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Von InataJE

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Se suponía Sergio siempre seguiría las normas impuestas para omegas como el. Pero antes de hacerlo, una fiest... Mehr

Presentación
Lonely omega
Awake
Why him?
Don't worry babe
I'm yours
No problem
Stupid alpha
He's mine
Great, Fuck
Party?
Mistake
Finally!
Celebrations
Conflicts
Painful truths
Dream a dream pt.1
Dream a Dream pt.2
Dream a Dream pt.3
Honeymoon
New beginning
Surprise!
Congratulations
Two? Two.
Dancing Queen Pt. 1
Dancing Queen Pt.2
Are you okay?
I'm not okay
I'm Here
Everything will get better
Life goes on
Calm
Possibility
Enough for me

You're better be joking

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Von InataJE

Las emociones se podían sentir a flor de piel, estaba absolutamente nervioso, se supone que las cosas no debían ir de esta manera.

Pero claro, las cosas últimamente no le sonreían.

Bueno, Michael Schumacher si le sonreía desde ese asiento de cuero.

Vaya, su padre.

La mente de Max corría muy rápido.

Estaba seguro que quería vomitar, reír, llorar, gritar, no específicamente en ese orden, pero de lo que estaba seguro era que esto era muy apresurado, apenas a inicios de semana se enteró de que su joven vida fue una mentira.

"Soy un adulto, puedo afrontar esto" pensó el joven alfa, dándose más ánimos de lo que en realidad sentía.

Dio un paso adelante y entro a la habitación.

"Hijo, se que estas agotado, por ello esto será muy corto" escuchar la palabra hijo dejo consternado a Max, recordaba esa voz, las feromonas del alfa alemán eran de emoción pura, pero si se concentraba podía oler la ansiedad y miedo, pero Max olía exactamente igual, entonces se podían confundir.

Eso era peor de lo que imagino, es más, ni siquiera imagino como sería la primera vez que se reuniera con él.

No podía sentarse y escuchar esto.

Pero se congelo cuando escucho las siguientes palabras.

"Estoy muy orgulloso de ti, aun recuerdo mi primera victoria, fue increíble, pero hoy lo fue más, verte en el podio" se notaba el esfuerzo que las cuerdas vocales del alemán ejercían, Max al menos le reconoció eso.

Bien, escucharía un poco más.

"Maxie, ambos te amamos demasiado, y queremos que sepas que podemos ser una familia, es más, lo somos" Jos le hablaba, pero el corazón de Max se sentía desangrándose, era tan injusto que su papa le dijera esas palabras.

"Yo ya tengo una familia" fue lo primero que el menor hablo desde que llego, con un tono de voz serio, pero por dentro sentía que podía empezar a llorar.

"Claro, Sergio es un increíble hombre, pero también nos tienes a mí a tu padre, a tus hermanos" escuchar el nombre de su pareja con la voz de él le generaba cosas complicadas al menor.

"Ellos ni siquiera se acercaron a mí, asi como en 10 años tu no me dijiste nada" reclamo Max, joder, era tan enredado hacer esto, sin intentar herir a su papa pero al mismo tiempo reclamando la no presencia de Michael.

"Fue difícil para mí" El omega no esperaba que su hijo se pusiera asi con él, pero viéndolo en retrospectiva eso era muy obvio.

"Frans no sabía que todo se pondría asi después del accidente" y el alemán a fuerzas defendía a su omega, pues aunque su

"No entienden que no recuerdo nada de eso, no recuerdo tenerlo a él como padre, ni a sus hijos como mis hermanos" señalo a Michael.

"Debes saber que Frans se quedo solo, no fue justo lo admito" pero tampoco lo podía culpar realmente, fue una terrible tragedia que nadie previo.

"Oh genial que admitas eso, pero también no fue exactamente tu culpa quedar en coma" repitió sus pensamientos el menor.

"Si" las cosas se quedaron en un incómodo silencio por unos segundos

"Pero a lo que quiero llegar es que cuentas cono nosotros para cualquier cosa, al igual que tu esposo, se que atraviesan un momento difícil" Jos intentaba conciliar el ambiente, los alfas de su vida en definitiva no eran algo fácil de controlar.

"Hijo, puedes recargarte en nosotros, incluso en tus hermanos, ellos están emocionados por verte de nuevo" retomo Michael,

"Mick me felicito, creo que ya lo vi y fue suficiente" ahora entendía porque el omega en ocasiones lo miraba intensamente, eran hermanos, quien lo diría.

"Maxie, no nos referíamos a eso, solo que sería bueno ya sabes, tener una reunión" eso puso mas ansioso al alfa, que comenzó a respirar ruidosamente, no, el no quería eso.

"Creo que lo están tomando muy rápido, no creo que las cosas realmente salgan bien, estoy de duelo, y al mismo tiempo estoy confundido, soy un adolescente, mi cerebro aún no está listo para esto" intentaba explicarse, pero su tono era enojado y tal vez lastimaba a su papa en el proceso.

"Pero podemos hablar con Sergio si es lo que quieres" Michael no sabía que Sergio sabía todo. A Jos se le olvido decirle ese pequeño detalle.

"No, el no puede saber de esto" y Max cometió el error de mirar a su papá, que confirmo su miedo, su omega lo sabía.

"El lo sabe ¿no?" pregunto con una voz cansina, viendo a su padre con una mirada que lo decía todo.

Jos asintió con la mirada gacha.

"¿Él y quienes más lo saben?" se moriría si había mas conocidos cercanos, aun no terminaba de procesar que Checo supiera.

"Sebastian, Kimi y Fernando" le contesto el alfa.

"Oh"

"No te enojes con tu esposo, si no te dijo nada fue porque el mismo me dijo que no era su asunto ni su verdad como para decírtela" y por un momento tal vez se sintió traicionado, pero también lo entendió, eso sí lo entendió.

Max sonrió, eso sonaba muy de Checo.

"Aun asi no quiero que lo inmiscuyan, él está muy vulnerable" su instinto le dicha que tenía que proteger a su omega.

Asi como el propio Max que tenia que salir de ahí, sentía que se asfixiaba y perdía el aire, pues lentamente su cordura se iba perdiendo por tanta información en solo una semana

"Simplemente no hagan esto de nuevo, cuando me sienta listo, los buscare, a ambos" se levanto del asiento y se dirigió a la puerta, agradeció no tambalear.

"Maxie" susurro el omega que quería que su hijo se quedara.

"Hijo" el alfa pidió.

"Adiós padres"

Si, lo dijo en plural y huyo de ahí.

.

Max sabía que no podía ir con su esposo, no en el estado en el que se encontraba, y menos cuando estaba temblando de nerviosismo por lo que acaba de pasar.

Ese día era el más bizarro de toda su existencia.

Estaba jodidamente agotado, física y mentalmente.

Solo había un lugar donde estaba seguro de ser aceptado y escuchado en estos momentos, y afortunadamente Max se sabía la dirección porque al inicio de la semana Lance la había enviado por si quería ir a saludarlo.

.

En el loft de Fernando, el alfa actualmente estaba en su cómodo sofá dándole un masaje de pies a su joven y embarazado omega.

"Definitivamente esas manos son mágicas" el omega hacia soniditos de placer y sonreía por el alivio que sentía.

"No por nada soy Magic Alonso" presumió el español y eso hizo reír al omega que le dio un manotazo juguetón al alfa.

"Claro mi sexy alfa" recordó como hicieron ese bebe y sí que era mágico.

"No debiste estar tanto de pie" dijo cuando encontró un punto doloroso en el arco plantar, incluso estaban rojitos.

"No quería parecer débil pidiendo una silla durante la carrera" aunque en retrospectiva fue un error.

"Estas embarazado, y tú eres básicamente el dueño de la escudería" dijo el alfa con obviedad, apretando un poquito más.

"Lo se corazón, pero esa es la razón, de por si muchos criticaron nuestra relación por creer que tu solo eras un capricho para mí, osea sí, pero no, tu eres el amor de mi vida y mi alfa, asi que yo como el omega Lance Stroll de Alonso debo ser fuerte y apoyar a mi alfa" el corazón del alfa se enternecía ante las palabras de su esposo.

"Oh Lancey eres adorable" el alfa beso la naricita del omega y después sus labios, sin segundas intenciones, estaba cansado, había sido un día largo, pero obtuvo un P4, que dejo contento a sus suegro.

Hace un año probablemente estaba en algún bar intentando emborracharse mientras huía del bello omega (y sus coqueteos) al que besaba en esos momentos. Ahora solo quería toma un largo baño en el jacuzzi, tal vez algo de sexo y dormir acurrucados después.

El plan perfecto.

Pero que fue interrumpido por un peculiar tono de llamada del celular del omega.

"Espera amor, es Max" era el tono de una canción que hablaba sobre el piloto más joven.

Tutututu.

"Max, hola" saludo el canadiense, su alfa lo miraba expectante, rezando para que la llamada terminara pronto.

"Por supuesto, le diré al portero que te deje subir" La cara de Alonso se arrugo, creo que su plan ya no pasaría

"Te esperamos arriba" le colocó los calcetines al omega y se levantó.

"No me mires asi, Maxie viene para acá, asi que arréglate" el alfa estaba solo en calzoncillos, asi que sí, prefería irse a su habitación mientras su omega platicaba con su amigo.

"Si mi amor" Por dentro Fernando supero, bueno, su omega al menos era un gran amigo.

.

Max esperaba no incomodar, pero después de bajar del Uber que pidió llamo a Lance, que afortunadamente contesto rápido.

"¿Puedo subir?, necesito hablar"

El alfa realmente quería preguntar si incluso el español no podía estar presente, aun se preguntaba porque Alonso no le dijo nada. Se sentía traicionado por todos, menos por su pareja, sabía que Sergio lo intento proteger, y viniendo de él no le importaba.

Si, era obvio que tenía preferencias.

Cuando salio del ascensor, Lance lo esperaba.

Afortunadamente el omega simplemente era su mejor amigo, y sabía lo que necesitaba.

"Ven aquí" dijo suavemente el omega, abrazándolo y acariciando su nuca, mientras el alfa recargaba su frente sobre el hombro del canadiense.

Entraron y Alonso no estaba por ninguna parte, pero les dejo a ambos una taza de Earl Gray.

"Puedes contarme todo lo que paso" susurro mientras lo llevaba a su sala de estar.

"Soy un puto desastre" el omega lo miro, su amigo nunca había estado asi, no sabia muy bien que hacer.

"No digas eso Max, eres uno de los mejores alfas que he conocido" y se sentaron en el sofá de dos piezas, quedando cara a cara.

"Pero no soy uno bueno, mis bebes se fueron, mi padre me mintió desde que era un niño, y Schumacher es mi padre" dijo como si nada el alfa y tomo un sorbo del té.

Lance se quedó congelado por lo último, pero prefirió enfocarse en problema por problema.

"No fue tu culpa la perdida de tus solecitos, en ocasiones eso es inevitable, y duele muchísimo, ni siquiera puedo procesar por lo que pasas" Lance ni siquiera quería imaginar el horrible sufrimiento por el que pasaba su amigo. Él no podría vivir sin su uvita, por fin tenia algo puramente suyo, algo que siempre le pertenecería.

"Yo enserio amaba a esos pequeños, dios, los amo, pero a veces no sé si cometía algo mal, o debí estar más tiempo con Checo o algo" el alfa no se explicaba que es lo que hizo mal, aun sentía que era su culpa, pero nunca lo fue, eso no entendía.

"Max, no es tu culpa, debes de grabarte eso, eres demasiado joven y tan maduro al mismo tiempo, vaya, acabas de ganar una carrera, deberíamos celebrarlo, acabas de marcar un récord" la cara de Max se ilumino un poco ante el recuerdo de haber ganado su primera carrera.

"No tengo ganas mas que de ser padre" y volvió el Max depresivo

"Hablando de eso, porque dices eso de Schumacher" Lance realmente tenia curiosidad por la afirmación de su amigo. Las manías de George se le pegaron a todos los omegas.

"Oh, si, ahora se porque me apellido Verstappen, porque soy fruto de una relación extramatrimonial" y ahora Max parecía que rompería en llanto.

"Vaya" Lance no podía creerlo, osea, como, cuando y donde.

"Tu esposo sabia" susurro bajito el neerlandés, como enojado pero frustrado.

"Nunca me dijo nada, enserio esto es nuevo para mí, ¿alguien más lo sabía?" ahora el omega si estaba preocupado, como es que su alfa le escondía este tipo de secretos ¿sería lo único que le ocultaba?

"Mi esposo" eso si tomo por sorpresa al omega que andaba pensando en los secretos de su esposo.

"¿Y nunca te dijo nada o siquiera lo insinuó?" Lance conocía a Sergio, no tanto, pero sabia que podía ser discreto.

"No, y aunque quisiera sentirme traicionado no puedo, porque se que tuvo sus razones"

"Y porque es tu omega y lo amas"

"Exactamente" asintió Max, que se aferraba a su omega como un salvavidas.

"Pobre de ti, enterarte que una leyenda del automovilismo es tu padre y que nunca podrás hablar con el" Lance pensó que eso era peor, se sentía cada vez peor por su amigo.

"Lance, acabo de hacerlo, el... ¿regreso? No se como explicarlo porque no se que paso, pero esta bien, por lo que vi" la taza de te cayo al suelo con un ruido sordo por el alfombrado, alguien tendría que limpiar eso, pero mientras Max se apresuró a recoger la taza.

"Doble mierda" exclamo el omega, y el que no era mucho de hablar de groserías sorprendió al otro.

"Si, y eso si es un secreto asi que por favor no digas nada" y Lance también podía ser una tumba cuando lo ameritaba, como ahora.

"No, sabes que tus secretos siempre estarás seguros conmigo, pero si me consigues un autógrafo te amare más Maxie"

Max río por lo irónico, porque solo Lance cambiaba un tema tan desgastante a una broma, sabia que eligió bien a su mejor amigo.

De pronto Lance sintió a su bebe ponerse inquieto, por lo que descubrió un poco su vientre para más comodidad y empezó a acariciarlo, ante esto Max se quedó viendo fijamente la pequeña pancita del canadiense.

"Oh, mi uvita empezó a patear" Lance acariciaba con amor su vientre, no noto la mirada creciente de pánico de Max.

No podía hacerlo, no, no, no, no.

No podía mirar.

No podía no llorar ante esta vista.

"Creo que debería volver, me espera Checo" sentía que la ansiedad se apoderaba de él, tanto que incluso comenzó a sudar nervioso.

No quería molestar a su amigo, pero en verdad no tenia ganas de ver esa escena.

"Gracias por la charla, me ayudo a desahogarme, me saludas a Fernando" de un trago termino su té y se despidió.

Y asi como termino de hablar huyo a la puerta principal, salio rápidamente.

"Oh no" susurro Lance que noto el error de mostrar su vientre, todo su esfuerzo para nada, el omega se sintió tan tonto.

Estuvo tentado a pedirle a su alfa que lo siguiera, pero sabía que Max podría arreglárselas y sería peor si descubrían que los sobreprotegían.

Pero no impidió que su propia seguridad, sus queridos guardaespaldas fueran tras él. Sabía que su amigo alfa a veces no media el riesgo y caminaba como si fuera inmortal.

"Oh, ya se fue Max" dijo su amor entrando de nuevo a la sala de estar, claramente había escuchado la puerta.

"Si, y ahora quiero preguntarte algo" Alonso sereno asintió y se sentó de nuevo con su esposo mientras dejaba besitos en su vientre, mostrando el cariño y anhelo que tenían por su uvita.

"¿Podrías abrazar mi vientre mientras dormimos?" después de un prolongado silencio pregunto, le había prometido a Max guardar el secreto, pero quería saber porque su alfa no le tuvo la confianza para decirle.

Tal vez cuando las cosas se resuelvan el preguntara.

.

Max se dedico a caminar, era ya de madrugada, ni siquiera se preocupaba por ser una adolescente en un país extranjero, vestido con lujosas ropas, simplemente su reloj era de super lujo, regalo de su esposo, pero el iba sumido en sus pensamientos

Con un suspiro saco su celular, se dio cuenta que estaba perdido cuando ni siquiera entendió el nombre del lugar que el clima le mostraba.

Ahora quería ir a la cama, con su esposo.

Y aunque fuera un alfa ya casado, aun le tenia miedo al enojo de su omega, porque bien sabia que Checo no tomaría bien el que estuviera fuera a estas horas, mas que nada por la seguridad.

Aun asi no llamo a nadie y se sentó en una banca del frondoso parque al que fue a dar.

Siguió pensando en cómo toda su vida se fue a la mierda.

Lo único que tenia en este momento era a su esposo y su carrera en la fórmula uno.

Ah, y un nuevo amigo. De lo más inesperado.

Su día fue totalmente caótico.

Pero al menos, ahora, solo, con supuestamente nadie a su alrededor, pudo pensar un poco en su primer victoria y decidido ser un poco egoísta y celebrar que impuso un récord y se convirtió en el piloto más joven en ganar.

"Seré imparable, seré el mejor de todos los tiempos" dijo en el solitario parque iluminado.

"Lo hare por mí, por Sergio y por ustedes mis pequeños niños" dijo en voz alta, tal vez gritando un poquito.

.

El omega mexicano despertó con un escalofrío, el lado de la cama de Max seguía vacío, oh, ¿Por qué aun no regresaba?

Reviso los mensajes y oh, probablemente seguía con su suegro.

Solamente se colocó un pantalón de pijama y una camiseta a juego y salio en busca de su alfa, seguramente estaba esperando ser salvado.

A paso rápido fue a la habitación de un lado y toco.

La vista de un cansado Jos, con los ojos algo rojos fue lo que lo recibió.

"Sergio, no te esperaba ¿todo bien con Max?" pregunto sorprendido el omega, limpiando un poco sus mejillas, era obvio que había llorado, pero el mexicano no juzgo, el tal vez lucia peor.

"Justamente eso quiero saber" dijo.

"¿Dónde esta Max" una voz desconocida se escuchó, Checo solo miro al otro omega que solo asintió.

Mierda, mierda, mierda.

Hora de conocer a su otro suegro.

.

La habitación estaba con un olor a tristeza, los tres presentes tenían motivos por los cuales no sonreír, pero los tres estaban ahí por Max.

"¿Entonces me dicen que Max ya sabe toda la verdad?" pregunto después de que Checo se presentara, algo incomodo por lo triste de la situación y en la forma en la que fueron orillados a hacerlo.

"Lo sabe" Michael le contesto.

"Vaya, ¿Cómo lo tomo?" pregunto curioso, pues no creía que lo tomara muy tranquilamente.

"Dijo que necesitaba tiempo" era obvio.

"Aun creo que fue muy errático de su parte decirlo" comento el omega y ambos lo miraron algo culposos, pero bueno, quien los mandaba a decirle eso a su pobre hijo que acababa de tener uno de los momentos mas tristes de su vida.

"No lo hice con una mala intención" susurro el omega, aun se sentía culpable, tal vez lo haría hasta que su familia se reconciliara finalmente.

"Lo sabemos, pero aun asi lastimo demasiado a Max, el ya estaba muy triste por la perdida de nuestros bebes y usted hace eso" parecía que hablaba con niños chiquitos

"Además de usted señor Schumacher que viene y hace como si nada, por dios, estoy agradecido que a mi esposo no le haya dado un derrame cerebral después de tanta información" ahora si parecía una padre omega regañando a sus cachorros.

"Creo que exageras" el alemán no se iba a dejar, pero una mirad del mexicano y prefirió guardar silencio.

"Oh no, estamos viviendo la pero situación imaginable y me lo destrozan más"

"Como padres nos equivocamos, lo aceptamos" dijo Michael, que ya se notaba fatigado, lo que hizo que el mexicano se sintiera un poco mal por reclamarle, pero tenia que defender a su alfita.

"Yo también debería irme, esperare a Max, después de esto creo iremos a Mónaco, pero es lo único que sabrán hasta que el esté listo" se levantó y con toda la dignidad acomodo su bata.

"Cuídalo por nosotros" pidieron, y sus miradas denotaban la verdadera preocupación asi que respondió muy sinceramente.

"Siempre lo hare" Jos se acerco y lo abrazo. De Michael solo se despidió con asentimiento.

Y toda la pila social del mexicano se acabó, pues se sintió agotado mentalmente, aun no podía creer que hablo con la leyenda y casi lo regaño, al menos agradeció que no tocaran el tema de los gemelitos, Checo creía que si escuchaba mas lo siento, se volvería loco, pues el quería vivir su duelo en paz y solo.

Volvió a su habitación y espero dormir un rato, tal vez pronto Max llegaría, seguro fue con Lance, y si estaba con el canadiense estaría a salvo.

Aun asi agradeció escuchar el tono de llamada de Max, por lo que no dudo en tomarlo.

"¿Amor, te desperté?" la voz cansada de Max se escuchaba por el altavoz.

"No cariño, ¿Dónde estás?" respondió rápidamente y vio la hora, ya era muy tarde.

"Pues veo árboles, creo que me perdí" rio nervioso el menor, y Checo se preocupo un poco, pero sabia que si fue con Lance este lo cuidaría de alguna manera.

"Oh, esta bien, no te preocupes, le diré a alguien e iremos por ti" ya estaba pensando en que decirle a Horner cuando con una voz bajita escucho la contestación de su alfa.

"No mi papá ni nadie de Red Bull"

"Vale, solo comparte tu ubicación e iré por ti" tenia en la mente a alguien que tal vez conociera el lugar.

"Gracias amor, te amo mucho" escucharlo le calentó el corazón, asi que el omega fue a sus contactos y contacto a su mejor amigo.

.

Max seguía sentadito en una banca de aquel solitario parque, ni siquiera sentía frio de tan inmerso que estaba en sus pensamientos.

Escucho un motor silencioso estacionarse, paso al menos una hora desde que llamo a su omega para que fuera por él.

Asi que supuso que era el, yendo a su rescate.

"Maxie" el omega lucia un abrigo enorme que en si pertenecía al alfa, junto a un pantalón de pijama y un par de esponjosas pantuflas. Nunca lo vio tan hermoso, parecía un ángel a sus ojos.

"Checo" el alfa corrió ligeramente y abrazo a su esposo, que sintió un cambio en el contrario.

Algo había pasado, ya tendrían tiempo para hablar, ahora debían regresar al hotel.

"Hacen una maravillosa pareja ¿no es asi Calos?" desde el asiento de copiloto Charles ligeramente ebrio veía la escena.

"Si mi Lord, como tú y yo" Carlos solo veía al monegasco, al amor de su vida.

La pareja Ferrari se quedo en el coche mientras veían la preciosa interacción de sus amigos.

Checo había llamado a Carlos para que lo llevara con Max, pero el estaba ocupado, pues aunque no gano la carrera de casa si que celebraba con su omega, afortunadamente estaban en el placer postcoital por lo que se vistieron lo más rápido y se fueron en la búsqueda del alfa extraviado.

Y si bien el mexicano vio los vestigios de chupetones y ligeras mordidas, no dijo nada. A el quien le importaba era Maxie.

.

Cuando regresaron al hotel Checo fue rápidamente a la cama, estaba agotado y sentía la mirada de Max sobre él, probablemente era su imaginación.

Una vez que ya estaban bajo las sabanas y Checo siendo la cucharita su típica platica nocturna comenzó.

"Mañana vamos a Mónaco, quiero volver al lugar donde nos conocimos" pidió Max, y eso confirmo el curso de acción del mexicano.

"¿La mansión Leclerc?" para el alfa eso le causo gracia.

"No realmente, me refería a ir a tu apartamento, quisiera que estemos juntos, quiero que tengamos un duelo apropiado"

Inmediatamente los ojos del omega se llenaron de lagrimas por lo preocupado que se mostraba su alfa al respecto.

"Max, creo que si algo aprendí hoy es que hay cosas que no podemos controlar"

"Y también cosas que están fuera de nuestras manos" complemento el alfa y coloco su nariz en la glándula del omega, donde su marca cicatrizada se encontraba.

"Amor, no fue nuestra culpa, puedes llorar conmigo, se que necesitas hacerlo, yo también" Checo sentía que en propio dolor había descuidado el de su alfa, él era tan joven, se sintió mal cuando se dio cuenta de ello.

"Pero yo soy el alfa" susurro la pobre excusa.

"Lo sé, pero también eras el futuro padre, ambos merecemos estar tristes, pero se que juntos lo podemos lograr"

Max no lo había pensado de esa forma, pero había mucha verdad en ello, también merecía estar triste, el iba a ser el padre de dos gemelitos.

"Perdóname por no poder hacer nada" pidió, como si él fuera el culpable.

"Creo que no había nada que pudiéramos hacer, pero aprecio el gesto"

Y asi, tanto omega como alfa lloraron hasta quedarse dormidos, acurrucados en la habitación de un hotel de un país extraño, pero sabían que siempre que se mantuvieran juntos las cosas mejorarían eventualmente.

Aun asi, estaban en todo su derecho de sentirse agotados y mentalmente destrozados.

.

Al día siguiente y después de algunas llamadas, estaban abordando el vuelo hacia Mónaco, rumbo al lugar donde su historia comenzó, necesitaban volver a su raíces, ese apartamento que marco el rumbo de su actual vida.

Debian demostrar que ellos eran los que podían encargarse de escribir su destino.

Pero el destino era un perra.

Cuando por fin estuvieron instalados.

Algo llego para ellos, por todos lados a los que fueron desde que se enteraron del embarazo compraban cosas para los bebés.

Mónaco no fue la excepción, y siguiendo el despampanante estilo de vida optaron por ordenar un par de cadenas en forma de sol, con pequeños diamantitos incrustados.

Ahora solo era un recordatorio de algo que jamás tendrían.

El momento fue algo duro.

"Max, el portero me entrego esto, fue un paquete que llego hace algunas semanas ¿encargaste algo?" era una bolsa con un símbolo, no recordaban que significaba, pero se veía muy caro.

"No" respondió el alfa confundido

"Bueno, creo que deberíamos averiguar"

Al abrirlo y ver esas cadenitas tan pequeñas y delicadas su corazón se hundió.

Ese día había sido tranquilo y ahora tenia que ver otro recordatorio.

Aun asi Sergio se sentó y toco tan suevamente, asando las yemas de los dedos en el intrincado diseño, esperando que tal vez se rompiera, como lo era su vida actualmente, pero permaneció.

Y Max que había tomado la otra sentía que al mínimo contacto la rompería, pero también sentía que era algo que lo conectaría con los pequeños que perdieron.

Ambos decidieron lo mejor para sus mentes lastimadas.

"Creo que deberíamos guardarlas aquí, y que sea la forma en la que pensamos en ellos" el joven quería que cada que vinieran a Mónaco pudieran ver esas pequeñas joyas y llorarles apropiadamente.

"Maxie esa es una buena idea, me gustaría ir a algún lugar y poder llorarles"

Y era la verdad, a veces las cosas más dolorosas de las muertes fetales es que no tenían donde llorar por el bebé, no había lapida ni cenizas, nada físico, solo emocional.

Se aferraron a esas cadenas todo el día.

.

El sol se deslizaba lentamente hacia el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y naranjas que se reflejaban en el mar Mediterráneo.

Desde el amplio ventanal del lujoso apartamento en Mónaco, Sergio y Max observaban el espectáculo natural, cada uno perdido en sus pensamientos, pero juntos en su dolor compartido.

Sergio sostenía con ambas manos una taza de chocolate caliente, sintiendo el calor reconfortante en sus manos entumecidas. El aroma dulce y acogedor llenaba el espacio, creando una sensación de calidez en contraste con el frío que aún se colaba por las rendijas de la ventana. Pero nada comparado al dolor de su corazón.

A su lado, Max se aferraba a una taza de té, sus ojos fijos en el resplandor anaranjado que se reflejaba en el agua. El silencio entre ellos no era incómodo, sino más bien una especie de consuelo mutuo. No necesitaban palabras para entender el profundo dolor que compartían, el vacío abrumador de haber perdido a sus gemelos por muerte fetal apenas unas semanas atrás.

Habían sido días y desesperación, que iniciaron con una pérdida insondable.

Sergio llevó la taza a sus labios y tomó un sorbo del chocolate caliente, dejando que el sabor dulce y reconfortante inundara su boca. Cerró los ojos por un momento, permitiéndose sentir la mezcla de emociones que lo embargaban: tristeza, ira, confusión, pero también un amor inquebrantable por los hijos que nunca llegarían a conocer.

Max, con la mirada perdida en el horizonte dorado, sintió la mano de Sergio buscar la suya. Sus dedos se entrelazaron automáticamente, encontrando consuelo en el contacto cálido y familiar. Sabía que no podía borrar el dolor que sentían, pero también sabía que podían apoyarse mutuamente mientras atravesaban este oscuro y desconocido territorio del duelo.

El sol seguía descendiendo, tiñendo el cielo de tonos más profundos de rojo y violeta. El apartamento se sumía en una suave penumbra, solo iluminado por el resplandor del atardecer y las luces tenues que se encendían en las calles de Mónaco.

Sergio abrió los ojos y miró a su alfa, encontrando en sus ojos el mismo dolor reflejado. Pero también había algo más, algo que les recordaba que, a pesar de todo, todavía tenían el uno al otro.

En silencio, se acercaron el uno al otro, sus cuerpos encontrando consuelo en el abrazo mutuo.

"No sé cómo seguiremos adelante", murmuró Sergio, su voz apenas un susurro en la habitación tranquila.

"No lo sé tampoco", respondió el contrario, su voz quebrándose ligeramente. "Pero lo haremos juntos".

Se abrazaron con más fuerza, dejando que las lágrimas finalmente se desbordaran. No había respuestas fáciles, ni palabras mágicas que pudieran borrar su dolor. Pero en ese momento, mientras el sol se sumergía completamente en el mar y las luces de la ciudad se encendían una a una, encontraron un pequeño destello de esperanza en el simple hecho de tener el uno al otro.

Así permanecieron, viendo el atardecer fundirse en la noche, compartiendo su dolor, su amor y su determinación de seguir adelante juntos, sabiendo que, aunque habían perdido a sus gemelos, aún tenían el regalo más preciado de todos: el amor que los unía, y sambos sabían que eso nunca acabaría.

.

El día siguiente fue algo más significativo.

Max sabia que tarde o temprano debía preguntarle Checo sobre como se enteró, y mejor ahora, no quería que hubieran malentendidos más adelante.

"Amor, tengo algo que contarte" ambos estaban de nuevo sentados frente a los ventanales, ahora veían el movimiento de los yates de lujo, por ahí estaba el suyo, el regalo de bodas de Lance.

"Dime" el omega centro toda su atención en el alfa que parecía nervioso.

Su conexión mediante la marca lo notaba ansioso.

El omega se intrigo por la razón por la que Max podría estar asi.

"El día que mi padre llego con nosotros a México, después de lo que sucedió con nuestros bebes, el me conto algunas cosas, como el hecho de que mi verdadero progenitor alfa es Michael Schumacher" el alfa hizo un silencio, y tal cual pensó, Sergio no se mostraba muy sorprendido pero si ligeramente nervioso.

"Fue algo sorprendente, no lo negare, y traumático, pero aun asi creo que tiene mucho sentido, aun asi le dije a mi padre que se fuera, creo que me rompí en se momento, fue algo inesperado"

"Wow, es decir, wow" Checo intento hacerse el sorprendió, al menos las caras ya le eran naturales.

"Y después de la carrera mi papá me pidió hablar con el en la habitación del hotel, entonces fui y oh sorpresa, Michael Schumacher estaba ahí, mi padre alfa estaba ahí, felicitándome, y la mujer que fingió por algunos años ser mi madre ni siquiera un felicidades me envio, eso me deja pensando muchas cosas, pero también me contaron algo"

"Max, yo..."

"Lo se amor, sé que lo sabias, y entiendo tus razones, por un momento si fue sorprendente para mi que tu lo supieras, pero esta bien, creo que lo mejor era que directamente mi padre me lo dijera"

Sergio se lanzo y abrazo a Max, a veces se sorprendía de lo maduro que era su alfa.

"Perdón por ocultarlo, pero sentí que no era el momento, ahora en retrospectiva tal vez si yo te lo hubiera contado hubiera sido un poco mejor" el omega sentía agradecimiento por no ver que Max se enojaba con el

"Tal vez, pero es lo que nos toca"

Ambos permanecieron abrazados, pero como siempre, el deber llama.

Asi que Max fue a entrenar un rato y despejarse, mientras su omega se actualizaba sobre lo que había estado pasando en su empresa, su ausencia no fue tan significativa pero le gustaba saber que pasaba con su fuente de ingresos

.

Y asi, la semana que Max se tomo como licencia de duelo continuo.

Los días eran tranquilos, se dedicaban a ver el paisaje nocturno que Mónaco les ofrecía.

Las noches eran el problema.

Checo comenzó a tener pesadillas todas las noches, recordando, imaginando, sintiendo.

Max estaba igual, pero las de el eran salteadas, por eso se sobre esforzaba entrenando, tal vez si se cansaba lo suficiente descansaría, algunas veces funciono.

La ultima noche que pasaron en aquel departamento decidieron tener una cena de despedida.

Max cocino lo primero que cocino aquella vez, cuando se empezaban a conocer, y su única preocupación era su reciente marca.

Todo transcurrió normal, hasta que la playlist de Max avanzo hacia la música clásica que colocaba par que su bebe escuchara, fue un golpe algo doloroso, más bien demasiado.

Se miraron con los ojos sorprendidos.

"La cambiare" el alfa tomo rápidamente su celular pero la mano de Checo lo impidió.

"No, puedes dejarla, creo que no seria malo escuchar un poco"

Decidieron escuchar la música mientras terminaban la cena.

.

El suave vals de Le carnaval des animaux llenaba el apartamento en Mónaco con una melancolía que pesaba en el aire. Sergio y Max se abrazaron con ternura en el centro de la sala, moviéndose con pasos lentos y sincronizados al ritmo de la música que el alfa alguna vez habían elegido con tanta ilusión para sus gemelos por nacer.

Los primeros acordes hicieron eco en sus corazones, evocando recuerdos felices que ahora estaban envueltos en un velo de tristeza. Sergio apoyó su cabeza en el hombro de Max, dejando que las lágrimas que había contenido durante el día finalmente se deslizaran por sus mejillas.

"¿Cómo superaremos esto, Maxie?", susurró, su voz apenas un murmullo en la habitación silenciosa.

Max lo abrazó con más fuerza, sintiendo el peso del dolor compartido entre ellos.

"No lo sé, mi amor", respondió con voz quebrada. "Pero sé que tenemos que seguir adelante, por ellos y por nosotros"

Los recuerdos inundaron sus mentes mientras continuaban moviéndose en círculos lentos al compás de la música. Recordaron las noches en las que colocaban el celular junto al vientre de Sergio, imaginando que los pequeños que crecían dentro de él podían escuchar la melodía reconfortante que ahora los envolvía.

"Solíamos hablarles en las noches, contándoles sobre el mundo que los esperaba", murmuró Checo, sintiendo el nudo en su garganta al recordar esos momentos de dulce anticipación.

"Sí", respondió el menor con voz suave. "Pensábamos en cómo sería su risa, sus sonrisas, cómo llenarían nuestras vidas de alegría".

El dolor del vacío se hizo más agudo en ese momento, envolviéndolos en un silencio roto solo por el suave susurro de la música. Pero en medio de la tristeza, también se aferraban a un hilo de esperanza.

"Todo pasará, ¿verdad?", preguntó el omega, buscando desesperadamente consuelo en las palabras de Max.

Max detuvo momentáneamente el baile, sosteniendo el rostro de Sergio entre sus manos mientras lo miraba a los ojos. "Sí, mi amor. Todo pasará. Este dolor, esta tristeza... con el tiempo se volverá más liviano. Pero siempre recordaremos a nuestros pequeños, siempre los llevaremos en nuestros corazones"

Su esposo asintió lentamente, sintiendo la verdad de las palabras de Max resonar en lo más profundo de su ser.

"Tenemos que seguir adelante juntos, ¿verdad? En honor a ellos y a nuestro amor"

"Exactamente", respondió Max con determinación. "Juntos enfrentaremos cada día, cada recuerdo, y encontraremos la fuerza para seguir adelante. Porque aunque hayan partido, su amor vive en nosotros y nos sostendrá" por dentro Max quería creer esas palabras.

Se abrazaron con más fuerza, dejando que la música los envolviera en su suave abrazo. En ese momento, entre las lágrimas y la melodía, encontraron una chispa de esperanza que les recordaba que, aunque el dolor fuera inmenso, también tenían el amor que los unía y la promesa de un futuro donde sus pequeños siempre serían recordados con amor y cariño.

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Holaaa

Actualice rápido, o al menos eso creo, espero les guste mucho el capitulo.

Ya solo queda un capitulo triste y despues veremos que pasa (emocionada)

Curiosidades:

-¿Notaron que Max le dice papá a Jos y padre a Michael?

-Algunas acertaron con sus teorias sobre quienes eran los pequeños torbellinos

-¿Quién creen que sea la siguiente pareja en desarrollar? Aun no lo tengo claro asi que pueden votar

Charlos

Landoscar

LoganxPato


Ahora si, los quiero mucho, cuidense <3


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