A la mañana siguiente, despertamos temprano, ya que teníamos que alistarnos para la boda de mi tía con Ciro. ¡Y cómo me encantaban las bodas! Eran, en verdad, de mis cosas favoritas, pese a que sí me hacían lloran siempre. Sabía que la boda de mi tía, no sería la excepción pese a que sería más sencilla, más íntima.
Entré al baño soltando un bostezo, justo al mismo tiempo que Simón entraba. Ambos nos miramos y soltamos una risita.
—Buen día— me saludó.
—Buen día.
Caminamos hacia los lavatorios y al ver mi cabello en el espejo, decidí mejor atarlo en una coleta. Las chicas tendrías que ayudarme a arreglarlo. Cari no fallaba nunca en dejarlo bonito.
—Esperaba verte llegar al cuarto— me dijo, y pude notar su tono divertido —¡Te dejé un espacio en la cama y todo!
—¡Simón!— lo miré mal.
Él se echó a reír —¡Es una broma!
—¿Sí? Pues no me gustan esas bromas.
Ay, pero si te encantan, tonta.
—Vale, vale, no más bromas de ese tipo.
—Mmm.
—¿Lista para ver a tu tía casarse?
Reí —No.
—¿No? ¿Por qué?
—Es broma— volví a reír —Mi tía se merece amor, merece ser feliz y Ciro la hace feliz, la ama, así que me pone muy contenta presenciar esa unión.
Él asintió.
Lo miré —¿Sabes en quién estaba pensando?
—¿En mí?— preguntó con coquetería.
Le di un pequeño manotazo —¡No, tonto! En Sole.
—¿La extrañás?
—Sí, a ella y a Valentín— confesé —Quisiera verlos, pero... tus papás no dejarán que los traigas aquí, al Hogar Mágico, ¿verdad? ¿Siguen enojados?
Simón bufó —Enojados es poco. Mi viejo vino y no está nada feliz con que esté viviendo aquí— negó y encogió sus hombros —Igual me importa poco eso porque no pienso regresar a vivir con él.
—Pero extrañas a Sole y a Valen.
—Y sí— sonrió de lado —Los extraño mucho.
Entrecerré los ojos —Algo podremos hacer.
—La única manera de que vea a mis hermanos.. es regresando a mi casa y ya te dije que no regreso ni aunque mi viejo me pague.
Sonreí —No es la única forma.
—¿No?— ladeó la cabeza —¿Qué pensás hacer?
—Bueno... tu mamá no me odia, así que... digo, me puedo presentar en tu casa con alguna excusa y mi ex suegrita podría dejarme verla— propuse —Algo, algo inventaré para que me deje sacar a Valentín y Soledad. Dudo que se niegue.
—¿Y si no funciona? No quiero que te metas en pr-
Interrumpí —Nada de eso. Además... ¿ya olvidaste que tengo ciertas habilidades? De última nos hago invisibles y entramos a tu casa para que los veas y, no sé, me sirve de práctica— reí.
Simón me sonrió —¿Vos harías eso por mí?
—Por supuesto.
Su sonrisa creció mucho más. Noté que me quería decir algo pero después de debatir consigo mismo, simplemente sacudió la cabeza, negando.
—¿Qué?— pregunté, con curiosidad.
Él volvió a negar —Nada.
Fruncí mi ceño y reí —De acuerdo...
¿Qué estaría pasando por su cabeza? Me daba una inmensa curiosidad... Y sí, sabía que podía leer los pensamientos de otras personas, pero no era nada capaz de hacerlo, era invasivo.
—¿Interrumpo algo?
Simón y yo giramos a ver a Thiago y negamos.
—Mmm— mi hermano se acercó y nos abrazó a los dos por los hombros —Saben que los quiero.. ¿no?
¿Qué bicho le había picado?
—Los quiero muchísimo— repitió.
—Nosotros también— respondió Simón.
—Y, digo... si algún día regresan, yo estaría feliz y-
Interrumpí —¿Saben qué? Después regreso, ahora les dejo el baño a ustedes y... sí, eso.
—No, pero Valen-
—¡Nos vemos después!
Antes de que pudieran seguir, entré al cuarto y me crucé de brazos, soltando un suspiro.
—¿Qué pasó, gato?
Las chicas me miraban atentas.
—Nada— reí —¿Hablamos del compromiso?
—¡Sí!
Todas las chicas menos Jazmín, nos juntamos con Mar en su cama para hablar un poco más sobre su compromiso, su anillo y todo eso aunque Thiago a mí ya me había contado todo. Igual quería oírla ya que las chicas siempre damos más detalles.
Mar estiró su mano, presumiendo su anillo.
—¡Ay, qué lindo!
—¡Re lindo!
—¡Divino!
—¡Re divino!
—¡Ay, qué divina!— Tefi exclamó sosteniendo una mano de Mar para ver el anillo más cerca —Yo me muero— le sonrió —¡La morcillita comprometida!
Valeria también jaló su mano —¿Qué hiciste? ¿Eh, qué, lo amenazaste, no gato?— bromeó.
Reí, también jalando su mano —Yo ya lo sabía, eh, pero igual me encanta, cuñada— guiñé un ojo.
—Ay, cuñada— Mar me sonrió.
Suponía que, ahora que estaba comprometida, me llamaría más seguido de esa forma. ¿Me fastidiaba aquello? No. Aunque a veces era gracioso.
Melody repitió mi acción —¿Te pusiste los guantes de box?
—Que graciosa que amaneciste— Mar le dijo, llena de sarcasmo y mirándola mal.
—Y yo, y yo, y yo— Caridad jaló su mano —A ver si tiene tatuado alguna fecha. ¿Cuándo fue, cuándo?
—Ayer, fue ayer— Mar contestó, sonriente —Pero.. pero les juro que parece que fue hace años— soltó, soñadora, un suspiró —Sí no saben lo lindo que es comprometerse, chicas, es como que estamos más, no sé, yo siento que estamos más unidos— suspiró una vez más —Como más enlazados...
Todas suspiramos.
—Ay, qué lindo.
Mi hermano en verdad era un lindo y Mar era una chica muy suertuda.
—Sí, igual comprometerse antes de rocanrolear.. a mí, me parece cualquiera— comentó Jazmín desde su cama.
Todas la miramos. ¡Ella aún seguía de mal humor! Yo en verdad la quería, pero empezaba a cansar su mala onda hacía todas. ¿No podía fingir felicidad?
Cari bufó —Ay, sí, porque rocanrolear te garantiza matrimonio, ¿no? Seguro— se burló.
Uh, eso debió doler.
Jazmín la miró con seriedad —No es mi caso, eh— negó —Estoy hablando de otra cosa, no.
Claaaro.
—Ay, bueno— intervine, para tratar de mejorar un poco el ambiente tenso —¿Y... y qué se siente estar comprometida?
—Del amor— añadió Caridad, soñadora.
Reímos.
—Y, bueno, es como que... ya les va a pasar— dijo, sonriente —Ya les va a pasar, ya les va a tocar. Es- ¡Es re lindo! Yo aparte a él lo noto como más... no, no sé cómo decirles, más hombre, ¿entienden? Re maduro, ¿no lo notaron ustedes?
Algunas asintieron, yo solo reí. ¿Thiago, maduro? ¡Pero, por favor! Eso no se la cree ni él mismo. Já.
—Sí, sí, obvio— mentí, tratando de no reír.
—Sí, sí, definitivamente. Más maduro y más dulce, también— Mar comentó.
—Sí, en cambio Rama es más duro para eso— Vale comentó, con una mueca.
—Ay, mi gaucho también— Cari negó —¡Pero yo lo voy a ablandar, eh!
Suspiré —Yo estoy soltera, así que algo las envidio.
—Sí, bueno... soltera porque vos querés— Caridad comentó, yo la miré —Y sí, si el payasito se muere-
—¿Perdón?— fingí demencia —¿Simón?
—Sí, Simón— Caridad confirmó.
—Gordi, ¿por qué no volvés con Saimon? Siempre habla de vos, siempre— Melody me habló.
—Mel tiene razón. Y vos también estás muerta por él... no sé por qué no le das otra chance— Tefi dijo.
—¿Sabés que? Lo tuyo es como lo de Jazmín, pero sos vos la que no querés regresar, como Tacho que no quiere volver con-
Al notar la mirada de Jazmín, Mar se calló —Nooo no, que... eh... digo, vos estás muerta por él, daale.
¿A caso todos se habían puesto de acuerdo?
Carraspeé —¿Yo, muerta por él?— me reí —No me pasa nada con él, chicas— mentí.
Es que ni yo me lo creía.
Todas bufaron —¡Lo amás!
—¡No!— exclamé.
—¡Sí!
Puse los ojos en blanco —Como sea, estábamos en sus noviazgos, no en el mío, que es inexistente, eh.
Las chicas negaron, divertidas.
—Bueno, Sebas y yo estamos en otra etapa.
Jazmín rió —¡Etapa!— se burló —Por favor, lo que uno tiene que escuchar, Dios— bufó y nosotras no hicimos más que mirarla —¿Nos cambiamos?
¿Hasta cuándo estaría así esta chica?
**********
Mientras las chicas se duchaban y arreglaban, con Mar nos fuimos a la cocina para desayunar ya que teníamos algo de hambre.
—Cuñada llave— Mar me llamó.
Ahí estaba.
—¿Mmm?
—Volviendo al tema del payasito-
Interrumpí —¿Es que todas están en mi contra? A mí, cuando Simón me engañó... se me fue el amor.
—Pero puede regresar.
—Mar...
Ella negó —No, escuchame un segundo. El payaso hizo algo feo, lo entiendo, y... hasta lo golpearía si vos me lo pedís, pero.... te ama y está arrepentido. Algo me dice que vos también lo amás— pausó, la miré, sin saber qué decirle —¿A qué le tenés tanto miedo, Valen?
Interesante pregunta, ¿a qué le tenía tanto miedo? Estaba bastante claro, tenía miedo a que Simón se desenamore de mí, a que me lastime de nuevo, mi corazón no podría soportar otra decepción así. No.
Decidí cambiar de tema.
—Así que ahora que estás comprometida, serás la consejera de todas— reí, ella suspiró —¿Y si llamo mejor a Cielo para preguntarle si podemos ir?
Mar frunció el ceño —Pero, Valentina-
—Dale, la llamo.
No solo quería cambiar de tema, no sabía si todos estábamos bien con el tiempo o íbamos tarde a su casamiento. No pensaba perdérmelo por nada del mundo, así que mejor llamaba y me aseguraba, sí.
Le marqué a Cielo y respondió al primer timbrazo.
—Hola, Valentina.
Se le escuchaba preocupada.
—Hola, Cielo, eh... quería saber si podíamos ir o a-
—No, no vengan chicos todavía porque no.. no sé, por lo pronto se suspendió el casamiento.
Mar que estaba escuchando todo, arqueó una ceja.
Jadeé —¿Cómo que se suspendió? ¿Por qué? ¿Qué hizo Ciro? ¿Es por lo de ayer? ¡Ay, no, es mi culpa! ¿Cómo está mi tía? ¡Cielo, dime algo! ¿Sabes qué? Voy ya mismo al registro civil a arreglar esto e iré-
—Valentina, Valentina, calmate— Cielo me habló del otro lado —Nada es tu culpa, ¿está bien? Y no, no te preocupés que yo trataré de hablar acá con Malvina.
Suspiré —¿Estás segura? Creo que voy y hablo con mi tía, no sé, ella lo ama, algo tenemos que hacer..
—Vos tranquila, ¿sí? Dejámelo a mí.
—Bueno, está bien, está bien.. pero cualquier cosa avisan, por favor, ¿sí?— le pedí.
—Está bien.
Colgué la llamada con una mueca. ¡Debí echar a la stripper y hacer cómo si nada hubiese pasado! Era algo que pudo evitar que pasara todo esto.
—Eso le pasa por zarpado— comentó Mar.
Ambas giramos y nos detuvimos al ver a Jazmín y me sorprendí al verla comer un pote de helado un poco bastante grande. Suspiramos.
—¿Qué hacés, Jazmín?— Mar le preguntó.
—Eso, ¿qué haces?
Me acerqué a ella y le quité el pote de helado.
—¡No, no, no, dame mi helado, por favor, no!
—Lo transformamos en sopa o nos decís qué pasa.
Abrí el microondas —Elige.
Jazmín encogió los hombros —Me gusta derretido igual.
Mar y yo intercambiamos una mirada y asentimos. Cerré el microondas y nos acercamos a Jazmín, no veíamos nada bien a nuestra amiga. Nos sentamos junto a nuestra rubia y tratamos de animarla.
—Dale, Jaz, somos tus mejores amigas— hablé y le quité la cuchara —¿Qué pasa?
—¿Estás sensible por lo de Thiago?— Mar habló, y me quitó la chinchara para también comer helado; me quejé —¿Porque me comprometí con él?
Jazmín negó —No no, amiga, yo estoy feliz por vos enserio— le quitó la cuchara y jaló el helado —Es... es... es por mí— noté cómo se le quebró la voz y no pude evitar preocuparme —Porque no puedo estar separada de Tacho— negó —Les juro que... lo amo. Lo amo y me da bronca que no me registre, que no me de bola, no... y yo, en vez de buscarlo y tratarlo bien...— suspiró —Lo histeriqueo. Lo histeriqueo.. soy una histérica de manual, chicas, es así— habló triste —Primero miré a Matt, después al angelito... después al profesor de educación física, y después, al- de lengua, al de biología y a todos los de quinto soy una zarpada.
Mar y yo compartimos una mirada rápida.
—Por eso me pasa esto, por eso lo perdí— siguió y negó —Pero no sé, no... no puedo estar sin él.... no quiero, no, y no sé qué voy a hacer porque les juro que me quiero matar, no sé.
¿En verdad todo había terminado entre ellos? No. Tacho la amaba, todos sabíamos eso, pero le dolía todo lo que Jazmín hizo, era entendible.
**********
NARRADOR OMNISCIENTE.
Cielo trataba de convencer a Malvina de que sigan sus planes de casamiento. Realmente creía que no tenían que acabar todo. Por un minutos, pensó en volver a llamar a Valentina para que ella convenza con más facilidad a su tía.
—No, basta, basta, Sky, enserio, no me enrosques. No me voy a casar— Malvina aseguró.
Ciro se acercó lentamente a ambas mujeres con el cochecito de Esperanza siendo empujado por él y, sin poder evitarlo, con una expresión de tristeza y mucha culpa.
—Miralo, miralo, por favor.. mirá la carita que me pone— Malvina le dijo a Cielo, mirando a Ciro con una mueca —Me puede. Te juro queme puede per- Basta, basta, ¿por qué él me hizo lo que me hizo si me ama?
—Malvina— Cielo, le dijo —Si él hubiese metido la pata, yo no te estaría diciendo esto. Yo lo colgaría, como vos, y creeme que Valentina haría lo mismo.
Malvina asintió. Sabía que Cielo tenía razón.
—Pero a mí me parece que vos no queres esto, vos morís por perdonarlo, Malvina— le sonrió —Sino- sino no te hubieses venido hasta acá y así tan.. tan linda vestida. ¿A qué le tenés tanto miedo?
Malvina negó —A- a nada. ¿Por qué, a qué le voy a tener miedo? ¿A repetir la historia, eh? ¿A que me abandonen y me dejen por otra? Otra vez no. No... no tengo miedo a nada— mintió.
Ciro, que había escuchado todo, negó —No, yo no voy a dejarte, no te voy a dejar— prometió —Yo.... yo... yo te amo— Hope hizo un ruidito y Ciro soltó una pequeña risa —Yo las amo a las dos.
—¿No es divino, no es divino?— Malvina comentó con una mueca —Ama a Hopy... y no sabés lo bien que cocina y- y la verdad es que yo también siento que...— se levantó de golpe —Yo también te amo— dijo, con una sonrisa pequeña —Pero no me hagas más nunca eso, ¿me escuchaste?
Ciro asintió con una sonrisa y se abrazaron fuerte. En ese momento, un joven entró a la habitación y, aquello, se ganó la mirada de los tres.
—¿Están listos?— preguntó el hombre.
Cielo se puso de pie —Sí. Sí, sí, sí- ¡Ay, no! Eh.. no no, yo llamé a los chicos para que no vengan y yo- nos— miró al hombre —Yo llamo a los chicos ellos vienen en media hora, ¿está bien, podrán esperar?
Malvina lo miró esperanzada. Ella quería a ambos sobrinos a su lado en ese momento.
—Eh... la jueza no va a esperar tanto, les aviso.
Cielo hizo una mueca y Malvina suspiró rendida y algo triste. Sin embargo, sabía que entenderían en casa Valentina y Thiago.
—No importa, no importa, nos casamos igual y.. y después hacemos un replay, para los chicos, en la fiesta, en la casa no hay problema— sonrió —¡Nos casamos igual!
—Okay— Cielo suspiró.
La rubia miró detrás de ella hacia la puerta con la esperanza de ver entrar al amor de su vida. Eso lo notó Malvina, así que se acercó a ella.
—Va a venir— aseguro, tocando su brazo y Cielo la miró —Estoy segura de que va a venir.
Cielo le sonrió, tratando de contagiarse de aquella esperanza y positivismo. ¿Realmente vendrá? Era tan confuso y tan... tan difícil. Lo necesitaba.
—Bueno, los testigos...— el hombre leyó el papel y entrecerró los ojos —¿Ángeles Inchausti y.... Cielo Mágico?
—Sí, soy yo— Cielo contestó —Las dos veces.
Malvina la miró —Sí sory, Sky, que yo le di tus dos hombre por las dudas, eh. Va.
El hombre siguió —Nicolás Bauer.
Nadie contestó.
—¿Nicolás Bauer vino?— preguntó.
Silencio. Cielo miró la puerta, pero nadie apareció hasta que, de pronto, Berta entró apresurada y los cuatro la miraron.
—¡Acá! Acá, acá— se acercó casi corriendo —Él no pudo venir porque está lejos, ¡pero está aquí, en el teléfono!
Malvina, Cielo y Ciro se levantaron rápidamente y muy sorprendidos al escucharla decir aquello. Era increíble, realmente increíble.
—Sí.. porque somos una familia bastante bastante bastante rara y nos gusta ser testigos telefónicos— siguió la mujer —Hablá, mi amor, hijo de mi alma, de mi corazón, te escuchan todos.
Todos miraron el teléfono.
—¡Hey! Tarde, pero seguro, eh.
Aquella definitivamente era la voz de Nicolás.
Cielo se llevó ambas manos a la boca mientras que Malvina se llegó ambas manos al pecho sin creerlo aún. ¡Era él! Era su voz, no podía ser otro más que Nicolás Bauer. ¿Dónde estaba? Se preguntaron las dos. ¿Por qué no venía? ¿Por qué?
—¡Hola Cielo! ¡Hola Malvina!— Nicolás exclamó.
—¡Hola!— Malvina respondió, emocionada.
Cielo no pudo responder. No le salían las palabras.
Berta sonrió enternecida y muy contenta —¡Hijito, saludá al novio de la madre de tu hija!
—Ah, cierto. Hola, Cirio.
Ciro levantó las manos.
—Ciro, Ciro— Berta corrigió y soltó una risita.
—Bueno, arranquemos entonces. No hay tiempo.
Cielo sonrió y miró el teléfono con lágrimas en sus ojos aún sin poder hablar.
—¡¿Me escuchan?! ¡Holaaa!
—Hola, hola, estamos acá, estamos acá, porque no vinis- ¿por qué no viniste? ¿Dónde estás?— le dijo Malvina, confundida.
—¡Malvina!— Nicolás rió —Bueno... digamos que donde estoy hay problemitas con el tiempo— dijo con un tono divertido —Mi amor, ¿estás ahí?
—Sí, estoy acá, gordi, estoy hablando con vos..— al notar la miradas de Ciro y darse cuenta de que era Cielo, no ella, rió —Tu-tu amor está acá— corrigió, empujando a Cielo —Hablale, Sky, hablale.
Cielo sollozó —¡Hola, hola!
—Hola, hola, hola, amor amor, no sabés las cosas que tengo para contarte— Nicolás habló.
—¡¿Y por qué no venís y me las contás?! ¡Me estás volviendo loca, Nicolás! Que vas, que venís, que.... que las señales... ¡Por favor, no puedo más así!
Berta frunció el ceño.
—¡Un momentito, no le gristes así que es mi nene!
—¡Es mi novio!— contestó Cielo —Mi ex esposo y... mi futuro esposo, el papá de mi hija. Mi amor, yo... recibí un turno para el civil, ¿lo sacaste vos?
—Cielo...
Antes de que pudiera responder, alguien cerró con firmeza el teléfono, cortando la llamada.
—¡No!— gritaron todos.
Dora miró a los cuatro con el ceño fruncido y sería.
—Artículo dieciocho, inciso veintidós— comenzó a indicarles —¡Está prohibido el uso de celulares, en cualquier ceremonia del registro civil!— le dió una mirada seria al hombre —¿Qué, vos no les dijiste? ¡Traeme un café!— ordenó.
—¡Pero era el testigo! ¡Era Nicky!
—¿Qué? ¿Pero qué estás diciendo?— Dora bufó, la miró —¿Testigo telefónico? ¡Por por favor! ¡No me hagan reír! Se me traspapelan las muelas— negó y miró a todos —Tiene que ser un testigo presencial.
—¡Pero era Nicolás, Dora!— Cielo exclamó.
Estaba verdaderamente desesperada.
—¡Señora Galindez!— Dora corrigió —¡Acá no hay otro modo para nadie, señorita, eh!
—¿Pero qué está haciendo usted acá?— Berta dijo.
—¿Yo?— Dora se señaló y luego sonrió —Ah, fíjese que... que yo soy consejera de la interventora de la subsecretaría de la dependencia de tribunales, de paz y trámites aduaneros.
Todos la miraron.
—¿Ah?
—La jueza va a venir en unos minutos— informó y caminó hacia la mesa —¡Que se apersone el testigo en este mismo momento!
—¡Acepto!— Malvina levantó la mano —Sí, acepto.
**********
OFF (POR FELI)
Cuando uno dice "sí, acepto", ¿sabe en realidad lo que está aceptando?
Ay, mis amores... si supieran lo que dicen cuando dicen "sí, acepto".