Me mire al espejo una cien veces. Este vestido era perfecto. Me había planchado el cabello y lo tenía hermoso. De maquillaje solo me coloque un poco de rubor, delineador y rímel.
Había invitado a Elinetta y me dijo que sí. ¡Genial! Ella tampoco iba mal vestida. No estaba acostumbrada a tacones así que la ayude a bajar la escalera.
Luis nos esperaba afuera. Su Volkswagen azul marino siempre estaba dispuesto a llevarnos a cualquier lado. Yo era la copiloto mientras que mi hermana llamaba a su novio/amigo. Tenían una relación extraña, siempre estaban rompiendo y volviendo.
-...¿Vas a venir o qué?-mi hermana se frustra hablando por teléfono.-Ok, comprendo. Tu can es más importante que tu novia. No importa. No, no... ¿Sabes algo? Vete al infierno. Oh, después de que disculpes afeitate si quieres volver a verme.
Luis alzo una ceja al verme y me susurro:
-Difícil.
Yo asentí y él siguió manejando.
-Oh,oh. Lucho. ¿Podrías pararte acá?
-Elinetta, Estamos en la autopista. No puede parar.-dije.
-Pero tengo ganas de orinar. Porfa... ¡Parate! me va a estallar la vejiga.
-No seas exagerada. No lleva ni veinte minutos conduciendo. ¿Tu no tenías ganas en casa? No, ¿verdad? Bueno, pues aguante señorita mandona.
Luis me paso una botella.
-¿Que es esto?-dije.
-Dáselo. No mirare.
Se lo pase a Elinetta.
-¿Como quieres que orine en esta estúpida botella?
-Si no lo haces, lavaras mi auto, cuñadita.-Dijo Luis.
-No puedo...
Llegamos a la calle y Luis se detuvo.
-Bájate.
Mi hermana lo hizo y salió corriendo a un arbusto.
-Tu hermana es...
-Lo sé. No salgo mucho con ella, es difícil tratarla. En especial cuando está toda irritada con lo de su novio/amigo.
Mi hermana llegó al auto.
-Listo. Ah, y tire tu botella. Se rompió al agacharme.
-No me importa.-me miro.- Si tienes ganas de ir al baño, es tu oportunidad, amor.-miro al arbusto.
-Nada de eso, conduce. Quiero llegar a arrasar la comida.
-10 minutos después-
Llegamos a la mansión y había un pequeño puñado de estudiantes en la entrada y dentro de la casa.
Nos bajamos del coche.
Y ahí estaba Yum.
¡Ay Dios mío!