquier forma de contacto, aún así no era extraño que estuviera al tanto de mi vida porque aún teníamos amigos en común y era fácil preguntar por mí.
En cambio, yo nunca pregunté por él, aunque moría por saber qué hacía o si me extrañaba por lo menos un poco y es que en el pasado necesitaba de la mínima señal para mantener viva la esperanza de que algún día regresaría.
Vivía atormentada y perdida en esa tortura emocional y poco amor propio... Por suerte ya estaba superado, me sentía como una persona nueva y ahora podía ver las cosas con mayor claridad.
—Es lo que debía hacer, no es nada importante.
—Sí que es importante, me hace sentir orgulloso porque sé lo mucho que te esforzadas con las clases y seguramente seguirá siendo igual.
—Espero que sí —susurré —Gracias por confiar.
Supongo.
—Estás distinta... Quiero decir, sigues igual de linda pero hay algo más.
¿Qué responder a eso?
—¿Qué hay de ti? —elegí cambiar el tema.
—Estoy a un mes de graduarme —sonrió, orgulloso de sus palabras.
—Felicidades, debes estar muy feliz.
—Lo estoy —dijo entregando la hoja —Y esto ya está listo.
—Gracias otra vez.
—Fue muy simple, nada de otro mundo.
—Claro.
—Quisiera seguir hablando pero esto de susurrar todo el tiempo no me parece tan cómodo... ¿El té helado sigue siendo tu favorito? Podemos ir por uno, sólo si tienes tiempo.
Pensé rápido, la propuesta no era mala y esta tal vez sería la última vez que nos viéramos.
—Vamos, tengo tiempo.
—¿Te parece sí nos vemos en el estacionamiento en diez minutos?
Asentí y lo vi salir.
Dudaba en si había sido buena idea aceptar, pero era por los viejos tiempos y porque aún teníamos una conversación pendiente.
Guarde todo en mi bolso antes de abandonar la biblioteca.
Al salir recordé que tenía un plan con Felipe para más tarde, plan que ahora tenía que cancelar.
¿Cómo pude olvidar algo tan importante?
Tomé el móvil e improvise lo que iba a decirle.
—Feli, ¿Cómo estás? Pasó algo y va a ser imposible llegar... Perdón, después te cuento, ¿Sí? Te quiero.
[...]
—Lamento la manera en que terminaron las cosas entre nosotros.
Luego de tres largas horas donde hablamos de cosas superficiales y sin importancia en una cafetería, llegaba el momento de ponernos serios.
—Créeme que no vale la pena pensar en el pasado —aseguré —Estoy bien, tú también y hay que aprender a soltar.
—No lo sabes pero no hay día que no me arrepienta por romper contigo de esa manera.
—Tienes razón, no fue nada lindo que terminaras conmigo de madrugada y por teléfono, pudiste ser un poquito más suave —solté con gracia.
—Estoy hablando en serio, si pudiera cambiar lo que pasó lo haría sin dudarlo.
—Pero es imposible volver al pasado.
—¿Estás saliendo con alguien? —no sonaba como a pregunta sino como a una afirmación, seguramente sabía la respuesta era sí.
—¿A qué viene esa pregunta?
—Que te quiero conmigo otra vez.
Mi versión de 19 años con eso que acababa de decir seguro se lanzaba hacía él y le decía sí a todo, pero mi yo actual no era lo que quería escuchar.
—No hablas en serio —respondí.
—Muy en serio, Victoria... ¿O estás en relación?
—Sí.
—Pero seguro no es nada serio, ¿No?
La situación comenzó a parecerme incómoda y aburrida , no iba a soportar su intensidad ni su intento de recuperar lo irrecuperable.
—No te juzgo, porque yo también intenté algo con otras personas, pero fue imposible encontrar la conexión que teníamos en otra parte. Ya aprendí de mis errores y pienso que deberíamos volver, en esta oportunidad seré mejor.
—Te equivocas, es más serio de lo que crees y esa 'segunda oportunidad' para nosotros no existe —dije mientras seguía pendiente de los mensajes del móvil.
Había llegado por mí en el momento correcto.
—Solo piénsalo, ¿Sí?
Yo no iba a cambiar de opinión, no esta vez.
Conocía a Logan más de lo que desearía y esto era sólo uno más de sus caprichos, en un mes iba a cambiar de opinión y la historia se iba a repetir.
—Lo siento, pero no hay nada que pensar.
Él no era un mal tipo y me sentía mal por decepcionarlo, pero él hizo lo mismo conmigo en su momento.
—Debo irme, gracias por el té —mencioné haciendo referencia a la bebida antes de ponerme de pie.
—¿Tu novio llegó?
—Sí, está afuera.
—¿Y no me lo vas a presentar? Quiero conocer al afortunado.
—Que idiota —ambos reímos.
Al fin después de mucho tiempo (años) pudimos tener el final que merecíamos, el ciclo se cerraba y los dos podíamos vivir tranquilamente.
—Victoria —su llamado hizo que me detuviera —¿Él te hace feliz?
—Mucho, como nunca antes.
—Me alegra porque no mereces menos —dijo extendiendo la mano hacia mí para darle un apretón por última vez.
—¿Estarás bien?
—Lo importante es que tú lo estás y que encontraste el amor, estoy bien con eso.
Sabía que estaba fingiendo dramatismo.
—Espero que pronto llegué esa persona que te vuelva loco y que te amé, y cuando la encuentres por favor te pido que hagas todo lo posible para que no fracasé, así como pasó con nosotros.
—Bye, vete antes de que me hagas llorar.
Cuando salí me crucé con la realidad a pocos metros de mí, mi realidad era Felipe y ya no había más dudas.
Antes de llegar a su lado indicó un punto en el cielo y los dos observamos hacia el, era una maravillosa luna llena rodeada por millones de destellos que eran estrellas.
—¿Es demasiado tarde para tener esa cita que quedó pendiente, señorita?
—No lo sé, déjame revisar —el reloj indicaba las nueve veinte de la noche.
—¡Dale! Di que sí, nunca es tarde para vos y yo.
Asentí y sonreí porque en ese momento me sentía la chica más afortunada del mundo por tenerlo.
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Quiero contarles que no soy fan de las historias con más de 20 capítulos y es por eso que estamos a poco tiempo de tener un final, estoy muy emocionada por darle un gran cierre a todo esto.
Espero que les haya gustado el capítulo y a lxs que siguen leyendo, gracias x estar 🎬♥️