Sunland ¿Una princesa de la r...

By Evie20211

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Seis reinos, una muralla y una princesa que no nació para reinar. El destino de Malena estaba decidido desde... More

Introducción
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
EXTRA
Capítulo 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
Capítulo 34

CAPITULO 9

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By Evie20211

CAPITULO 9

Aviso: Antes de empezar a leer quería informarles que de aquí en adelante es probable que encuentren escenas de violencia, manipulación, e incluso escenas de as3sin^tos con detalles explícitos, sí eres una persona sensible ante este tipo de escenas te aconsejo que te las saltes así no perderás el hilo de la historia, pues tampoco serán muy seguidas y no serán muchas. Sea cual sea tu decisión la respeto y es bajo tu responsabilidad. Sin más a leer :)

OCEANÍA

El mar a mi alrededor es impresionante. El sonido de las olas y de las aves volando al borde de las aguas era lo único que se escuchaba en kilómetros. Al fondo, quizás en el más remoto de los finales de aquel mar, se veía una luz brillante, probablemente la muralla que protegía a Sunland.

Me acerque un poco al borde de una de las rocas, y aprecie más de cerca el color cristalino del agua, incluso se podía ver algunos peces coloridos nadando. La pureza y la majestuosidad de estas aguas era innegable.

-¿Impresionada? - escuche decir a Van.

-Es hermoso- susurre jugueteando con el agua.

-A mi me parece abominable. No debemos perder tiempo.

-¿Qué sigue ahora? - pregunto regresando mi mirada hacia el.

-Recuerdas cuando te hable sobre equilibrar los elementos en tu cuerpo, y que para que no te causen la muerte hay que obtenerlos en un orden especifico- asentí con la cabeza-. Bien, pues ya que has obtenido el elemento luz, debes obtener un elemento que lo separe del fuego, si juntas luz y fuego tus extrañas arderán, tus órganos se consumirán y se convertirán junto con tu cuerpo en cenizas ¿Entiendes?.

-Entiendo que eres la persona mas relista y especifica del mundo, con que dijeras que ambos elementos no se deben juntar era suficiente.

-Decir el porqué de las cosas siempre es importante. Y como todo en la vida necesitas mantener el equilibrio, los elementos dentro de ti deben tener un punto de equilibrio. Por eso el orden correcto es: luz, agua, fuego, tierra, aire.

-La luz se mantiene como la base, el agua como el pilar, el fuego como la barrera, la tierra como las vallas, y el aire como torrente de equilibrio.

-Que poética, pero si es algo así. Por eso hoy estamos aquí- señalo el mar con su mano.

-¿Y como se supone que voy a obtenerlo? - pregunte con franqueza.

-¿En serio no lo sabes? - negué con la cabeza-. Lena, es lo más lógico del mundo, para obtener algo que no es tuyo ¿Qué es lo que haces?

-Lo tomo sin permiso- inferí.

-Exacto, lo tomas...lo robas. Y para eso tendrás que utilizar cierta daga, y clavarla en el pecho de cierta sirena. Solo así obtendrás el elemento.

-Pero... ¿es esa la única forma? ¿así tendré que tomar los otros elementos?

-Lena, no voy a tener esa conversación contigo ahora, porque en serio seria un desperdicio. Te pregunte lo que querías dos veces, y las dos veces dijiste que querías los elementos, ahora estamos aquí y me miras con una cara de tonta solo porque te digo que tienes que matar.

Me espetó algo molesto. Y con justa razón, no es que me de miedo, es que me da...bueno, me da algo extraño al pensar que debo asesinar a alguien que no me ha hecho ningún daño, pero prometí dejar los sentimentalismos atrás...no voy a retroceder en mi decisión, aunque inocentes tengan que caer por mi asenso, no voy a retroceder.


-Y no es necesario que la tengamos, yo misma buscare una sirena ...y la matare- le dije antes de realizar un hechizo de transfusión, hechizo que me enseño Frederick. Este hechizo me hace capaz de cambiar mis orejar por branquias. Cambie mis orejas frente a él, dejándolo ligeramente impactado o quizá satisfecho. No pronuncie mas palabra y salte al mar.


-¡Lena espera! - fue lo último que escuche antes de sumergirme por completo.

Nade hasta lo más profundo. Me recibió un hermoso arrecife de coral rojo brillante en el fondo, mismo que mantenía iluminada las aguas. Los peces nadaban a mi alrededor y algunos, aunque sueñe extraño ... parecían hablarme. Estaba maravillada con ellos hasta que esa hermosa paz fue interrumpida por un enorme estruendo. Escuche algo parecido a un golpe, la arena dentro del mar causo a lo lejos una masa gris que me impedía ver lo que sucedía, intente acercarme para ver más de cerca, pero los peces que venían de esa dirección hacia mi me bloquearon el camino por completo, algunos chocaban con mi cuerpo. Nadaban aterrados, eso era seguro. Huían de algo, y yo me estaba acercando a eso.

O al menos intente acercarme hasta que la masa gris de arena pareció expandirse más y una mano me jalo hacia un costado. La masa gris se expandió hasta el arrecife, y aunque todo era confuso vi algo parecido a un cuerpo humano estrellarse contra una roca gigante. Van quien me había jalado hacia él, no perdió tiempo y me arrastro hasta llevarme detrás de una roca lo suficientemente lejos de aquel eminente problema. No me resistí, pero si asomé parte de mi cabeza detrás de la roca para ver que estaba pasando, Van hizo lo mismo detrás de mi.

El cuerpo que se había estrellado contra la roca ahora estaba apoyado en ella sosteniéndose las costillas. Ya puedo dejar de decir cuerpo, porque claramente esta vivo, y al parecer es un hombre. Otro estruendo se escucho, y esta vez vi un rayo azul parpadeante estrellarse contra el arrecife.


Cambie de dirección mi mirada hacia de donde había provenido el rayo. Y lo que vi fue a ¿una sirena? Si, sin duda lo era, su majestuosidad, su enorme cabellera roja, las perlas sobre su cabello, la forma de su cuerpo, vestuario que terminaba en una cola dejaban en claro lo que era. Aunque la masa gris de arena me impedía ver con claridad, logre ver que su cola era de un turquesa brillante, y que en una de sus manos sostenía una especie de báculo mágico, mismo con el que debió lanzar el rayo de hace un momento.

-Vamos Karina, sabes lo que quiero. De nada te sirve pelear, sí de todas formas morirás en mis manos- la voz de una mujer retumbo en las intranquilas aguas. Pero aquella voz, no era la de la sirena, era la de otra mujer.

-Pelear es lo que me mantiene con vida a mi y a mi pueblo, si muero un día, solo será a manos de quien este a la altura de mi muerte, a quien le debo la vida- esta vez contesto la sirena.

Entonces la masa de arena se disolvió y pude ver con claridad. La sirena estaba hablando con una mujer de cabello mitad negro, mitad rojizo. Estaba vestida completamente de negro, y en su mano portaba una especie de daga de la cual brotaba una notoria aura negra, como si la daga misma emanara tal energía sombría. Lo que me hace pensar que esos no son humanos cualquiera.

-Oh que sentimental eres- escuche una nueva voz unirse a la conversación. Era el chico que choco contra la roca, de a poco estaba acercándose a la chica vestida de negro- ¡Ugh! - dio una especie de jadeo enderezando su espalda exageradamente- casi me conmueves. ¿Pero que crees? No lo lograste.

Volvieron a atacar a la sirena cuyo nombre asumo es Karina. Me refugio detrás de la roca, pues la masa de arena ha vuelto a bloquear mi visión. Observo a Van y noto que esta reteniendo el aire en su boca, observo su cuello y no trae branquias, obviamente no esta respirando. Pongo mis manos sobre sus orejas y las cambio por branquias. Suelta todo el aire retenido, y me observa con clara molestia.

-Lo siento, lo siento ¿estas bien? - le susurro preocupada.

-Ves lo que causan tus imprudencias. Pudiste haber quedado atrapada en medio de ellos- me espeto en un susurro.



-Lo siento, está bien me equivoque, me deje llevar por la adrenalina del momento.



Un estruendo interrumpió mis palabras. Un destello impacto contra la roca en la que nos escondíamos y la destruyo por completo. Van y yo salimos disparados por las ondas del mar en distintas direcciones. Yo alcance a esconderme detrás de una estructura rocosa, Van nado en mi dirección buscándome en medio de la masa de arena. Se estaba exponiendo, un rayo de esos podría impactarlo. Gritar no era una opción, así que tenía que ir por el. Nadé hacia él y cuando estaba por tomarlo de la mano vi un rayo aparecer de la nada. Iba a impactarlo, él estaba tan distraído buscandome que no lo veía venir. Saque todas las fuerzas que pudiesen haber en mi interior y me impulse hacia el. Me lance con tal fuerza que mi cuerpo lo protegió del impacto del rayo. Por suerte solo me rozo el brazo. Quemaba, ardía, pero no parecía ser tan profunda.

Caímos sobre algunos corales. Yo encima de Van, reprimiendo mis quejidos de dolor.

-¿Lena estas bien? - se apresuro a decir en cuanto tomo conciencia de sí mismo.

-Estoy bien- solté entre dientes sentándome en medio de los pedazos de coral.

-No, no lo estas. Mira tu brazo- se aproximo hacia mi. Tomo mi brazo entre sus manos y lo observo por unos instantes.

-Estoy bien. ¡Ugh!- me queje en cuanto apretó parte de la zona afectada.

-No, no estas bien. Y no voy a discutir esto contigo. Tenemos que ocultarnos.

Observo a su alrededor como buscando algún lugar seguro. Pero la masa de arena provocada por la pelea impedía ver con claridad.

-Por allá, hay una especie de cueva- señale a su espalda. A unos cuantos metros se veía la entrada a un agujero rocoso.

Van la observo. Me tomo entre sus brazos y aunque le dije que era innecesario me cargo hasta allá. Una vez dentro apoye mi espalda a la pared rocosa tratando de no lastimarme el brazo.

-No debiste hacer eso.

-¿Debí dejar que el rayo oscuro te matara entonces?

-Hubiera sido una mejor opción.

-Para mi no lo era- le espete- no voy a dejarte morir bajo ninguna circunstancia ¿entiendes? Te necesito...

-¿Y entonces qué? ¿morirías por mí?

Lo pensé por unos segundos, hasta que finalmente me animé y respondí:

-Mataría por ti, y sobreviviríamos juntos.

Mis palabras lo tensaron ligeramente. Vi el asombro en sus ojos. No contesto nada, se limito en concentrarse en mi herida. Daño parte de la manga de su camisa y con ella vendo la parte desnuda de mi brazo. La herida no era muy grande, ni tampoco muy profunda, pero si ardía, y tenía un color negruzco que no me gustaba para nada.

El estruendo no paraba. La pelea era intensa, y entre ratos podía ver una luz azul parpadeante, seguramente provenía de los rayos que lanzaba la sirena con su báculo.

De un momento a otro los estruendos se detuvieron, todo se quedo en silencio. El agua que antes estaba agitada ahora estaba en calma, Van lo noto y me pido quedarme quieta mientras se aseguraba de que ya no hubiera peligro. Asomo su torso fuera, y se mantuvo allí unos minutos, no supe con exactitud que observaba, pero me intrigaba, cuando estaba por ir a ver se giro hacia mi y me dijo que ya podíamos salir.

-¿Se han ido? - Asintió con la cabeza. Ambos salimos y me percate que el lugar, ya no era igual de hermoso que cuando baje. El coral estaba destrozado, ya no había ningún pez nadando por la zona, todo estaba sumido en un sombrío silencio, aun había cierta masa arenosa invadiendo el agua, pero poco a poco se fue acentuando en el fondo del océano.


-¿Qué es eso? - pregunte al ver un bulto parpadeante a unos cuantos metros de donde estábamos.

-No lo sé, pero lo que si sé es que debemos ir...

Se corto así mismo al ver que sin previo aviso me aproxime hacia aquel bulto. No sé el porqué, pero...es como si algo en mi interior me impulsara a ir hacia allá.

-¡Lena! ¡Lena! ¡vuelve! - fue lo último que escuché de Van, porque cuando menos lo pensé ya estaba frente aquel bulto parpadeante quien en realidad resulto ser...aquella sirena.

Estaba tendida en medio de la arena, con los ojos cerrados y su cola pardeando. Era una criatura muy bella sin duda, pero estaba agonizando. Me puse de rodillas frente a su cuerpo, y sin saber exactamente lo que hacía puse mi mano sobre su pecho.

La sirena abrió lentamente sus ojos y dejo escapar algo parecido a un suspiro de alivio.

-Sabía...sabía que vendrías- dijo en un hilo de voz débil.

Me quede helada sin saber que responder exactamente ante esa frase ¿ella sabía que yo vendría a matarla? Bueno mataría a cualquier sirena no pensé en matarla precisamente a ella...

-Lena, no podemos perder el tiempo tenemos que salir de aquí- escuche protestar a mi espalda a Van.

Intente apartar mi mano del pecho de la sirena, pero ella en un solo movimiento la tomo con fuerza y abrió mas sus ojos, clavándolos en los míos, que ahora mismos estaban abiertos con exageración por la impresión.

-No te vayas...tienes, tienes que tomar lo que es tuyo...hazlo, mátame- soltó con una voz débil.

Gire mi mirada hacía Van, quien aun estando de pie flotando en el agua, miraba a la sirena con cierto recelo. Cuando por fin se encontró su mirada con la mía, pareció entender lo que a gritos le preguntaba con la mirada. Se puso de cuclillas a mi lado, saco una daga del costado de mi bota y me la ofreció.

-Hazlo- fue lo único que dijo.

-Hazlo...-rogo la sirena.

De repente me encontré a mí misma en la indecisión, vine a hacer esto, lo sé, pero ahora es como si algo en mi interior no quisiera que ella muriera, es difícil de explicar...pero no puedo perderme en sentimentalismos. Debo hacerlo.

Tome la daga entre mis manos. Gire mi mirada hacia la sirena, su mirada me suplicaba que lo hiciera. No dude más, levante la daga con ambas manos, como tomando impulso. Cerré los ojos y clave la daga en su pecho.


La sirena levanto la cabeza del dolor y la impresión del impacto en su pecho. La sangre empezó a salir de a poco y esparcirse en el agua. Aun con todo lo herida que estaba por la pelea, con la daga en el pecho, ella sonrió, y como último suspiro dijo:

-Larga vida a la reina de Sunland...la reina de los cielos- finalmente dejo caer su cabeza. Y yo me deje caer a un costado, sin entender nada...ella sabia quien era yo. Una lagrima escapo de mis ojos, pero tampoco entendía elporq qué.


-Lena, toma la daga, tienes que sacarla de su pecho ¡Ahora! - me espeto Van haciéndome salir de mi trance.

Aunque un poco torpe, entre nuevamente en mis cinco sentidos, puse mis manos sobre la daga la levante con fuerza sacándola de su pecho, pero al hacerlo noté que en ella estaba clavado algo mas. En la punta de la daga estaba clavada una esfera cristalina con una especie de llama azul brillante en su interior. La observe con detenimiento, regrese a ver a la sirena, pero con lo que me encontré fue con el cuerpo de un horrible ser. Sus costillas estaban pegadas a su piel, sus ojos se convirtieron en dos pozos profundos, sus mejillas eran inexistentes al igual que su pelo y su cola como todo su cuerpo se torno de un color verdoso oscuro. Todo ella se desintegro en el agua.

Van noto la impresión en mi rostro, por lo que tomo la iniciativa de tomarme de la mano y arrastrarme junto a el a la superficie.

Nuevamente estábamos sobre la isla rocosa. El aire rompió el hechizo de las branquias. Me senté y noté que mi pecho subía y bajaba de forma acelerada, estaba asombrada, asustada, impactada, y muy, muy confundida.

Levante la daga frente a mi y saque aquella esfera cristalina de la punta. Cabía perfectamente en mi mano, era preciosa, parecía un cristal.

-¿Qué paso Van? ¿Qué fue todo eso? - pregunto al verlo de cuclillas frente a mí.

-No lo sé. Estoy igual de confundido que tú- respondió con franqueza.

-Ellos no eran humanos ¿verdad? . Los que la atacaron primero, no eran humanos.

Bajo la mirada como huyendo de la mía.

-No

-Ellos eran como tú...eran vampiros- dije lentamente.

-Si...y por lo visto también están en busca de los cinco elementos...

-¿Los cinco?

-Si. Los vampiros poseen por naturaleza el elemento sombra, oscuridad, perversión, como quieras llamarlo, es la definición de todo lo malo, y lo contrario a la luz. Algunos logran controlarlo y hacerse poderosos con el, otros nunca lo logran y se vuelven bestias sedientas de sangre...pero quienes llegan a controlarse evolucionan, y ambicionan más que sangre...ellos buscan poder, ellos querrán ir por ti...matarán a la reina de Sunland.


Me quede atónita, sin saber que hacer, o que decir, esto era demasiado difícil de asimilar, no solo lo de los vampiros, también estaban las palabras de aquella sirena, Karina, su nombre era Karina... ¿quién era en realidad? ¿Por qué fueron esas sus ultimas palabras? ¿Qué es esto que tengo en la mano?

-Entonces añadiré un enemigo más a mi lista- me escuche decir.

-¿Qué? - pregunto entre aturdido y serio.

-Lo que oíste. Hay cosas que no sé de mi misma, y muchas cosas que quisiera poder preguntarle a alguien...pero ese alguien no existe, y la única solución que le veo a todo esto es seguir...seguir y tal vez encuentre respuestas en el camino.

-Lena ¿sabes a lo que nos estaríamos enfrentando? - busco mi mirada, y se la mantuve sin si quiera titubear- No son simples bestias sedientas de sangre, son vampiros el doble de fuertes que tú y yo juntos, su magia te hizo eso- señala mi brazo- y lo que están buscando es matarte para poder adueñarse de Sunland. Fuera de la muralla eres presa fácil, te matarían en un solo movimiento- quise intervenir y defenderme, pero subió el tono de su voz- Sé que tienes muchas dudas, y créeme yo también las tengo. No se porque si ya no eras de la realeza la corona te eligió como su heredera, y tampoco sé porque la sirena dijo lo que dijo...solo sé que cada segundo que pasamos fuera de Sunland nos resta minutos de vida, porque por si no te has dado cuenta lo que portas en la mano es el elemento agua, ellos la hirieron y probablemente absorbieron su energía vital pero no le quitaron su elemento, y en cuanto se den cuenta volverán aquí...ella por alguna extraña razón lo encapsulo ahí, como si estuviera esperando que tú lo tomaras ¿Entiendes lo que te digo? La reina no te eligió solo porque eres la hija de un hermano del rey, la reina te eligió por algo más, algo más grande...

-O tal vez...todo sea una coincidencia, una coincidencia de la cual la reina no tiene ni la menor idea, sabes perfectamente que a ella no le importa nada ni nadie que no sea ella, no me elegiría sí supiera que yo significo algo más que una simple plebeya exiliada de la vida. Quizás esto tenga que ver con lo que el destino me dijo...me dijo algo que no te mencione antes...- dije con un tono de voz alto, analizando y tratando de entender lo que Van había dicho.

-¿Qué? - pregunto con interés.

-Recuerdas que te dije que el destino me advirtió sobre el portador del escudo emblemático...- asintió. Parecía alterado, y mi respuesta podría alterarlo más o calmarlo, no puedo decirle que el destino me dijo que en mi se guarda la más temida de las leyendas, me reprocharía mi desconfianza, tengo que inventar algo, pero ya - pues también me dijo algo que...me dijo que mi destino estaba sellado con aquel al que odiare como a un enemigo.

No mentí, eso tampoco se lo había dicho y bueno era cierto.

Su expresión fue neutra. Bajo su mirada hasta sus pies, como tratando de procesar lo que había dicho. Suspiro y volvió a mirarme, sus ojos se clavaron en los míos.

-Lena...solo volvamos a Sunland, va a amanecer pronto.


***


-Ese es el proyecto en el reino- comento Hansel después de tomar un sorbo de té.

Estábamos en uno de los jardines del palacio tomando el té junto a la reina madre. Van y yo no hemos cruzado palabra desde que volvimos de Oceanía. Su actitud cambio radicalmente desde que vimos a aquellos vampiros, esta más callado y parece totalmente inexistente, se la pasa encerrado tomando baños de agua tibia en mi baño, irónicamente un vampiro toma baños de agua tibia lo sé, pero la cuestión es que nunca habla. No se que paso, no se que lo hizo cambiar, ya ni siquiera menciona nuestra búsqueda de los elementos, y eso me tiene ansiosa como preocupada. La esfera cristalina que saque del cuerpo de Karina la sirena es lo único que guardo con gran recelo, como a un tesoro, porque plenamente lo es. Van dijo que era el elemento agua, pero que estaba encapsulado, y no se como sacarlo de ahí dentro, y él ni siquiera se preocupa en ayudarme, ni siquiera tiene el valor de verme a la cara. Algo esta mal en él y lo peor es que...no sé cómo ayudarlo.

Mi herida no ha mejorado, ni empeorado, se mantiene igual, es dolorosa y molesta. Trato de que las doncellas tengan el menor contacto posible conmigo en especial con mi brazo, por ello por ahora estoy usando vestidos con magas holgadas y largas, que logren cubrir mis brazos.

Tengo que buscar respuestas, tengo que averiguar mas sobre los vampiros y su invasión a Sunland hace quinientos años, tal vez así pueda entender más su naturaleza, tal vez así pueda entenderlo. Pero para eso tengo que ir a la biblioteca real, no, la reina madre se enteraría de lo que he estado buscando y podría levantar sospechas. Tengo que visitar a Frederick, claro él debe tener las respuestas que necesito...y no le diría nada a la reina madre.

-Madre- interrumpí la conversación que tenía con Hansel- mañana tendré mi primera audiencia para tratar asuntos del reino con los ministros, y como le comenté al príncipe Hansel quería que él me ayudara a recolectar información sobre la cantidad de huérfanos en el reino.

Hansel dirigió su mirada hacia mí con entusiasmo, mientras que la reina madre se quedó pensando.

-A mi me encantaría ayudarla majestad, seria todo un honor, y si su majestad lo permite podríamos retirarnos y empezar ahora- la reina madre pareció más aliviada al oír que Hansel se iría conmigo.

-Noto el entusiasmo en sus ojos, y le agradezco la preocupación por nuestro reino príncipe Hansel, así que no los detendré, vayan, diviértanse juntos- vaya que hizo énfasis en la ultima palabra.

Hansel y yo procedimos a retirarnos, había escapado del problema mayor ahora debía deshacerme de Hansel.

-¿No le molesta si paso por mis aposentos un momento para cambiarme a algo mas cómodo? - interrumpo el incomodo silencio que nos acompaña en el pasillo.

-En absoluto majestad. ¿Le parece sí nos encontramos en la biblioteca real? Allí debe haber algunos registros.

-Me parece bien- contesté y me encamine en dirección contraria a la de él.

Obviamente ahora el problema eran mis doncellas, quienes, aunque se mantenían a cinco pasos de distancia no me dejaban ni a sol ni sombra, enviarlas a darle un baño a Cheng Cheng no era una opción el no está de humor, podría hasta matarlas sí llegaran molestarlo.

-Quisiera encomendarles una misión. Deseo probar los pastelillos de saraley que preparan en Astlan...

-Majestad con todo respeto Astlan está a tres horas a caballo y cinco en carruaje, ¿no le gustaría probar otro tipo de bocadillo?

-Si quisiera otro bocadillo se los pediría ¿no lo creen? Además, los pastelillos de saraley tienen un sabor inigualable y quiero que el príncipe Hansel los pruebe antes de partir hacia su reino.

-Entendemos majestad iremos a caballo.

-No señoritas, irán en carruaje no quisiera que una tormenta las sorprendiera de camino y echara a perder los pastelillos.

-Lo haremos como desee majestad- la mayoría de ellas emprendió camino hacia la salida del pasillo, pero cinco se quedaron, obviamente todas no iban a irse así de fácil, pero ya encontrare la manera de hacer que me dejen sola, puedo solicitarles muchas cosas. Entre ellas traerme flores de Arlog, y chocolates de Marleng ciudades aledañas a solrrang la capital del reino.

Finalmente logre deshacerme de ellas, ahora era el momento. Los aposentos de Frederick estaban en una torre pasando el pequeño lago del jardín trasero. Corrí lo más rápido que pude atreves del jardín, pasé por el pequeño puente de mármol y seguí por un camino de piedra hasta encontrarme frente a la puerta de la torre, la cual por obvias razones estaba resguardada por dos guardias de llama verde, no me dieron mayor problema hicieron una reverencia y me dejaron pasar. La alegría de llegar duro poco, pues tenia que subir una inmensa escalera en espiral. No es momento para rendirse, es momento de avanzar. Subí uno por uno los escalones rocosos, con la respiración agitada y con pecho subiendo y bajando de forma acelerada, subí el ultimo de los escalones, por fin estaba frente a la puerta de madera que me dejaría ver a Frederick. Respiré hondo, recuperando el control de mi pecho, y le di un pequeño empujón a la puerta, misma que chillo abriéndose lentamente.

Me quede parada bajo el marco de aquella puerta, observando con detenimiento el interior. Todas las paredes tenían repisas incrustadas de madera, y en ellas tubos de ensayo, algunos recipientes sellados con etiqueta, otros dejaban ver en su interior plantas, pedazos de animales, e incluso agua, y aunque no lo puedo asegurar unos parecían contener sangre. Temerosa me adentre en aquella habitación. En el centro había una especie de mesa en forma de media luna cubierta de un material duro, lizo, pero brillante, color negro con pequeños trazos dorados y verdes, sobre ella había unas cosas extrañas, las cuales supongo sirven para crear pociones.

-Frederick...- llame por su nombre al dueño del lugar, pero solo pude escuchar el eco de mi voz retumbar en las paredes.

Mi curiosidad estaba en el mayor punto, por lo que me acerqué más a los recipientes en las paredes, recorrí cada uno de los que tenían etiqueta con la mirada.

-Porfem, espectilium, varacerm, corstein...¿Qué significa?- me pregunte a mí misma.

No preste mayor atención, de todas maneras, no entendía nada. Seguí recorriendo las paredes con la mirada, hasta que por fin encontré lo que deseaba, en la pared detrás de la puerta había una pequeña estantería con alrededor de diez libros, lo curioso es que eran libros negros y dorados, como si siguieran un orden, uno dorado, uno negro, uno dorado, uno negro...pero había uno que traía impregnado un titulo en su borde 《Entre la luz y las sombras》, definitivamente ese libro me estaba llamando. Intente tomarlo, pero al hacerlo la parte de la pared en la que estaban los libros se hizo a un lado dándome paso a una habitación secreta.

No dude ni un segundo, me adentre allí pues una luz me esperaba del otro lado. Y en efecto, me encontré con un paraíso, un paraíso lleno de libros. El lugar estaba lleno de libros y claramente no era la biblioteca real. Los pasillos que dividían las enormes estanterías con libros eran de color dorado, las estanterías de color blanco y los libros variaban entre negro y dorado, siguiendo el orden antes mencionado. El lugar estaba perfectamente iluminado por un ventanal enorme que impedía la vista al exterior por la luz resplandeciente que emanaba. Era impresionante...


-¿Majestad? - escuche una voz. Seguí el eco de esta, y me encontré con Frederick sobre una escalera blanca apoyada en una de las estanterías. Al hacer contacto visual el bajo inmediatamente de la escalera, evaporándose en humo y reapareciendo en el pasillo frente a mí.

-¿Puedo preguntar como llego hasta aquí alteza?

-Bueno...estaba buscándolo en sus aposentos, y al no verlo me llamo la atención uno de sus libros en la estantería, intente sacarlo, pero el...me trajo hasta aquí- explique.


-¿Estantería de libros dice?

-Si.

Frederick me observó confundido, pero no tardo en volver a hablar:

-Entonces ¿usted desea hablar conmigo de algo en especial?

-Si, claro...solo ¿Qué es este lugar Frederick? - mi repentina pregunta lo incomodo un poco, lo se porque vi la tensión en su mirada.

-Es un lugar muy especial majestad, tan especial que ningún rey o reina de Sunland había logrado entrar aquí en quinientos años. Si me lo permite yo le aconsejaría no hablar con nadie de este lugar. Se mantiene en secreto porque esconde enigmas que no deben ser rebelados...así que, si me lo permite, me gustaría continuar con esta conversación del otro lado de la puerta- amablemente me señalo la puerta detrás de mí.

Una vez del otro lado, la puerta que me había revelado aquella estantería se cerró, y Frederick empezó a hacerme preguntas acerca de mi repentina visita.



-Bueno, tengo un par de dudas y creo que usted es la persona indicada para responderlas...

-Entiendo, veré si puedo responder- contesto adentrándose en el centro del lugar quedando rodeado por aquella mesa.

-¿Qué sabes acerca de la naturaleza de las sirenas? - pregunte manteniéndole la mirada. No pareció extrañado, mas bien mi pregunta pareció agradarle.


-Se que son criaturas medianamente peligrosas, poseedoras del elemento agua y leales a sus causas.

-¿Leales a sus causas?

-Así es. Si alguien llegara a ganarse el respeto o lealtad de una sirena, ella se mantiene eternamente comprometida con esa persona, por lo cual si esa persona a la que creen deberles la vida o estarles agradecidas, les encomienda una misión, aunque esta fuese peligrosa e incluso poniese en peligro su vida, esa sirena cumplirá con su misión ya que piensa por naturaleza que ese alguien es digno de ella...para ellas esa persona es digna hasta de quitarles la vida.

Eso tenía sentido...bueno, lo tenía en parte, claramente escuche cuando Karina dijo 《sí muero un día, solo será a manos de quien este a la altura de mi muerte, a quien le debo la vida》. Pero eso pierde sentido cuando ella me pide que la asesine yo, jamás había salido de Sunland antes, es imposible que ella se sintiera en deuda conmigo por algo, y mucho menos que yo le encomendara una misión.

-Y...sobre los vampiros ¿Qué sabes? - mi pregunta pareció inquietarlo, pero de todas formas respondió.


-Lo mismo que todos, son criaturas repugnantes, sedientas de sangre...que nos invadieron hace quinientos años...

-¿Y que pasa sí un vampiro evoluciona y tiene autocontrol?

-¿Por qué la pregunta majestad?

-Yo hice la pregunta primero, lo correcto es que responda...

-Buen punto. Un vampiro que evoluciona es aun más sanguinario que uno sin control. Claro que un vampiro con autocontrol es un depredador mas selectivo con sus presas, no mata por gusto o por saciarse, mata por hambre o por poder, son en cuestión mas peligrosos. Ahora puede responder mi pregunta.

-El príncipe Hansel me comento algo, y tenía dudas...la celebración por los quinientos años de libertad se acerca y quería estar más informada sobre nuestros enemigos.

-Entiendo- contesto entrecerrando sus ojos en mi dirección- ¿sabe? Lo curioso es que han pasado quinientos años desde que los humanos tuvieron contacto con los vampiros, por lo cual nadie sabe como han evolucionado en los últimos quinientos años, es por ello que se dice que su retorno esta cada día más cerca- apoyo sus brazos sobre la mesa he hizo un ademan de acercarse a mi para hablar más bajo, me acerque a él intrigada y lo escuche con atención- razón por la que se rumora, que una leyenda renacerá para salvarnos...


¿Renacer? ¿eso es posible? No lo creo, debe estar tomándome el pelo, o quizás sospecha de mí. Debo cambiar de tema ahora, debo despistarlo...


-Si es muy curioso, tanto como el termino reina de los cielos... ¿sabe si ese título existe Frederick? - su semblante cambio a uno serio, Frederick parecía haber entrado en un pánico interno, por su mirada note que no sabia como responder con exactitud.


-¿De dónde saco ese término majestad? - pregunto con un semblante severo.


-Tengo que recordarle que yo pregunte primero...

-No se trata de quien pregunto primero, se trata de un asunto muy serio majestad. Nadie en Sunland recuerda ya esa terminología, no existe persona que lo conozca, y los que alguna vez lo utilizaron, están muertos... ¿por eso me gustaría saber de dónde saco esa terminología?



Muertos...pero Karina estaba viva hace un día, ¿Cómo podría saber el que está muerta tan pronto? Algo aquí no esta bien. Aquí hay un misterio mucho mas grande que la corona y el por qué me eligió...hay algo más, algo que sin duda debo averiguar, pero primero debo calmar a Frederick

-Solo se me ocurrió, creo haberlo escuchado en un sueño- le asegure.

-¿Qué clase de sueños ha estado teniendo majestad?

-¿Por qué se lo diría? Eso es algo muy personal...

-Porque más que sueños...podrían ser revelaciones.

Algo me dice que acabo de meterme en problemas.

Hola!!!

Una y mil disculpas por el retraso, ayer en la noche hubo un corte de electricidad en mi casa y me fue imposible actualizar por eso vengo hoy y a esta hora.

Bueno, bueno moría por mostrarles este capítulo, siento que esta lleno de intrigas, y de revelaciones que se aproximan poco a poco en lo que resta del libro...

✅¿Qué les pareció el capítulo?

✅¿Qué teorías tienen sobre lo que mencionó Karina en su último suspiro?

Nos vemos el próximo lunes en un nuevo capítulo lleno de nuevas revelaciones y misterio (los cuales por cierto amo escribir)

Los quiere Evie <33

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