Notas En La Pista

By cytvtct

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El amor supera barreras , un muelle casi abandonado y dos chicas More

intro
introducción
carrera
ella
escribirle
psicólogo y escuela
protejerte
cuidarte
hermanas Villareal
la cita
declaracion
argentina
familia
el show y charla seria
presentacion
cumpleaños sofia
el inicio de la pesadilla , charla , la carta
un pequeño accidente
lo mejor para las dos
que paso
¿ que Alejandra que!?
contactarla
sabía que ibas a volver
volver a verlas
les guste o no les guste
todo por ti
superar
relación publica
entrevista
las extrañaba
Anna me quería
the warning
viaje
charla madre y hija / nuestro momento
desaparecer
golpiza
van a morir
aprender / sobrevivir
pedida de mano
extra / boda
¿ cómo es ser la pareja de un famoso?
noche de cuñados!!
la sorpresa
preguntas
respuestas
quien fue.
suéltala!
viaje familiar / sorpresa
Pau no llego a tiempo.
especial: años después
la charla
déjame cuidarte
no vayas a la luz ( 4 )
un gran susto (5)
palabras
idea
el último accidente Villareal
¿ que paso ?
diagnóstico
testimonios.
deben despedirce
cuando no estas ( última)
el ensayo.
el ensayo (parte 2)
les menti
libro nuevo
máquina del tiempo
no estás sola
pensé que te había perdido
no te cases
no te cases ( 2 )
tal vez en otra vida
punishment
aviso
con los Villarreal Reyes no

el ensayo ( última)

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By cytvtct

Decidí que esta serie de capitulos no va a interferir en la historia real por lo que voy a hacer ,más bien ustedes deciden si quieren que esto interfiera , es como un final alternativo,así que empecemos

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Pov Ale
Salimos de la reunión con la directora de la escuela de Ángela, mi esposa Sofía y yo, con el corazón henchido de orgullo. Habíamos sido elogiadas por el increíble trabajo que nuestra hija había realizado en un proyecto escolar. Nos abrazábamos con una mezcla de emoción y satisfacción, ansiosas por encontrarnos con nuestras hijas y compartir la buena noticia.

Pero cuando las puertas de la escuela se abrieron y los estudiantes empezaron a salir, solo vi a Isabela, nuestra hija menor, avanzando hacia nosotros con una sonrisa radiante. Busqué con la mirada a Ángela entre la multitud, pero no la vi. Entonces, Sofía y yo nos miramos, preguntándonos dónde podría estar nuestra hija mayor.

Decidimos enviarle un mensaje a Ángela para preguntarle dónde estaba. Su respuesta fue rápida y concisa: "Salí con May, vuelvan a casa, ya regreso". Lo tomamos con naturalidad, confiando en que nuestra hija estaría bien y que volvería pronto.

Sin embargo, las horas pasaron y Ángela no regresaba. La tarde se tornó en noche y una tormenta se desató sobre la ciudad. La lluvia golpeaba con fuerza los cristales del auto mientras Sofía y yo esperábamos ansiosas en el estacionamiento de la escuela. La preocupación empezó a crecer en nuestro interior, como un nudo en el estómago que se negaba a desaparecer.

Decidimos contactar a May para saber si Ángela ya estaba en camino a casa. Su respuesta nos heló la sangre. May nos informó que ella no había asistido a la escuela ese día y que no había tenido contacto con mi hija en todo el día. El pánico se apoderó de nosotras. ¿Dónde podría estar Ángela en medio de esta tormenta?

Sin perder un segundo más, nos lanzamos a buscar a nuestra hija. La lluvia nos empapaba mientras recorríamos las calles, llamando el nombre de Ángela entre relámpagos y truenos. Cada minuto que pasaba sin noticias de ella aumentaba nuestra angustia. Llamamos a amigos, familiares, recorrimos cada rincón de la ciudad, pero no encontramos rastro alguno de nuestra hija.

La noche se volvía más oscura y fría, y la tormenta parecía no dar tregua. El tiempo se convirtió en un enemigo implacable, robándonos la esperanza a medida que pasaban las horas. Nos aferrábamos una a la otra en medio de la oscuridad, compartiendo silenciosas plegarias por el regreso seguro de Ángela.

Pero la noche se alargaba y Ángela no aparecía. El agotamiento empezaba a hacer mella en nosotras, pero no podíamos rendirnos. Seguíamos buscando incansablemente, sin importar cuánto tiempo pasara. La incertidumbre nos consumía, dejando un sabor amargo en nuestras bocas y un vacío en nuestros corazones.

Finalmente, cuando la madrugada empezaba a teñir el cielo de tonos pálidos, recibimos una llamada. Era la policía. Habían encontrado el celular de Ángela abandonado en un auto a las afueras de la ciudad, pero de ella no había rastro alguno. El mundo se desplomó a nuestro alrededor mientras nos aferrábamos a la esperanza de encontrar a nuestra hija sana y salva.

El futuro se extendía ante nosotras como un abismo oscuro y desconocido. ¿Dónde estaba Ángela? ¿Qué le había pasado? Las preguntas sin respuesta nos atormentaban, dejándonos atrapadas en un mar de angustia y desesperación. Pero aún así, nos negábamos a perder la esperanza. Porque mientras haya un hálito de vida en nosotras, seguiremos buscando a nuestra hija, sin importar cuánto tiempo lleve.

Después de la llamada de la policía, Sofía y yo nos sumergimos en una frenética búsqueda de Ángela. Recorrimos cada calle, hablamos con cada persona que creíamos que podría tener información, pero todo parecía conducir a un callejón sin salida. La incertidumbre y el miedo nos envolvían, pero nos aferrábamos a la esperanza de encontrar a nuestra hija sana y salva.

En medio de nuestra desesperación, un chico se nos acercó mientras estábamos pegando carteles con la foto de Ángela por toda la ciudad. Tenía el aspecto de un estudiante de la escuela de Ángela, y su expresión reflejaba una mezcla de preocupación y determinación.

"¿Ustedes son las madres de Ángela, verdad?", preguntó el chico con voz temblorosa.

Asentimos con la cabeza, el corazón latiendo con fuerza en el pecho, esperando que este joven tuviera alguna pista que nos pudiera acercar a nuestra hija.

"Soy Mateo", se presentó. "Soy compañero de Ángela en la escuela. Creo que sé qué le pasó".

Nuestro aliento se detuvo en seco mientras Mateo continuaba con su relato. Nos contó que había visto a Ángela siendo molestada por un grupo de chicos en las afueras de la escuela la tarde en que desapareció. Nos describió a los agresores y nos dijo que, después de forcejear con Ángela, la habían arrastrado hacia un callejón cercano antes de salir corriendo, llevándose su teléfono celular.

El corazón se nos encogió de dolor y furia al escuchar la historia de Mateo. ¿Cómo pudieron hacerle eso a nuestra hija? La rabia nos inundó, pero también la determinación de encontrarla, sin importar lo que costara.

"¿Viste hacia dónde se dirigieron después de salir del callejón?", pregunté, luchando por mantener la calma.

Mateo asintió. "Sí, vi cómo salían corriendo hacia la plaza del centro. Uno de ellos llevaba sangre en la ropa".

Una oleada de esperanza y horror nos inundó. ¿Qué le habrían hecho a Ángela? Pero al menos ahora teníamos una pista concreta que seguir. Agradecimos a Mateo por su valentía y coraje al acercarse a nosotras, y nos prometimos a nosotras mismas que no descansaríamos hasta encontrar a Ángela y llevar a los responsables ante la justicia.

Con el corazón lleno de determinación, nos dirigimos hacia la plaza del centro, impulsadas por la esperanza de encontrar a nuestra hija. La lluvia seguía cayendo, pero ya no nos importaba. Nos aferrábamos a la esperanza como a un faro en medio de la oscuridad, guiándonos hacia la verdad y la justicia.

Al llegar a la plaza, escudriñamos cada rincón, cada rostro, en busca de cualquier indicio que nos acercara a Ángela. Pero la plaza estaba desierta, envuelta en un silencio sepulcral que solo era interrumpido por el sonido de la lluvia golpeando el pavimento.

De repente, divisamos a lo lejos un grupo de chicos que parecían estar discutiendo entre ellos. Nos acercamos con cautela, el corazón latiendo con fuerza en el pecho, y entonces lo vimos: uno de los chicos llevaba manchas de sangre en la ropa.

Para este punto mis hermanas y Hanna y Valentín ya estaba involucrados y valen fue quien nos acompaño a buscar a estos chicos.

Valentín se acercó al chico con una mirada firme y decidida. "Háblame. Quiero todos los detalles. No omitas nada".

El chico, sin mostrar señales de remordimiento en su rostro, comenzó su relato con una voz fría y despiadada. "Ángela era solo una pieza más en nuestro juego retorcido. Sabíamos que estaba al tanto de nuestras actividades ilegales, así que decidimos darle una lección. Queríamos asegurarnos de que no hablara, de que mantuviera la boca cerrada sobre lo que sabía".

Cada palabra del chico resonaba en la sala, cargada de un desprecio cruel hacia la vida de Ángela.

"La llevamos al callejón, un lugar oscuro y solitario. La rodeamos, intimidándola, gritándole que se mantuviera callada. Pero ella se resistió. Se negó a ceder ante nosotros", continuó con una sonrisa despiadada. "Así que decidimos que necesitábamos ser más... persuasivos".

Los ojos de Valentín centellearon con furia contenida mientras escuchaba cada detalle.

"Fue entonces cuando la golpeamos", dijo el chico con brutal honestidad. "Le dimos una paliza, asegurándonos de dejarla tirada y sangrando en el suelo. Queríamos que la lluvia y el frío la mataran de hipotermia. Queríamos que sufriera".

El silencio pesado se cernió sobre la sala mientras el chico terminaba su relato. No había rastro de arrepentimiento en sus palabras, solo una indiferencia fría hacia el sufrimiento que habían infligido.

Valentín apretó los puños con rabia contenida, luchando por mantener la calma. Sabía que tenía que actuar con prudencia si quería llevar a Ángela a casa sana y salva. Pero también sabía que no descansaría hasta que los responsables pagaran por lo que habían hecho.

"¿Y qué hicieron después?", preguntó Valentín con voz tensa.

El chico sonrió con malicia. "Nos fuimos. La dejamos allí, en el suelo, sin preocuparnos por su destino. Sabíamos que el frío y la lluvia harían el trabajo por nosotros. No nos importaba si vivía o moría. Todo lo que nos importaba era asegurarnos de que no hablara".

Las palabras del chico resonaron en el aire, llenas de un desprecio despiadado hacia la vida de Ángela y el sufrimiento que le habían causado.

Valentín apretó los dientes con furia contenida. Sabía que tenían que encontrar a Ángela lo antes posible, antes de que fuera demasiado tarde.

Paulina nos llamo y dijo que debíamos volver a la comisaría con el chico , al entregarlo a los policías se lo llevaron a hablar y allí empezó el infierno.

No llamaron a esa habitación y mis hermanas también entraron.

No esperábamos lo que pasó.

En la sala de interrogatorios, el aire estaba cargado de tensión y desesperación. Alejandra y Sofía, las madres de Ángela, se aferraban una a la otra con desesperación mientras escuchaban las acusaciones espeluznantes del culpable. Sus corazones latían con fuerza, sintiendo cómo se desmoronaba su mundo en un instante.

"¡No es cierto!", gritó Alejandra, su voz temblorosa por la incredulidad y el miedo. "¡Nunca haríamos algo así! ¡No tienen idea de lo que están diciendo!"

Las lágrimas brotaban en los ojos de Sofía, su voz apenas un susurro quebrado por la angustia. "Por favor, por favor, escúchenos. No somos culpables. Amamos a nuestra hija con todo nuestro ser".

Pero sus súplicas cayeron en oídos sordos mientras los agentes de policía las esposaban cruelmente frente a sus seres queridos. Hanna, Valentín, Paulina y Daniela miraban impotentes, sus corazones destrozados por la injusticia que se desplegaba ante sus ojos.

En ese momento, el culpable, con una sonrisa cínica, se adelantó, revelando su confesión con despiadada indiferencia. "Fueron ellas", declaró con frialdad, señalando a Alejandra y Sofía con un gesto acusador. "Las madres de Ángela. Ellas nos obligaron a hacerlo".

Las palabras resonaron en la sala, cargadas de una falsedad repugnante. Alejandra y Sofía, paralizadas por el shock y la incredulidad, miraron con horror mientras los agentes de policía las esposaban cruelmente frente a sus seres queridos, mientras Hanna, Valentín, Paulina y Daniela luchaban por intervenir, sin éxito.

Pov Hanna.

Todo se fue a la basura después de ese día , a mis cuñadas se las llevaron a la carcel y Ángela no aparecía , la custodia de Isabella paso a ser nuestra y todo el tiempo preguntaba por sus madres y su hermana pero nunca se lo queríamos decir.

Las investigaciones seguían Pero las posibilidades de que Ángela siguiera con vida eran muy pocas Pero nunca cero.

Una noche la policía llamo , a unas pocas calles de mi casa habían escuchado que alguien denunció que vieron como dejaban a alguien allí , ya habían informado a Valentín y el estaba en camino.

Pau dormía , hace unas horas que Isabella se enteró por la televisión lo que pasó y no dejaba de llorar , Paulina trato de calmarla y termino con muchísimo sueño puesto a qué la crisis de Isabella duró siete horas.

Rápido fui al auto y me diri a aquella dirección con una linterna, si esa era mi sobrina y estaba viva realmente sería un milagro teniendo en cuenta que pasaron ocho días de su desaparición.

Valentín se baja de su auto al mismo tiempo que yo.

Pov narrador.

En la oscuridad de la noche, la lluvia caía con furia sobre la ciudad, ahogando los sonidos y envolviendo todo en una cortina de agua fría. Los tios de Ángela, Hanna y Valentín, con el corazón latiendo con fuerza en el pecho, recorrían los callejones, cada paso acompañado por el eco de sus propias preocupaciones.

El destello de una linterna sobre un montículo oscuro en un rincón apartado del callejón atrajo la atención de Valentín. Con un nudo en la garganta, se acercó lentamente, apenas atreviéndose a creer lo que sus ojos veían. Allí, en la penumbra yació Ángela, su cuerpo empapado yace inmóvil sobre el suelo húmedo.

"Hanna, ¡rápido, ven aquí!", llamó Valentín con voz temblorosa, su corazón dando saltos en el pecho mientras se arrodillaba junto a su sobrina. Hanna corrió hacia él, su rostro palideciendo al ver la escena desgarradora ante sus ojos.

Ángela parecía apenas consciente, su respiración débil y su rostro pálido y desgastado por la lucha. Con manos temblorosas, Hanna y Valentín la envolvieron en una manta, tratando desesperadamente de protegerla del frío penetrante.

En medio de la tormenta, los gritos angustiados de Hanna y Valentín atrajeron la atención de los transeúntes, quienes, alarmados, llamaron a la policía. Pronto, las luces parpadeantes de las patrullas iluminaron el callejón, arrojando destellos intermitentes sobre la escena desgarradora.

Los agentes de policía se apresuraron a rodear a Ángela, asegurando el área y evaluando su estado. Mientras tanto, Hanna y Valentín se aferraban a la esperanza, observando con el corazón en un puño mientras los médicos y paramédicos llegaban para brindar atención a su sobrina.

Entre el murmullo de las voces y el repiqueteo de la lluvia, los tios de Ángela luchaban por mantener la calma, rezando silenciosamente para que su amada sobrina estuviera a salvo.

Finalmente, con la ayuda de los servicios de emergencia, Ángela fue levantada con cuidado y colocada en una camilla, lista para ser llevada a un lugar seguro y recibir la atención médica que tanto necesitaba.

Mientras la ambulancia desaparecía en la noche, Hanna y Valentín permanecieron allí, mirando con esperanza hacia el futuro incierto, pero unidos en su determinación de estar allí para Ángela en cada paso del camino hacia la recuperación.

Lo que no sabían es que ella no se recuperaría.

Pov Ale.

El sonido sordo de la puerta de la celda al cerrarse resonaba en el aire, dejando a Alejandra y Sofía sumidas en un silencio cargado de ansiedad y temor. Sentadas una frente a la otra, en la estrechez de la celda, el tiempo parecía estirarse infinitamente, cada segundo lleno de incertidumbre y angustia por el destino de su hija.

"¿Crees que están haciendo algún progreso en la investigación?", preguntó Sofía, su voz apenas un susurro en el aire tenso.

Alejandra se pasó una mano temblorosa por el cabello, tratando de mantener la calma en medio de la tormenta emocional que las envolvía. "No lo sé. Me siento... impotente, como si estuviéramos atrapadas en un laberinto sin salida", respondió con frustración evidente en su tono.

Sofía asintió lentamente, su mente abrumada por las posibilidades aterradoras que acechaban en las sombras. "Pero tenemos que mantener la esperanza. Tenemos que creer que la encontrarán, sana y salva", agregó con determinación, aunque el miedo se reflejaba en sus ojos.

Las palabras de Sofía apenas habían terminado de resonar en el aire cuando un policía se acercó, interrumpiendo su conversación con una noticia inesperada. "Tienen visitas", anunció, antes de dar media vuelta y desaparecer por el pasillo.

Alejandra y Sofía intercambiaron miradas llenas de desconcierto antes de seguir al policía hacia la sala de visitas, sus corazones latiendo con fuerza en sus pechos mientras se preguntaban quién podría estar esperándolas al otro lado de la puerta.

Al entrar en la sala, se encontraron con Paulina, cuya presencia calmada y familiar les brindó un rayo de consuelo en medio de la oscuridad que las rodeaba. "Paulina", exclamó Alejandra con sorpresa y alivio, mientras se abrazaban con fuerza.

Paulina les devolvió el abrazo con ternura, aunque su rostro estaba sombrío, como si estuviera luchando por ocultar una verdad que pesaba sobre sus hombros. "¿Cómo están?", preguntó con voz suave, tratando de desviar la conversación hacia temas más ligeros.

Sofía frunció el ceño, una sensación de incomodidad retorciéndose en el fondo de su estómago mientras observaba a Paulina. "Paulina, ¿qué pasa?", preguntó con voz firme, sus ojos buscando respuestas en el rostro de la hermana de Ale.

Paulina bajó la mirada por un momento, como si luchara por encontrar las palabras adecuadas. Finalmente, levantó la mirada, sus ojos llenos de tristeza y pesar. "Chicas...", comenzó, su voz temblorosa mientras luchaba por mantener la compostura. "Encontraron a Ángela".

El corazón de Alejandra dio un vuelco en su pecho, un torbellino de emociones amenazando con arrastrarla hacia abajo. "¿Dónde está? ¿Está bien?", preguntó con urgencia, su voz llena de desesperación.

Paulina exhaló lentamente, preparándose para lo que tenía que decir a continuación. "Está... está terriblemente mal", admitió con voz entrecortada, sus propias lágrimas amenazando con desbordarse. "Pero está viva".

A: está viva?! , como que está mal!

P: ella..ella cayó en coma.

El mundo se vino abajo ese día para ambas, estaban vivas Pero a la vez muertas.

Con el tiempo perdieron la custodia de sus hijas y fueron trasladadas de prisión a una de máxima seguridad lo que no tenía sentido por qué jamás intentaron escapar pero aún así lo hicieron, eso hizo que ellas no pudieran ver a sus familiares , Sofía quería ver a sus hijas , a sus padres y a Anna pero no podia , lo mismo pasaba con Alejandra sus unicas escapatorias eran la una y la otra.

Años después...

El aroma a humedad y desinfectante impregnaba las paredes de la prisión, donde Sofía y Alejandra languidecían tras los barrotes que las separaban del mundo exterior. Desde que su amada Ángela quedó sumida en un coma a los 16 años, su vida se había convertido en una espiral interminable de sufrimiento y desesperación. Las circunstancias las habían arrojado a un infierno del cual parecía no haber salida, y el paso del tiempo solo había servido para agravar su dolor.

Los años transcurrieron implacables, marcando las paredes de su celda con los recuerdos de una vida que alguna vez fue. Cada día era un ciclo monótono de soledad y silencio, donde el eco de sus propios pensamientos resonaba en el vacío de sus almas rotas. La ausencia de Ángela era un peso insostenible sobre sus corazones, una herida abierta que nunca sanaría.

Sin embargo, un día, la monotonía de su existencia fue interrumpida por una noticia inesperada. Un oficial de la prisión se acercó a sus celdas con una expresión sombría en el rostro, anunciando que debían prepararse para comparecer en un juicio. La sorpresa y la confusión se apoderaron de ellas, incapaces de comprender cómo podrían enfrentar un juicio sin el testimonio de su hija.

A la maniana siguiente ambas chicas fueron escoltadas a aquel tribunal , ellas serían las últimas en entrar y estaban en un blindado afuera de el recinto como si fueran asesinas.

Una radio del oficial sonó y esposadas ambas bajaron de esa camioneta siendo escoltadas a esa sala.

Las puertas se abrieron y Alejandra fue quien entro primero ,vio a su pequeña Isabella de ahora unos once años con una sonrisa, sus hermanas habían cambiado demasiado al igual que Hanna y Valentín , había dos pequeñas sentadas del lado se Daniela , debían ser sus hijas penso Ale , sus padres la estaban viendo con lágrimas en los ojos , ellos solo sabían que pasara lo que pasara ella seria siempre inocente.

Cuando terminó de pasar Alejandra y la ubicaron en su lugar entro Sofía , ella tenía la cabeza baja hasta que escucho la vos de su hermana, la había ido a ver junto con sus padres , vio a la familia de su esposa y a su pequeña hija , jamás pensó que la volviera a ver con unas esposas en sus manos como si fuera una maldita criminal.

Le dolió ver a su madre viéndola con lágrimas y a su padre conteniendo a su madre , ¿ Por qué le pasaba eso ? , ¿ Por qué merecía sufrir de esa forma?

Alejandra y Sofía se encontraron sentadas en el banquillo del tribunal, sus miradas fijas en la entrada, esperando ansiosamente la llegada de este misterioso testigo. La tensión en la sala era palpable, el aire cargado de anticipación y nerviosismo.

Juez: y su testigo abogado?

X: ya llega juez , denle un minuto.

¿ Quien era la famosa testigo que las sacaría ?

La puerta se abrió y entonces, una figura joven y frágil cruzó el umbral del tribunal, su rostro aún marcado por el sufrimiento que había soportado. Era Ángela, su hija, ahora una mujer joven de 18 años, cuyos ojos se llenaron de lágrimas al encontrarse con las miradas de sus madres. Alejandra y Sofía se miraron entre sí, incredulidad y esperanza brillando en sus ojos, incapaces de comprender lo que estaba sucediendo.

Su hija paso por su lado y las miro con una sonrisa, notaron que se sento con una chica que al instante reconocieron , era may , jamás se había alejado de su hija.

El abogado defensor se levantó, su voz resonando en la sala en un tono firme y decidido. "Señoría, solicito que se escuche el testimonio de esta joven mujer, Ángela, la hija de las acusadas", declaró con solemnidad.

Ángela tomó asiento en el estrado de los testigos, su mirada encontrando la de sus madres con una mezcla de dolor y determinación. Con una voz temblorosa pero firme, comenzó a relatar su historia, revelando la verdad que había permanecido oculta durante tanto tiempo.

Ángela: ese día salí de la escuela y estaba decidida a contar la verdad , tenia unos compañeros que vendían sustancias ilegales y tenía las pruebas, no se como se enteraron Pero lo hicieron, a la salida me llevaron a un callejón y..me golpearon demasiado fuerte, solo rogaba morir de una vez , mi cuerpo me dolía muchísimo y quería irme.

Las lágrimas de Sofía y Alejandra no tardaron en aparecer, Ale dejo caer su cabeza sobre sus manos y empezó a llorar más fuerte.

X: y que paso después?

Ángela: uno de ellos me llevo a un cuarto donde me tuvieron el resto de los dias , jamás olvidaré el día en que uno de ellos entro y dijo " ya culparon a las madres , ya puedes desaparecer a esta" , no lo entendí pero me arrastraron a un callejón y antes de irse me dijieron " tus mamis están presas y tú morirás , todos ganamos " , lo último que ví fue a mis tíos.

X: alguna vez tus madres te latimaron o más bien cuéntanos como era su relación.

Ángela: hermosa, mi mamá Sofía me llevaba siempre a entrenar con ella y incluso me dejaba subir a el podio con ella y mi hermana cuando ganaba , mi mami Ale..así siempre le decía yo.

Alejandra ahora lloraba de felicidad al saber que su hija aún la quería como antes.

Ángela: ella siempre me apoyo con todo , me enseñó a tocar el bajo , me ayudó con mis tareas , y ambas me enseñaron lo que es una familia, ellas dos son las mejores personas que pude haber conocido y nunca voy a cancarme de decir cuánto las amo - miró a sus madres - las amo demasiado.

X: y que quisieras hacer ahora Ángela, es decir si liberarán a tus madres que harías.

Ángela: volver a abrazarlas y decirles cuánto las extraño, se que ya pasó mucho tiempo y me perdí del crecimiento de mi hermana y todo Pero aún quiero recuperar ese tiempo.

X: como te enteraste que tus madres eran las acusadas en tu caso.

Flashback.

Ángela había despertado y no sabía casi nada , solo sabía que quería ver a sus madres pero no estaban , ya había visto a sus tíos , abuelos , primos , hermana , Pero no estaban ellas.

Ángela: tia Pau.

P: si pequeña.

Ángela: dónde están mis madres , por favor ya no me lo oculten , podré tolerarlo.

P: no Ángela , no de nuevo.

Ángela: por favor! , solo quiero un abrazo de ellas.

P: cuando a ti te atacaron uno de los agresores dijo que tus madres también lo hicieron, llevar presas desde entonces.

Mi corazón se rompió.

Fin de flashback

Ángela: cuando desperté hace unos meses me sorprendió que viera a mis tíos y no a mis madres , yo creí que allí estarían y no estaban , empeze a pedir explicaciones y mi tía me lo dijo , " están en prisión desde que tenías 16 , las señalaron como tus agresoras " , algo se rompió dentro de mi , quise testificar Pero no me dejaron hasta que estuviera completamente recuperada.

X: señoría hemos hablado con servicios sociales y protección de menores , además de haber hablado previamente con Paulina villareal y Hanna Williams las tutoras legales de Isabella, y todos están de acuerdo de que si las acusadas quedarán en libertad se les sea devuelta la custodia de ambas chicas.

Juez: de Ángela sería imposible, ya es mayor de edad abogado.

X: que se le sea devuelto el apellido con el que fue adoptada.

Juez: las acusadas están de acuerdo con eso.

X: preguntesmosles - ambas asistieron rápido con la cabeza - Sofía reyes aún que estuvo en prisión aún conserva su puesto en Ferrari y facturo mientras estaba en precion , y Alejandra también ha facturado estando en precio ambas facturaron en conjunto unos 10 millones en estos años , están en una posición en la que negarles la custodia es imposible.

Juez: será tomado en cuenta, va a llamar a alguien más a declarar señor.

X: si, llamo a Alejandra villareal a testificar.

Ya en el estrado Ale miro a su familia y a sus pequeñas antes de responder.

X: entonces Alejandra, ¿ Tuvieron algo que ver en esto ?

A: claro que no , solo nos apuntaron con el dedo y automáticamente se nos juzgo sin tener las pruebas necesarias.

X: puedo saber cómo se sintió estos años.

Alejandra empezó a llorar mientras hablaba , le dolía cada cosa que decía.

A: fue horrible, a nadie le importo como estábamos , nos aislaron en cuatro paredes y me alejaron de las personas que amo , no pude ver siquiera a mis hermanas ni a mis padres , mis hijas.., ya no sé si me reconocen , me perdí su crecimiento y no pude estar para apoyar a mi hija en el hospital , me perdl sus cumpleaños y solo puedo sentir que aunque estaba viva también estaba muerta.

Sofia testificó casi que igual , sus palabras hicieron llorar a todos los presentes y el juez decidió que ya era suficiente.

Juez: el jurado llegó a un veredicto, de pie para escucharlo.

Ángela abrazo a May y rogaba que se hiciera justicia.

"En vista del nuevo testimonio presentado y las pruebas presentadas ante este tribunal consideramos que lo sucedido fue completamente horroroso y desgarrador de escuchar, nadie que sea inocente merece ser tratado de esa manera y en nuestra presencia no volvera a padar , este jurado decide declarar a Alejandra villareal Velez y a Sofía reyes inocentes de todos los cargos, además de que los apellidos y que la custodia de Isabella sea devuelta a sus respectivas madres "anunció solemnemente.

Juez: se ordena que apartir de este momento se les sea retirados los cargos a las acusadas y sean puestas en libertad, se cierra la seción.

Los aplausos se hicieron presentes y las chicas estaban en shock, sintieron como les quitanan las esposas y se abrazaron muy fuerte, Isabella fue la primera en correr a sus madres quienes la abrazaron como si su vida dependieran de ello , Ángela lloraba mientras veía eso , Alejandra se separó del abrazo y se dirijo a Ángela, si vieran cualquier película de un reencuentro se quedarían atrás viendo aquel abrazo que se dieron , ambas lloraban como un niño chiquito, Sofía se fue también a abrazar a su hija también.

Tenian mucho de que hablar.
Tenían Mucho que volver a vivir juntas.
Tenían que volver a ser una familia unida.
Tenían que volver a ser felices y así fue siempre.

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